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Contenido creado por Sofia Durand
Música
Revisionismo musical

"Al Taco", un libro que reúne y reivindica el rock de las mujeres argentinas

Carolina Santos, Silvia Arcidiacono y Gabriela Cei se embarcaron en la tarea de recopilar el papel histórico de la mujer en el rock.

11.03.2024 17:20

Lectura: 9'

2024-03-11T17:20:00-03:00
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Escribe Juan Gabriel López | @galopezjuan

Dos músicas, dos mujeres, del sur de Buenos Aires caminan un domingo cualquiera por su barrio. Por Quilmes. De repente, se cruzan con una joven de excéntricos pelos platinados y de similar vestimenta. Le preguntan si toca algún instrumento. Ella contesta que toca la guitarra. Las otras dos, baterista y bajista, la invitan a formar parte de una banda. Es 1986 y, de ese encuentro fortuito, surgió una de las muchas bandas punk de mujeres en Argentina: Exeroica. 

Como muchas mujeres en la historia de la música, las Exeroica no contaban con los privilegios propios de bandas de hombres. Patra Ariño —la de los pelos platinados— recuerda que cuando la banda cobró reconocimiento, debía esconder todos los suplementos culturales de los periódicos que llegaban a su casa. “No se los podía mostrar a sus padres porque ardía Troya”, dijo al respecto. 

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En el barrio de Belgrano de la ciudad de Buenos Aires, vive mayoritariamente un sector de la población correspondiente a la clase media alta argentina. Un grupo de chicas con cresta ranchan o pasean por las barrancas del barrio. Es 1985 y en el país la democracia volvió hace varios meses, pero la policía no se enteró. Maltratos físicos y verbales mediante, las jóvenes son apresadas al patrullero y de ahí a la comisaría, a plena luz del día, sin ser consultadas por sus datos.

Entre dos rompen un vidrio del calabozo, son atendidas por primeros auxilios, que deben registrar su nombre y llamar a su familia. Dos de las que zafan de la cárcel ese día son Pat Pietrafesa y Sybil Korostischevsky, referentes enormes del punk en Argentina.


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Este tipo de historias, y varias otras, son las que se encuentran en Al Taco, historia del rock argentino hecho por mujeres, un libro publicado en agosto de 2023 por la editorial Gourmet Musical. Se trata de una recopilación sobre la presencia de mujeres en la escena de rock, punk y heavy metal argentino, que abarca desde 1954 hasta 1999.

La escritura del libro estuvo a cargo de Carolina Santos, profesora de literatura, en coautoría de Silvia Arcidiacono, traductora pública y literaria, y Gabriela Cei, licenciada en Comunicación Social.

Carolina Santos, Silvia Arcidiacono y Gabriela Cei. Cortesía de la producción

Carolina Santos, Silvia Arcidiacono y Gabriela Cei. Cortesía de la producción

Cuando, en 2018, Carolina Santos advirtió de la casi nula existencia de registros femeninos en los libros de rock argentino, acudió corriendo a las librerías a su alcance y se hizo de todo el material posible. Bolígrafo en mano, resaltó los nombres que tímidamente aparecían disimulados entre tantos hombres. 

El siguiente paso fue dirigirse a la editorial Gourmet Musical y reunir un equipo que terminó conformándose como plantilla final, con Silvia y Gabriela. 

“Las tres nos conocemos desde los doce años y cursamos juntas el secundario. A las tres siempre nos unió el gusto por la música y la escritura. Conocernos ayudó mucho a la hora de acordar qué abordaje queríamos darle al libro y el modo de administrar las tareas de investigación y redacción”, dice Arcidiacono a Latido BEAT.

Las amigas pusieron sus manos a la obra y comenzó a crearse el registro más importante hasta la fecha sobre la historicidad de mujeres en el rock en español. La división de tareas y épocas fue orgánica: Carolina se abocó a los primeros 30 años, Gabriela investigó la década del 90 y Silvia se dedicó al punk y heavy metal de los 80 y 90. 

Al Taco es un libro que significa muchas cosas para los mundos periodísticos y del rock. Pero, sobre todo, es la demostración de un ocultamiento. Ese ocultamiento responde a la presencia de mujeres en los géneros musicales rock, punk, y heavy metal. 

Cortesía de la producción

Cortesía de la producción

Anteriores al libro de Gourmet Musical, existían algunos materiales que tocaban temáticas similares, como Mina de rock (1997), de Karim González, y Resistencia (2012), el libro de la pionera del punk Pat Pietrafesa, que compila sus fanzines editados en posdictadura. Pero no había algo mucho más abarcativo. 

Así que el recorrido fue arduo. Las entrevistas fueron más de cien y las mujeres que aparecen en el libro, más de doscientas. Los años abarcados cuarenta y dos y el tiempo de gestación del libro unos —casi— cuatro años. El resultado fue una excelsa recopilación, pero que no es narrada desde el apilamiento de hechos y nombres.

