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Música
Onírico y real

Alucinaciones en Familia: la tercera cara del pop psicodélico uruguayo con actitud punk

"Alucinaciones en Familia III" se estrenó este 7 de marzo a través del sello Little Butterfly Records, manteniendo el sonido inconformista.

07.03.2024 15:27

Lectura: 19'

2024-03-07T15:27:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Que cuando ganaron dos Graffiti en 2017, su presentación en vivo fue la mejor de la jornada. Que entre el disco homónimo I y el II, dejaron pasar tiempo, ocio y silencio para poder construir el segundo. Que hacen psicodelia pop, un género que cobra cuerpo recién cuando se los escucha tocar. Que en cada uno de sus discos van poniendo a una niña, que comienza siendo bebé en el disco I, y que ahora, en el disco III es una preadolescente. Que los nombres de sus canciones son versos bellos (también las letras, los verdaderos versos) como "Secta de dos lunas", "Árbol de los anzuelos", "La orquídea fantasma", "Robo Muerte Disco". 

Que son, todavía para mucha gente, un diamante en bruto. Que en el under uruguayo no hay una banda que esté a su altura. Que superponen elementos contradictorios, o poco usuales, y que lo transforman en algo increíble. Que del estribillo pop a la caída hay un segundo de diferencia.

Que hoy, 7 de marzo, estrenaron su tercer disco con nueve canciones, bajo los sellos Paulino Records y Little Butterfly Records. Y que el 13 de abril estarán presentándolo en La Trastienda de Montevideo. Que a la banda la componen músicos con muchos kioskos, porque todos tienen más de una banda o se dedican a la música por algún otro lado. Que esos músicos son Dario Barrios, Diego Zapata, Pablo Torres, Pau O`Bianchi, Fabrizio Rossi, Sebastián Pina y Matias Chouy.

Que este último disco fue producido en conjunto con Juan Branaa, productor de Diciembra de la banda 3Pecados. Que fue mezclado por Leandro Dansilio, que también es parte de la banda, y masterizado por Mario Breuer, el ingeniero de sonido y productor argentino conocido por su trabajo junto a bandas como Sumo, Spinetta, Charly García, Andrés Calamaro, varios otros.

Que tienen un sonido que se acerca a algo más babasónico, sí, pero que también trae en espíritu algo mucho más oscuro y mucho más experimental. Que son pop, sí, pero que inevitablemente tienen una psicodelia activa. Una familia que alucina en conjunto. 

Que son del under, que son independientes, que viven el ser artistas en Uruguay, que tienen dos long plays editados en vinilo, que ya hicieron giras por Uruguay, Argentina y Brasil.

"Para mí puede ser una banda mucho más punk una banda pop que esté diciendo cosas ultra fuertes, que quizás una banda punk que esté diciendo lo mismo de siempre. Es muy relativo. Sí noto cosas de punk, y porque también es la fuente de donde vinimos", dice Pau O' Bianchi (guitarra, voz y letra) también partícipe de bandas como Jesús Negro y los Putos, en conversación con LatidoBEAT. 

Alucinaciones en Familia - cortesía de la producción

Alucinaciones en Familia - cortesía de la producción

Quiero hablar de definiciones que es, básicamente, cómo los humanos hemos aprendido a entender las cosas. He visto algunas palabras que se han usado para definir el sonido de Alucinaciones. Yo te las voy a ir nombrando y vos me decís si el sonido de Alucinaciones se acerca a eso o si difiere: 

Delicado.

Nunca lo pensé de esa manera. Pero podría decirse que sí puede ser delicado. Al mismo tiempo, también puede ser lo contrario a delicado, que sería salvaje, quizás. Me parece que son las dos cosas, tenemos una faceta un poco más delicada y una un poco más desprolija y salvaje. 

Elegante.

No sería una belleza hegemónica, precisamente. No siento que mi música tampoco sea muy elegante, pero puedo llegar a entender que pueda haber algunos gestos. Pero no la considero muy elegante a la música, digamos.

Onírico.

Me gusta más. Sí, todo lo que sea relacionado a lo surrealista, a lo psicodélico, a todo lo que zafe de la razón. 

Pop.

Sí, me gusta. Es una etiqueta que abarca mejor a Alucinaciones, tomando al pop como un concepto amplio. Abarcativo de varios géneros dentro de uno.

