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Contenido creado por Manuel Serra
Música
Algo habrán hecho

“Te sigo desde Cemento”: la historia del rock argentino en cinco lugares de Buenos Aires

Entre varias habitaciones y sótanos perdidos se albergaron momentos inolvidables de la música porteña, que alimentaron su mística heroica.

10.10.2023 17:13

Lectura: 5'

2023-10-10T17:13:00-03:00
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Por María Road

*Corresponsal desde Argentina

La pasión es el lenguaje compartido por todos los argentinos y, con el paso del tiempo, esto no tardó en trasladarse a la música. De esa forma, muchos sitios lograron un valor indiscutible en la construcción de la historia cultural porteña. Estos son cinco de esos lugares en la ciudad de Buenos Aires, una capital de todas las euforias.

La cueva (avenida Pueyrredón 1723)

Hoy son simples departamentos los que se encuentran en Av. Pueyrredón 1723, pero sobre esa misma dirección, hace unas décadas, comenzaba a escribirse la historia del rock argentino.

Comenzó como un sótano que funcionaba como punto de reunión para aficionados al jazz y, luego, fue mutando en sonido y estilo hasta albergar las primeras presentaciones de artistas como Sandro, Miguel Abuelo, Litto Nebbia, Tanguito, Moris, Ciro Fogliatta, Billy Bond, Javier Martínez y muchos más.

Allí se vio florecer la vanguardia beat en Argentina durante la década bohemia de los 60, producto de la sensación mundial que generaba la salida de bandas como The Beatles, The Rolling Stones, The Kinks, The Who, etcétera.

Interminables noches se sucedieron entre shows, noches de composición y de encuentros entre artistas y gente del ámbito. El golpe de Estado de 1966 supuso una sucesión reiterada de allanamientos durante todo el año y el sitio fue finalmente clausurado en 1967.

Café Einstein (avenida Córdoba 2700)

Fue inaugurado en plena dictadura, en el año 1982, por el empresario Omar Chabán en sociedad con Sergio Aisenstein y Helmut Zieger, sobre Av. Córdoba al 2700. Supo ser una de las casas de las bandas que surgieron en los 80 vertiginosos, marcados por los colores, las guitarras, los sintetizadores, los raros peinados nuevos, el post punk y la new wave que ya estaba invadiendo el mundo.

Segundo hogar de Luca Prodán y de su banda Sumo, además de cuna de bandas como Soda Stereo o Los Twist. El lugar permaneció abierto hasta 1984. Hoy, allí se encuentra una sucursal bancaria y es difícil de reconocer a simple paso que allí se construyó buena parte de los comienzos de la Primavera Cultural, ese período de liberación artística que llegó con el fin de la dictadura que había azotado a la cultura argentina por tantos años.

El camino pavimentado en ese templo porteño iba a ser pronto expandido gracias a otro lugar fundamental en el under argentino: Cemento.

Cemento

Fundado también por Omar Chabán en 1985 sobre lo que era un estacionamiento de 1.500 metros cuadrados ubicado en Estados Unidos 1234-38, estaba en el barrio de Constitución. Fue un boliche que funcionó como sala de conciertos y como el semillero, por excelencia, de muchas de las bandas que marcaron historia en el suelo argentino.

Allí, en medio de noches de euforia, pogos descontrolados y anécdotas interminables pasaron desde Sumo, Viejas Locas, Las Pelotas, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota hasta Don Cornelio y la Zona, Los Violadores, Todos tus Muertos.

Esas paredes vieron a decenas de bandas debutar, dar sus primeros pasos y hasta convertirse en leyendas y exponentes de la música nacional. Además, albergaron shows internacionales como los mexicanos Molotov.

Allí se construyó una mística innegable y la frase “te sigo desde Cemento”, un chiste muy común entre los argentinos, aludiendo a seguir a alguien desde sus comienzos. Sus puertas cerraron luego de la tragedia de Cromañón, boliche que también estaba manejado por Chabán, el 30 de diciembre de 2004. Esa fecha marcó a toda la Argentina con la pérdida de 194 víctimas en el recital de la banda Callejeros.

Cemento no puede dejar de ser recorrida para entender un pedazo salvaje de la historia underground de Argentina.

Estadio Obras

A pocas cuadras de la Av. Gral. Paz y casi limitando con Vicente López, en Avenida del Libertador 7395, se encuentra uno de los sitios más míticos del rock nacional y pilar fundamental del crecimiento exponencial de las escenas de los 80 y 90.

Algunas de las bandas de diferentes épocas que se consagraron tocando en el templo porteño fueron: Babasónicos, Los Violadores, Suéter, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Virus, Soda Stereo, 2 Minutos, Los Abuelos de la Nada, Sumo, Divididos y más nombres mayúsculos en historia musical argentina.

Tocar en Obras significaba dar ese “pasito más” hacia un reconocimiento colectivo mayor, a formar parte del selecto grupo de bandas que llegaron a llenarlo y ser parte del mito. También albergó shows internacionales de la talla de Beastie Boys, David Byrne, Iggy Pop, The Police, The Jesus and Mary Chain, Megadeth, Red Hot Chilli Peppers.

Continúa funcionando como casa de espectáculos de todo tipo. Todavía emana mística. Este y, en frente, el local de comidas rápidas que guarda anécdotas como un almuerzo de Stephen Morris y Gillian Gilbert de New Order el mismo día que tocaban en el templo en el año 2018.

La casa de Luca

A dos cuadras de Plaza de Mayo y Casa de Gobierno, lejos de esa exposición y casi escondida e imperceptible, en Alsina 451 se encuentra la casa de uno de los referentes del rock argentino: Luca Prodan. Una forma casi poética de existir.

Cantante de Sumo, uno de los conjuntos más importantes de la década de los 80 en Argentina, vivió sus últimos días allí hasta el 22 de diciembre de 1987, fecha en la que falleció en esa casa.

El sitio funciona como bar y sala, donde, continuamente, tocan bandas y lo visitan adeptos de todo el país, e incluso del resto del mundo. Sus puertas y paredes lucen como un auténtico santuario en el que miles de devotos dejan sus mensajes de amor hacia él y todo lo que Sumo sembró en sus vidas.

El interior del recinto se encuentra lleno de fotografías del músico, nostalgia, y el espíritu de Luca.

Por María Road