Documento sin título
Contenido creado por Manuel Serra
Música
Surfin’ Uruguay #1

Agarren sus tablas: la génesis y los vericuetos del surf en la música uruguaya (60 y 70)

Se viene la octava edición del FestiSurf, la oportunidad perfecta para zambullirse en la historia de los sonidos reverberantes uruguayos.

23.02.2023 14:57

Lectura: 10'

2023-02-23T14:57:00-03:00
Compartir en

Escriben Lalo Montes (@lalo_montes86) y Tito Sónico (@thesupersonicos)

Actualmente, podemos decir que la música surf se ha ganado su lugar —por más pequeño que sea— en el cancionero uruguayo, pero no siempre fue así. Cuando se conocieron a principios de los 60 eran pocas las bandas que se animaron a incorporar en sus composiciones los sonidos surferos que llegaban del norte, y la mayoría lo hacían de manera casi deficiente. Durante estas décadas no podemos hablar de bandas surf uruguayas propiamente dichas.

Pero empecemos por el principio. El surf se practicó durante siglos en las costas de Hawái, la Polinesia y en el Perú —buscá “Caballitos de Totora” en Google—, pero fue gracias a Hollywood que el deporte se masificó en 1959 con dos películas legendarias: la comedia Gidget, de Paul Wendkos, y el documental Slippery When Wet, de Bruce Brown. Cabe destacar que en ambos filmes no había ni rastros de música surf, para eso hay que esperar unos años más.

A esta popularidad que comenzaba a vivir el deporte, en parte gracias al cine y a la aparición de la fibra de vidrio y el poliuretano que avivaron la frenética fabricación de tablas, aún le faltaba una banda sonora. Si bien músicos como Eddie Cochran, Link Wray o Duanne Eddy y bandas como The Torquays o The Fireballs ya habían dado indicios de lo que sería la música surf, fue recién en 1961 que el género terminó de definirse sonoramente.

Ese año Dick Dale & his Deltones editó “Let’s go tripping”, considerado la piedra angular del sonido surf. El secreto de su innovación estaba en el reverb, un dispositivo desarrollado por Leo Fender a pedido del propio Dick para imitar el sonido de su mano al tocar la ola cuando pasaba por el tubo de esta. Este último decía que, para hacer música surf, se necesitan tres cosas: el equipo, la técnica y la actitud con que se toca la guitarra.

También en 1961, los Beach Boys, encabezados por Brian Wilson, lanzan el single “Surfin” / “Luau”, dándole un nuevo giro a las armonías provenientes de los años cincuenta y estableciendo las reglas de lo que podemos considerar la música surf cantada. De ahí en más se desató una furia de bandas que grabaron grandes clásicos, como “Pipeline”, de The Chantays, de “Wipe Out”, de The Surfaris, en 1962 y 1963 respectivamente.

10 elementos básicos para reconocer el estilo surf:

1. Reverb.

2. Más reverb.

3. Guitarra eléctrica como instrumento principal, a veces puede ceder el espacio a un saxo o teclado.

4. Uso de las técnicas de guitarra staccato, glissando y palanca.

5. Equipación: a) Guitarras Fender en sus variantes: Jazzmaster (Stratocaster si no hay más remedio). También están autorizados los modelos de la marca Danelectro, Mosrite, Gretsch; b) Amplificadores: Twin 65, Showman, Vibrolux. Reverb Cabin.

6. Cuerdas gruesas y púas duras.

7. Línea de batería repetitiva: pum, papa, pum, papa (si es baterista entenderá).

8. Temas instrumentales o con armonías vocales, cortos y sin pretensiones (virtuosos abstenerse).

9. Uniformes: camisas con rayas de dos a tres colores o con diseños hawaianos. Se admiten máscaras de lucha mexicana.

10. Un poco más de reverb.

¿Surf o twist? El “nacimiento” de la música surf en Uruguay

Dicen que a Uruguay todo llega tarde, y el surf como deporte y género musical no corrieron mejor suerte. A inicios de los 60 podemos encontrar a los primeros valientes que se animaron a domar las turbias olas de la playa Pocitos: Vispo Rossi, Ariel González Testen, Jaime Mier, entre muchos otros que se fueron sumando. Para conocer más de esta etapa fermental recomendamos leer el libro Playa sola, de González Testen, editado en 2018 por Estuario.