Psicodelia.

A full, me gustan las drogas y me gustan las experimentaciones, así que sí. Más que por el contrario, por la positiva. 

Trascendente.

Depende, eso ya lo dejo a gusto del consumidor. Para nosotros, obviamente, es algo trascendente. La música siempre lo ha sido, pero no me paro en la manera de ver que yo hago cosas trascendentes del lugar donde habito. 

Sincero.

Se podría decir que somos sinceros. Al mismo tiempo, es una palabra peligrosa. Se puede interpretar de varias maneras. La sinceridad también puede ser brutal y violenta. Pero, sí, convengamos que por lo menos algo es genuino. Me gusta más "genuino". 

Visceral.

Tal cual, sí. Catártico. Hay cuestiones estables, pero la catarsis sigue estando. Aunque sea de manera más sutil, pero sigue estando. 

Subjetivo.

Supongo que, al ser música, entra en un campo de interpretación. Entonces, en eso puede ser subjetivo, objetivo, todos los parámetros que quieras.

Virgen.

Hay que ver si virgen sexualmente o virgen como inexperiencia. Supongo que tiene algunas cuestiones de virginidades, sí, por qué no. 

Complejo.

Hay varias interpretaciones de complejo. Se puede decir complejo desde un lado entreverado, enredado, y también complejo desde un lado un poco trabado, o perturbado, pero no siento que la música que hagamos sea compleja en ese sentido. Quizás sí puedan haber simbologías un poco más conectadas a esas dos pequeñas definiciones. 

Demente.

Sí, se puede decir que sea algo demente. Siento que tiene cosas muy conscientes, muy pensadas, está el caos y el orden. Pero, sí, se podría decir que hay cosas dementes.

Brillante.

No desde el lado pedante de ser un genio brillante, y no es que la música que hacemos es pura luz, pero siempre hemos jugado con la luz y sus contrastes. 

¿Qué palabra te parece que falta?

Está bien, pero creo que la palabra "música". Que es donde más me siento representado, y es un poco más abarcativo y deja la cancha un poco más libre de interpretaciones. Pero, sí, me gusta más "música". 

Los discos de Alucinaciones tienen un sonido con tantas capas y que vincula tanto lo emocional. ¿Sentís que es un disco de ciudad, en este sentido? Un lugar que acumula personas en pisos de edificios, llenos de emociones, tan denso.

Nunca había pensado si era música de ciudad o de campo, por ejemplo. Personalmente, tengo una construcción mitad campo, mitad ciudad. Mi padre es de Tacuarembó, laburador de campo de toda la vida, y por el lado de mi vieja siempre han sido citadinos, pero estrictamente en lo musical siento que en cualquiera de los contextos se puede sentir identificada y sonar. Me parece que es una cuestión más con el adentro que con los lugares, específicamente. 

Han dicho que entre un disco y otro le han dado prioridad al tiempo. ¿El tiempo implica silencio o qué implica?

Sí, significa silencio, abandono, descansar, distraerse con otras cosas que tal vez pueden volcarse a lo que estás haciendo. Pero, sí, sobre todo eso: vagueza. 

Si hay algo que hace mucho el sonido de Alucinaciones, y tengo entendido que es algo que te gusta hacer, en poner elementos extremadamente diferentes en un mismo contexto. ¿Eso para ti es creatividad?

Una parte sí, puede ser parte de la creatividad. También la creatividad puede estar en copiar y pegar una cosa de un mismo molde. Y así también no deja de ser algo creativo, por más que sea una copia exacta. Pero sí que son partes fundamentales de la creatividad. No sé si la creatividad en sí, pero sí que son fundamentales. 

El sonido, las letras, tienen mucho de un humor absurdo. Es decir, hay guiños que me hacen sonreír. ¿Hay una búsqueda del absurdo?

Sí, ni que hablar, porque la vida es absurda. Estamos entre absurdo y contrasentido. El absurdo también se puede interpretar como contrasentido de las cosas. Alguien dice A, otro simplemente por llevar un contrasentido puede decir Z, pero el absurdo también es un poco lo que hablábamos de la creatividad, poner cosas en un contexto que jamás se hubieran mezclado. El absurdo es una fuente de inspiración constante.

