El año corriente del mundo del cine tiene su final marcado por la temporada de premios que abarca desde fines de noviembre —con las incipientes nominaciones a ceremonias que galardonan a lo “mejor” de las películas estrenadas en ese año— hasta el que llega el clímax para los amantes del cine con los Premios Óscar en las primeras semanas de marzo.

Durante este período, las especulaciones, suposiciones y pencas no se basan ni en la taquilla ni en la recepción del público, sino en el valor artístico y, sobre todo, el reconocimiento de las películas en festivales. Los laureles de selección oficial, especialmente los otorgados en festivales de clase A —Cannes, Venecia, Berlín, San Sebastián— son altamente estimados y estampan el prestigio de una película.

De todos ellos, Cannes destaca como el más importante y con mayor influencia en la industria; marca el punto de partida del año cinematográfico, generando expectativas y atención mundial. El hecho de que una película obtenga un laurel en Cannes, parece ser un distintivo de calidad y prestigio que impulsa el futuro de las películas y abre puertas y  oportunidades de quienes la hicieron posible.

Es por eso que la segunda quincena de mayo de cada año, miles y miles de críticos de cine, periodistas, profesionales de la industria, distribuidores y exhibidores se establecen durante dos semanas en la ciudad.

Pero ¿cómo surgió este festival?

Francia fue desde lo que se conoce como “cine primitivo”, a finales del siglo XIX, un lugar de referencia para la creación y posterior consolidación del mundo del cine como lo conocemos. Popularmente se dice que los inventores del cine fueron los hermanos Lumière —allá por 1895— y que cuando a los experimentos de August y Louis le faltaba algo, apareció George Méliès con Le Voyage dans la lune en 1902 para evidenciar las posibilidades que había detrás del arte de captar imágenes y montarlas sucesivamente para dar la idea de movimiento.

Los años pasaron, el cine fue encontrando su lenguaje y consolidándose como expresión artística, cultural, y, también, como herramienta propagandística por lo agitado y convulso de esta era marcada por conflictos bélicos. Fue así que, en 1932, Benito Mussolini impulsó la creación del Festival de Cine de Venecia, que estaría atado hasta finales de la Segunda Guerra mundial a los intereses del gobierno fascista. Este se encargó de interceder, influir e indicar a los jurados cuáles eran las películas más afines a los principios de su régimen y, por ende, las que debían recibir los mayores reconocimientos.

Como acto de resistencia ante las intenciones reales detrás del Festival de Venecia, Francia empezó a planear su propio festival de cine, uno libre de cuestiones políticas o guiado por un régimen totalitario. Con Louis Lumière como presidente, con un palacio construido exclusivamente para el festival y sin manera de prever el caos de los años por venir, Francia tenía todo preparado para su primear edición del Festival de Cannes.

Sin embargo, la primera edición no llegó hasta 1946, terminada la segunda guerra mundial. De ahí en adelante —con muchos tropezones en el medio— Cannes fue tomando cada vez más forma, perfeccionando sus ediciones, actualizando sus premios, expandiendo sus secciones y competencias y cumpliendo un rol fundamental que daría a conocer filmografías internacionales de países de los cuales se desconocía casi por completo. Y, al mismo tiempo, funcionaba como un evento de exposición para la cantidad de nuevas olas y tendencias de la cinematografía mundial.

Finalmente, Cannes añadió —aparte de sus diferentes secciones que continúan siendo actualizadas hasta el día de hoy— el Marché du film, literalmente, un mercado que se volvería el lugar más importante para los negocios relacionados a la industria cinematográfica de los años venideros. Hasta el día de hoy, realizadores, productores, distribuidores y exhibidores concurren al festival no para ver películas por amor al arte, sino con fines meramente comerciales y estratégicos.

Festival de Cannes, edición 76. Foto: Nicolás Medina / LatidoBEAT

Un punto de encuentro entre la prensa y la industria

A medida que Cannes fue ganando prestigio paulatinamente. Más y más estrellas y talentos comenzaron a acercarse al festival. En Cannes el glamour de las funciones de gala y alfombras rojas con cada detalle milimétricamente calculado, se choca con los críticos y periodistas de todo el mundo que se mueven de una sala a la otra. Los profesionales buscan coproductores, distribuidores y exhibidores mientras algún que otro estudiante de cine o cinéfilo se cuela con alguna acreditación especial que Cannes ofrece en un afán por ser amigable para todo tipo de público.

Frente a la delicadeza de la alfombra roja, los fotógrafos montan escaleras como si se tratara de una ferretería para poder subirse y conseguir las mejores fotos para los medios para los que trabajan. Otros curiosos se acercan a las multitudes de gente en filas autogeneradas sin saber de qué se trata, pero con la esperanza de cruzarse con algún que otro talento, lo mismo sucede en las entradas de los lujosos hoteles.

Los más entusiastas, luego de los periodistas y críticos que intentan estar en todas las funciones al mismo tiempo, son quienes sin tener ninguna invitación, deciden presentarse vestidos de gala a la fila de último minuto que da acceso al Grand Auditorium Louis Lumière, para esperar durante horas, bajo el rayo del sol o de las esporádicas lluvias de Cannes, que una butaca quede libre y alguien los invite a entrar.

