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Contenido creado por Catalina Zabala
Música
Generación de cristal

Agustina Giovio: "Aprendí a cubrir todos los roles y a usar todos los gorros"

La cantante uruguaya presenta su primer show este jueves 8 de agosto, en Magnolio Sala.

31.07.2024 18:51

Lectura: 14'

2024-07-31T18:51:00-03:00
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Por Catalina Zabala | @catazabalaa

"Yo estaba en Nueva York viviendo el sueño, me iba a gozar y no me iba a importar nada". Agustina Giovio dice esto, en entrevista con Latido BEAT, antes de hablar de cómo en esa gran ciudad, estando sola, conoció la ansiedad. 

Con la pandemia, se vio obligada a volver a Uruguay. Sin embargo, esta situación le permitiría encontrarse con un terreno fértil para explorar, con el que no contaba. 

A raíz de algunas experiencias positivas, pero también de otras muy negativas, comenzó a escribir. Su primer álbum, Generación de cristal, utiliza un tono crítico y algo irónico para relatar los sentimientos que estas vivencias despertaron en ella, intentando dar voz a los jóvenes de su generación. 

Hoy, cuatro años después de la pandemia, Agustina celebra la comunidad de fans que ha construido, la cual se termina de hacer notar agotando las entradas para el primer show de la cantante, que se presentará en Magnolio Sala. 

Cortesía de producción

Cortesía de producción

¿Cómo viene siendo tu ingreso en la industria musical?

Yo estaba viviendo en el exterior, en Estados Unidos, porque me dieron una beca de comedia musical. En la pandemia, cuando el mundo se cierra, mi familia me pide por favor que volviera. Yo no estaba muy a favor, pero ellos me decían que no podía estar sola en una ciudad como Nueva York. El trabajo que tenía allá había cerrado, porque yo hacía obras de teatro musicales, y no sabía cómo ni de qué iba a vivir. Yo venía de no tener tiempo libre en Nueva York, porque trabajaba y estudiaba, y cuando llego a Uruguay, me encuentro por primera vez con tiempo libre, y en pandemia.

Lo primero que empecé a hacer fue dar clases de canto, porque era lo que yo sabía hacer, pero se me ocurrió ponerme a componer. Era algo que me gustaba y que no había tenido tiempo de hacer, y así fue que empecé a explorar. La primera canción la saqué medio en joda, como para hacer algo, y empecé a subir pequeñas composiciones a las redes. A la gente le gustaba mi forma de escribir, y por ahí me contactaron unos artistas para que les escribiera canciones a ellos. Me contactó un sello también, y ahí me di cuenta de que me encantaba esto.

En 2022 empiezo a encontrar más mi identidad y a pisar más fuerte, y la verdad es que el Uruguay me sorprendió. Mi país me sorprendió porque yo admito que estaba negada. Toda la vida me habían dicho: "Si querés ser artista, no es en Uruguay, te vas a tener que ir". Pero me sorprendió, desde que me volví de la pandemia la gente me abrió puertas: me llamaron para festivales, para abrir shows de artistas re zarpados, y yo no tenía ningún contacto ni nada.

Empecé sin nadie, mandando mails. Laburé mucho, aprendí a hacer gacetillas, aprendí a cubrir todos los roles y a usar todos los gorros. Miro mucho YouTube, aprendo mucho, y de a poco se fue formando como una empresa. Empecé a tener músicos: en cuanto me pagaban, yo les pagaba a ellos, y no sé cómo sucedió, pero terminamos yendo al Cosquín Rock.

Cortesía de producción

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¿Hasta qué punto genera inseguridad el empezar a delegar?

Es re difícil encontrar un equipo. Con los músicos tuve mucha suerte; los que empezaron conmigo tocando en bares, son los mismos que me acompañan hoy. Y obviamente, como una familia, tenemos nuestras cosas. Pero parece que hubiera hecho un casting: son perfectos cada uno para su posición. Yo antes quería tener un manager zarpado o un sello enorme, y hoy en día, mi manager es mi madre.

