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Cine
Boots, boots, boots

“28 Years Later”: la reinvención de los zombies y el regreso de una saga

Danny Boyle, su director, mezcla reflexión humana y espectáculo visual retomando su narrativa apocalíptica.

26.06.2025 15:55

Lectura: 8'

2025-06-26T15:55:00-03:00
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Por Catalina Zabala
catazabalaa

Tras la decisión de abordar un tema tan explotado por el cine, los creadores se preguntan cómo arrojar nuevas luces. Cómo plantear nuevas preguntas a cuestiones ya respondidas. El intento de Danny Boyle es claro, y en cierta medida acertó.

El éxito de The Walking Dead (2010), The Last Of Us (2023), World War Z (2013) o incluso las entregas previas de la saga que nos convoca, armaron las reglas del juego. Un juego que fue iniciado en gran medida por los videojuegos y que hoy forma parte de la cultura pop a nivel general. Y ante este terreno ya labrado bajo múltiples premisas, la tarea de aportar algo diferente puede no ser posible. Pero este no fue el caso de 28 Years Later (2025).

Desde el primer minuto, la película busca la épica. Coquetea con el formato de videoensayo. Usa imágenes, sonidos y texturas que no necesariamente obedecen a un orden lógico narrativo, pero que construyen un concepto. Una tesis a plantear.

Va alimentando lentamente un aura que ya se venía advirtiendo desde el tráiler. Las decisiones de Danny Boyle en esta entrega son osadas. Y gracias a ellas, consigue algo que no está en los planes cuando se trata de cine sobre zombies: se abre la puerta a la reflexión humana. La película no está centrada en el terror, sino en el hombre.

La joya de la película es la inclusión de Boots (1903), el poema de Rudyard Kipling. Este toma las riendas y marca el ritmo del resto de la película. Busca transmitir una sensación intransferible, una que solo los que la viven en carne propia pueden comprender: la guerra.

El poema es repetitivo e incesante como el campo de batalla para sus víctimas: “Boots, boots, boots”. “Slog, slog, slog”. “Movin' up and down again”. “Don´t, don´t, don´t look at what's in front of you”. Las palabras marcan el paso militar. La voz que lo recita no varía su entonación. Porque se trata de sobrevivir, de hacer oídos sordos a lo que los rodea. Dejarse llevar por la inercia para no enloquecer. Y esto es lo que pasa en la sociedad postapocalíptica de la saga.

Que la columna vertebral de una película de zombies sea un poema sobre una vivencia real de hace más de 120 años de antigüedad le da sustento a la tesis que se está planteando. Porque le está gritando al espectador que aunque se trate de ciencia ficción y cosas que no existen, esto ya pasó. Ya lo vivimos. Sin importar la fachada externa y el decorado que se le de, la película habla de supervivencia. De guerra. De muerte. De la traición entre hermanos y del instinto de salvar al otro. Alude la ley de la selva y a la supervivencia del más fuerte, a la masculinidad y su supremacía física en este tipo de contextos, y a que al final, más allá de las ilusiones civilizadas que podamos construir, la humanidad siempre está en guerra.

La fotografía cumple un rol clave en la película. Los zombies se aglomeran a través del vitral de una iglesia. Su sombra se ve subir a través de vidrio, ennegreciendo una imagen de amor y esperanza. Y se cita el Evangelio: “Padre, ¿por qué me has abandonado?”. Porque Dios ya no está por ninguna parte.

28 Years Later (2025), Danny Boyle 

28 Years Later (2025), Danny Boyle 

Los planos generales son frecuentes y aportan a esta sensación de desolación. Un páramo del que no hay escapatoria. El montaje también cumple un rol importante; en varias ocasiones aparecen interrupciones frenéticas de la imágen. Se corta el clip por un segundo y reaparece el objeto filmado desde un ángulo distinto. Aporta clima, desesperación, velocidad.

El uso de texturas es una constante. Los zombies no son presentados a través del miedo, sino del asco puramente material y palpable. Algunos son lentos, casi inofensivos, como gusanos gigantes y gordos que se arrastran por el suelo en busca de gusanos para deglutir. Los absorben como si fueran tallarines, y de esto, por supuesto, tenemos planos detalle y sonido, como en una especie de ASMR.

Cadáveres que cuelgan, cámaras infrarrojas como puestas por casualidad por el bosque, y los zombies que las rodean. Tripas, mugre, asco. La mayoría de los zombies están desnudos, algo totalmente lógico si se trata de un apocalipsis que tuvo lugar casi 30 años atrás.

