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Cine
Berlín y el cine

“Sasquatch Sunset”: La familia de Pie Grande que conquistó a la Berlinale

Una de las películas más irreverentes, divertidas y fantásticas de la selección de la Berlinale generó furor en el público.

16.05.2024 15:39

Lectura: 11'

2024-05-16T15:39:00-03:00
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Por Nicolás Medina
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“Ich bin ein Sasquatch”, o “Yo soy un Pie Grande”, expresa uno de los directores de la película mediante un micrófono, en el estreno en una sección no competitiva del prestigioso festival y frente a una sala llena de público principalmente alemán en la última edición de la Berlinale. Esa frase, sentaría las bases para lo que sería una de las experiencias más divertidas de todo el festival.

Sasquatch Sunset (2024) es el prototipo ideal de midnight movie, no una precisamente accidental, sino una totalmente consciente de su naturaleza. No por falta de presupuesto, no por tratarse algo tan accidental y trágico a la vez como The Room (2003) de Tommy Wiseau, sino porque no hay mejor forma de disfrutarla que en un entorno completamente abierto a apreciarla. Tanto por sus logros, como por sus carencias.

Pero estas carencias, si ponemos la vara en base al estilo narrativo más clásico, no son accidentes; son diseño. Un diseño que estuvo en manos de la dupla de hermanos estadounidenses David y Nathan Zellner.

La carrera de estos dos no es precisamente conocida en el circuito comercial, aunque tampoco cuadra del todo con lo festivalero. Así y todo, han colaborado con Jesse Eisenberg, quien también forma parte del elenco de esta película junto a Riley Keough, la cual luego de tener su estreno en Sundance 2024, llegó a la Berlinale enmarcada en la sección Berlinale Special.

A esta altura del artículo, generalmente contaría de qué va la película, una especie de sinopsis. Pero en este caso es tan simple, que puede resultar difícil de procesar.

La película es sobre la vida de una familia de sasquatch (la versión anglosajona de Pie Grande) que básicamente, viven.

Y es que los Zellner se propusieron hacer una película así de simple, y lo lograron. Por momentos un documental de NatGeo, por momentos una película sobre la contemplación y los pequeños placeres de la vida. A veces, es sobre lo simple. A veces, es de actores disfrazados de monstruos peludos emitiendo sonidos y contemplando con asombro a la nada misma.

Un retrato, quizás, podría definirse como tal. No es una película muda, pero no tiene diálogos. Todo se resume a los gruñidos, quejidos y sonidos emitidos por la familia. No hacen nada en particular. Viven, comen, duermen, se aparean, contemplan el paso de las estaciones mientras la tragedia y su falta de inteligencia no deja de presentarles obstáculos.

Es una comedia, el fin está claro. El uso del dispositivo es el necesario para esto. Pero hay algo, que también tienen muchas midnight movies, y es que uno no puede dejar de imaginar las condiciones bajo las cuales se hizo la película. Lo caluroso y sudoroso de esos trajes. Los actores improvisando constantemente. Los directores dándose cuenta de que su película está mucho más cerca de lo que creían del inicio de 2001: Odisea en el espacio (1968) y las películas de Buster Keaton. Y es que, quizás, esta sea la 2001 de estos dos. O, quizás, a pesar de ciertas similitudes visuales, es la cosa más alejada jamás hecha. Lo seguro es que es una de las películas que más me entusiasmó de la Berlinale y de la que quería saber más.

"Sasquatch Sunset" de David & Nathan Zellner

Luego del estreno de la película en el Zoo Palast, ubicado en la zona del Zoológico de Berlín (sede cuya elección, a raíz de su nombre, parece haber sido elegida específicamente para esta oportunidad sobre un relato de animales y criaturas salvajes), LatidoBEAT tuvo la oportunidad de charlar en la Berlinale con los autores intelectuales de esta extraña y fascinante propuesta: David y Nathan Zellner.

Estamos en el Berlinale Lounge. Uno de los espacios más formales dentro del marco de la Berlinale, justamente por estar enmarcado en la sede del festival y donde cada agente de ventas o empresa de relaciones públicas tiene el tiempo contado para estar ahí.