¿Por qué atravesar a una obra con el absurdo, habiendo tantas fuentes de inspiración?

En lo personal, creo que es con lo deforme. Es un poco también con lo que más me conmueve, porque también en el absurdo podés encontrar muchas cosas. Podés tener un absurdo violento, un absurdo amoroso. El contrasentido no necesariamente es algo negativo, pero sí es una inspiración porque es la vida misma. Pero el absurdo también depende mucho de la mirada, porque para mí puede ser algo absurdo escuchar una banda que no me guste, pero para otra persona es lo más, es su filosofía de vida. El absurdo me identifica.

Alucinaciones en Familia - cortesía de la producción

Alucinaciones en Familia - cortesía de la producción

En algún momento te han dicho que hacer todas estas cosas, todas estas piruetas sonoras, tienen algo de actitud muy punk. Y, el punk, si hay algo que quiere es que lo vean romper todo, y yo no creo que a Alucinaciones le pase eso. ¿Vos sentís que tienen una actitud punk?

Eso también depende de la mirada de cada persona que se acerque a nuestra música. En lo personal, sí, siento que hay elementos punk, ya de por sí el nombre es bastante polémico y a mucha gente le ha generado polémica. Mucha gente, al principio, cuando leía Alucinaciones en Familia, creía que era una banda punk por el nombre. Pero después, sí, que usamos elementos punk, ni qué hablar. El absurdo lo maneja el punk, y también las contradicciones. El punk aparte de romper, en mi visión, significa también cierta interpretación del caos. Y en esa interpretación de caos obviamente hay un orden de cosas, o sea que también de alguna manera es un lugar en donde me ordena. También me desordena, me vuelve loco, me desmoraliza todo, pero también me ordena. Me hace más contestatario, más rebelde, es como una herramienta que se escapa por fuera de lo estético. No es solamente estética, sino también es conceptual. Para mí puede ser una banda mucho más punk una banda pop que esté diciendo cosas ultra fuertes, que quizás una banda punk que esté diciendo lo mismo de siempre. Es muy relativo. Sí noto cosas de punk, y porque también es la fuente de donde vinimos. Yo, al menos, de adolescente escuchaba esa música, así que fue una fuente fundamental. 

¿El punk, para ti, es una lupa, o unos lentes, a hora de ver la vida?

Sí, por lo general lo que me parece que une al punk es cierta disconformidad. Ser disconforme. Eso me parece algo fundamental en la vida, en cualquier etapa como para crecer, tener un mejor bienestar, relacionarte mejor con tu alrededor. El punk si hay algo que nunca intentó es de callarse la boca. Sobre nada. Pero, sí, a mí el punk me re gusta como concepto. Me fascina y hasta el día de hoy que quizás tengo una banda que quizás se pueda decir que es punk es Jesús Negro y los Putos. Pero aguante el punk.

Esto de que de repente hay muchos logros: tres discos, Graffitis, reediciones en vinilo, pero siguen siendo parte de la escena independiente, o lo más under. ¿Por qué pasa eso?

Ahí estamos hablando quizás de cierta lógica de mercado, en cuanto a bandas más profesionales en un mercado de arte y bandas que están por fuera de ese mercado de arte. Viniendo de Uruguay, lo que ya sabemos todes es que es una cuestión simplemente de tamaño, de campo reducido de mercado. Entonces, quizás nosotros que no somos profesionales que estamos viviendo de la música, pero tampoco somos aquellos cachorros pibes que recién arrancaba y tocaban solo para sus amigues. Yo siempre siento que estábamos en un punto intermedio. Más que nada. Pero no tanto por decisión propia sino por limitación o expansión, depende cómo lo mires, de contexto. Que creo que Uruguay, quieras o no, inevitablemente te coloca en ese lugar intermedio. Porque al mismo tiempo yo siento que acá todas las bandas son independientes, en un punto. Porque hacen todas lo que quieren, se mueven como quieren. Obviamente, puede existir una estrategia y una especulación del mercado del arte, pero por lo general todos los que hacemos música tenemos muy en claro que no es tanto para generar una profesionalización o por lo menos no es la prioridad, sino es más una cuestión de desahogo, que es lo que más nos conmueve también. 

