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Contenido creado por Agustina Lombardi
Literatura
Los libros y sus autores

“Aceleración”, un ensayo de Felipe Arocena y Sebastián Sansone para pensar el futuro

A partir de las disrupciones de la tecnología, los autores se preguntan: ¿la inteligencia artificial superará la humana?

31.08.2023 13:08

Lectura: 5'

2023-08-31T13:08:00-03:00
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Felipe Arocena nació en Montevideo en 1963. Se dedica a la sociología de la cultura y del desarrollo. Es profesor en la Facultad de Ciencias Sociales en la Universidad de la República e integra el Sistema Nacional de Investigadores de Uruguay. Escribió La modernidad y su desencanto (1991); Muerte y resurrección de Facundo Quiroga (1996); De Quilmes a Hyde Park. Vida y obra de W. H. Hudson (2000); Entrevistas cubanas (2004); Multiculturalismo en Uruguay (2007); Lessons from Latin America (2014). Con Casa editorial HUM publicó La mayoría de las personas son otras personas (2012); Breve autoficción intelectual (2018); y El significado del fútbol en la sociedad uruguaya (2019). Por su obra ensayística obtuvo el Premio Nacional de Literatura en tres oportunidades. Ahora presenta el ensayo Aceleración con Sebastián Sansone como coautor, un texto que invita a pensar sobre el futuro. 

Felipe Arocena. Foto: Javier Noceti

Felipe Arocena. Foto: Javier Noceti

¿Preferirías viajar al futuro o al pasado?

Hubiera deseado vivir en Río de Janeiro en la década de 1920. Imagino que sería lo más cercano al paraíso en la tierra: arte y cultura en todo su apogeo, la promesa de una democracia naciente más igualitaria, la sensualidad en cada poro de la ciudad y de su gente.

Si pudieras ser un personaje de tu libro, ¿cuál serías?

El tiempo.

Si pudieras cambiar el final de cualquier libro famoso, ¿cuál elegirías y cómo sería el nuevo final?

Pondría a Odiseo llegando a Montevideo en junio de 1973 en vez de a Itaca para acabar con los usurpadores.

Si pudieras vivir en el mundo de cualquier libro, ¿cuál elegirías y por qué?

En el de Don Quijote para reír, llorar, amar, sufrir, inventar y tener coraje.

 Si pudieras invitar a tres personajes literarios a cenar, ¿quiénes serían y por qué?

Raskólnikov (para que me explique el mal), Richard Lamb (para disfrutar de la libertad) y la divina Helena (para saber si efectivamente me hechiza su belleza...y tal vez).

¿Cuál es tu técnica más extraña o inusual para superar el bloqueo de escritor?

No sufro de ese mal.

Tu autobiografía en una frase.

Si no me desafío me aburro y casi nunca me aburro.

Contanos qué estás leyendo ahora

Acabo de terminar Cerca del corazón salvaje, de Clarice Lispector.

Si pudieras tener una conversación de una hora con cualquier escritor famoso, pero después nunca más podrías leer ninguna de sus obras, ¿a quién elegirías para tener esa conversación?

El hecho de no poder volver a leer a Borges impide que sea él el elegido.

¿Cuál es el primer verso que se te viene a la mente?

“Te regalé un clavel rojo, lo dejaste caer, lo recogí y estaba blanco, bastó apenas un segundo para que nuestro amor se congelara”.

¿Para qué literatura en el tiempo del desamparo?

Para volar.

Lo último que comiste va a ser el menú para toda tu vida ¿qué es?

Un buen guiso de carne y verduras, nunca me cansa.

Contanos sobre cuando un lector te reconoció en la vía pública.

Siempre salgo disfrazado para que no me pidan autógrafos.

¿Cuál es tu idea de felicidad y tu idea de miseria?

Miserable es un torturador. Feliz es el cuervo que planea sin esfuerzo con el viento sobre la Sierra de Carapé y quien lo mira.

Fragmento de Aceleración

Concomitantemente a la superación de los contornos de nuestro conocimiento del universo, a un ritmo igual de acelerado se van superando las fronteras del microcosmos que forma la vida. Hemos llegado al punto en que ya podemos modelar nuestro hardware y nuestro software, no solamente repararlo, como cuando se arregla un hueso o se opera un apéndice, sino diseñarlo de modo que nuevas transformaciones de información genética se transmitan a la descendencia inmediata. La limitación de la inteligencia biológica, es decir de la capacidad de procesamiento de información del cerebro, se expandirá exponencialmente con los sistemas de inteligencia artificial. Las interfaces entre los sistemas inorgánicos y biológicos ya se acoplan estableciendo la comunicación continua entre mente y máquina, como se ha logrado en varios ejemplos conocidos. Esto llevará al incremento de la inteligencia humana (sí, con todas las distinciones y diferentes definiciones y dimensiones acerca de qué es la inteligencia), como consecuencia no de la evolución natural, sino de la intervención artificial. O, como también es probable, a la aparición, por primera vez en la historia, de sistemas artificiales superiores a los sapiens en inteligencia. Si esto ocurre, entonces dejaremos de entendernos como la especie más avanzada y ello alterará completamente el significado de ser humanos. Algo muy estimulante, por cierto, para seguir pensando la gran cadena del ser en la que no seremos la última estación. ¿Poéticamente trágico? Sí, tal vez.