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Contenido creado por Manuel Serra
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Por Vibras

¿Cómo elijo mi primer vibrador? Recomendaciones para iniciarte en este mundo

Debería ser un objeto al que le tenemos cariño. No son palos que vibran, sino herramientas para una experiencia, para sentirnos bien.

16.06.2022 14:01

Lectura: 7'

2022-06-16T14:01:00-03:00
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Por Fernanda Kosak

Ante la plétora de opciones de vibradores es normal abrumarse y elegir no elegir. ¿Cómo voy a saber cuál me gusta o me conviene si nunca probé? Y a muchos consultar sobre estos temas da vergüenza. Si te preguntás cómo decidir con qué juguete sexual empezar, esta columna es para vos.

El vibrador debería ser un objeto al que le tenemos cariño. No son palos que vibran, son herramientas para una experiencia, una cosa que tiene que hacernos sentir bien y con la que tenemos que familiarizarnos. Entonces, hay muchas cosas a tener en cuenta y preguntarnos antes de elegir.

¿Lo voy a usar con pareja?

Esta pregunta la solemos hacer no porque haya algunos para una cosa y otros para otra. Todos los vibradores son para el placer, y pueden ser usados en soledad o de a dos. Es un lindo juego que nos saca de la monotonía del jugueteo previo guionado. Entonces: ¿por qué lo preguntamos? Porque si el objetivo primario es que se use con otra persona está bueno que esa persona sea o bien parte de la decisión de compra o sepamos muy bien qué quiere.

Algunos varones, por ejemplo, se sienten intimidados por vibradores fálicos muy grandes o directamente no les gusta que haya otro “falo” en la cama. No decimos que esta sensación esté bien o mal, decimos que mejor hablarlo a comprarse un problema o algo que no va a querer usar (o usar le hará sentir mal). Lo mismo para un varón comprando para su pareja: es posible que a tu pareja no le resulte tan cómodo que se sume un vibrador al vínculo.

Hablar las cosas también sirve para fantasear: ¿Qué se ven más haciendo? ¿Doble penetración? ¿Preparación para sexo anal? ¿Estimular el clítoris en conjunto con la penetración? ¿Jugueteo previo? Incluso hay vibradores con control remoto que se pueden usar en público mientras la otra persona lo maneja (¡pero sean disimulados con este!). En fin, para vibradores de pareja siempre mejor hablarlo entre los dos.

Pero lo voy a usar solo yo...

Excelente, ahora toooda la responsabilidad de elección recae en vos. Hay muchas variedades y capaz no sabés cuál te va a gustar más. O capaz al contrario, ya has tenido uno o más vibradores y sabés qué querés o qué no querés. Acá es donde hay que hilar más fino.

Primero: la forma.

Si bien hay infinitas formas de vibradores, acá vamos a hablar de las grandes familias de vibradores.

Rabbit o dildo simple: el dildo simple es el que tiene forma alargada y fálica, como un pene. El Rabbit es la versión mejorada del dildo, que además tiene como un piquito que sirve de estimulador de clítoris. Estos tipos de vibradores son perfectos para simular penetración, aunque también pueden usarse para estimular directamente el clítoris. Si se van a usar analmente hay que tener cuidado con el dildo simple porque casi nunca tiene tope (y hay que tener en cuenta que el ano hace succión a cualquier cosa que le introduzcamos; si no le ponemos tope o la frenamos con la mano, podemos terminar en la emergencia).

Magic Wand: este tipo tiene forma de micrófono. En general no está pensado para penetrar pero ¡eso no importa! El verdadero responsable de los orgasmos no está dentro de la vagina, sino fuera: es el clítoris. La cabeza de este micrófono (y su cuello que se mueve) son el combo perfecto para masajear directamente el clítoris y tener un orgasmo explosivo.

Succionador: este es el último grito de la moda en juguetes sexuales. Aunque algunos vienen también con un tipo de vibrador del otro lado, la función diferencial que tienen es el succionador de clítoris que imita el sexo oral. Estos suelen ser un poco más caros pero la experiencia es única. El succionador también puede usarse en los pezones. ¿Es mejor que un vibrador? Es diferente. Hay gente que prefiere uno, y gente que gusta de otro.

Strap on o strapless: estos son los que sirven para que una persona con vagina se coloque para "penetrar" a otra persona como si tuviera pene.

Otros no fálicos : Hay gente que ni quiere ni precisa que su vibrador tenga forma de pene. A veces con un pequeño artefacto que vibre ya nos basta. Algunos son pequeñas balitas, otros tienen control por cable o remoto. Hay algunos que tienen forma de U que se introducen en la vagina y quedan vibrando sobre el clítoris y puede usarse durante la penetración, hay plugs anales que vibran… ¡Esta es una categoría muy variada!

No hay uno mejor que otro, es una cuestión de gustos y usos.

La siguiente variable: ¿Recargables o a pilas?

La respuesta corta es que los recargables son mejores y más ecológicos. Pero también tengamos en cuenta que invariablemente los recargables son más caros que los juguetes a pila. Entonces, ¿estoy dispuesto a gastar 2.000 pesos más solo para que sea recargable? Quizá la respuesta sea sí, pero en mi opinión cuando estamos comprando nuestro primer vibrador tal vez no es lo mejor ir al más caro, ya que no sabemos si será algo que usemos tanto, o incluso después de usar uno de un tipo nos demos cuenta que al final teníamos más ganas de probar otro. Así que mi sugerencia personal es que si bien son mejores los recargables, si no estamos seguros de lo que nos gusta o lo compramos para una ocasión especial, no es necesario gastar tanto dinero. Pero sí, son mejores los recargables, y suelen ser de mejor calidad en general, por lo tanto, duran más.

¿Materiales? Acá sin duda que lo mejor es la silicona médica, que es también el material del que están hechas las copas menstruales. Es un material pensado para ser seguro para este tipo de cosas y es “cerrado”, es decir, no es poroso y por lo tanto difícilmente queden alojadas en él bacterias (igual hay que lavar los vibradores con jabón neutro). Si buscamos uno de plástico o PVC, debe ser libre de ftalatos, un componente que puede ser perjudicial. No son recomendables los juguetes de material gelatinoso tipo “jelly” ya que es más sencillo que acumulen bacterias que quedan alojadas en sus poros y se reproducen. Pero si queremos uno de “jelly” porque nos encantó la forma o nos lo regalaron, lo mejor es usarlo con preservativo.

Finalmente, un último consejo: que sea cualquiera, pero que nos guste. Que sea lindo. Porque va a ser un objeto que nos acompañe en momentos íntimos y tiene que darnos placer. Y ya ese placer debería empezar cuando lo agarramos o lo miramos. Y si todavía no estás seguro de qué comprar… ¡no dudes en consultarnos!

*Fernanda Kosak es comunicadora, periodista y empresaria. Trabajó en diario, radio, televisión y escribió el libro periodístico La mansión del sexo (Fin de Siglo 2020). Hoy conduce un programa en Del Sol FM y dirige el sex shop con perspectiva de género Vibras.

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