Por Sofía Durand Fernández
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"Mucha experiencia para que me oiga este relajo". 17 años en una de las bandas de reggae argentinas más reconocidas, pero también 20 como solista. Una carrera que también se gestó en lo analógico, y ahora también vive en un mundo digital, con más reproducciones que pasta de vinilo. En el medio, una experiencia periodística desde lo musical, donde los invitados fueron desde Silvio Rodríguez hasta Mercedes Sosa.
"Había un montón de momentos de incertidumbres que también me generaban incertidumbre a mí", dijo Bahiano en entrevista con LatidoBEAT. Aunque se ríe cuando se le menciona el término "el de Los Pericos" seguido de su nombre. Tras 20 años, Bahiano decidió "ordenar la casa". Así se refiere a Mucha experiencia (2022), un álbum en el que reversiona grandes éxitos de su carrera con la compañía de colegas como Mateo Sujatovich (Conociendo Rusia), Connie Isla y Paulinho Moska, entre otros.
Más allá de esos matices que afirma que los invitados le agregan a los temas, la prioridad de Bahiano es que las canciones sigan obrando como puentes hacia el público. "Si vos cantás una canción desde el escenario y la gente no recibe nada, ahí está la cuestión", explica en entrevista con LatidoBEAT.
Este viernes 21 de junio, presenta su disco en Montevideo Music Box. Las entradas se pueden adquirir acá.
¿Cómo surge la idea de hacer Mucha Experiencia?
Estaban en juego varios nombres. Durante la pandemia, nadie sabía qué iba a pasar después. Sobre todo con la música y con las presentaciones en vivo, dependíamos mucho del transporte, de la hotelería, ni que hablar de la convocatoria de gente. No la estaba pasando bien para componer, y sabía que todo lo que fuera a componer no lo iba a tocar después. No había nada que me inspire, hubo colegas que sí y que se les prendió una lámpara de esperanza, a mí no.
Ya me habían comentado amigos sobre la idea de actualizar las canciones que hice hace tanto tiempo y ponerlas hoy con mi voz actual, pero quedó ahí. En la pandemia, en esos ratos muertos de estar pensando qué va a pasar, empezó a surgir la idea, pero todavía no sabía las canciones que iba a hacer, hasta que decidí que sea con invitados. Empecé a elegir las canciones y la primera que probé fue "Más cerca del cielo". Cuando la escuché con mi voz y mi actualización dije, “me gusta”, no tenía ningún prejuicio con lo que estaba escuchando. Así empecé con la selección con la backing band que me acompaña en el disco, que son Los Guardianes de Gregory, una banda de reggae que trabaja con diferentes artistas.
Quería una sonoridad más reggae y con las canciones más emparentadas con el reggae. Con Los Pericos teníamos otro tipo de cocktel y yo estaba buscando que no se parezcan a esas versiones, que tengan un poco más de profundidad con el género y lograr otro tipo de forma, cantar diferente y con otro tipo de aplomo. Tampoco quería que el disco sea enteramente con invitados. "Mucha experiencia" porque es un disco que viene acarreando generaciones de canciones y quedaron muchas canciones afuera
Definiste el disco como “ordenar la casa”, ¿por qué?
Cuando me separo de la banda en 2004, todo ese bagaje quedó en la casa de Los Pericos, en la oficina donde teníamos fotos, información musical y de audio. Yo no soy fundador de Los Pericos ni creador, yo entré en 1987 y estaban formados desde 1985. Lo digo porque muchas veces piensan que era fundador o que tenía alguna obligación con el nombre. Por eso, en cierta manera, Pericos sigue su camino y yo sigo el mío, no había ningún tipo de interferencia legal.
En 2005, con BH+, había mucha expectativa sobre lo que iba a hacer. Entonces, en un momento e injustamente, la lupa estaba puesta en un primer material como solista que estaba compitiendo con otro montón de canciones que había escrito, había un desbalance. Miraba mis redes sociales y la gente que quería escucharme cantar canciones de Los Pericos iban a la plataforma de la banda. Mucha experiencia no era la prioridad, este es el sexto disco, la prioridad se la dí a cinco discos anteriores. No lo tenía en el radar, aunque sabía que, en algún momento, iba a hacer un disco así.