A mediados de los años 60 podemos situar a los primeros intentos uruguayos por emular los sonidos de la música surf. Es importante resaltar que, para esas fechas, el género como tal estaba muerto en EE. UU. y los únicos exponentes con éxito mundial eran los Beach Boys, que fueron capaces de adaptarse a los nuevos sonidos que trajo el movimiento beat con los Beatles y los Rollings Stones a la cabeza.

En 1963, la banda ítalo-uruguaya Los TNT se encontraba en España y era parte de la escudería del sello Belter, con el que editaron una importante cantidad de simples y hasta logran sumar a su extensa discografía un long play. Es precisamente en este último que podemos encontrar un cover del clásico “Surf City”, compuesto por el dúo americano Jean and Dean, pero los hermanos Croatto (Tim, Nelly y Tony, por eso Los TNT) lo sacaron bajo el nombre “Dos chicas para mí”.

Un año más tarde, Los Iracundos editan Stop, su primer LP, que incluye “Baila surfing”, una composición propia, que está más cerca del twist que del surf, pero podemos considerarla como pionera del género en nuestro país. Por esa época, Los Swingers de Salto editan en el sello argentino Suncastle “Veneno”, compuesta por el italiano Nino Rota que, más tarde, se haría conocida por ser parte de la banda sonora de El padrino de Francis Ford Coppola en 1972.

Cabe destacar que Los Iracundos, a pesar de haber virado hacía sonidos más melódicos a finales de la década, siguen intercalando discos cantados con otros instrumentales, aunque ninguno puede encasillarse dentro de la música surf totalmente. Para conocer esta faceta media surfer de la banda recomendamos escuchar: “Mate cocido”, “Los locos Adams”, “Jinetes en el cielo”, “Caravan”, “Hava Nageela”, “Fiebre en la jungla”, “Guitar tango”, “Jerusalem” y “Apache”.

A mediados de los 60 nace Tonal, un sello nacional dedicado a la música folclórica, que editó a artistas como Alfredo Zitarrosa y Los Olimareños, entre otros. En 1965 ve la luz una verdadera anomalía dentro de su catálogo, el primer y único trabajo de Los Vanguards. Cuatro temas con claras influencias beat, entre los que destacamos “Buscándote”, único tema instrumental, de composición propia y con las características de las mejores obras surferas.

En 1966, la RCA Victor de Argentina lanza el primer simple de Los Bulldogs, donde figura “Misirlou” de Dick Dale (la de Pulp Fiction). Ese mismo año, la banda Los Inadaptados graban dos canciones instrumentales: “Dedos helados”, con un riff bien surfero, y un cover de Pete Rose, “Lágrimas de tigre”. Un año más tarde, Les Renards graba “Mr. Moto”, de la banda yanqui Belairs de 1961. Estos dos últimos discos se tratan de grabaciones particulares editadas por el sello Rodnos.

La música surf llegó a Uruguay cuando ya estaba olvidada en EE. UU. y en plena beatlemanía, por lo que pasó casi que desapercibida. A pesar de haber tantas bandas instrumentales, ninguna se interesó en el sonido surf y aquellas que le prestaron algo de atención les fue imposible reproducirlo con exactitud, seguramente a causa de problemas técnicos y falta de equipación, así como falta de técnica por parte de los músicos.