Una embarazada con el virus que se arrastra por un instinto que la empuja. Se retuerce de dolor y busca una guarida. En esta película los zombies no rugen ni asustan: gritan de delirio. Se escuchan alaridos como de locura agobiante que erizan la piel, y se entiende que han llegado.

28 Years Later (2025), Danny Boyle

28 Years Later (2025), Danny Boyle

La trama gira en torno a Spike, un niño de 12 años que sale por primera vez de la isla de Lindisfarne junto a sus padres. Inglaterra, desolada por el virus, se encuentra en cuarentena desde entonces. Por normas de la comunidad de Lindisfarne, quien elija pisar sus tierras no será rescatado. Inglaterra y Lindisfarne se conectan por un camino de piedra que puede atravesarse solo cuando hay marea baja, lo que los mantiene protegidos de los infectados.

El detonante de la película lo impulsa Jamie, interpretado por Aaron Taylor-Johnson. El padre de Spike considera que ya es hora, que debe enfrentarse al peligro que azota al mundo desde hace tres décadas. La referencia a la naturaleza más primitiva es clara: el rito de iniciación. La puesta a prueba de la valentía y la masculinidad. La defensa personal y del prójimo. Y así, emprenden un viaje de padre e hijo. ¿El objetivo? Un coming of age literal: el niño se vuelve adulto y debe aprender a defenderse como tal.

Así, la película puede dividirse en dos tramos claros: el viaje de Spike y su padre, y el de Spike con su madre, uno completamente diferente. Con su padre, pierde el miedo al peligro y pone a juego su temeridad. Mata por primera vez. Aprende a esquivar, a esconderse, a escapar. Y en una sociedad completamente arruinada y desplazada por el intento de supervivencia constante, cualquier mínima oportunidad de esparcimiento es protegida con sangre: de todo lo que hay para rescatar del páramo desolado de Inglaterra, Jamie vuelve con el frisbee rojo, que se convierte en un símbolo. La esperanza de que un día se pueda volver a jugar. La búsqueda de un instante mínimo de risas.

El viaje con su madre es totalmente diferente. Porque la supervivencia depende meramente de Spike, quien no puede contar con su madre indefensa para salvarse. Padece una enfermedad que desconocen y que atenta con su cordura. Pero en este viaje, la sensibilidad femenina toma el control. La película se aparta del tono de macho alfa que proponía la primera parte de la mano de Jamie, y elige ver el entorno con otros ojos. Se hacen preguntas sobre la vida. Sobre qué está bien y qué está mal. Esto se verbaliza a través de preguntas que le hace su madre a Spike: “¿Tu padre no se ríe contigo?”

28 Years Later (2025), Danny Boyle 

28 Years Later (2025), Danny Boyle 

La puerta que se abría al inicio, con una religión que abandonaba a la humanidad, se cierra con la locura de la ciencia. El doctor Kelson, un antiguo médico que en el mundo apocalíptico todos temen. Está loco, vive en Inglaterra entre los zombies. Elije no formar parte de la comunidad. Vaga por las tierras infestadas de monstruos con la piel pintada de rojo, supuestamente para ahuyentarlos. Colecciona cadáveres y los quema. Conserva los huesos.

En lo que sería un viaje del héroe tradicional, Ralph Fiennes se pone en la piel del sabio. El doctor que todos llamaban loco parece haber domado el arte del apocalipsis. Resuelve el enigma. No combate a la muerte, sino que convive con ella como una compañera, y cita al latín. Memento Mori es una famosa frase latina que se vuelve el lema de la película: “recuerda que morirás”. Porque no se trata de vivir por siempre. Para eso, no hay medicina ni receta que funcione. Se trata de disfrutar la vida mientras dura, y de aprender a amar: Memento Amoris. Recuerda el amor. La frase que propone Kelson como alternativa engloba una filosofía entera.

Para Kelson, la clave no está en la vida o la muerte, sino en el homenaje a la memoria. Porque de nada sirve vivir si no se va a recordar lo atravesado. Dice que “cada cráneo es un conjunto de ideas”. Lleva lo sórdidamente material a lo más conceptual y filosófico. Lo que trasciende a la carne y el hueso. En otras palabras, lo que nos hace humanos.

La película es un claro intento de renovar un género ya incursionado en demasiadas ocasiones. Se agregan elementos que inicialmente quizás no encajarían. Algunos funcionan, pero otros no. Profundizar en estos es caer en la práctica del spoiler, la escena final toma al espectador por sorpresa y cambia la línea que se venía siguiendo. La próxima entrega ya fue anunciada: se estrenará en enero de 2026, bajo el título de 28 Years Later: The Bone Temple. Quizás en esa ocasión se desate un nudo que generó intriga a cualquiera de los espectadores.

Por Catalina Zabala
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