Documento sin título
Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
Leña al fuego

A 30 años del show fermental de Mano Negra en AFE, una leyenda que sigue viva

Gente saltarina, botellas voladoras, música acelerada y una rara alegría uruguaya entre dos viejas locomotoras en una estación abandonada.

27.06.2022 12:55

Lectura: 11'

2022-06-27T12:55:00-03:00
Compartir en

Por Federico Medina

Ya pasó casi una hora del histórico show en la Estación Central de AFE. Sin embargo, la pachanga volverá a comenzar, al menos, dos veces más durante la misma noche, cuando vuelva a sonar la explosiva “Mano Negra”. El fondo del escenario está prendido fuego, las llamas suben entre los caños de la rústica escenografía y luego desaparecen.

A un costado del escenario, una mujer se mantiene con sus brazos en alto, como detenida por la policía. La numerosa banda de música hace una pausa en su desenfreno y solo se escucha un pulso, un latido de corazón. Es el sábado 27 de junio de 1992 en Montevideo, Uruguay.

El cantante francés Manu Chao, de torso desnudo, golpea un micrófono sobre su pecho y emula el sonido bombeante de la máquina humana con la precisión de un reloj. Antes, dice, “Che, Garbancito” y “Oye, Montevideo, qué pasa”. Se suma el guitarrista Daniel Jamet con unos arpegios exóticos y envolventes. Luego, comienza un increíble riff gitano y de western. Manu toma una guitarra, el baterísta Santi Cassariego arenga al público que salta y baila en trance, mientras Philippe Teboul interpreta la canción árabe “Sidi 'h' Bibi” (original de Halim Halali).

"Después de esta experiencia, ya nada podrá ser lo mismo", le dijo Manu Chao al periodista de El País de Madrid, Ignacio Saenz de Tejada, en noviembre de ese año, sobre la gira que los trajo hasta Uruguay, y en la que también dejaron su marca en Venezuela, Argentina, y Brasil.

En Montevideo fue Daniel Renna (del suplemento Rock de Primera del vespertino Últimas Noticias) quien logró un rato de entrevista, en los agitados y festivos días del popular frontman, que en su estadía uruguaya no paró de hacer amigos, en visitas, convites, y shows improvisados: “Para nosotros está claro que no hay nada que festejar. Para muchas razas y muchos pueblos, el encuentro entre Europa y América Latina fue terrible”, le respondió al periodista uruguayo cuando le preguntó por la visita de un grupo europeo a Latinoamérica “500 años del descubrimiento (de América)”.

Montevideo Portal I Javier Noceti

Montevideo Portal I Javier Noceti

1992 es el año de Nirvana y su disco Nevermind, de una fuerte influencia de los videos de MTV por la pantalla de Canal 10. En Uruguay, los Buitres y Níquel son las bandas más convocantes y asoman en el under Los Chicos Eléctricos, The Superónicos, La Hermana Menor, Buenos Muchachos y -según la prensa de la época- “una banda (Exilio Psíquico) con Sylvia Meyer y un ex humorista de La Naranja Mecánica de nombre Maxi Angelieri.

El grupo francés Mano Negra llegó a Uruguay en Le Melquiades, un enorme barco carguero “armado para la ocasión” en el que también viajaban las compañías teatrales Philippe Decouflé, Philippe Genty y la Royal de Luxe.

Se trató de una iniciativa de La Ciudad de Nantes, los Ministerios de Cultura y Relaciones Exteriores de Francia y que pretendió, a través del trabajo de estos artistas, contar en cada destino “la verdadera historia de Francia”. Además, efectivamente fue parte de la conmemoración del quinto centenario del descubrimiento de América.

La actriz Jenny Goldstein recuerda su visita al barco, otro show de Mano Negra, al aire libre, cerca del puerto, y algo más: “En el ´92 yo había entrado a la EMAD (Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático) y un día a la salida de clase, en la explanada del Solís, había una especie de performance de la compañía teatral Royal de Luxe. Era como una mezcla de circo y teatro increíble, y te recibían con sangría caliente”.

La cantante uruguaya Lys también visitó el barco: “Yo tendría 14 años. Fui con mi madre. Me acuerdo que tenía una biblioteca. Después también fui con ella al concierto de AFE, pero llegamos tarde. Solo quedaba un montón de basura y vimos la gente que se iba”.

