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Sexo ATR

Cecilia Ce: “Lo que nos sucede en la sexualidad es completamente personal y diverso”

La sexóloga argentina se volvió una referente de la materia, pero ahora teme la marketinización: “El tema es que no se vuelva banal”.

11.10.2022 15:35

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2022-10-11T15:35:00-03:00
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Por Agustina Lombardi

Es mujer. Es sexóloga. Es influencer. Tiene más de un millón de seguidores. Publicó tres libros. Sexo ATR, el más “básico”, pero fundamental. Carnaval toda la vida trata el sexo en relación al tiempo y las etapas de la vida; y Vinculear, un libro de técnicas y herramientas que “le dan lugar al cuerpo y al encuentro con el otro”, una alternativa al porno. De la teoría a la cama. Libros que surgen de la experiencia propia con sus pacientes: “De hecho, cuando estoy atendiendo recurro al libro para que la gente acceda a esa información”.

Vive de la investigación, de los libros, de las presentaciones en vivo y de las redes sociales. En sus historias destacadas en Instagram separa la información por temas: Penetración, Squirt, Orgasmo, Sueño, Vulnerabilidad, Preservativos, Clítoris. Entre muchos otros, que van desde la salud hasta las dudas más específicas del terreno. En lo que va del año lleva 55 funciones y 50 mil espectadores de Beer, Sex & Night, un show que creó ella misma para poder hablar libremente sobre el sexo. Comenzó en bares, en 2018. Después de la pandemia pasó a llenar teatros.

—Recuerdo la salida de uno de los teatros más grandes de Buenos Aires en avenida Corrientes. Después de eso, la gente me paraba en la calle y me decía “yo te fui a ver”. Todo ese año estuve saliendo en el diario. Generó una agenda mediática muy fuerte. 

Cecilia Ce se convirtió en “la Lic.”, por licenciada en Psicología y Sexología, y por ser una de las referentes a la hora de responder preguntas que, hasta hace no mucho, generaban incomodidad. Quizás a algunos aún les siga generando. Pero dice: “Nuestra gran aliada siempre es la información, soluciona las cuestiones; no te hacés la cabeza, evitás malos entendidos y falsas creencias”. De la información pasó a la comunicación.

Si a nivel social se vive una mayor apertura respecto a la sexualidad, entonces, para Cecilia Ce, eso tiene un impacto a la hora de tener sexo. Y lo entiende de ese modo porque el modelo sistémico es su marco de estudio: analizar el sistema para entender cómo, en este caso, afecta al sexo. Cuatro años después de haber comenzado a hablar, nota que la circulación de información sexual también puede generar un efecto contraproducente: aún más exigencias. “El término ‘acabar’ no sabemos ni qué significa. Leemos y pensamos que nos tiene que pasar sin saber de qué se trata”. Y ejemplifica con lo que escucha: “A mis amigas les sucede esto y a mí no”. Ante esa presión, su objetivo es transmitir alivio y derribar mitos. 

Por eso vuelve a Montevideo, por segunda vez, tras su éxito de julio, cuando llenó cuatro funciones de su show Beer, Sex & Night; cerveza en mano, conocimiento científico y humor. Cacique Group la trae de vuelta, esta vez para despedir el ciclo de charlas que, entre otras, han puesto el sexo sobre la mesa. Las funciones son el sábado 15 y el domingo 16 en las salas de Movie de Montevideo Shopping.

¿Qué es lo que más te ha llamado la atención en tu experiencia de consultas e investigación?

La teoría es una cosa y lo que le pasa a la gente es otra. Una de las cosas que me encontré, a partir de una investigación que hice entre 200 consultas que me llegaron, es que alrededor del 50% de las dudas son sobre el orgasmo; si lo tengo o si no, si mojo o si no mojo, si es lo mismo que acabar, sobre el punto G. Hoy, que la información empieza a circular, también uno empieza a confundirse un poco más. Pensamos que todo nos tiene que pasar y no entendemos por qué nos pasa de una manera distinta o única.

¿La sobreinformación sobre sexo puede volverse contraproducente?