Por eso digo lo de "ordenar la casa", porque ahora hay mucha gente que llega a mis redes sociales para escucharme cantar esas canciones. Hoy por hoy, las cosas van por ese lado. Antes, sacabas un disco físico y, por ahí, las cosas eran diferentes. Ordenar la casa tiene que ver con ordenar al público. La banda, en sí, tuvo dos oportunidades de hacerlo, con Pericos and friends (2010) y después con 3000 vivos (2017). No quería ese peso de no estar presente en esas canciones con mi voz.
Si bien sacaste cinco discos antes de Mucha experiencia, siempre estuvo en el radar esa idea. Cuándo saliste de la banda, tuviste un paso por el periodismo musical. ¿Tenías la intención de reinventarte en otro lugar?
La gran bisagra que apareció fue una propuesta para hacer entrevistas a artistas y a músicos, puse toda mi energía ahí. En 2004, le estaba huyendo al escenario, quería otra cosa y, además, yo siempre fui bastante curioso. Vi las entrevistas como una oportunidad para despejar un poco. Daba conciertos, también, y tocaba las canciones que había compuesto y que la gente conocía, pero asumí que esto en algún momento iba a pasar. Cuando veía cómo empezaban a cambiar los tiempos de la música y de difusión, toda la parte de plataformas digitales, las estrategias empezaron a cambiar. Yo tuve que volver a construirme, más allá de que la gente me conocía con mi nombre propio dentro de la banda, quieras o no, tuve que volver a construirme. Me agarró en un momento de “no me conocen”.
O te conocen como "el Bahiano de Los Pericos", ¿cómo te llevás con eso?
Me río, porque se que hay gente distraída que, a lo mejor, conoce el nombre de una banda y no a los integrantes. Es normal. Siempre soy “el de los”, acá no me dijeron “el de los”, ya sabían. Es una construcción, hace 20 años que estoy construyendo mi nombre, llevo 20 años como solista y 17 estuve en Pericos. Todavía recibo las preguntas de “¿qué tocas?”, y tengo que andar explicando qué toco o qué hago. Es un poco raro. Había un montón de momentos de incertidumbres que también me generaban incertidumbre a mí.
Ahora que sos solista, ¿te sentís más cómodo en esa dinámica?
Yo sigo haciendo lo que hice siempre, que es escribir canciones. Tengo una mano derecha, que es Matías Zapata. Tengo la seguridad de que si hay algo salió mal, es por mi culpa y si hay algo que salió bien, también. No es un nombre en plural, porque cuando hay algo que sale bien en un nombre en plural somos todos y cuando sale mal...
¿Cómo ves la escena actual del reggae?
La veo bastante quieta, en el sentido de estar estancada. Hay una conciencia de cómo tocar el estilo, pero siento que, en algunos, el mensaje sigue empantanado en esta parte más de religiosidad o de ciertas palabras. El reggae es un género, yo nunca me enarbolé en una bandera Rastafari, lo respeto e, incluso, he cantado en Jamaica. La última participación que hice fue el año pasado, componiendo y cantando en el disco de Julian Marley, que ganó el Grammy a Mejor Álbum de Reggae. Lo que veo es que hay un sector que piensa que sigue siendo Selassi, y lo respeto porque cada uno con sus creencias, pero siento que no está fluyendo eso hablando cerca de Agentina. Es un género que no fue muy masivo, pasó algo con el reggae en Argentina y es que fueron más por las canciones, no tanto por el movimiento.
Lo que regía todo era la planta, la mayoría de los que entraron era por el simbolismo de la planta, por lo que estaba prohibido. Porque era la música de la planta, porque tener una remera de la planta era como tener la remera del "Che". En su momento, era rebelde.
¿Qué encontrás cuando volvés a esas canciones que creaste hace tantos años?