Películas para todos los gustos

Lo seguro, es que en Cannes nunca faltará algo para ver. Las películas se dividen en tres categorías: Competencia Oficial —generalmente se incluyen títulos de directores con un status determinado en la industria—; Un Certain Regard —para nuevos realizadores y nuevas propuestas estéticas y artísticas—, dos secciones paralelas no competitivas llamadas Quincena de Realizadores —talentos emergentes—, y la Semana de la Crítica —similar a Un Certain Regard, pero se trata de películas elegidas por un comité de críticos de cine—. Además de esto, también hay una competencia de cortometrajes, exhibiciones fuera de competencia —en la que se incluyen títulos de un índole más comercial que no entran en los estándares de las competencias o secciones oficiales del festival, y atraen un público todavía más variado—, exhibiciones de clásicos —muchos de ellos restaurados—, o simplemente exhibiciones especiales que, por uno u otro motivo, no forman parte de ninguna de las secciones anteriores, pero tienen su espacio en el festival.

Jeanne du Barry de Maiween

Y el premio va para…

Claro está que más allá del privilegio y honor que es para cualquier película ser seleccionada en Cannes, todo cambia rotundamente si una termina siendo premiada. Dentro de los muchos premios que se entregan están: la Palma de Oro —el más prestigioso y codiciado para las películas de la Competencia Oficial—; el Gran Premio del Jurado —le sigue en prestigio, también para la Competencia Oficial—; Premio del Jurado —un casi equivalente a un tercer puesto—; el premio a la mejor película de Un Certain Regard —que también cuenta con un Premio del Jurado al igual que la Competencia Oficial—. También, se entrega la Cámara de Oro —que se le da a la mejor ópera prima de cada una de las competencias y secciones paralelas— y los premios FIPRESCI (Federación Internacional de Críticos de Cine), quienes cuentan con su jurado dentro de cada festival de cine importante y que, tomando en cuenta la naturaleza de Cannes de ser un festival casi exclusivo para la prensa, sería bastante contradictorio que no estuviera presente.

Palma de Oro, premio principal del Festival de Cannes. Foto: Festival de Cannes

¿Qué incluye la selección del 2023?

Este 2023, Cannes ha presentado una selección variada que incluye regresos a la pantalla grande de personajes que no necesitan presentación, como es el caso de la última entrega de Indiana Jones con Harrison Ford nuevamente a la cabeza y James Mangold (Logan) en la dirección; una combinación De Niro y DiCaprio en Killers of the Flower Moon de Martin Scorsese; el regreso de Johnny Deep luego del polémico juicio con Amber Heard, quien protagoniza un drama de época con Maiween (quien auspicia de directora de la película) en Jeanne du Barry y Monster, del maestro japonés Hirokazu Kore-Eda. La probablemente exhaustiva construcción visual y estética de Wes Anderson, Asteroid City —con un elenco de decenas de talentos como bien le gusta al director—; May December de Todd Haynes con una dupla imparable de Natalie Portman y Julian Moore; muchos otros grandes directores como el alemán Wim Wenders, el italiano Marco Belocchio, y hasta un Almodovar que optó por presentar un cortometraje de género western y con temática queer protagonizado por Pedro Pascal y Ethan Hawke.

Mientras tanto, Un Certain Regard cuenta con 20 películas, muchas de ellas de directores primerizos o que acaban de dar el salto al largometraje. Dentro de ellos está la israelí Terrestrial Verses de Ali Asgari, cuyos cortometrajes desbordan una eficacia envidiable en cada encuadre;  Augure, el primer largometraje del rapero congoleño Baloji; Goodbye Julia, la primer película sudanesa en llegar al Festival de Cannes. Además, hay dos representantes latinoamericanas: una chilena, Los Colonos de Felipe Galvez y otra argentina, Los Delincuentes de Rodrigo Moreno.

"Indiana Jones and the Dial of Destiny" de James Mangold

¿Quiénes son los jurados?

El presidente del jurado de la Competencia Oficial este año es Ruben Östlund, dos veces ganador de la Palma de Oro por The Square (2017) y Triangle of Sadness (2022), quien estará acompañado por representantes respetados de la industria: Julia Ducournau, Damián Szifrón, Atiq Rahimi, Paul Dano, Brie Larson, Rungano Nyoni, Denis Ménochet y Maryam Touzani.

Jurado del Festival de Cannes 2023

En el caso de Un Certain Regard el presidente es el actor John C. Reilly y la actriz francesa Anaïs Demoustier es la presidenta del jurado de la Cámara de Oro.

En cuanto al jurado de FIPRESCI, está compuesto por nueve miembros de diferentes países: Hsin Wang (Taiwan), Thomas Abeltshauser (Alemania), Olivier Bachelard (Francia), Andrea Crozzoli (Italia), Youngmee Hwang (Corea), Nicolás Medina (Uruguay), Karen Krizanovich (Reino Unido), Constant Carbonnelle (Bélgica) y Laura Léon Cattan (Francia).

La selección completa del festival se puede encontrar aquí.

Nicolás Medina, corresponsal de LatidoBEAT, se encuentra en el Festival de Cannes junto con la delegación uruguaya que incluye productores, directores, representantes institucionales, distribuidores y programadores.