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Música
Yo vivo en una canción

Bambi Charpentier: “Yo sentía que me iba a morir de verdad” y el disco “me salvó la vida”

El ex miembro de Tan Biónica presenta su tercer disco como solista, 'República de la Nostalgia', este 20 de agosto en la Sala Magnolio.

07.07.2022 20:21

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2022-07-07T20:21:00-03:00
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Por Valentina Temesio

En julio de 1995 Los Fabulosos Cadillacs presentaban Rey Azúcar, uno de sus discos más icónicos, en el Estadio Obras de Buenos Aires. Entre los resabios de aquel concierto, quedó la fantasía de un niño de 11 años que, años más tarde, se convertiría en artista. A Bambi Charpentier, que estaba junto a su padre en el público, ese día le cambió la vida. En ese momento pensó “es por acá lo que yo quiero”. Por eso, una vez le dijo a Vicentico: “Por tu culpa yo hago esto”. Y después le agradeció.

El apodo Bambi primero se asoció a Tan Biónica, la banda que lideró su hermano Chano, con la que grabó seis discos y se posicionaron en la escena del pop rock latinoamericano. Hasta que un 16 de abril de 2016 postearon en Facebook que estaban en un “impasse”, que nunca terminó. Ese fue el motor que lo impulsó a comenzar su camino solista, aunque dice que nunca lo deseó, que se puso “ese traje para salir adelante”.

El encuentro (2017) fue el primer disco que lanzó como solista, le siguió Desarmar (2020) y, en breve, llega República de la Nostalgia por el sello Universal.

Su último lanzamiento germina de un sueño, uno en el que había un gran bosque con una ruta en el medio, una torre y una música lo llamaba. Dice que ese lugar se parece a un pueblo que conoce, uno que está a 100 kilómetros de Buenos Aires, pero que no es ese. También dice que, con el tiempo, se dio cuenta que viajó a través de sueños e imágenes y que ese lugar se convirtió en su escape.

La República de la Nostalgia le llegó en medio de una crisis, pensaba que se iba a morir, no hablaba y se sentía vacío. Tanto que, según Bambi, este disco le “salvó la vida”. Porque se encontró y la música lo protegió. En una semana, como una especie de brote artístico, salió el gen del álbum que tiene colaboraciones de artistas como Fito Páez, Kevin Johansen, Juliana Gattás, Paz Carrara, Chano, entre otros más.

Cuatro días antes de la Noche de la Nostalgia, el 20 de agosto, como si fuera una causalidad, lo presentará en la Sala Magnolio de Montevideo, junto a un recorrido por sus canciones solistas y de Tan Biónica.

A tus últimos lanzamientos los anunciaste mediante redes sociales, ¿qué lugar ocupan en tu carrera?

Desde la época de Tan Biónica nos comunicábamos a través de las redes. Fue nuestro primer lugar de promoción grande. Para mí son importantes desde el lugar que tienen de poder conectar con mucha gente que escucha tu música y que por ahí no está cerca o que por algún motivo no te ve todo el tiempo. Es una herramienta increíble, a mí me hace sentir muy acompañado, tengo miles de personas que me escriben casi todos los días. Voy mostrando lo que quiero y puedo, porque también es un arma de doble filo: nos conectan, pero a veces por estar tan conectado te perdés cosas que están pasando en la vida.

A República de la nostalgia lo compusiste desde una crisis de mucha tristeza y viendo la música desde lejos, ¿cómo hiciste para juntar fuerzas para materializarlo?

Lo que me pasó fue que, en ese momento de pandemia, donde todo el mundo estaba confinado al mismo tiempo en sus casas, yo había sacado mi segundo álbum Desarmar, y, eso me desarmó completamente. Me sentí muy vacío, no había certidumbre de nada. Empecé una etapa de introspección, a meterme para adentro y la pasé mal. Me sentí muy angustiado, dejé de hablar.