David y Nathan Zellner se acercan a la mesa guiados por la PR (Relaciones Públicas), que me dice que indique mi nombre y mi medio antes de iniciar la entrevista. Los directores, con mucha seguridad, responden:

Yo soy David, uno de los directores” y “Yo soy Nathan, el otro director, y Sasquatch”. La PR se queda confundida, los observa, me observa. Los directores se tientan y le dan a entender que todo era un chiste. Y así doy paso a la entrevista. Ya expresé lo que me parece esta obra tan particular y las emociones que me hizo sentir. No obstante, hago la introducción lo más formal que puedo, les cuento sobre mi experiencia en la función de la noche anterior, el ambiente que había y los felicito por el estreno. Pero la realidad es que, como persona que se ha formado hasta el cansancio en el arte del pitch y a quien le han recalcado en mil instancias sobre la importancia de hacer una presentación de un proyecto atrapante, clara, interesante, pero concisa, las palabras me salen casi con un tono de indignación que esconde admiración:

¿Cómo carajo hacen un pitch o presentación de esta película?

Ambos directores se tientan, en conjunto, y empiezan a mirarse como si recordasen anécdotas del proceso que van a ser más valiosas si se las guardan para ellos, como si fuera un chiste interno. Pero David intenta volver a enfocarse y decirme algo parecido a una respuesta: "Fue todo un desafío, no hay una forma fácil de explicar la película a nadie. Creo que justamente por eso es que nos llevó tanto tiempo conseguir el financiamiento para hacerla, es una de esas cosas que hay dos opciones: la gente la entiende o no. Pero al final encontramos una increíble combinación de presupuesto, elenco y equipo".

Su hermano le hace un gesto como si quisiera decir, “no estoy seguro sobre eso”, pero instantáneamente la complicidad surge de nuevo y la dupla se tienta de sobre manera. Hasta ese punto, habiendo hecho una sola pregunta, me queda claro: esta no es otra entrevista formal donde los talentos están coacheados sobre qué decir, que no, y cómo hacerlo —algo que se da muy seguido en este tipo de encuentros con la prensa—.

David y Nathan no buscan venderle nada a nadie. En todo caso, la naturaleza que emanaba la película y que se palpitaba en la sala del Zoo Palast la noche anterior no era algo artificial. La película puede ser cualquier cosa, pero es, sin dudas, un proyecto hecho con mucho cariño, con mucha seguridad, y con la certeza de que ellos hicieron algo que les gustó y que viven con alegría. Eso les alcanza.

David y Nathan Zellner presentando Sasquatch Sunset en la Berlinale

David y Nathan Zellner presentando Sasquatch Sunset en la Berlinale

¿Por qué ir por el término "Sasquatch" y no "Big Foot" (Pie Grande), que es la terminología más universalizada?. Al respecto, David Zellner contesta bromeando: "¡Nos gustaba la palabra, sonaba mejor!".

Al ser consultados por el contenido de "algo científico", Nathan Zellner expresa: "No sé por qué, esa era una de las cosas que nos interesaba de traerla acá, ver cuanta gente sabía lo que era un Sasquatch. Porque Pie Grande es un término muy americano. Pero también pasó que cuando investigábamos para la película, nos encontramos con que habían muchos mitos en diferentes países que hacían relación a la misma criatura: el Hairy Man (Hombre Peludo); el Missing Link que vive en el bosque. El mejor ejemplo era el Eddy, es decir, como ejemplo de algo que la gente dice que ha visto pero de la cual no hay ninguna evidencia, pero cada criatura o mito tenía un folklore diferente alrededor de ella".

Además, agrega que no puede esperar a ver qué va a pasar cuando la película se estrene en diferentes países e idiomas, afirmando que va a ser "muy divertido ver cómo adaptan el título".  

Sasquatch Sunset de David & Nathan Zellner

Sasquatch Sunset de David & Nathan Zellner

Pero hay muchos aspectos que realmente son interesantes acerca de cómo fue filmada la película.

“El guion era bastante específico, sobre todo en cuanto a los puntos clave de que estaba pasando con esta familia, ¿o manada?, en cada escena. Pero hicimos un proceso de extensivo de ensayo inicialmente a través de Zoom, con los cuatro juntos, y luego Jesse [Eisenberg] trajo un coach de movimiento con el que había trabajado anteriormente. Fue una combinación de entender psicológicamente a estas criaturas y su fiscalidad. Lo bueno de que fuera una criatura mitológica es que tomamos mucho de los distintos folklores relacionados a Pie Grande y pudimos jugar con eso, partiendo de su naturaleza primitiva y creamos una suerte de pastiche con todo lo que teníamos", comenta David Zellner.