Montevideo Portal I Javier Noceti

Montevideo Portal I Javier Noceti

Sabina Harari, amiga de Lys, gestora cultural y fan de Mano Negra, estuvo en la Estación Central esa noche: “Tenía doce años, fui con mis padres y una amiga. El recuerdo que tengo es el de la visión de un metro cuarenta. Me acuerdo de muchas espaldas, gente con bengalas prendidas, botellas que volaban, salvajismo, mucho pogo, mucha emoción”, relata.

“Mi abuela se llamaba Lena Lima. Fue una uruguaya que vivió en París desde los años ´70 y trabajaba en un teatro municipal, cerca del barrio donde ensayaba Mano Negra. Los conocía de gurises y tenía sus discos en vinilo; cuando yo los heredé me terminé de enamorar de su música”.

“La entrada salía 10 pesos. Yo fui al concierto con mi primo Marcelo y, lo que más me acuerdo, es cuando subió Manu con una simple remerita, saludó, arrancó el show y fue como una electricidad increíble”, cuenta el científico y periodista Leonardo de La Fuente (uruguayo radicado en Washington D.C). “Todo el mundo hacía pogo y en un momento perdí a mi primo. Me acuerdo con nitidez que una persona tiró una botella con agua al aire y otra la agarró y se la empezó a tomar. Y al final los fuegos artíficiales. Podía haber pasado cualquier accidente. A mí me marcó muchísimo. Fue de los mejores conciertos que vi. Era muy impresionante ver con las ganas con las que tocaban”.

Montevideo Portal I Javier Noceti

Montevideo Portal I Javier Noceti

“Hacía mucho frío”, me cuenta Andrés Sanabria, actual director de Bizarro Records que, en aquella época, escribía sobre discos y conciertos. “En un momento se prendió una locomotora. Fue una locura. Eran realmente como tipos muy bohemios. Se hacían amigos y se iban de farra con sus nuevos amigos uruguayos”. Además de su recuerdo actual, Andrés contó lo que vio en su crónica del show para Rock de Primera: “En la estación de AFE se respira una atmósfera de incertidumbre. El público que ha llegado hasta allí es una mezcla rara y pacífica de diversas tribus que habitan la ciudad de Montevideo. Hay viejos punks -si es que alguna vez hubo punks- heavys, conchetos, teatros, y quién sabe cuántos más”.

Más abajo, en la página 10 del suplemento número 154, con fecha 1 de julio, el periodista Tabaré Couto escribe: “A ellos se les permite que detesten todo porque aman todo” y luego, en el final de su nota: “Lo de Mano Negra fue diferente. Uno volvió a sentirse tan lejos de la máquina de escribir como cuando iba por primera vez a un concierto y se apretaba con sus amigos haciendo pogo”.

Sanabria recuerda algo más: “Al bajista le dio un colapso. Lo sacaron y el grupo siguió tocando”. Así fue, aunque no termina de quedar claro si esto sucedió durante el concierto o en un ensayo previo. Incluso, hay quienes dicen que fue el baterista el sujeto del inconveniente. Lo cierto es que no hubo un segundo show en AFE tal como estaba previsto. Algunos dicen que fue un infarto lo que sufrió el músico y que podría haber sido causado por una sobredosis.

Frédérique Ameglio, funcionaria de la embajada de Francia de aquella época, estaba ahí cuando pasó: “En el concierto pude estar solo un rato. Me tuve que ir al Hospital Británico. Pero lo del bajista (Jo Dahan) no fue un infarto, por suerte. ¡Se le inflamó la pleura! El contraste de él y sus compañeros en el cuarto del hospital con el resto de los pacientes fue grandioso. Tendría que haber sacado fotos”.

Montevideo Portal I Javier Noceti

Montevideo Portal I Javier Noceti

“Había que operarlo enseguida”, agrega Alfonso Carbone, productor discográfico de larga trayectoria y responsable de organizar el show en AFE, junto con la Embajada de Francia, en Uruguay, que lo llamó, a sabiendas de su experiencia, y como representante local del sello discográfico del grupo, Virgin Records.

“Eran un par de locos jóvenes los de la Embajada, muy buena gente, y ayudaron mucho a que el descontrol que era todo esto, fuera un poquito menos” rememora Carbone. “Era muy difícil organizar cosas con los integrantes del grupo, si querías armar una conferencia de prensa, una entrevista, o lo que fuera. Los locos la estaban pasando bien. Desde mi lugar de productor, digamos, que no fue una experiencia convencional. Parecía muy delirante todo, pero a la hora de subirse al escenario fueron muy profesionales y dieron un gran show. Se divirtieron todo lo que pudieron y, después, cumplieron con su trabajo”.

