Pepe Rambao cuenta que "Costa Azul es un lugar donde residen lazos y recuerdos de los lazos afectivos más profundos". Lazos que se inician en la infancia, la adolescencia, en el "largo recreo del verano" y las vacaciones, cuando comienzan a cruzarse Gabriel Peluffo, Gustavo Parodi y él, antes de formar Buitres Después de la Una. Asegura que se ha vuelto "un segundo hogar", donde quisiera vivir a esta altura de la vida. El viernes 27 de enero los jóvenes que soñaban con ser músicos vuelven a Costa Azul, pero no para tocar en fogones en la playa o en las casas de veraneo. Buitres estará en el escenario de Canelones suena bien junto a DJ Sanata y Lu Ferreira. 

En conversación con LatidoBEAT, el guitarrista de la banda de rock uruguaya con 34 años de trayectoria, recuerda esos inicios. Pero también habla del presente y de cómo se entrecruza con un grupo de músicos que pertenecen a otro tiempo y, aún, siguen vigentes. 

Foto: prensa Buitres

Gabriel Peluffo dijo en una ocasión que en Costa Azul empezaron “los sueños y las cantadas en la bajada de la playa”. ¿Qué recuerdan de esos días? ¿Qué cantaban? 

Yo no tocaba la guitarra ni cantaba en la playa. Los fogones con guitarra parecían un comercial de un refresco famoso, todos demasiado alegres y contentos cantando cosas que no me gustaban. Yo tocaba en la pieza del fondo de mi casa, no sabía canciones de otros, no podía aprenderlas así que intentaba hacerlas por mi cuenta, generalmente con un amigo como público. Vi a Gabriel cantar tangos en el club para sus amigos, a Parodi sentado en el frente de su casa, o la de algún amigo, con su guitarra en la mano, quizás sentado solo en la bajada de la playa, seguramente tocando algo de los Beatles o los Shakers. 

Ahora, que pasaron varios años de aquel entonces y se convirtieron en una banda consagrada: ¿qué cosas mantienen de aquellos jóvenes soñadores?

Creo que nuestro sueño en común, aun antes de conocernos, era tocar, cantar, mayormente tener una banda. Y ese sueño lo alcanzamos los tres, posiblemente los únicos aquí que realmente lo deseaban casi desesperadamente.  

En julio de 2022 publicaron Montevideo Rock en vivo. ¿Cuándo fue ese show?

Ese show se grabó en mayo del 2021 en el Solís, durante la pandemia. Fue la forma alternativa de realizar el Montevideo Rock, que fue cancelado en abril de ese año. La lista de temas se redujo debido al formato que la producción propuso, por lo que elegimos hacer hincapié en el disco que habíamos publicado en el diciembre anterior (Mecánica Popular) y que, obviamente, no íbamos a poder presentar por un buen tiempo.

Además, tienen otros cuatro discos en vivo: ¿cuál es el valor que le encuentran a hacer de un concierto un disco?

Ese no fue un show porque no había público. Las razones de un disco en vivo generalmente son registrar una actuación altamente significativa tanto para nosotros como para nuestro público, sea un aniversario o la presentación de una nueva obra y, más que nada, dejar el registro sonoro de la banda que no es posible capturar en un estudio donde la energía debe ser contenida y acotada. Somos más Buitres en vivo que en un disco. En vivo es donde las canciones prueban si valen o no.

En general se les pregunta por su trayectoria, el pasado. Pero: ¿cómo viven el presente?

Como dice una parte de nuestras canciones: "Tratando de ordenar el caos, buscando en esto un sentido". Como la entropía es parte de la naturaleza del universo, somos partículas que tratan de equilibrar su energía para mantener el equilibrio y seguir haciendo lo que más queremos.

El presente está atravesado por las redes sociales; en este último mes lanzaron su cuenta en TikTok. Buitres es una banda que tiene 34 años de trayectoria y pertenece a otra época: ¿es una forma de expandir su música a otras generaciones? 

Sabemos que nuestro público está en las actuaciones. Ya no se llega ni siquiera a gente de nuestra generación a través de la obra física. Una plataforma en particular puede ser la "mejor forma" de hacerlo, pero siguen apareciendo nuevas, y los más jóvenes van hacia ellas, no sabemos quiénes son, simplemente queremos sonar donde haya gente escuchando. De todas formas, estamos lejos de tener una fuerte presencia en redes y plataformas. Evaluaremos con el tiempo la conveniencia de estar y/o permanecer en alguna de ellas. Ya nadie te va a conocer porque un amigo te prestó nuestro disco, porque ya no existe. 

Volviendo a la reflexión sobre el tiempo: ¿Y el futuro? ¿Hay algo que les quede por hacer?

Siempre nos queda probarnos a nosotros mismos como creadores. Por más pretencioso que se pueda leer, a nuestra manera, lo somos. Y nos carcome el alma o el cerebro si no podemos seguir creando más obra o canciones. Es algo que vive aún en segundo plano de nuestro pensamiento cada día y casi permanentemente de una forma u otra.

A pesar de que no publican un disco desde 2019, Buitres está activa. ¿Qué sentís respecto a la tensión entre producir y tocar, tocar y producir? ¿Te sentís obligado a seguir produciendo?

Crear, llevar a un ensayo los temas, producirlos, grabarlos, evaluar el resultado y, finalmente, tocarlos es un calvario necesario para una banda con tres compositores, músicos, lo que sea que seamos. Son etapas distintas e inevitables. La culminación —la prueba final— es tocar las canciones y, allí, sabés si todo valió la pena o no. Entendés el acierto y el error. Hay un razonable sentimiento de sensaciones satisfactorias al tocarlas, es impagable, porque es la razón de crear en una banda.

Mecánica popular tuvo dos años para ser procesado por el público. ¿Cómo fue sacarlo a la luz?

Lo hicimos con muchas ganas porque quedamos muy conformes con la obra y su registro. Tanto así, que nos abstuvimos de editar nuevo material porque nos parecía muy triste dejar esa obra atrás. Si el material nuevo no se muestra una y otra vez, especialmente cuando la obra existe en una nube de datos y ya no más en algún lugar especial donde uno guarda las cosas que le gustan, seguramente le estaríamos dando demasiadas armas al olvido.

Este viernes van a participar de Canelones suena bien. ¿En Uruguay faltan festivales de este tipo? 

Desaparecieron los Pilsen Rock, los Antel Fest y el interés de posibles sponsors para realizar otros. Dependemos de nuestra iniciativa, como fue en un principio. O, sino,  de estar ligados a un sello que, eventualmente, impulsa los eventos. No existe una política cultural, ni siquiera tenemos una red de seguridad por si caemos, como pasó durante la pandemia, y el privilegio se les otorgó a los productores que se interesaron en artistas extranjeros. Nuestra trayectoria, nuestro valor, sea cual sea, lo tenemos que defender nosotros.