Lo que aprendí es que, en realidad, lo que más importa del manager es que te cuide, y nadie se va a preocupar más que tu madre, por lo menos en mi caso tengo esa suerte. Me preocupaba porque mi madre no sabía nada de música, pero ahora todos han aprendido un poco. Me ayudan todos, y estoy muy agradecida.

¿Cómo era tu vida antes de dedicarte a la música?

La música siempre estuvo en mi vida, siempre fue mi personalidad. Fui a varios colegios y en todos sabían que yo cantaba, siempre estaba para esa, siempre me destacaba en música, en la materia era íntima del profe, me quedaba después de hora y me pasaban piques. De chica me gustaba mucho actuar, y en verdad, hasta los 10 años quería ser bailarina. No quería ser cantante, sabía que más o menos afinaba una nota, pero quería ser bailarina. De chica mi vida iba en torno a la danza: hice tap, jazz, ballet, hip hop, todo eso.

Siempre hallé algo en la música que no hallaba en el resto de la vida: yo veía que mis amigas, cuando nos hacíamos adolescentes, sentían mucha emoción por ir a las matinees, a salidas, por las primeras reuniones, el primer beso o el primer novio, y a mí nada de eso me emocionaba tanto. Todo lo que a mí me emocionaba más era la música. También es un peligro, y es algo que mi madre me repite mucho, y es que hay que tener pilares en la vida.

¿Cómo cambió tu vida antes y después de dedicarte a esto? 

Yo soy alguien muy orgullosa con el tema económico. A los 16 años yo quería tener mi plata y no depender de nadie. Saber que podía dar un portazo en mi casa e irme. Y en la música eso es algo complicado, porque hay altibajos. A los 16 empecé a dar clases de canto y de comedia musical, y entendía que quería ser artista, pero quería tener un sueldo fijo para estar tranquila. Hasta el día de hoy sigo dando clases, porque necesito esa seguridad. También tengo un programa de streaming, que es algo fijo, porque todavía me cuesta hacer el click de decidir dedicarme solo a la música.

El año pasado daba el doble de clases, y este año confié en que a mi música le iba a ir mejor e iba a tener más shows. También trabajo mucho con marcas, pero siempre me gusta tener algo fijo porque me mantiene los pies en la tierra. Si en un período no hay shows, no me puedo deprimir porque tengo que ir a trabajar igual. Creo que en este momento si solo me dedicara a la música y a los shows, no tendría mi cable a tierra. Eso me lo dan mis alumnos. Tengo alumnos que son abogados pero vienen a cantar porque les gusta, tengo otros chiquititos que me hablan de cualquier cosa y me hacen conectar con mi niña interior, así que por ahora, mientras pueda voy a seguir dando algunas clases y tener un poco de vida más estructurada. Me sirve la rutina. 

Cortesía de producción

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¿Cómo surgió eso de dar clases?

No fue desde la necesidad. Nunca me faltó nada, y mi familia siempre me dijo que no era necesario, pero yo no sé por qué, siempre quise saber que podía irme de mi casa y no deberle nada a nadie. También quería irme a Estados Unidos y poder ser independiente allá. Yo iba a una escuela que se llama Groove, y ellos me dijeron que necesitaban profes. En ese momento era alumna, pero le venía metiendo desde hacía rato y me estaba volviendo más profesional. Ya había hecho una obra de teatro musical profesional, en teatro infantil, producido por ellos. Así apareció mi primer trabajo fijo. Tenía un montón de horas, daba 8 horas de clase por día. También me entrenó mucho a tratar con gente y leerla, para después trabajar en la industria, que a veces es medio complicada. 

Estuviste estudiando en Estados Unidos. ¿Cuál dirías que fue el mayor aprendizaje que te trajiste de allá? 

