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Contenido creado por Agustina Lombardi
Literatura
Los libros y sus autores

Alejandra Gregorio: “La literatura uruguaya es cada vez más grande y alucinante”

La dramaturga, actriz y directora ahora presenta su nuevo libro, “Acostarse a la orilla de una tajadura”.

17.11.2022 16:54

Lectura: 5'

2022-11-17T16:54:00-03:00
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El mundo ya se acabó un montón de veces es una obra escrita y dirigida por Alejandra Gregorio. Una obra que puso en escena en la sala Zavala Muniz del Teatro Solís este año. Actualmente, se desempeña como becaria en Dramaturgia para la Comedia Nacional. Es egresada de la tecnicatura universitaria en Dramaturgia y del Instituto de Actuación de Montevideo. Pero debajo de escenario, como autora, ya publicó Aquellos lugares donde (Premio Juan Carlos Onetti en dramaturgia, 2020) y Avisen cuándo morir (colección de dramaturgias emergentes/ INAE, 2021). Ahora presenta Acostarse a la orilla de una tajadura, su último libro.

Javier Noceti

Javier Noceti

¿Cuándo empezaste a escribir?

Tuve un primer relámpago de escritura cuando tenía siete años. Me sentaba todos los días en la computadora de mi padre a escribir una novela de detectives que se llamaba Misterios en la noche, la iba guardando siempre en disquetes por las dudas que la perdiera, estaba convencida de que podía publicar ese libro, aunque tuviera siete.

Después me olvidé de la escritura por más de diez años, pero nunca del todo.

¿Cuál fue el primer libro que te marcó?

Ami, el niño de las estrellas. Era muy chica, todavía me lo leía mi madre en voz alta.

¿Dejar de leer o dejar de escribir? ¿Por qué?

Creo que siempre hay buenos momentos para dejar de escribir, aunque sea un poco, aunque sea un rato, en cambio nunca es buen momento para dejar de leer.

¿Qué estás leyendo ahora?

Estoy un poco dispersa con varias cosas a la vez: Viaje al manicomio de Kate Millet, Ha sido un gusto de Camila Guillot y Papelucho gay en dictadura de Juan Pablo Sutherland.

¿Cuáles son tus escritores uruguayos favoritos? ¿Identificás influencias? ¿Cuáles? ¿Alguno que te guste recomendar?

Cristina Peri Rossi ha sido y será uno de mis mejores encuentros con la poesía, los libros y el amor. Y sí, creo que una siempre se influencia de aquello que le mueve algo, aunque el resultado no tenga nada que ver. También creo que la literatura contemporánea uruguaya es cada vez más grande y alucinante, hay un montón de gente escribiendo cosas que están buenísimas.

¿Sos de releer? ¿A qué libro solés volver?

Soy de releer y recordar aquellos fragmentos que se me incrustan en alguna parte del pecho. Pero a veces demoro en volver a releerlos para mantener viva esa sensación de la primera vez. Volví muchas veces a un libro de Marguerite Duras, El amante de la china del norte, también a Apuntes de un cocodrilo de Qui Miaojin. Y al que más vuelvo últimamente, a leer fragmentos sueltos, es a Sita de Kate Millet.

Recomendanos un libro, un disco y una película para este fin de semana.

Un libro: Claus y Lucas, de Agota Kristof.

Un disco: Small World - Metronomy.

Una película: Everything everywhere all at once.

Contanos sobre esa vez que un lector te reconoció en la vía pública

Esta respuesta la dejo para cuando me pase, si es que algún día pasa.

Tu autobiografía en una frase.

Al final, los finales nunca están a la altura.

Tenés que convivir un mes con una autora o un autor: ¿a quién elegís?

En este momento creo que me gustaría elegir a Camila Sosa Villada. O en una de esas, a Gabriela Cabezón Cámara, también. Si vale traer a alguien de la muerte, entonces Duras, para sacarme el gusto.

Un lugar para volver.

A la infancia, siempre.

El primer verso que te viene a la mente.

“No quiero ir nada más que hasta el fondo”, de Alejandra Pizarnik.

¿Para qué literatura en el tiempo del desamparo?

Para sentir que por un rato algo tiene sentido, o que, si no lo tiene, se lo podemos inventar.

Lo último que comiste va a ser el menú para toda tu vida. ¿Qué es?

Tacos de carne y de vegetales. Con mucho picante.

Tu idea de felicidad y tu idea de miseria.

Esta es difícil. Mi idea de felicidad podría ser ese vértigo de la seguridad, de saber lo que se quiere. Cuando sabés lo que querés, sin dudas, sin nebulosa, con firmeza y casi que con violencia, en esos momentos yo digo que te brilla la piel, independientemente de lo consigas, eso viene después e importa un poco menos. Y la miseria, bueno, no empatizar, cuando no empatizamos con lo que nos rodea, ahí creo que nos volvemos más miserables.

Sobre Acostarse a la orilla de una tajadura

Esta historia podría haberle pasado a otros, en otros lugares, en otros tiempos, lejos o cerca, o muy cerca. Lo importante es que podría. Entre el pasado y el futuro y las sombras de los personajes que se mezclan se abre el universo de Alejandra Gregorio —como una tajadura— para contarnos esta historia a orillas del mar.

En un pueblo que podría ser cualquier pueblo y que también es la Coronilla, una familia se inventa un mundo con ilusiones, sueños y playas. Pero las cosas cambian, quizás demasiado rápido o de forma inadvertida. La naturaleza es así, el mar es así, sufre alternancias, variaciones. Y los personajes se van tiñendo de azul. ¿Qué es lo que no estoy viendo?, se preguntan. Pero lo ven todo.

La dramaturgia y poética de Acostarse a la orilla de una tajadura recorre el mundo descubriendo la voz de un niño, o de varios, que contemplan el mundo corriendo o desde el agua, y sus palabras son como un grito que traza una grieta en el texto, y también en los lectores.

Por María Eugenia Trías.