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Música
Folha de

Armandinho, el camino musical del brasileño que le dio sonido al sol, al amor y a la luna

El músico brasileño se estará presentando en Montevideo una vez más el próximo sábado 15 de junio en la Sala del Museo.

12.06.2024 16:03

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2024-06-12T16:03:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Es cierto que Bob Marley tiene muchísima política en su música. Es cierto que, a través de un mensaje de amor, se convirtió en una figura inevitablemente política. Pero también es cierto que Marley habló del amor. Y ese lado del reggae, por ejemplo, es lo que le interesa al brasileño Armandinho. Hoy, a sus 54 años, dice en conversación con LatidoBEAT que se identifica "más con esta parte de la poesía romántica", que con la política.

El autor de canciones que llegaron y pegaron en Uruguay como "Semente", "Desenho de Deus" o "Folha De Bananeira". El músico del país vecino que le da sonido a elementos que no suenan: al sol, a la luna, a las plantas. Y que lo hace con un sonido bien suyo, una fusión entre el reggae, el MPB (música popular brasileña), el soul y guitarras bien rockeras. Que de niño escuchó tanto a los Beatles y a Elvis como al folklore de su país, al cual lo introdujeron sus padres y su padrastro. El que rasguea la guitarra con energía exagerada y se pega al micrófono con la boca y con las manos.

El que dice, al comienzo de la entrevista, que ya ha escuchado mucho reggae en la vida y que ahora escucha mucha bossa nova. El que empezó, justamente, con el raggae, a los 20 años en una banda que hacía covers "gaúchos" llamada Black Master.

El que tocó por primera vez en Montevideo en julio de 2010 en el Cine Teatro Plaza, con un público que coreaba sus canciones y de a ratos tapaba a la propia banda y que ondeaba banderas nacionales. Contó, en aquel entonces, con el grupo uruguayo Marulata sobre el escenario. El que después volvió varias veces más en 14 años y que ahora llega nuevamente a Montevideo. Armandinho se estará presentando el próximo sábado 15 de junio en la Sala del Museo, en Montevideo (entradas acá). 

Foto: cortesía de la producción

Foto: cortesía de la producción

Hay reggae súper político, el ejemplo más claro es Marley. Pero no así el tuyo. ¿Sentís que el público que escucha este género espera la impronta política o, por el contrario, es un alivio?

Bob Marley también cantó sobre el amor en sus discos. Me identifico más con esta parte de la poesía romántica.

Pero también es cierto que parte de tu discurso es cuidar el medio ambiente. Un tema que, lamentablemente, en lugar de ser un consenso, se ha politizado. ¿No es inevitable la postura política?

Dióxido de carbono, industrias y fábricas, plásticos, deforestación en la Amazonía. Esto no puede pasar desapercibido, son temas de educación ambiental y no de política. La política no me satisface, la conciencia de la gente sí.

Has dicho que tu reggae es reggae playero, que es agradable tocarlo con la gente. ¿Cómo se adapta esto a escenarios, muchos de ellos bastante alejados de las personas?

Intento despertar en las personas el deseo de vivir cerca de la naturaleza y valorarla. Intento perseguir el sueño de la gente de vivir de una manera más sencilla y cerca del mar, lejos de la contaminación de las grandes ciudades.

Algunos de los grandes elementos que aparecen en su música son el agua y la luna, por ejemplo. Y aunque el agua hace un sonido muy claro, la luna en realidad no hace ningún sonido. ¿Cómo hacés que la música suene como elementos que no tienen sonido?

El amor tampoco tiene sonido. Solo concentración, meditación, deseo y sensibilidad.

También has dicho que tu música es solar. Y el sol, al menos desde donde lo vemos, no suena a nada. Lo sentimos a través de la piel y los ojos, pero no a través de los oídos. ¿Cómo se consigue un sonido solar?

Una canción que habla de la naturaleza, te recuerda a la luz del sol, a la fotosíntesis de las plantas y del ser humano, a las ganas de salir de casa para pasear y a amar. Las ganas de bailar un reggae con los pies en la arena.

Dijiste en una entrevista que de niño tartamudeabas y que la música era lo que te enseñaba que, si cantabas, todo eso desaparecería. ¿La música cura?

La música tiene el poder de llevarte a donde quieras que vaya. Tiene el poder de despertar todos los sentimientos que sos capaz de sentir. La música puede curar, ¡sí!

Foto: cortesía de la producción

Foto: cortesía de la producción

Para que la música sane, tenés que permitir que la música sane. ¿Cómo hacer el ejercicio de escuchar con el alma, en un mundo que muchas veces está saturado?

Trato de escuchar y asimilar solo lo que es bueno para mí. Los malos sentimientos entran por un oído y salen por el otro.

En 14 años has venido a Uruguay seis veces, la primera vez que tocaste en Uruguay fue en julio de 2010. ¿Cómo ha visto al público uruguayo todos estos años? ¿Algún cambio?

A los uruguayos les encanta bailar y están encantados con la naturaleza. Son muy intensos y les gusta cantar de principio a fin. Me encanta esta interacción entre Uruguay y Brasil. Me encanta estar en Garopaba y recibir el cariño de esta gente tan hermosa. Me encanta estar en Paloma, Cabo Polonio, Rocha, Punta del Este. Tengo grandes amigos aquí. Me encanta Uruguay

Hoy vivís en Garopaba, cerca de Praia do Rosa, cerca del mar, ¿cómo es tu vida adulta ahí?

Vivo en Praia da Ferrugem en Garopaba, muy cerca de Praia do Rosa. Vivo frente a la laguna y tengo el atardecer en las montañas de Macacú que es hermoso y me inspira en varias canciones. He estado viajando mucho y surfeando mucho menos que hace 10 años, pero siempre que puedo estoy en el agua.

Por Federica Bordaberry