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Contenido creado por Manuel Serra
Música
Pizza y champagne

Agustín Casulo: “Siento que es un buen disco para conocer mi música”

El uruguayo de 26 años estrena Pop Champagne, su nuevo disco, que cuenta con varias colaboraciones.

01.09.2022 16:00

Lectura: 5'

2022-09-01T16:00:00-03:00
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Este será el cuarto álbum de estudio de Agustín Casulo. Un disco que lo volvió a acercar a la música un poco más “orgánica”, pero sin perder el carácter pop y urbano propio de su trayectoria; los instrumentos conviven con los beats y las baterías electrónicas. Un medio camino entre la canción, en su forma más tradicional, y la base de la música urbana. Las letras hablan de crecimiento personal, del desamor, de los altibajos emocionales en la carrera y de la vida de un músico.

Se trata de ocho tracks que cuentan con la colaboración de Eros White, Zeballos y Luis Angelero. Fue coproducido junto con Santiago Marrero, productor y tecladista de El Cuarteto de Nos. Fue mezclado por Nicolás Demczylo en Uruguay y por Perci en Argentina, y masterizado por Vacuum Mastering en España.

Pop Champagne se estrena el viernes 2 de setiembre, aunque ya se puede escuchar “El Plan”, el único sencillo que Casulo publicó como adelanto. El músico y productor presentó algunos de los temas de su nuevo disco de forma íntima en el ciclo musical Dale Play, que hospeda el bar Varsovia (Maldonado 1986) en Montevideo. El domingo 11 de setiembre a las 19:00 horas en el bar La Cretina (Soriano 1236) también presentará algunas de estas nuevas canciones.

¿Qué te llevó a trabajar en este disco?

A fines de octubre del año pasado, junto con Boni, hicimos nuestra primera Trastienda presentando nuestras canciones. Una vez terminada esa etapa, y toda la locura que fue producir un show de esas características, quedé a solas con ese vacío que llega después de lograr algo que querés. En ese momento, sintiendo un montón de cosas, decidí embarcarme en el disco porque tenía un montón de cosas guardadas de las que hablar. Bueno, a partir de ahí comencé a reclutar el equipo de trabajo y a escribir las canciones.

¿Cómo dirías que es tu dinámica de trabajo?

Es bastante rutinaria si se quiere, al menos en las etapas más tempranas del álbum. Madrugaba todos los días y me ponía a trabajar con la guitarra, el piano o la compu, sobre todo porque sabía que quería estrenar el disco este año. Al cabo de un tiempo, tuve varias ideas que poco a poco empezaban a madurar. Algunas sobrevivieron el proceso hasta el final y la gran mayoría quedaron guardadas para otro momento.

¿Qué es más importante?, ¿las letras o la música?

Ambas son las herramientas base que tiene alguien que hace música para poder comunicarse y, si bien hay géneros en los que pondera más un buen beat cuando en otros que la letra acapara ese lugar, no creo en la supremacía de una sobre la otra como algo absoluto.

Si tuvieras que definir las tres influencias más directas en tus canciones, ¿cuáles serían? ¿Y por qué?

Para quienes conocen mi música, desde que empecé a mostrarla allá por 2015, saben que lo único estable en este proyecto es el cambio. Tengo la suerte de, por alguna razón u otra, siempre me llega nueva música, y un poco lo busco. Siempre estoy atento a nuevos lanzamientos y voy a ver pila de shows en vivo, entonces eso te da estímulos a la hora de componer o algo, es una data que queda ahí y luego baja medio por si sola. Por suerte o casualidad, cuando empecé con este proceso del disco, conecté de nuevo con la música un toque más orgánica y salí un poco de ese sonido más digital del que venía. Tres discos que escuché durante ese proceso fueron Post Mortem de Dillom, El Madrileño de C. Tangana y Préstame Un Sentimiento de Cupido, que son tres trabajos que logran, a mi gusto, una fusión hermosa entre la canción de autor y todo lo que es el mundo más urbano, que es un poco la búsqueda que estoy atravesando hoy en día.

¿Cómo es trabajar en un álbum en esta era de plataformas?

Igual que antes, al menos para mí. Salvo que el medio de distribución es otro, y hay que intentar conocer un poco ese lenguaje si el objetivo es no quedar ahí perdido en esa nube. Por eso es necesario empezar a conocer las mañas de ese universo propiamente dicho; al menos hay que saber un poco de distribución, de publicidad, de métricas y todo eso. En mi caso, fue un trabajo en el que me metí una vez terminé de hacer la música, para contaminarla lo menos posible de expectativas que, quieras o no, aparecen cuando arrancás a hablar de números y todo eso.

Si tuvieras que decidir un disco perfecto, ¿cuál elegirías?

Back to Black, de Amy Winehouse. Es un no-skip álbum.

¿La última canción que escuchaste?

Yen3, de Lisandro Skar.

¿Y el libro que leíste?

El camino del artista, de Julia Cameron.

¿Qué te gustaría que sintiera la gente al escuchar tu disco?
Siento que el disco me súper representa, tanto líricamente como a nivel musical, tiene un poquito de todas las etapas musicales que atravesé en mi vida y, por eso, siento que es un buen disco para conocer mi música. Me gustaría que la gente sienta ganas de escucharlo más veces.