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Contenido creado por Valentina Temesio
Historias
Fotos pioneras

A 44 años de los fragmentos de la luz en un experimento clasificado llamado The Clash

El 16 de febrero de 1979, Bob Gruen fotografió a los integrantes de la banda tocando en Boston. La foto estuvo en Uruguay.

17.02.2023 12:34

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2023-02-17T12:34:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

A la puerta del laboratorio le habían puesto reconocimiento dactilar y un cartel que indicaba que era una facilidad privada del gobierno. Aunque lo que sucedía, sucedía en una universidad de poco prestigio, el científico encargado del experimento había tenido la agilidad como para ir a comentárselo a la oficina municipal más cercana.

Desde entonces, para entrar al laboratorio que siempre le había pertenecido y del que no tenía más que una llave chata, debía lavarse las manos, secárselas con el aire, posar el dedo sobre el sistema de reconocimiento e ingresar.

Las luces del techo también llevaban su huella dactilar, así que apenas daba un paso tenía que girar a la izquierda para encontrar otro sistema que, finalmente, le permitiría trabajar. Todo iluminado. La luz blanca y fría.

Cerró la puerta detrás de sí y desde entonces solo distinguía el paso del tiempo con un reloj, al que le revisaba las pilas de a ratos. Allí no se escuchaban ni los gorriones de las canchas, ni la charla de sus colegas, ni los motores lejanos de los autos y los ómnibus.

Dentro, las paredes aislaban todo el sonido. Lo importante no era que no entrara, sino que no saliera.

Se acercó a la mesa de hierro en el centro de la habitación, esa que contenía el prototipo del experimento en el que venía trabajando hacía meses. Hasta el momento, mientras que no encendiera la consola, se trataba de unos focos de luz de unos veinte centímetros y luego una lámina de vidrio, a unos cuarenta centímetros.

Anotó las condiciones de ese día en una hoja: temperatura del ambiente, temperatura de su cuerpo, los alimentos que consumió, los gases a los que estuvo expuesto, su estado emocional y la cantidad de decibeles que percibía.

Eran cero. Ninguno. Silencio.

Luego, la apoyó al lado del prototipo y tocó el botón más grande de la consola, el que prende los focos. Con una perilla reguló la luz con la intensidad que necesitaba y se alejó unos pasos. Desde esa distancia, nada, ninguno, silencio.

Se agachó flexionando las rodillas y se acercó hasta dejar la nariz a pocos milímetros de la mesa. Y volvió a verlos, como cada vez que probaba el prototipo.

Delante de sus ojos aparecía una formación de cuatro músicos tocando rock and roll. Por sus atuendos, parecieran de finales de los 70, pero ya le había confesado al gobierno que no estaba seguro de que así lo fuera.

De a poco, casi como un susurro, como un búho o como el viento, escuchó primero la batería. El bajo, la guitarra. La voz del cantante. De a poco, casi como un grito, como un pájaro herido o como un huracán, empezó a escucharlos bien fuerte.

Se movían por todo el escenario, saltaban, vibraban. Podía verles, desde allí, las gotas de sudor, las lágrimas, las camisas mojadas. Podía ver el agua salpicando en los tambores. Lo que también escuchaba, pero aún no descifraba, era que la letra de la canción que cantaban era en inglés. De lo poco de ese idioma que sabía, podía identificar dos palabras que se repetían: London calling.

Lo que vio un científico en un experimento clasificado por el gobierno de su país podría haber sido un fenómeno extraño en el que la luz fragmentada mostraba, en vez de un arcoíris de colores, a cuatro hombres tocando rock and roll.

Sin embargo, no se trata de eso. Son Paul Simonon, Topper Headon, Joe Strummer y Mick Jones de The Clash tocando en vivo en Boston. Ese 16 de febrero de 1979, el reconocido fotógrafo de rock Bob Gruen estuvo para fotografiar la escena de un The Clash que, casi un año después, estaría mostrando el famoso London Calling.

Ahora, esa imagen inmortalizada está expuesta en el balneario de Santa Mónica, en el Club Cultural PIONERO en conjunto con The Music Photo Gallery.

***

The Music Photo Gallery es una galería con base en Nueva York que cuenta con el derecho de las fotos más icónicas —la de Debbie Harry, una de ellas— de la historia del rock. Las que toda la vida vimos en revistas: bueno, esas. Y por primera vez presenta una muestra colectiva en Uruguay. El lugar es el Club Cultural PIONERO (ruta 10, kilómetro 177,5), esa hermosa iglesia del rock and roll que esconde el balneario de Santa Mónica en Maldonado.

Por Federica Bordaberry