La edición del libro presenta una suerte de red o entramado de artistas en retroalimentación con otras artistas, pero sobre todo, con su contexto sociohistórico particular. Inclusive, como muchos de estos libros, que pueden funcionar como diccionario y material de consulta, Al Taco cuenta con un índice onomástico en el que no sólo se rastrean los nombres de mujeres, si no de toda banda y personaje o conjunto de personas destacadas del libro.

Si bien en Argentina y en el mundo se lograron enormes avances en materia de derechos para el colectivo feminista, nada está asegurado. El avance de las nuevas derechas y la proliferación de discursos fascistas, han puesto en jaque aquellos logros a nivel global.

Por supuesto, las autoras no están exentas de esto. "Ninguna chica pensaría hoy en escaparse o mentir para ensayar o tocar en vivo con su banda, como lo documentan testimonios en nuestro libro. Sin embargo, esta naturalización de la presencia femenina aún no tiene un verdadero correlato con su participación de los espacios de difusión y los dividendos de la industria”, comentan. 

Es más, el recorte histórico definido desde un principio, fue también puesto en duda debido a la realidad sociopolítica. En primera instancia, 1999 fue elegido por ser el fin del siglo y como año de instancia previa a la crisis del 2001, la cual cambió a la sociedad y la política de Argentina para siempre.

Además, la proliferación de mujeres y disidencias en el ambiente artístico del nuevo siglo y la proximidad en el tiempo, hicieron que las autoras definan aquella fecha como la del corte que da final al libro. 

A pesar de esto, Arcidiacono relata: “Confiábamos en que no haría falta visibilizar a las mujeres que hicieron rock en estos últimos años, cosa de la que empezamos a dudar, en vista de la coyuntura política actual, con los avances de la extrema derecha en el mundo y su consecuente retroceso en materia de equidad de género”.

Esta última frase funciona para demostrar cómo la recopilación de las autoras es en sí, un método de resistencia ante los embates neoliberales. También vislumbra lo necesario que se hace que cada país donde se escuche rock, surjan éste tipo de materiales historiográficos.

En Uruguay, la historia de mujeres haciendo música es rica, y la actualidad lo comprueba. A lo ya mencionado por Argentina, se le puede sumar una ensalada atemporal y larguísima de nombres uruguayos. Flor Sakeo, Chsarlie, Naoko, la obviedad, Sylvia Meyer y la que, según indican, fue la primera mujer en cantar rock and roll sobre la vera del Río de la Plata, la tanguera Olga Delgrossi. Todas ellas tienen un legado encima y son parte de una construcción que sin dudas continuará. 

Kristel Latecki, en el libro Nos íbamos a comer el mundo, rescata testimonios de primera mano al entrevistar a los protagonistas de la historia del rock uruguayo, entre 1990 y 2009. Al consultarle sobre la importancia de mujeres en esa historia, recuerda a Laura Gutman y Cecilia Plottier en Isterix, Rossana Taddei con Camarón Bombai y, más acá en el tiempo, Guachass y Hey Ladies.

Sobre la presencia femenina en años anteriores, relata que no fue el rock lo que más atrajo o posibilitó a las mujeres para hacer música, sino que en las décadas anteriores “había muchas músicas que estaban haciendo cosas pero más del lado de lo popular. Pienso en Laura Canoura o Estela Magnone, Diane Denoir, entre otras”.

Por el lado del metal, Ginny Lupin, periodista y productora de rock, recuerda que sus primeras experiencias viendo a mujeres en un escenario uruguayo, fue con el heavy. El género goza desde una parte de la historia para acá, de dar grandes cantantes y front-women, quizá, inclusive antes de lo que se le puede atribuir al rock.

Para Ginny, grandes como Stella Maris de la banda Elefante, Betina Sánchez en Nameless o Carolina Pérez de Crystal Gates, merecerían más reconocimiento de lo que la historia les dio. "Son algunos de los nombres que impulsaron la ola de mujeres al frente de bandas del género. Además, se involucraron en la organización y promoción de eventos que conectaran a las músicas, como el Rock & Metal Ladies, que en sus orígenes del año 2009 fue pionero absoluto en agrupar artistas femeninas sobre el escenario”, afirma. 

Así, si bien la historia oficial es escrita desde el lado opresor, libros como Al Taco, funcionan en un doble movimiento, en el que no sólo se interpela al público de rock y potencial lector; sino también, se busca generar -auto- conciencia entre los y las artistas: “descubrir la épica del rock hecho por mujeres y dimensionar el gran aporte de todas ellas a la construcción de este género en nuestro país. También, que las mujeres y diversidades que hoy se suben a un escenario puedan apropiarse de un legado que les fue negado y les pertenece” sintetizan las autoras.

El Libro Al Taco historia del rock argentino, hecho por mujeres -1954 1999- se distribuye en todo Uruguay por Escaramuza.