En la música, muchas cosas. Musicalmente me nutrí mucho, y yo creo que en la vida, a cuidarme. Yo tenía 17 y era inconsciente, vivía para la joda, metía mucha noche, y me creía más fuerte de lo que era. Decía que podía ver cosas oscuras que se dan en la noche, cosas medio turbias, y que no me iban a afectar en nada. Yo me creía muy fuerte, y allá fue la primera vez que experimenté lo que es la ansiedad, los ataques de pánico, de lo cual hablo mucho en mis letras.

Entendí que no era tan fuerte como yo me creía. Yo estaba en Nueva York viviendo el sueño, me iba a gozar y no me iba a importar nada. Podía dormir dos horas y seguir para adelante, y ahí tuve que escuchar a mi cuerpo por primera vez y decir: "Pará loca, no sos tan fuerte como pensabas". Tuve como una regresión a la infancia de alguna forma, volví a decir "mamá te necesito". Estaba en una etapa de adolescente rebelde. Ahora tengo 24 y mi manager es mi madre. 

Cortesía de producción

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¿Ves dificultades a la hora de aplicar conocimientos aprendidos en Estados Unidos a la industria uruguaya? 

Lo agradezco por un lado, y por otro me hace gracia, porque allá es disciplina militar. Sobre todo en comedia musical. Yo perdí un examen por no tener los labios rojos. Me perdí una clase por llegar un minuto tarde. Pero acá no pasa nada. Cuando volví, estaba tan acostumbrada a la disciplina, que en los ensayos yo caía de moño engominado, y 00 estaba ahí. Ellos caían con el mate, 10 minutos después. 

Acá me gusta lo descontracturado que es, porque siento que te deja mostrarte como sos. Todo esto lo viví en el mundo de la comedia musical. No viví tanto la experiencia solista como artista allá, porque estaba muy dedicada al teatro musical.
Colaboraste con Papichamp: ¿Cómo se dio y cómo fue la experiencia?

Eso fue rarísimo. Es un tema que nunca toco, porque siento que ahí estaba arrancando y no me hallaba mucho, no sabía bien lo que estaba haciendo. En realidad yo le hablé a Papichamp y le pregunté si quería hacer un tema. No sé por qué le hable a Papichamp, él me siguió en Instagram y yo me emocioné porque me había seguido un famoso. Le hablé y me dijo que sí, que le mandara la pista. Esa canción está producida por mí, hoy en día creo que la borré de todos lados menos de Spotify, porque no se puede. Pero le hablé, él muy buena onda. Era en pandemia, o sea que no nos llegamos a ver, no lo conozco en persona. Hoy en día en mi banda es un meme: me dicen de tocar la de Papichamp, y yo les pido por favor que no. Pero él es un capo, me dio re para adelante en ese momento.

Cortesía de producción

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Abriste múltiples shows: ¿Cómo es el proceso de pactar la apertura de un show? ¿Depende solo de producción o la iniciativa es tuya? 

Está re bueno que me lo preguntes, porque mucha gente piensa que tengo contactos para eso, y yo respondo que ojalá, pero no. Si tuviera, los estaría usando. Ahora estoy más contactada, pero en su momento no. Yo lo que hice, y se lo recomiendo a cualquier artista, era ver que una productora traía a un artista, y mandar mail. Digo que me interesa abrir el show, y pregunto si hay chances. Para el primer artista, que fue Tiago PZK, me dijeron que ellos mandaban opciones al artista, y que él o su equipo elegía. Me dijeron que me mandaban como una opción.

Para lo que ando muy bien, y lo voy a admitir, es haciendo la gacetilla, que es como el pdf del artista. Es difícil, porque te tenés que vender a vos misma. Poner "Agustina, la promesa uruguaya". Yo mandé todo eso hecho por mí, y tres días antes del show me avisaron que el equipo de Tiago me había elegido. Vos tenés que tener el show listo y con lo que ellos quieran que tenga. Cuando te mandas, tenés que seguir los requisitos del artista principal. Después de esas primeras experiencias, la productora te puede proponer a otro, pero la última decisión siempre la tiene el artista.