Una noche tuve un sueño, donde visualicé un lugar y escuchaba una música. Con el tiempo entendí que este lugar, al que le puse República de la Nostalgia, era una especie de escape cuando no se podía viajar a ningún lado. Viajé a través de las imágenes y los sueños. A partir de ese hecho, en una semana compuse un álbum entero. La producción tomó mucho más tiempo, pero la composición, el gen, sí. Me pasó algo que no me había pasado nunca, tuve una especie de brote artístico. 

¿Nunca compusiste tan rápido?

Jamás. No sé cuánto demoro, pero nunca es tan rápido, ni se expresa de una manera como un torrente así. Eso fue muy revelador, trajo mucha luz y me hizo muy feliz. De pronto tuve la sensación de que tenía algo por qué vivir. A veces los artistas por ahí somos muy exagerados, pero yo sentía que me iba a morir de verdad.

Hacer un disco te llena, pero presentarlo también. Está esa búsqueda de compartirlo con el público

Yo ya venía empujando hacia afuera con Desarmar, mi música tenía esa característica exterior y no tan introspectiva. El encuentro —el primero— es un poco más hacia adentro y también es hijo de otra crisis. Acá —en República de la Nostalgia— encontré mejor de qué manera soy yo, cómo vivo, cómo escribo, cómo sueno y tengo que sonar. No sé si evolutivamente es mejor, pero sí que es más preciso. Me conozco más. Entonces, tiene el condimento de las colaboraciones, las que ya mostramos y las que vienen con el álbum, que no son poca cosa y me generaron mucha ilusión. 

Tenes dos discos que devienen de crisis, ¿cuál es tu manera de componer?

No sé cómo sucede. En aquel momento, el primer disco, tuvo que ver con la pausa de Tan Biónica. Me encontré con mucha incertidumbre, se abrió un camino y decidí transformarme en un cantante y empezar una carrera solista que nunca había deseado. No es que yo pensaba: "Ya llegará el momento de hacer mi disco". No tengo un método, un formato, no sé cuándo va a llegar, no sé cómo es que sucede. Pero sigue pasando. Yo vivo para escribir y a la vez escribo sobre lo que vivo. Hay algo ahí, de cómo atrapar eso que te pasa y transformarlo en algo que puede llegar a identificar a un otro. Para mí la música pasa por ese lado, para compartir y conectar con alguien.

Conectar mediante la identificación

Sí, porque las temáticas, más o menos, son las mismas. Vivamos donde vivamos a todos nos falta alguien, nos atraviesa alguna angustia o somos muy felices por algo que nos pasa. Yo no escribo mucho acerca de la felicidad en ese aspecto, no soy tan optimista, pero sí logro conectar porque las historias en los barrios son más o menos las mismas. A todos nos preocupan las mismas cosas, cuándo nos vamos a morir, cuándo se van a morir las personas que queremos, qué pasa con el amor. Las canciones fueron siempre un refugio, un lugar donde poner cosas que tal vez no te atreves a decir en cualquier lado. Puedo utilizar un canal, las canciones, el escenario, son espacios donde uno habita de una manera donde son re impunes esos espacios, puedo hacer cualquier cosa, me animo a hacer cosas que en la vida normal no. 

¿Qué cosas?

Es un no lugar, cuando vos te subís a un escenario no sos nadie y sos todos esos personajes a la vez. Yo me doy cuenta que con el correr del tiempo y por haber formado parte de un grupo con el que tuvimos la suerte de que nuestra música llegara bastante a la gente, que cada vez me importa menos mi lugar en la obra. Lo que más me importa es qué pasa con mi obra, me da lo mismo que la gente me conozca o me reconozca por algo que hice, lo que me gusta es que el mensaje vaya viajando, que la canción llegue. 

¿Cómo te sienta ser solista?

Me acostumbré. Igual, mi forma de trabajo remite a lo grupal, no me gusta trabajar solo en casi ningún aspecto. Me gustan muchas manos en un plato, no me quiero tanto como para pensar que soy tan genial y que todo lo mío es lo mejor. Es otro viaje. No lo había deseado, fue como: "Ahora me tengo que poner este traje para salir adelante".