Todo tiene una parte autobiográfica y una parte de ficción, de fantasía, de imaginación. Son canciones de reggae, en ese tono y con ese sentimiento. Es la forma que yo elegí para cantar y con la que me siento cómodo. Son parte de mis días a los 61 años, muchas canciones las escribí a los 24, 26, 30. Hay algunas cosas que me traen recuerdos o momentos, pero, para mí, las canciones no te remiten a ese momento en el que las escribiste. Puedo estar escuchando "Sin cadenas", estar enfocado en la actualidad y ver que tiene empatía. No me remiten solamente a un momento puntual, siguen ahí. Yo sé que mucha gente lo escucha y les recuerda a cierto momento en particular, es un soundtrack, la música acompaña cualquier momento.
Escucho mis canciones y me dan ganas de seguir cantándolas, el día que me deje de pasar, cantaré otras. En el cuerpo, más que nada, sentís que la vas modificando y va teniendo otro tipo de expresividad. Las canciones que sigo disfrutando las sigo cantando. No cantó las canciones para mí, son un puente que armo con la gente y que se reconstruye y vuelve. Viene y va. Si está ese puente, canción está viva. Si vos cantás una canción desde el escenario y la gente no recibe nada, ahí está la cuestión.
¿Qué criterios tuviste en cuenta para elegir a los invitados del disco?
Cuando tenés varios años en la escena, ves cómo van cambiando las formas musicales. Había una preponderancia enorme de una herramienta como el autotune, como si fuera un instrumento más. Cuando ves que está cambiando todo, decís, "uh, soy vieja escuela". Me gusta que mi voz esté lo más clara posible para que sea entendible y tengo otro concepto, no la voz como un instrumento con un efecto. Entonces ves qué está pasando y que la gente recibe eso como algo novedoso y diferente a todo lo que pasó antes. Uno dice, "¿qué pasa con todo esto?, si ahora toda esta otra música está siendo absorbida masivamente por los grandes consumidores de música, que son los jóvenes. ¿Qué pasa con toda esta música? Cuando los compositores de la música anterior se quejan de la nueva, los oyentes le dicen, “sos un viejo”.
Entonces, preparás tu caña de pescar, tirás y ves qué te puede sumar eso. Yo me sumo a los nuevos peinados. ¿Qué pasa con "Tarde gris" con Paulinho Moska? Lo más lindo es que hizo una versión en portugués para cantar esa versión, no nos juntamos nunca en el track porque las acentuaciones son diferentes. Me encantó escuchar "Tarde gris" con la voz de Paulinho en el comienzo, ese tema volvió a estar rejuvenecido. Lo mismo con Mateo Sujatovich, vino al estudio y el pibe se largó a cantar. Yo para este disco buscaba voces, me imaginaba las voces de cada uno en algunas canciones. "Home Sweet Home" era muy festiva y Los Caligaris estaban en la lista de invitados, era una canción para ellos. A mí, lo que me gustaba de Mateo era el color indie, le dimos una canción importante como "Runaway". Me gusta mucho escuchar que tenga otros colores, que no tenga solo mi voz. Así con la mayoría de los invitados.
Esas canciones volvieron a tener otro tipo de lugar. A mí me gusta cuando escucho versiones de otros, me llama la atención. No buscaba, como muchas veces se hace, la cantidad de seguidores o la estrategia para ganarlos. Buscaba que puedan tener un colorama y le dé otro matiz a la canción, otro sentimiento. Mucha gente volvió a redescubrir esas canciones a partir de los invitados. Los invitados le dieron otro vuelo, quería que fueran diferentes a los originales.
¿Cómo te llevas con las redes sociales y la cultura digital?
Tengo una community manager que maneja mis redes, pero porque sí o sí tenía que hacerlo. Eso también genera movimiento. Era algo que, a la larga, tenía que aprender, porque los discos se venden solamente para melómanos. Tu canal es tu casa, tenés que ordenarla. Tu vida son 35 años de carrera y esta disociada. Hay una parte que la gente que te va conociendo y reconociendo no la tiene. Por lo menos, tenés que ordenar una gran parte. Fue empezar a documentar todo, si viajaba, hacer sets chiquitos de un minuto para reels, es la metodología. Si me quitas eso, ¿qué hago de manera análoga? Del otro lado te exigen que vos también seas parte del sistema, sino te quedás afuera. En la música quedarse afuera es no llegarle al público. Cuando la gente mira las redes sociales busca que esté ordenado.
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