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Contenido creado por Manuel Serra
Música
Baila, baila, baila

Birmingham, la ciudad olvidada por la historia que le abrió la puerta al techno en Europa

La segunda “city” de Inglaterra fue la cuna del hombre que insertó el género de Detroit en Reino Unido. Un baile que sigue hasta hoy.

02.03.2023 13:56

Lectura: 10'

2023-03-02T13:56:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

*Escribe desde Reino Unido

Un hombre de entre cuarenta y cincuenta años, calvo, con los brazos tatuados, se sienta en un banco frente a una proyección.

La película se exhibe en el Museo y Galería de Arte de Birmingham como parte de la exposición In The Que, un homenaje a uno de los templos del techno de la ciudad inglesa.

La película dura 35 minutos. El hombre la ve toda.

De vez en cuando, sonríe. De vez en cuando, se ríe. Se sostiene el rostro con las manos. A veces sacude la cabeza al ritmo de la música en la película.

En una lámina de madera de pie en el otro extremo de la exposición, en marcador negro, está escrito:

“Jock Dreadster / E:volve / (De hecho, derribamos el techo!!!) / El techo de la capilla se cayó durante nuestra noche / 2008”.

“Mis compañeros robaron una luz estroboscópica, perdón”.

“Void One / Hice caer el techo de la capilla y lo sostuvieron con una bolsa de basura”.

“¡Mi marido comprando un helado de un camión de helados en la pista de baile!!”.

Y mucho más.

“Alrededor de 30.000 personas han pasado por esta exposición”, dice Jez Collins, creador del Archivo de Música de Birmingham y uno de los curadores.

Comentario escrito con marcador negro en la exposición In The Que, Birmingham (octubre de 2022)

Comentario escrito con marcador negro en la exposición In The Que, Birmingham (octubre de 2022)

El Que Club era un edificio de ladrillo rojo catalogado como Grado II en Corporation Street, que se utilizó como lugar de culto para los feligreses, pero también como espacio para la música techno en Birmingham.

Antes de cerrar en 2011, el Que Club se convirtió en el hogar de fiestas conocidas del techno como Atomic Jam, House of God y Flashback. “Es realmente importante en la historia del techno”, explica Collins.

Y añade: “Llegaban todos estos ravers a la exposición y decían, ‘ese soy yo en la foto’. Tenemos mucho de eso. ‘No puedo creerlo, las cosas que hicimos hace solo treinta años se consideran lo suficientemente importantes como para estar en una exposición’, estoy recibiendo un montón de eso. La gente se queda a ver la película completa, eso es increíble”.

Rushton, en nombre de Birmingham

“Cada pieza de hardware o software contribuye algo a la definición sonora del techno, pero no tanto como las fronteras de las ciudades en la que los artistas los manejan”, escribió Dan Sicko en el libro Techno Rebels.

No definido por ningún sonido (o por varios) en particular, Birmingham, en el centro de Inglaterra, fue la clave para la llegada de la música techno a Europa.

“Llegó a través de un hombre en particular llamado Neil Rushton. Nunca se lo menciona”, dice Collins.

Rushton fue un DJ de northern soul y empresario musical con sede en Birmingham que fue a buscar discos a Detroit a fines de la década de 1980.

Fundó Kool Kat Records en 1987, un pequeño sello que se especializó en importar música techno y house desde Estados Unidos e insertarla en el mercado del Reino Unido, específicamente desde Chicago y Detroit.

Disco de Kool Kat de 1988 con algunas canciones techno de Detroit

Disco de Kool Kat de 1988 con algunas canciones techno de Detroit

Cuando ese sello discográfico estaba comenzando, las noticias musicales venían del house de Chicago, que ya había sido adquirida por grandes productoras como London Records.

Rushton había estado en Detroit buscando música para una disco de northern soul. Allí conoció a Derrick May, que pasó la Navidad de 1987 en la casa de Rushton e hicieron algunos trabajos juntos.

Fue May quien le contó lo que estaba sucediendo en Detroit, particularmente con la música de Kevin Saunderson. Ten Records, una pequeña discográfica en manos de Rushton, licenció parte de ese material en esa etapa, por ejemplo, The Sound y Our Music.

Rushton se centró en la música que salió de Detroit de sellos como Metroplex (de Juan Atkins), Transmat (de Derrick May) y KMS (de Kevin Saunderson). “Llamé a Derrick, le pregunté sobre el lanzamiento de discos y todo comenzó a partir de ahí”, dijo Rushton a Red Bull Music Academy.

Debido a que la música era tan diferente del sonido de Chicago, el DJ tuvo la idea de hacer una compilación de una nueva ola de música.

No tenía los recursos para financiar ese disco, así que se acercó a Mick Clark, de Virgin Records, para proponer a los artistas de Detroit.

“La preciosa condición posindustrial de Detroit fue cómo y dónde los matices del techno se desarrollaron exponencialmente, con una progresión lineal limitante. Al convertirse en una entidad en sí misma, el techno evitó ser fijado como una simple extensión de la música house de Chicago”, escribió Sicko en su libro sobre el género.

Rushton regresó al Reino Unido con esa música en un disco, licenciado por Virgin Records y lanzado en Ten Records como subsidiaria. Lo llamó Techno! The New Dance Sound of Detroit, que salió oficialmente en 1988.

Esa fue la primera vez que se usó la palabra techno para referirse a este tipo de música como género.

“La otra cosa que es interesante es la forma en que la gente habla de todo el techno que estaba siendo adoptado por el Reino Unido, pero eso no es cierto. Cuando hicimos ese álbum, iba a Spectrum todos los lunes y no tocaban los discos que traíamos. Si escuchabas dos discos de Detroit en una sesión de seis horas, entonces eso era todo”, contó Rushton a Red Bull Music Academy.