Los tumultuosos setentas

La década del setenta tenía a Uruguay maniobrando en medio de fuertes turbulencias ideológicas y la música era una forma de cantar una postura política ante la vida. A pesar de eso, la música instrumental no perdió terreno, ya sea por bandas que tenían algún que otro tema sin voz o por aquellas que decidían no tener un cantante en sus filas. Pese a que se grabaron algunas versiones y composiciones uruguayas, estas no fueron capaces darle más vida al género surf.

Pero no todo está perdido y durante esta década se graba lo que se conocerá como el himno del surf uruguayo: “Mi tabla, el mar y yo”. Una canción que podríamos encasillar dentro del “surf folk”, compuesta a cuatro manos por los pioneros del deporte: Carlos Pardeiro y Ariel González Testen. Carlos comienza a escribirla estando en Buenos Aires, siendo parte de Los Mockers en 1968, y fue junto con Ariel, en algún campamento en Cerro Chato, que terminan de darle forma.

Carlos Pardeiro y Ariel González Testen en el valle Wainiha, Kauai (1970). Foto: archivo personal de Ariel González Testen

Carlos Pardeiro y Ariel González Testen en el valle Wainiha, Kauai (1970). Foto: archivo personal de Ariel González Testen

Lo curioso del tema es que se editó en 1971 en dos países distintos y casi al mismo tiempo. En nuestro país la graba el grupo vocal Escala 5, una agrupación muy alejada del mundo de las olas y la playa, pero, así y todo, la incluyen en su primer disco. Al mismo tiempo fue editada en EE. UU. bajo el nombre “The surfer” por la cantautora canadiense Buffy Sainte-Marie en She used to wanna be a Ballerina.

Los caminos de Ariel, Carlos y Buffy se cruzan en algún punto de las islas de Hawái y es ahí donde la canadiense conoce la composición de los uruguayos y los invita a grabarla en su próximo disco. Oferta imposible de rechazar. Es así como el tema se edita bajo el nombre de “The surfer” por el sello Vanguard en el disco de Buffy. Incluso aparece en el documental The forgotten Island of Santosha, de Larry Yates, en 1974, junto con otras composiciones de Pardeiro.

No podemos olvidar que Los Iracundos continúan en la línea de los años anteriores, sumando discos instrumentales y cantados a su ya extensísima discografía. Con un sonido alejado del surf, pero más cercano al sonido de las bandas instrumentales del momento, como pueden ser The Ventures. Temas como “Apache”, “Danza ritual del fuego”, “El Mundial” y “La cumparsita”, son claros ejemplos de su ductilidad en varios estilos. Consultar la playlist más arriba en la nota.

Otros muy distantes del reverb, pero que aún así integran esta historia, son Los Tábanos, provenientes de Cerro Largo, quienes en su primer disco Esperame que pronto volveré, de 1977, incluyen una versión de “Mr. Moto” —al igual que Les Renards—. Un año más tarde, en su segundo trabajo Cantando con el corazón, graban “Veneno” —al igual que Los Swingers—. En 1979, graban otros instrumentales cercanos al surf: “Federica” y “Te perdí”.

Al igual que había ocurrido en los 60, la música surf seguía sin encontrar un aliado en las bandas uruguayas y en los 70, cuando de casualidad lograba formar parte de algún disco, se perdía entre porteñadas y sonidos disco que acompañaban letras edulcoradas de desamor, bailes y pantalones oxford. Tendremos que esperar aún unos años más para contar con una banda 100% abocada a los sonidos reverberantes, pero de eso hablaremos en la próxima entrega.

Para que la espera sea más soportable, los invitamos a sacar su entrada para el FestiSurf. ¿Cómo? Entrás en este link, la comprás y listo. Este año la fiesta del surf uruguayo tendrá lugar en Plaza Mateo, el próximo sábado 25 de febrero a partir de las 19:00 horas y contará con los argentinos The Tormentos, los daneses The Tremolo Beer Gut y los locales The Supersonicos, Los Reverb y Les Missiles. Los esperamos en la segunda parte de esta genealogía del surf en Uruguay y en el festival.