Hay mucha exigencia y mucho barullo con esa información. Lo que nos sucede en la sexualidad es completamente personal y diverso. Que sea diferente no significa que esté mal. Creo que ese es uno de los grandes aprendizajes que nos queda. Está buenísima toda la información sobre este tema, pero igual es contraproducente porque el foco no termina de estar en la persona. Creo que nos falta darle un poco más de tiempo, para que esa información termine de asentarse.

¿Qué significa que en esta época hablemos de sexo?

Es motivo de celebración que hoy sea tema de agenda. Pero hay que cuidar mucho que no se vuelva marketing, como un objeto más de consumo y de exigencia; ahora encima tenés que tener sexo y lo tenés que disfrutar. Pero que se hable tiene que ver con la educación y con la información, con nuestros derechos, con el conocimiento que antes fue negado. Eso es re importante. Desde el derecho al conocimiento del propio cuerpo sin tabúes.

¿Cómo se llegó a que el sexo fuera un tema de conversación pública?

Hay un fenómeno en esta región, en otras regiones es distinto porque siempre hay una cuestión social y cultural. Creo que el feminismo tuvo mucho que ver en este cambio. Hay cambios religiosos, políticos, avances en las leyes, eso también habilita que esto se pueda comunicar. Hemos ganado derechos en todo sentido. También tuvimos el boom de la pornografía, del cuerpo, de la libertad. Ahora estamos con la información, llegando un poquito más tarde, pero llegando. Tiene que ver con una apertura social; el tema es que no se vuelva banal, de consumo, una cosa de cuerpos sin contenido. 

¿Sentís que eso ya estaría pasando?

Sí, claro. Podés abrirte el Tinder, salir con quien quieras y tener sexo con quien quieras. Hoy podemos. Antes tenías sexo con quien te casabas. Hay un cambio cultural enorme, pero después te encontrás con alguien y no conectás porque no tenés intimidad, porque no sabemos hablar, porque las emociones son completamente tabú. Estamos más solos que antes también. Creo que tenemos unos encuentros más ansiógenos y desconectados, donde no estás pensando en la otra persona sino en si estás rindiendo bien o no. El sexo se volvió el producto en sí mismo: voy a tener sexo, no voy a conocer a alguien. Voy a hacer esta actividad. Pero hay otra persona que está desnuda y que está poniendo su vulnerabilidad, su cuerpo. 

¿De qué forma afecta a las relaciones que el sexo casual esté naturalizado?

Lo que yo veo es que se llega al sexo antes que a la confianza e intimidad. Son situaciones en las que no conocés tanto a la otra persona y estás nervioso. Ahora que se habla de sexo, hay más presión. Porque se habla más, hay más ansiedad de desempeño. Antes, las personas tenían sexo y nadie se enteraba qué pasaba; si se te paraba, si no se te paraba; si tenías orgasmo o no. No había la exposición que hay ahora. Entonces, el discurso en la consulta es “no rindo”, “no puedo”, “me pongo nervioso”, “no llego”, “no lo hago bien”. Tiene que ver con una exigencia de la sociedad del rendimiento que tenemos, que es una locura. Esto es una cuestión social: la hiperproductividad. Eso se ve en la cama: debemos tener sexo, una erección, un orgasmo. El sexo dejó de tener que ver con un vínculo, un cuidado, con una conexión. Es productivo. Así tenemos a la gente con el índice de ansiedad que tiene. Lo que vemos los sexólogos es que la gente es más reticente al encuentro, los jóvenes te digo. Aparece más evitación: el juego en el que te escriben, te buscan, te mandan la foto y se borran. Hay mucho más miedo al encuentro porque tiene que ver con rendir y no con conectar.

Entre hombres y mujeres, ¿hay distinta receptividad sobre este tema?

Creo que la mujer se permite más consultar. Hay algo en lo femenino de buscar la resolución; el ir al médico, ir a terapia, comprar la entrada, ir al show, juntarse, hablar. El hombre ni siquiera va al médico. Hay algo de la postura masculina del poder que genera que le cueste mucho más reconocer una problemática y pedir ayuda. Estamos esperando que se unan al feminismo y se permitan gozar de todos los beneficios; de pedir ayuda, de poder manifestar, de poder mostrar la vulnerabilidad. En lo anónimo consultan un montón, pero hay más resistencia a exponerse en la vulnerabilidad y en el desconocimiento. 