La campaña de prensa de Virgin Records dio como resultado que los tres artistas principales del disco dieran declaraciones públicas. Gracias a su carácter, May fue la voz principal de los llamados Beleville Three, en referencia a May, Saunderson y Atkins.

“Una narrativa familiar construida, basada en el entorno distópico de Detroit, y el manifiesto The Third Wave (1980) del escritor americano Alvin Toffler a menudo se citó como inspiración”, escribió Kirk Degiorgio en un ensayo personal.

Pero la compilación no se vendió tan bien como Virgin pensó que lo haría. “Aunque los londinenses habían aceptado el techno en forma de entretenimiento de boliche o singles aislados, tal vez aún no estaban listos para un álbum doble completo de la música”, escribió Sicko al respecto.

De hecho, el disco no ingresó a las listas de discos más escuchados jamás, pero el single “Big Fun”, de Inner City, estuvo 11 semanas en el top 200 singles de Reino Unido a partir del 8 de setiembre de 1988, llegando a la posición 8.

Hacia Europa

“Y la otra cosa en que la gente se equivocó completamente es esta imagen del techno como una nueva ola de música dance hecha en súper estudios. De hecho, todo fue hecho con equipos viejos. Había muchas paradojas allí”, narra Rushton, también a Red Bull Music Academy.

Kevin Saunderson, Derrick May y Juan Atkins

Kevin Saunderson, Derrick May y Juan Atkins

Según Sicko, “el techno ha tenido que encontrar otras vías, desde distribuidores alternativos hasta la gigantesca industria invisible de raves [fiestas], clubes, DJ y promotores” porque, como el hip hop, se convirtió en una “nueva forma de experimentar, interpretar y distribuir música”.

Después de abrirse camino en las ciudades del Reino Unido, la música techno bajó al resto de Europa, especialmente a Bélgica y Alemania.

Luego, dice el autor, regresó a los Estados Unidos como música de baile para jóvenes ravers en las grandes ciudades. “Sucedería en solo tres cortos años. Entre 1988 y 1990, el techno se transformaría radicalmente”, aseguró.

Birmingham, un punto ciego

En el Reino Unido, la historia de la música techno se asoció a ciudades como Manchester y Londres, pero no a Birmingham.

Foto: Tom Fenn vía David Grindi (In The Que Club exposición)

Foto: Tom Fenn vía David Grindi (In The Que Club exposición)

“La ciudad es única en el Reino Unido. Su música ha sido pasada por alto y a menudo no es reconocida. En parte, creo, eso se debe a que no hay un sonido identificable”, dice Collins, del Archivo Musical de Birmingham. Define el sonido de su ciudad como una “mezcla de culturas y sonidos” porque no hay un sonido específico.

En Music Cities, editado por Christina Ballico y Allan Watson, se argumenta que, en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial, “la llegada de migrantes, primero de la República de Irlanda, luego del Caribe y el sur de Asia, cambió las características y la forma de la comunidad en Birmingham”.

Este proceso transformó no solo la población de la ciudad, sino también su estética, comida, olores y sonidos. Cambió sus tradiciones.

Entre las bandas que nacieron en Birmingham se encuentran Duran Duran, Black Sabbath y Judas Priest.

Pero su diversidad cultural también permitió el crecimiento de artistas como UB40, Musical Youth, Joan Armatrading. Al mismo tiempo, algunos artistas de Birmingham desempeñaron un papel clave en el establecimiento de géneros como el bhangra.

Los géneros con menor representación en la industria y en la prensa se desarrollaron en la propia ciudad, haciendo de varios boliches y bares sus hogares.

A finales de los 80 y 90, el techno también tuvo este destino en Birmingham. “Fue un momento realmente vibrante para la música rave y la escena de los boliches”, dice Collins. Las sedes, durante esos años, tenían programas intercambiables, “menos rígidos que los de hoy”, añade.

Aunque no esté asociado al techno, Birmingham tuvo una fuerte escena rave en los años 90 y 2000.

Los clubes estaban repartidos por toda la ciudad, aunque no todos estaban específicamente dedicados al techno. Dependiendo de la noche y la fiesta, Birmingham organizó raves que se hicieron conocidas por su ambiente postindustrial.

Una de las más famosas fue House of God, casi siempre alojada en el Que Club.

Exhibición In The Que, Birmingham 2022

Exhibición In The Que, Birmingham 2022

“Mucha gente estaba experimentando con música electrónica, con actuaciones en vivo, visuales. La escena no era obvia como lo es esto o aquello, siempre estaba moviéndose y cambiando”, comenta Collins.

Uno de los sonidos techno locales más importantes de aquellos años fue, por ejemplo, el de DJ Surgeon.

Mezclar sonido y personas

“Me encanta esta foto de la silla de ruedas. No había raza, sexualidad, género. Este era un lugar de culto a la música, y también se cruzaron con la congregación”, dice Collins sobre una de las fotos exhibidas en In The Que.

Algunas pertenecen a los ravers habituales, y algunas de ellas al reconocido fotógrafo británico Terence Donovan.

Es que lo que revelan es la variedad de público que entró en los clubes para experimentar el techno en Birmingham a finales de los 80, los 90 y una pieza de la década de 2000: vestidos ajustados, trajes rotos y posindustriales, punks y skinheads tatuados. Sin duda, esta ciudad, una de las mayores responsables de la proliferación del techno en Europa, quedó olvidada por la historia. Pero su aporte es indiscutible.

Por Federica Bordaberry