Por Sofía Durand Fernández
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“A los 20 años es muy difícil que una película haga una huella en tu psiquis y se quede contigo para siempre”.
Eso dijo Fede Álvarez, en una sala del Movie en Montevideo, en el marco de la proyección de un adelanto de la película. Una de las tantas a las que se coló durante su adolescencia, cuando explotaba su habilidad para manejar Photoshop y falsificaba entradas junto a sus amigos para entrar gratis.
Dijo que es muy difícil que una película te deje tal huella a esa edad, pero a él le pasó. Y fue, justamente, por un amigo: por esos años, Rodolfo "Rodo" Sayagues le “contagió” el fanatismo por la saga de Alien.
“Imaginate como se veían esas copias, horrible”, recuerda Sayagues sobre las cintas que alquilaban en los videoclubs. Algunas que nunca fueron devueltas, otras que les inculcaron el lenguaje cinematográfico que ahora se proyecta en diferentes pantallas alrededor del mundo. Hábitos que remiten a la década de los 90 y principios del 2000.
Ese mundo fue el que forjó a la dupla creativa Álvarez-Sayagues. Las mismas calles de Montevideo que, en 2009, e inundadas por robots en el corto Ataque de Pánico!, fueron lo suficientemente valiosas para que Álvarez se ganara un pasaje de ida al mundo de Hollywood.
Evil Dead (2013) y No respires (2016), un proyecto original, fueron sus primeros pasos en la industria cinematográfica estadounidense.
Ahora, y bajo la producción de, nada más ni nada menos, que Ridley Scott, director de la primera Alien (1979), sostienen sobre sus hombros la continuación de la saga.
Ahora, es Álvarez quien espera que su película, Alien: Romulus (2024), tenga el mismo efecto en su audiencia y les deje una huella.
Al ser consultados por las raíces de este reboot, el director uruguayo afirmó que es "innegable” que las grandes inspiraciones fueron Alien y Aliens (1986). “La intención fue hacer una película que se sintiera como el hijo de esas dos. Creo que empezó más con Alien, pero empezamos a hacer más cosas de Aliens también. La película vive en esos dos mundos, es una buena combinación de las dos cosas. Pero de ahí, sale algo completamente nuevo”, explicó.
Sin embargo, defienden que la película es un “producto de su tiempo”. Según Álvarez, no espera que sea nostálgica, o pionera en términos tecnológicos: “Cuando se combina lo mejor de lo clásico con lo mejor de lo nuevo, surge lo moderno”. Fue bajo la misma línea que decidieron usar efectos especiales prácticos, alejándose de las pantallas verdes y el trabajo en postproducción.
“Técnicamente, es una película muy ambiciosa. Yo decidí llevar las cosas a una manera de hacer películas que ya no se hace tanto, metiéndome en un sistema y un equipo que ya está acostumbrado a hacer las películas de otra manera. ¿No es más fácil hacer un 3D? Y yo digo que no. Simplemente por no tener experiencia haciendo películas de este calibre”, dijo Álvarez.
Sayagues explicó que se trata de un “desafío” con ellos mismos: “A mí lo que me mueve es hacer una película mejor que la anterior e irme a dormir sabiendo que funcionamos hasta el tope de nuestras capacidades”. Además, agregó que trabajar con animatrónica es algo que los actores les agradecen.
Es importante decir que los 15 minutos de proyección de la película bastaron para demostrar el punto que ambos defienden. La utilización de efectos especiales prácticos es agradecida por el cast, y probablemente también lo sea por la audiencia.
Al ser consultados por los requerimientos por parte de la producción y la libertad creativa, ambos afirmaron que fue total. “No me involucro en películas donde no tengo la libertad de hacer la película que quiero —dijo Álvarez—, nosotros hicimos lo que quisimos con la película, lo hicimos con el mismo espíritu independiente con el que se hizo No Respires. La escribimos nosotros, dictamos nosotros cuál es la historia, le dijimos al estudio cuál era la historia que deberían hacer. Siempre ha sido nuestra actitud con esto: ayudarlos a ver cuál es la película que deberían hacer. A la hora de editar la película, hay más detalles, pero que van por gusto personal donde el estudio. Ridley me va a empujar a cierta dirección y yo en otra, eso es fundamental para hacer una buena película”.
Además, su postura al respecto del prejuicio acerca del grado de control creativo del estudio es clara: “La gente se obsesiona mucho con esa pregunta, y yo creo que dentro de la pregunta está escondido el prejuicio de que si el estudio influencio mucho la película es peor. Eso no es así para nada. En todos los mejores clásicos del cine pregúntale al director si hizo la película haciendo lo que quería y paseándose por ahí. Te va a decir que no, te va a decir que el estudio lo volvió loco. En la etapa de edición hay un proceso fuerte de influencia, pero no influencia del imperio que te obliga, sino de que ellos aman la franquicia también, Ridley la ama, el estudio también la ama y tienen ideas muy fuertes de cómo debería terminar, qué cosas deberían pasar y qué cosas no, y hay una negociación constante”.
Early tests for our animatronic Xeno, created by the amazing team at LegacyEffects. #AlienRomulus pic.twitter.com/pBnelUIekx
— Fede Alvarez (@fedalvar) August 12, 2024
Sayagues reforzó esto diciendo que el estudio sabía que ellos iban a respetar la franquicia, y también reconoció que existe una signatura y un patrón entre No respires y Alien: Romulus: “No sé si fue algo consciente o no, pero nos dimos cuenta de que esta película, en términos de la trama, tiene mucho que ver con No Respires 1. La espina dorsal de la historia es parecida. También nos dimos cuenta de que el monstruo de No Respires es bastante parecido al monstruo de Alien”, en referencia al hecho de que ambos son "ciegos" y persiguen a los protagonistas en un lugar cerrado.
Fueron comparados a un plato de milanesa y papas fritas, en el sentido de que por separado pueden ser buenos, pero juntos se complementan para ser mejores. Álvarez fue contundente: no podría haber hecho esto solo. “Los dos tenemos amigos que laburan en la industria y no tienen eso, y nos dicen que es una suerte tener a alguien con quien puedas colaborar y te lleves bien”, afirmó.
Además, lo definió como un “privilegio total”: “Hay grandes momentos en el rodaje donde Rodo aparece por la puerta, tira un par de comentarios, redefine la historia y nos manda a la dirección correcta”.
Sayagues, por su parte, dijo que encontrar un equipo que funciona bien es “una bendición”: “A veces, ves directores y parece que son ellos mismos que hacen todo. Cuando empezás a meterte en este mundo y estás un poco más cerca, descubrís que atrás hay alguien con quien trabajan en equipo. Yo me siento solo frente a una página y no sé ni por dónde empezar, es una pesadilla”.
La búsqueda de hacer películas que resistan al tiempo es el objetivo de la dupla. Motivados por aquellas películas que los formaron, y por los hábitos con los que crecieron, lejanos a plataformas de streaming, lo que más valoran es que pasen los años y su trabajo sea recordado.
"No hay nada que de más felicidad que ver pibes que vieron Evil Dead con 12 años, después con 16 y ahora con 21. Son películas que los marcaron", explicó Álvarez y mencionó como ejemplo a un fanático que se tatuó el cuadro final de Evil Dead en el pecho.
Alien: Romulus se estrena el 15 de agosto en cines.
Por Sofía Durand Fernández
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