"Cargo 92 mostró lo que era la creación contemporánea francesa en este momento en los años 90", agregó Ameglio.

Daniel Lefort era el agregado cultural de la Embajada de Francia y uno de los funcionarios que estuvo más involucrado en la aventura. “Hubo que rellenar las vías con toneladas de piedras para ponerlas a nivel con los andenes e instalar el escenario con todo el equipamiento de luces y sonido en el centro de la estación para tener una escenografía para todo el público”, explicó sobre la organización del concierto en un lugar no acostumbrado a estos eventos, como era el de la Estación Central de AFE. “También se trajeron de los depósitos dos locomotoras antiguas.

Durante el show, de repente, las locomotoras escupieron enormes fuegos artificiales que asombraron al público. Uno de los miembros de Royal de Lux, que era un genio de la pirotecnia, había rellenado las calderas con luces de bengala que iluminaron toda la estación”, recordó, y también quemó un poco la magia, pero vale su comentrario de backstage para guardar toda la historia completa.

La locura de ese concierto de Mano Negra en Montevideo está a un click de distancia ahora mismo. Es una banda en su mejor momento, sin planes y su ruta, eufórica y brutal, encendida con la llama de ritmos ancestrales de todas partes del mundo y dispuesta a terminar en cenizas. Entregada a una danza tan intensa que pudo contagiar al adusto público uruguayo que además de hacer pogo, esa noche bailó en un show de rock, como nunca antes lo había hecho.

Carbone rompe el mito de la multitud y recuerda que había una buena cantidad de público, pero nada del otro mundo, que no fue tanta gente como la que dice haber ido. Entre los presentes estaban Los Buitres, uno de los grupos teloneros, y Kongo Bongo, el otro grupo soporte, y el que más interactuó con los músicos de Mano Negra. Ahí estaban Álvaro “Apagón” Albino en voz (actual cantante de El Congo) y Alfredo “Chole” Giannotti en bajo (ex Abuela Coca) y puede que también otros músicos conocidos.

No son pocos los que dicen que sin Mano Negra no hubiera existido La Vela Puerca, o No Te Va Gustar, pero la conexión del Uruguay y la troupe del barco carguero que llegó de Francia propició otras iniciativas creativas menos conocidas, como la de Moxelis, un grupo teatral montevideano que fundó el francés Pascal Wyrobnyk, al poco tiempo de llegar aquí en el Cargo. Fueron diez años los que se quedó a vivir, compró un ómnibus de Cutcsa como escenario móvil y transporte y viajó por todo el país. Volvió a su patria en 2002 y regresó a Uruguay en varias ocasiones, con la compañía Payasos sin fronteras y la Royal de Luxe.

“Sin dudas ese concierto marcó a muchos artistas en Uruguay, porque hubo un cambio. No sé si fue un quiebre, como dicen algunos, pero se puede hablar de un momento en donde muchos artistas se influenciaron por ellos y así surgieron proyectos más atrevidos. Sin duda Mano Negra abrió muchas cabezas”, concluye Carbone.

Montevideo Portal I Javier Noceti

Montevideo Portal I Javier Noceti

El inigualable grupo francés siguió encendido por un tiempo, pero no mucho más. Ya había dejado discazos como Patchanka (1988), Puta´s Fever (1989) y King of Bongo (1991). “Fueron cuatro meses sin descanso y con personalidades muy explosivas” dice sobre esta gira uno de sus integrantes en el documental Pura Vida!

En 1994 Mano Negra llegó a Colombia y el periodista Ramón Chao (padre de Manuel y Antoine Chao) escribió todo lo sucedido con el grupo en ese país en su libro Un tren de hielo y fuego.

El escritor cuenta en la página 40: “Algunos integrantes de la Mano Negra disfrutan con el trabajo ya logrado. Para ellos, lo importante es mejorar continuando el mismo camino. Otros, siempre a la búsqueda de lo inesperado no se conforman con el éxito asegurado de lo ya hecho. Todo sucede sin violencia, en calma, una calma fría…” y termina por preguntarse, “¿Se trata del fin del grupo que sacudió al rock francés?”

Todavía de fiesta por el sur Manu Chao cierra su show con “King of the bongo”, y antes anuncia:

“¡Última ronda, última vuelta. Buenas noches, Montevideo!”.

______________________________________________________________________________________

Agradecimiento especial para: Darío Arce y Estelle Piaton de la Embajada de Francia en Uruguay, por el material de archivo.

______________________________________________________________________________________

Por Federico Medina