Con María Becerra me pasó que yo ni les había dicho que estaba interesada, pero ellos tenían mi data y se la mandaron, y me terminaron eligiendo. Yo ni siquiera me había percatado de que era una posibilidad. Y también, fue tres días antes. Una de las más lindas que me pasó fue con Tan Biónica, porque me habló Chano personalmente. Me dijo que había escuchado mi música y que quería que abriera. Yo lo amo, para mí es un ídolo desde mi infancia.

Cortesía de producción

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Al avisarte tres días antes, ¿ya lo tenías descartado o pensabas que todavía podían llamarte?

Yo siempre decía que si una semana antes no me habían llamado, ya no me llamaban. Pero cuando me llamaron para Tiago, estaba en la peluquería: grité y todo el mundo me miró. Yo pensaba que ni ahí salía, ya había mandado para Louis Tomlinson y llamaron a otra persona. Pero cuando me llamaron para Tiago quedaban tres días, no tenía nada armado y tuvimos que meter ensayo como locos. El único que decía que iba a pasar sí o sí, porque me encanta, era Wos. Hice hasta una manifestación con una vela, escribí en papeles: "Voy a abrir el show de Wos", miles de veces, y salió. Pero es esperar y confiar en el destino, y cuando no sale digo que no era para mí.


En el caso de Aitana, ¿cómo es abrir un show para alguien que viene desde tan lejos? 

Me encanta Aitana, es un amor. Es cierta responsabilidad y a veces da un poco de miedo, porque sabés que el público al que te enfrentás es al de Aitana. Esperás que te banquen, pero no tiene por qué gustarles lo que hacés vos. Entonces siempre tengo un poco de temor a eso, pero la verdad es que todos los públicos a los que me enfrenté han sido lo máximo, y eso me ha motivado mucho. 

Cortesía de producción

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¿Si tuvieras que delimitar metas que te gustaría alcanzar en los próximos cinco años, cuáles serían? 

Hoy tengo la suerte y el honor de llenar una sala. Me gustaría tener un público así en Argentina, me gustaría ir a tocar allá y tener una comunidad. También poder hacer shows acá cada tanto, y que la gente se cope y venga. Por más que me encanten los festivales, no quiero depender de ellos, sino poder hacer mi propio show y que el público me quiera seguir escuchando. Que siga creciendo la comunidad es lo más importante para mí.

En TikTok se difundió una iniciativa que tuvo tu fandom en relación a unos códigos QR. ¿Qué fue lo que pasó?

Fue una locura, me encanta contarlo porque es algo que me llenó de alegría. Yo, por esto de que me cuesta delegar, mandé a imprimir los flyers del show, porque tenía miedo de que no se vendieran las entradas, y los salí a pegar yo. Lo más importante era que tuvieran el QR para que la gente lo scaneara y fuera a Red Tickets. Pero cuando diseñé el flyer me ovidé de poner el QR, y mandé a imprimir mil. Me salió caro, fue una inversión. Mi madre vió los mil impresos y se dio cuenta de que faltaba el QR. Entonces mandé a imprimir mil stickers de QR, y se los pegué a mano a cada flyer.

La gente se empezó a ofrecer a hacer juntadas de pegatina, de ir a un café y pegar QR. Yo les dije que no, que no pensaba ponerlos a pegar stickers en cosas, que fueran al show, que ya era suficiente para mí. Me ayudaron mi madre, mi hermana y toda mi familia. Pegamos los mil códigos, y salimos a repartirlos también. La gente se quiere sumar hasta a eso, y es lo que yo destaco de mi comunidad. Hoy en día tienen un grupo, un dress code, se pasan a buscar entre ellos, se hicieron amigos por mí, y esas cosas me ponen muy feliz. Cuando alguien no puede pagar la entrada, hacen colecta y se la compran entre ellos. Nunca pensé que en mi país iba a poder tener una comunidad así de fuerte, aunque sean 50 o 100. De las cosas más lindas es tener una comunidad que te aguante.