Hablando del under, el caso más claro es el de los Buenos Muchachos, que han salido del under y, de repente, los escucha muchísima gente que no tiene ningún tipo de vínculo con el under, pero con los Buenos Muchachos sí. Pero ese no es el caso común. Lo común es lo otro. ¿Por qué creés que a las bandas les cuesta salir del under?

Ahí hay una influencia fundamental que es la de los medios y la comunicación. Yo me cagaba de la risa cuando le preguntaron a La Renga por qué eran independientes, y el batero muy inteligentemente respondió: "porque somos feos y muy tímidos". Y un poco de eso hay también. Me pasa que es una cuestión de posturas. Si te querés prestar a esa sobreexposición o no. En el arte hablando duro y puro, la profesionalización y hacerte conocer se trata sobre eso, estar un poco más expuesto, no solo tanto la obra, sino también tu personalidad, tu ser como arte y vender eso.

En el caso de los Buenos Muchachos, como decías, sí siento que no son una belleza hegemónica, ni son personas muy sociables, pero siento que su música se desarrolló en medios más grandes que la ha potenciado a consumirla más, a escucharla más, y eso está buenísimo. Pero no siento que sea culpa de nadie, si hay que buscar una culpa, el hecho de que pasen estas cosas, sino me parece que es una predisposición que va a tener el artista o no. Yo si hubiera tenido más ganas de mostrarme, quizás hubiera tomado otro camino diferente al que he tomado, podría haber estado desde la primera hora más cercano a sellos o a festivales, o a managers, todos roles que son necesarios para el mercado musical, pero que a la hora de la música en sí, de hacerla, no es necesario. Es necesario para compartirla, quizás, pero el hecho de la creación misma puede no necesitarlo tranquilamente. Y más que nada hoy en día con internet y las redes que ya cada uno tiene su propio canal de por sí. Pero el caso de los Buenos Muchachos es hermoso lo que pasó con ellos. Porque es una banda que siempre ha mantenido la experimentación y la canción junta, y siempre con una deformidad o una extrañeza, y que esa extrañeza no fue impedimento para que otros la disfruten, ni que se conmuevan. 

El caso de los Buenos Muchachos es muy particular, porque aparte de ser un bandún, es de mis bandas favoritas de rock uruguayo, pero fuera de eso, sacando el fanatismo, me parece que también fue una cuestión de que ellos laburaron para eso y también aparte de su obra simbólica laburaron para llegarle a más gente y conmover. Y eso es sumamente respetable.

¿Cuánto creés que hay de laburo y cuánto de suerte, en general?

Te diría que esa balanza va variando mucho, a veces es 90% suerte y 10% de laburo, y a veces es al revés. Es un poco de las dos cosas. Es como caos y orden, de alguna manera la suerte se la adjudico un poco al caos, a la cuestión de qué suerte. Pero al mismo tiempo también es interpretativo porque también se trata de vos buscar esos espacios, de vos encontrarte con los otros, pero van de la mano y depende de cada circunstancia los porcentajes. 

Ahí entra la pregunta del millón, ¿lo under puede dejar de ser under, manteniendo su esencia?

Sí, yo creo que sí. La cuestión es un tamaño de mercado, que quizás Uruguay en eso es contraproducente porque es pequeño, no es porque haya gente mala o buena, sino simplemente por una limitación. Para no ir más lejos en Argentina, yo he visto bandas under que quizás no salen en los grandes medios, pero que viven de eso, que tienen su público, tienen sus movidas por fuera de los medios más tradicionales, no dejan de tener otra clase de medios alternativos, pero me parece que es una cuestión de que se puede, pero claro en Uruguay al ser tan chico mover el under profesionalmente es más difícil, pero en un país que tenga más gente, porque es eso, gente o público, lo veo factible. Brasil ni que hablar, cuando fuimos a tocar era impresionante las bandas, lo que movía de gente, y son bandas que no salen en los grandes medios ni nada, y sin embargo se están re gozando.

Van a estar presentando un disco nuevo en La Trastienda, ¿por qué siguen haciendo discos? La pregunta de fondo es por qué siguen haciendo música.

