Puto y antifascista, así se definió Brian cuando le pregunté algo sobre él. Si lo seguís en las redes, sabés que es así, no por lo de puto y antifascista, sino por lo de ser claro y gritarte en la cara lo que piensa. Te lo mecha con alguna historia hipnótica de él moviéndose mágicamente con el ula ula, es el rey en eso, pero insiste con sus convicciones políticas una y otra vez. Porque entre sus sesiones de moda, la gestión de su estudio y sus muchos otros asuntos, no se olvida de lo que cree justo. Últimamente, y aprovechando para hacer eco de sus palabras, cree que es justo terminar con el genocidio palestino de Gaza.
Puede ser injusto comenzar hablando de algo que no sea la fotografía de Brian, pero creo que su postura política y sus ideales lo definen tanto como sus espectaculares imágenes. En la entrevista hace más foco en su trabajo personal, pero hay que destacar que su trabajo comercial es maravilloso. Creo que todo fotógrafo o fotógrafa que se vea interesado/a en la moda, tiene a Brian como uno de los grandes referentes de Uruguay, y me incluyo.
Nació en San Lorenzo, Santa Fe, Argentina, pero hace años vive acá. No tengo claro cuántos, pero hace más de 10 años me lo crucé en el rodaje de un videoclip al que fue como acompañante y terminó bailando frente a cámara, así que por lo menos desde ese tiempo.
Recientemente me lo encontré en la entrega de premios de la primera edición del Premio Iberoamericano Federico García Lorca contra la Homofobia, la Lesbofobia, la Transfobia y la Bifobia, estaba dentro de los finalistas y al verlo pensé, “que bueno que no me presenté, ya hay un ganador”. Cuando se entregaron los premios, se confirmó el presagio. Su obra: un autorretrato poderoso, que duele al verlo, pero también te da ganas de comerte al mundo. Es la cara de un flacucho con un cartel de puto en la frente hecho a cortes de navaja, pero al verlo sentís que es ese boxeador que no importa cuantos golpes reciba, siempre se va a levantar, es un puto orgulloso que te grita que se pueden meter con él cuantas veces quieran, que sabe que lamentablemente eso no va a terminar por ahora, pero él va a usar el dolor de maquillaje, como lo hizo Nan Goldin en su momento, y se va a sacar un retrato de puta madre y así, va a ser mejor que la sociedad de mierda en la que le tocó vivir.
Recomiendo fuertemente seguir a Brian, ver las maravillas que crea con sus múltiples capturas montadas, con su cuerpo repetido interactuando con él mismo, en un mundo imaginario que tal vez se parezca al que sucede en su mente.
¿Cómo empezaste en la fotografía y qué te inspiró a seguir este camino?
Mis viejos me regalaron mi primera camarita a los 14 y no paré. La llevaba, literalmente, a todas partes, asumo que por un instinto personal de registrar la vida y por moda, también. Con el tiempo, la construcción de imagen se terminó convirtiendo en una parte fundamental de mi identidad, y la fotografía mi principal herramienta.
¿Cómo definirías tu estilo fotográfico y por qué?
Tengo dos facetas bien marcadas. La personal, que me enorgullece mucho, y la comercial, que aunque por momentos me gusta, no me representa. Hablaría del laburo personal, que me parece más consistente. Diría que es sobre todo una especie de estilización de lo autobiográfico. Una búsqueda de volver mágico o trascendental lo ordinario.
¿Cómo elegís tus sujetos o temas?
Mi principal tema desde hace años es el diálogo conmigo mismo, con mi trastorno de ansiedad, con mis deseos, con mis fantasmas, con la sexualidad, con el poder, con la bronca, con la impotencia, con el alcohol, con el ego, con la autoestima.
¿Cuál considerás que es tu proyecto/foto más significativo hasta ahora y por qué?
Me gusta mucho Ansiedad N.9. Siento que tiene esa cosa para mí muy necesaria del arte, de poder conversar con quien observa. Siento que pocas veces lo logro y esta es una.
¿Cómo influyen tus experiencias personales en tu trabajo fotográfico?
Mi laburo es el resultado directo de mis experiencias personales.
¿Qué fotógrafos/as o artistas influyen en tu trabajo?
La historia del arte toda. Me gusta desde Bouguereau, hasta Ernst Ludwig Kirchner, hasta Nick Knight.
¿Cómo es tu proceso creativo, desde la idea hasta la captura final (o finalización del proyecto)?
Por sobre todas las cosas mis procesos creativos son rápidos. Soy inmediatista. Son pocos los proyectos que me llevan más de un par de días de pienso. Tomo notas, antes bocetaba más, ahora no tanto. Armo carpetas con referencias conceptuales y formales. Algo fundamental es la música. No podría hacer imágenes sin darles una banda de sonido.
Más allá de lo que hagas habitualmente, ¿preferís trabajar con luz natural o artificial y por qué?
Lo que prefiero viene de la mano de lo que necesita el proyecto. Lo que me da más satisfacción es lo que más se acerca a transmitir la sensación que me imaginaba. Soy un pragmático insoportable.
¿Cómo seleccionás las imágenes que exhibís o que forman parte de un proyecto?
Casi nunca exhibo en ningún lado, salvo por mi feed de Instagram. Si me convence el resultado se sube y ya.
¿Qué equipo fotográfico es esencial para vos y por qué?
Respecto a la técnica de la fotografía soy muy ignorante. Trabajo con lo que tengo porque es con lo que me crucé, no lo elegí. Mi ignorancia se excusa en haberme convencido de que hacer imágenes relevantes no dependen del equipo. Lo primordial debería ser hacer imágenes que valga la pena mirar. El resto es parafernalia.
¿Cómo ves el futuro de la imagen en tiempos de inteligencia artificial?
Un horror. Vacío. Automatismo. Autocomplacencia. Impersonalidad. Deshonestidad. Todo igual, uniformado. Gente que se cree artista. Todo un espanto.
¿Qué foto icónica de la historia te hubiera gustado hacer a vos?
Hay una foto de Cristina y Néstor abrazados, creo que es de cuando Cristina Fernandez de Kirchner habló en Plaza de Mayo luego de que las patronales rurales le pararan el país cuando se propuso la ley 125. Me estremece. No sé quién la tomó.
¿Cómo considerás que la fotografía puede influir en la cultura y la sociedad?
Lamentablemente, vivimos en la cultura de la imagen, así que la fotografía ocupa un lugar crucial en la creación de sentido común. Sin ánimos de dar lecciones de moral ni de decir ninguna novedad, vivimos en un mundo donde lo que se aparenta es más importante que lo que se es. La fotografía, como es un producto artificial, está al servicio de eso. De la superficie, de la idiotez, de las cáscaras. La contradicción de dedicarle la vida a algo que, por momentos, odio.
¿Cómo influyó la fotografía en tu vida?
Podría decir que, al principio, apareció como una posibilidad para escaparme de mi vida de niño, de soñar con algo más que lo que tenía para ofrecerme el mundo gris, heterosexual y violento en el que nos toca vivir. Luego se transformó en un medio de experimentación, un canal, y luego una profesión que está estrechamente vinculada a mi intimidad. Asumo que mi forma de mirar el mundo está impregnada de mi forma de desearlo, de fantasearlo. Me atraviesa la vida la fotografía.
¿Tenés algún proyecto futuro o meta que te gustaría alcanzar en la fotografía?
Profundizar, complejizar, viajar, aprender, volver a enamorarme de la fotografía. O no.
¿Qué foto te queda aún por sacar?
No lo sé.
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla reportarcomentario@montevideo.com.uy, para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]