“Las sesiones de Zoom fueron extremadamente divertidas”, continúa su hermano que, de hecho, no solo auspició de director, sino que también protagoniza a uno de los Sasquatch de la película. “Erramos nosotros en nuestras habitaciones y los coach nos pedían que fuéramos y agarráramos un objeto, que lo probáramos, que lo testeáramos, como hacen los animales, que de cierta manera se familiarizan con un algo experimentándolo, oliéndolo, tanteándolo con los dientes. Y eso fue una forma de pensar como un animal, supongo. Claramente, al momento de ponernos los trajes, era como que algo se manifestaba. Era muy fácil entrar en personaje con todo ese maquillaje y trajes”

Lo curioso respecto a la elección del tipo de maquillaje y vestuario, es que este deja completamente ocultos a sus actores, como si se tratara de una familia de Wookies que, en la cual, con mucha fineza visual, puede llegar a identificarse las expresiones de Jesse Eisenberg y Riley Keough, simplemente por tratarse de actores a los que hemos mirado a los ojos innumerables veces.

Entonces, todo esto resulta en una duda ¿Por qué recurrir a actores con ese peso para un papel al que no le pondrán ni voz, ni cuerpo, solo una fiscalidad creada específicamente para darle vida a los Sasquatch y que no precisamente relacionamos con las habilidades performativas de cada uno?

Era muy importante para nosotros que pudieran, a través del maquillaje prostético, jugar con las expresiones, la corporalidad, pero sobre todo, que pudieran verse sus ojos. Porque a través de sus ojos logran transmitir una humanidad que conecta a la audiencia en un nivel mucho más humano. Principalmente con Riley, creemos que sus miradas hablaban independientemente del maquillaje”, explica David.

Sasquatch Sunset de David & Nathan Zellner

Sasquatch Sunset de David & Nathan Zellner

Las risas van y vienen, y reflexionando, los directores expresan lo agradable que les resultó tratar a la película como si fuera una película muda, como eso los impulso a contar una historia con herramientas distintas. De la cantidad de referencias que tomaron del humor de payasadas de Buster Keaton o Chaplin para hacer la película.

“Más allá del humor, logran también balancearlo con lo trágico, lo dramático”, les digo. “Eso era lo más importante para nosotros, queríamos que fuera tridimensional. Crear la sensación de que, para estas criaturas, desde su punto de vista, todo es dramático y difícil.  Queríamos abrazar por completo a este mundo y encontrar el punto justo de humor y pathos. Nunca es realmente calculable, es muy intuitivo. A veces surge antes en el guion, otras veces en el set en base a lo que cada momento nos está diciendo", contesta David. 

Sasquatch Sunset, y sobre todo, su naturaleza, es la de representar un espacio gris entre lo animal y lo humano que resulta divertido e incómodo u hostil a la vez. Y es un proyecto que a pesar de su absurdo no deja de ser ambicioso, más desde un punto de vista independiente.

“Hacer este tipo de películas es diferente a lo que se hace normalmente en Estados Unidos. Principalmente porque no hay ningún apoyo estatal, no podría importarles menos. Es un negocio y nada más. Nos llevó mucho tiempo lograr hacer esta película, de muchos inversores privados o diferentes fuentes. Jesse salvó el día y puso de su dinero para hacerla. En un inicio teníamos más apoyo formal, pero entonces resultó que no era real. Y todo estaba a punto de desmoronarse pero el apreciaba el proyecto e invirtió en el”, afirma Nathan.

La película no tiene fecha de estreno local programada y difícilmente llegue a salas comerciales, lo cual sería una apuesta bastante arriesgada y sorpresiva por parte de estas si accedieran a estrenar a una película con la naturaleza de esta que se sale de las necesidades de marketing de las apáticas exhibidoras nacionales. Todo sería distinto, si, al igual que Nathan, todos fuéramos un Sasquatch, y nos atreviéramos a descubrir cosas nuevas sin entender absolutamente nada de lo que esta pasando.

Por Nicolás Medina
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