¿Cuál es el rol de la comunicación en el sexo?

Hay estudios que muestran que mejores cualidades en la comunicación, mejoran la satisfacción sexual. El tema es que comunicar algo requiere de un montón de recursos y herramientas personales que, al ritmo en el que vivimos, no son muy amigables. Está bueno entender que se desarrolla la cualidad del sexo y de la comunicación, aunque es una pata que a veces pasamos por alto. Al estar preocupado por practicar bien el sexo, quizás se trata de preguntar. Esto pasa en todo igual: cómo decir lo que quiero, cómo poner un límite o ser asertivo, de estar seguros en nuestra posición, de no borrarse. A veces las personas preguntan: “¿Cómo lo digo, con qué palabras?”. Está bueno entender que la comunicación se aprende y que, para eso, haya modelos para informar.

¿Por qué creés que cuesta tanto la comunicación?

Hay muchos factores, no solo la falta de tiempo. Nadie te lo enseña. Necesitás un momento de introspección —porque no podés comunicar algo que no conocés—, y después tenés a la otra persona con sus propios recursos que se te imponen. Cuando es particularmente sobre la sexualidad, aparece toda la estructura de los miedos y el tabú; la vulnerabilidad, la vergüenza, el pudor, la culpa. Eso sumado a las falsas creencias. Entonces te dice: “No se le paró porque no le gusto”, cuando puede ser por nervios. Es muy difícil que la persona pueda poner eso en sus palabras y con libertad. 

¿Por qué el sexo siempre ha sido tabú?

Religión, política. Es una cuestión de control sobre las personas y la sociedad; la reproducción, de la familia, de que la gente se ponga productiva. Es un tema que voluntariamente la gente controla. En estas culturas, la sexualidad a veces se vive como si fuera descontrol. 

¿Que el sexo entre en agenda, empodera a la mujer?

Sí, si lo usamos adecuadamente. En el momento en que, para la mujer, esto se vuelva una exigencia más, sonamos. Está la idea de que la mujer es sexualmente más libre, pero está en Only Fans (red social de contenidos pagos en la que circulan videos e imágenes eróticas). No se trata de que la mujer sea sexualmente más libre para volverse objeto de consumo de los demás. Por eso, siempre tenemos que hacer un análisis del mercado, de la productividad, de la economía, del capitalismo, de la desigualdad. El sexo es re profundo, ¿cómo no va a ser tabú? Atraviesa todo. 

¿De qué trata el modelo sistémico?

Por ejemplo, hablamos de sexualidad, es un tema mucho más de agenda, pero, por lo menos en Argentina, no hay ni una campaña masiva sobre uso de preservativo. Por un lado, estamos todos los sexólogos en la radio, somos nota en todos lados, pero los cambios estructurales de cuidado y prevención de salud sexual están atrasadísimos. ¿A quién beneficia? Cuando hay un tema de agenda, hay que hacer un análisis de los intereses que están detrás y de la consecuencia de eso. Por eso se trata de analizar la economía y la desigualdad para poder analizar la libertad, para que no sea una falsa libertad. 

¿La receptividad es un tema generacional?

Están las personas re interesadas y a las que no llegás, tiene que ver con su estructura, su crianza, sus valores. Por otro lado, estamos comunicando en ciertos niveles que no son formales (teatro, redes, medios), no es la escuela, que es la instancia formal de educación, entonces llega el que quiere.

¿Cuál es tu mensaje?

Que las personas se sientan mejor. Dar un mensaje sanador. Hay cosas que, si no tienen un sentido de alivio, ni siquiera las digo. No es comunicar a cualquier costo. Es como si tuviera al paciente en frente. Hay que ser muy consciente de que del otro lado tenés una persona y que esa información la puede movilizar, y vos no estás al lado para contenerla. Es una cuestión de responsabilidad, como si estuviera trabajando con un paciente para mí.

Por Agustina Lombardi