Por Gerónimo Pose | @geronimo.pose
John Cale abandonó The Velvet Underground en 1968, después de tocar en el Boston Tea Party. Llegó a grabar el icónico álbum de la banana, que contó con la participación de Nico y la producción artística de Andy Warhol, al igual que White Light / White Heat (1968). Un disco considerado, junto al homónimo de los Stooges, uno de los primeros discos de protopunk. Resulta curioso saber que ese mismo disco de los Stooges contó con la producción de Cale.
Nació el 8 de marzo de 1942 en Carmarthenshire, una pequeña localidad de Gales. Estudió música brevemente en una universidad en Londres. Más tarde, en 1963, se trasladó a Nueva York para experimentar de primera mano la efervescente escena artística que se estaba desarrollando.
Cale se desempeñó como violinista, bajista, y tocó el órgano en innumerables composiciones dentro de The Velvet Underground. Pero fueron los fuertes choques con Lou Reed los que lo empujaron a dejar la banda. Incluso se ha comentado la posibilidad de que la salida de Cale del conjunto no haya sido decisión del galés, sino más bien una advertencia de Lou Reed hacia Moe Tucker y Sterling Morrison, miembros de la banda. Si no se iba Cale, se iba a terminar el proyecto.
Son varios los documentales que retratan el periodo compositivo de la banda. Quizás el más llamativo sea el que realizó Todd Haynes en 2021, al cual bautizó con el nombre de la banda.
Vintage Violence (1970) aterrizó el 25 de marzo de 1970, a través de Columbia Records. Fue producido por Lewis Merenstein, conocido por ser el productor de Van Morrison, y por el propio Cale.
Está conformado por 13 canciones. Antes de dedicarse a la composición de estas, tuvo un breve pasaje como productor. Habiendo mencionado su trabajo en el disco homónimo de los Stooges, que apareció en 1969, también metió las manos en dos discos de Nico: The Marble Index (1968) y Desertshore (1970).
Cambiar el chip no le resultó fácil, venía poniendo todos sus esfuerzos en la Velvet y la creación grupal. De repente, tuvo un horizonte amplio en el cual podía colocar su imaginación y estirarla hasta alcanzar los límites que él quisiera, pero tanta información le resultó abrumadora. Fue entonces que, antes de detenerse a componer de nuevo, decidió trabajar como productor y arreglista.
Se puede argumentar que uno de los pocos temas explícitamente rockeros es el que abre el disco. "Hello There" cuenta con un piano y una cadencia que marcan un ritmo que no consigue ser sincopado. Luego estalla en el estribillo. Un estribillo que no dialoga con el desarrollo de la canción, sino que disminuye su velocidad y se convierte velozmente en un momento blues dentro del disco.
Las influencias son principalmente del rock country, y fue una de las principales críticas que en su momento se le hizo a la obra. Otras de las anotaciones y referencias que podemos hacer son el eco-reggae y slow tempo, el rock steady que por momentos brilla en canciones como "Gideon's Bible". Aunque la misma podría traducirse también como un intento de Cale de realizar una balada, subgénero en el que luego ahondará en trabajos posteriores, como Paris 1919 (1973) y Church Of Anthrax (1971). Luego emerge el country como un largo suspiro en "Adelaide", una canción jovial y divertida que habla de hacer un viaje a Australia para ir a buscar a Adelaide y llevarla a un lugar donde el clima sea bueno.
John Cale (1983)
"Big White Cloud" reduce su cadencia, su tempo, y nos instala en otro paradigma totalmente distinto. Podría definirse como una balada que coquetea con aspectos espaciales del dream pop. Algunos hablan de conexiones entre esta canción y "Cloudy Shoes", de Damien Jurado. Suena hipnótica; no solo por la gran nube blanca habitando en él, sino por la repetición. Las vueltas de acordes que parecen estirarse en medio de ese paisaje compuesto por cuerdas y pianos. El golpe reverberado del redoblante, los coros y la melodía vocal de Cale se mueven como un pequeño vals dentro del espacio.
El presupuesto con el cual se grabó fue solo de 15 mil dólares, y no es un disco al que el galés vuelva tanto. No lo desprecia, ni mucho menos reniega de las composiciones, pero sí las encuentra simplistas.
Previo a su periodo como productor y a encerrarse a componer estas canciones, Cale tuvo un efímero intento de formar otra banda. La bautizó como Penguin y estaba conformada por Garland Jeffreys, Ernie Corolla, Harvey Brooks, Stan Szelest y Sanford Konikoff, quien supo ser baterista de 1965 a 1967 de The Band.
A pesar de contar con la producción y ayuda de Lewis Merenstein, es decir, teniendo a Columbia Records como un sostén o una espalda, solo sobrevivió a las grabaciones de Vintage Violence. Es curioso y, por ende, se comprenden los tintes de folk, country y reggae que tiene el disco.
Detengámonos, por ejemplo, en Garland Jeffreys. El músico se ha desarrollado como un exponente dentro de estos géneros, sumémosle el blues. Sus guitarras se perciben y se sienten dentro del disco. Incluso una de las canciones, la que cierra el LP, "Fairweather Friend", es obra del propio Jeffreys.
Es preciso aclarar que casi todos los miembros formaban parte de The Shagrat, un grupo de sesionistas que trabajó en varios proyectos de ese período.
También cuenta con la colaboración de Brian Eno en "Big White Cloud", aportando sintetizadores y pianos. El hecho de su amplitud, quizás, sea gracias a la habilidad de Eno.
Lo interesante es que solo un año después lanza Songs For Drella (1990), con nada más ni nada menos que Lou Reed. Uno imagina que lograron hacer las paces, o ir más allá y pensar que las duplas creativas, cuando crean y forjan un lazo tan estrecho e indestructible, quizás jamás dejen de componer juntos. Quizás jamás cese su necesidad de buscar en otras voces, en otras manos, nueva habilidad y visión.
Vintage Violence, con esa portada que muestra a Cale con una máscara de plástico transparente, obra de Isi Valeris, no fue un éxito comercial.
Al diario El País en 2003 Cale le dijo que, hablando de The Band y The Byrds como principales influencias del disco, aquellas bandas eran menos avant-garde de lo que estaba acostumbrado a hacer. El disco es mucho más melódico y más accesible que cualquier otro álbum grabado en esa escena neoyorquina de mitad y finales de los años sesenta.