Estuve 15 años en un grupo, la gente me conoció ahí y ahora me toca cantar, ser el anfitrión de la situación. Aprendí como se hace, a desarrollar mi propia forma. El grupo tiene el escudo de que son varias personas y te protege de eso. Ahora todo lo bueno y lo malo viene para acá. Me comí un par de cachetazos y un par de besos y aprendí.

¿Conocías tu propia voz?

No, un descubrimiento total. En el grupo yo cantaba un montón durante los conciertos, al ser compositor también fui cantante. Pero cantar en un lugar central es una tarea muy compleja. Yo soy muy admirador de los cantantes, no por la técnica, me da lo mismo, me interesa la gente que transmite. Estoy aprendiéndolo, voy encontrando mi voz. Creo que en este disco acomodé mejor los registros y la forma en la que canto. También, el cantar con otros, como es el caso del álbum. A mí se me da muy bien la colaboración con mujeres. Tanto en el primer álbum que canté con Mon Laferte o en el segundo con Natalie Pérez y Debi Nova, en este álbum participan muchas mujeres Paz Carrara, Alba Reche, Daniela Spalla, Juliana Gattás, Bratty. Me funciona bien cantar con mujeres y me enseña mucho. Ahí voy entendiendo mejor cuál es mi forma de cantar. Estoy para aprender, siento que todo lo que recorrí hasta ahora fue una primera parte de todo lo que viene.

También hay colaboradores hombres, ¿cómo elegís quién colabora?

En este caso las canciones llamaron a los artistas que participaron. No se tejió en una reunión de marketing donde dijimos: “Busquemos llegar a tal público”. Al revés. Surge de pensar qué le puede aportar alguien a las canciones. Esta Bratty, una chica de México que tiene menos de 20 años, están Fito Páez y Kevin Johansen que han recorrido, tienen mucha trayectoria y jerarquía. 

¿Extrañas la dinámica de una banda como Tan Biónica?

No todo el tiempo, hay momentos. Desde que empecé siempre armé una banda y un formato para tocar acompañado con gente, no es tan solitario el camino. Tomo más decisiones que antes. Los grupos tienen eso de que compartís responsabilidades. Es una estructura que te protege. Nos divertimos mucho esos años, tal vez extraño algunas de esas cosas, pero es un grupo de hermanos. Con Chano y con los chicos dejamos de vernos obligadamente todos los días, pero nos seguimos viendo y tengo una relación de hermanos con todos.

En "Cielo" te reencontraste musicalmente con Chano, ¿cómo fue esa experiencia?

Fue increíble. A veces uno subestima el poder que tiene algo que estás tan acostumbrado a hacer. Te olvidas un poco de lo que significa esa magia. Cuando nos metimos en el estudio, empezamos a grabar y escuchamos nuestras dos voces juntas dijimos: "Wow, esto es algo".

Esto era un disco mío, una experiencia distinta, pero a la vez éramos nosotros dos cantando juntos. Fue muy emocionante. Luego hicimos el video que forma parte de esta película que acompaña al disco, nos disfrutamos mucho, fue como volver a reencontrarnos en un lugar que es compartir una música y estoy muy agradecido con él, de que haya querido participar y se haya sumado al tema y al disco. Para mí es muy importante, tenemos una relación muy estrecha, de mucha amistad y la música es parte de lo que siempre nos unió. Más allá de que somos hermanos, yo tengo otros y no con todos tengo esa relación. Estuvo mortal grabar juntos.

Tenés tres discos como solista, ¿llegaste para quedarte?

Sí. Este es un proyecto que creció un montón, como yo no lo había pensado, esto supero cualquier cosa que yo podía soñar, el reconocimiento que tuvimos con el primer álbum. Es una palmada, algo que te dice que estás haciendo las cosas bien, las canciones conectaron con mucha gente. Me comparten experiencias, tatuajes, cosas que son fuertes y mucho más de lo que yo podría esperar. Me está gustando. Es un proyecto que podría coexistir con Tan Biónica, va por otro lado musicalmente. Tiene otra vibra.

Por Valentina Temesio