Esto lo tengo que hablar más en lo personal porque estoy yo solo, pero prácticamente porque no puedo parar, no hay mucha lógica, es algo que me absorbe. Es más fantaseo con algún día dejar la música, pero no he podido. Es como que es algo que me empuja y me tiene ahí, encandilado. Es como que siempre en todas mis etapas de la vida me a aportado algo nuevo, o me ha hecho enfermarme, curarme, sigue siendo una herramienta muy poderosa y la verdad que es eso, no puedo parar de hacer música. Por suerte. Me da pila de miedo el día que quede en blanco, que no lo haga más. Aunque al mismo tiempo, también lo deseo. Podría ser una buena etapa soltar un poco la guitarra. 

La música, entonces, ¿una condena o una bendición?

Las dos cosas. Porque lo que te libera te esclaviza. No hay con qué darle. El goce te esclaviza. Si bien es preferible estar gozando y estar en un bienestar, pero todo eso también conlleva una responsabilidad de mantenerlo, pero las dos cosas. Yo creo que en todo lo que vos hagas no existe la libertad suprema, o la libertad total. Porque obviamente es un privilegio laburar de lo que te gusta, que aclaro y más en estos tiempos, pero al mismo tiempo no deja de ser un trabajo, no deja de ser tiempo, esfuerzo, meter cuerpo, y no todos los días estás con ganas de hacer lo que amás. A veces lo que amás lo detestás también, en ese equilibrio creo que estamos todos. 

¿Hay unas ganas de aportar sonidos nuevos a la escena? ¿Les importa puntualmente la innovación sonora? 

No es tan consciente en cuanto a aportar algo para el contexto porque el contexto se sostiene por sí solo, no creo que extrañen a Alucinaciones el día de mañana si está o no está. Pero sí quizá buscar algo nuevo para nosotros, para nuestro deleite, nuestro gusto. Siempre digo lo mismo, pero como que no tengo otra intención que hacer cosas que me conmuevan y que por contagio conmuevan a otros. Y eso en lo innovador es muy raro, porque a veces se toma como innovador cosas con diferente orden, no necesariamente elementos nuevos, sino elementos con otra clase de orden que hasta ese momento no se vio. Se dice que entre lo innovador y lo ridículo hay una delgada línea y eso es tal cual. A veces vos creés que estás haciendo algo innovador, pero lo presentas a alguien y se te cagan de risa en la cara diciéndote sos un bizarro y vos creías que estabas haciendo la propia obra, y a veces al revés, presentas algo re bizarro, que no le va a gustar a nadie y sin embargo resuena en un montón de gente. Lo de innovador es inentendible, es algo que no lo entiendo mucho, mismo lo de la originalidad, el debate de lo original. Yo qué sé qué es original, qué es copia, es todo mezcla, pero sí es cierto que hay artistas que cuando aparecen provocan un quiebre, provocan una transgresión. Esos personajes siempre existieron, y siguen existiendo, pero no es tan controlable.

Hay escritores que dicen que tienen re en cuenta a su escritor ideal, hay otros que dicen que no. ¿Les pasa a ustedes con la música?

Admiramos a un montón de artistas y bandas que, aclaro, admiramos, lo que sí no somos fanáticos, por ser también un poco deformes nos gusta ser criticones con todo y a veces demasiado con nosotros mismos, demasiado quizás, pero siempre hay grandes influencias. No sé si tomar un camino fanático de hay un maestro y hay que seguirlo, me parece que eso como el gran Buda eso de bardear a sus propios seguidores y decirles seguí tu propio camino, que con eso me siento más identificado. Es más, detestaría tener un ejército propio, o ser un dios de algo. Pero, obviamente, influencias un montón y permanentemente, siempre hay artistas geniales y más allá del artista, desde políticos, cocinero, dealer, hay data en todos lados. 

¿El escucha ideal tiene forma, o para nada?

Pasa que ahí depende de cada canción. A veces realmente es un vómito donde no estás pensando ni si quiera en vos mismo y sale algo que ni si quiera vos lo entendés, pero salió. Y hay veces que existe eso de querer meterse en la cabeza de alguien y volverlo loco, como un montón de artistas lo hacen y tan bien. Yo creo que se dan esas dos facetas, a veces como una cosa más catártica, desprolija, no pensada, y a veces todo lo contrario, una cosa mucho más estratega, ordenada, buscar efectos, están las dos. 

Por Federica Bordaberry