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Contenido creado por Manuel Serra
Música
En son de revancha

Con Al Di Meola: “La música de Piazzolla, Chick y The Beatles vive en mi memoria cada día”

El virtuoso guitarrista y compositor ítalo-americano regresa a nuestro país para redimir una deuda con sus fanáticos uruguayos.

01.03.2023 12:06

Lectura: 14'

2023-03-01T12:06:00-03:00
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Por Carlos Dopico
Carlos Dopico

Llegó por primera vez hace exactamente una década, pero en su concierto debut, quienes habían soñado con escucharlo de cerca tuvieron que superar primero toda una batalla sonora entre el personal técnico y el artista. Y si bien el concierto luego tuvo grandes momentos, el fantasma del acople y la reverberación los persiguió casi hasta el final. “Fue una de las peores experiencias que he tenido. Espero que nada de esto nos suceda esta vez”, responde el célebre músico y compositor desde Sunny Isles Beach, su casa al noreste de Miami.

Desde aquel 2013 hasta la fecha, Di Meola produjo cuatro álbumes nuevos: Elysium (2015), Morocco Fantasia (2017), Opus (2018) —su primer trabajo compositivo gestado en un confeso estado de felicidad— y Across the Universe (2020) —un nuevo y arriesgado recorrido por el vasto repertorio beatle en modo jazz—.

Al Di Meola fue un prodigio que, desde muy joven, además de talento, gozaba de una técnica guitarrística asombrosa. “Una de las razones por la que fui parte de Return to Forever [N. del E.: mítica banda de jazz] fue por mi capacidad de leer partituras y habilidad técnica para ejecutar alguna de las músicas de Chick Corea”, confiesa Di Meola en la charla por Zoom sobre aquella transformadora experiencia. Por entonces, Albert tenía solo 19 años y cursaba en el Berklee College of Music. Su ingreso se había producido en reemplazo de Bill Connors, pero la suya se convertiría en una de las más célebres formaciones, con alineación junto al propio tecladista Chick Corea y el bajista Stanley Clarke.

Pero aquella no fue la única experiencia de ese joven guitarrista con probadas habilidades tanto en la eléctrica como en la acústica. A fines de los 70, Di Meola conformó primero el exquisito trío acústico junto con John McLaughlin y Paco de Lucía, con el que su popularidad explotó en la escena de la world music con piezas como “Mediterranean Sundance”. Y, más tarde, fundó el trío Rite of Strings, con el bajista Stanley Clarke y el violinista Jean-Luc Ponty.

Al día de hoy, lleva publicados más de 30 trabajos discográficos y varias célebres colaboraciones.

Si bien integró varios proyectos de corte de rock fusión, desde hace un buen tiempo que Di Meola ha comenzado a bajar decibeles. Hace al menos una década que le diagnosticaron tinnitus y sus peripecias eléctricas son cada vez más esporádicas. “La música eléctrica implica que toque con bateristas y amplificadores a muy alto volumen. Y el alto volumen es lo peor que alguien que sufre tinnitus puede experimentar”, confiesa, aún esperanzado de una cura milagrosa, y subraya: “Es dura la experiencia y es todo el tiempo, 24/7”.

Su condición auditiva, la muerte de alguno de sus más grandes maestros, su reciente experiencia de felicidad compositiva tras años de producción entre las tinieblas y su revancha local, en la que espera espantar las sombras del pasado, son parte de una charla honesta a casi 7.200 kilómetros con LatidoBEAT.

Promete que su concierto en Montevideo será “uno de mejores shows de Al Di Meola que jamás hayan visto”, y adelanta que se estructurará primero en un recorrido por temas nuevos y otras composiciones más antiguas de su repertorio, y más tarde, por un trayecto en que sonarán versiones tanto de Piazzolla como The Beatles. “La música de Piazzolla, así como la The Beatles o la de Chick viven en mi memoria cada día, así que en mis shows siempre hay lugar para sus canciones”.

La cita de su presentación es este 2 de marzo en el Auditorio del Sodre, donde estará desde las 21 horas, con un concierto que promete durar alrededor de dos horas.

Hace unos años te sorprendía a ti mismo haber logrado un álbum (Opus, 2018) desde el estado de felicidad, luego de haber compuesto mucho tiempo desde la reclusión y las sombras. ¿Cómo sigue ese proceso?

Yo creo que va en un punto medio (risas). Cuando comencé mi nuevo matrimonio, con el que tuve una beba, fue un momento increíblemente disfrutable; todavía sigue siéndolo. Pero hace ya un par de años que me vengo a trabajar a Miami, donde tengo un estudio para escribir y componer. Mi casa principal está en New Jersey, donde también está mi estudio de grabación. Entonces vengo hasta acá para estar solo. Es importante para mí estar un lugar donde no voy a ser interrumpido. Sé que durante el proceso de componer voy a atravesar por un montón de estados; pensar que no es lo suficientemente bueno o convencerme de lo contrario. Puede ser casi un autoflagelo, porque realmente el disfrute comienza luego de que grabás y escuchás la grabación. El recorrido de la composición puede ser duro. En varios momentos de mi vida, y por sobretodo en los momentos más duros o de inactividad, la música ha sido una salvación. Por eso yo decía que no sabía componer desde la felicidad, porque siempre lo había hecho de una forma miserable. Me encanta escribir música, pero siempre lo había hecho en días difíciles. Fue la primera vez que me sentí personalmente muy bien.

“Across the Universe” es una canción de Lennon, compuesta en un período muy luminoso de su vida. ¿Es esa la razón del título o una gran coincidencia anímica?

Qué interesante… Bueno, mirá, es una de mis canciones preferidas y no llegamos a tiempo para grabarla. Pero conozco muchos álbumes en donde la canción que les da nombre no aparece en el disco. Al final no vimos nada malo en eso y seguimos adelante. Pero te confieso que tengo la esperanza de poder anexarla como un bonus, lo que es aún posible… La versión que tengo del tema tiene siete capas, por lo que es un tanto complicada para la guitarra. Hicimos una versión para stream de la canción a principios del confinamiento por covid-19, en marzo de 2020, con mi tecladista desde Argentina.

En 2021 falleció el notable pianista y compositor Chick Corea, con quien trabajaste muy tempranamente en Return to Forever y otros proyectos. ¿Qué significó para ti su pérdida?

¡La muerte de Chick fue un shock! Chick siempre era muy productivo y se veía muy bien hasta el final. Fue muy triste cuando un estudio médico determinó que tenía un par de semanas de vida; era muy raro en su condición. Así que nos vimos devastados por la triste noticia; triste y dolorosa noticia también para él. De todas formas, puedo asegurar que Chick tuvo una vida muy, muy productiva. Él dejó todo un legado detrás. ¡Fue verdaderamente increíble! Él ha grabado más discos que todos los que he conocido. ¡Chick vivió música, eso es todo! No creo que Chick haya vivido una vida por fuera de la música. No creo, de hecho, que haya tenido placer mayor que tocar con otros músicos y componer. Él alcanzó dos altísimos niveles, no solo como músico e improvisador, también el nivel más alto como compositor. Así que claro, cuando yo era aún un adolescente, él fue una enorme influencia, por lo que fui tremendamente feliz.

¿Cómo describirías tu experiencia junto a él?

Mi experiencia fue increíble porque él era un gran líder. Una de las razones por las que fui parte de Return to Forever fue por mi capacidad de leer partituras y mi habilidad técnica para ejecutar algunas de sus músicas.

El año próximo se cumple una década desde el fallecimiento de Paco de Lucía. ¿Qué recuerdos tenés de aquel enorme músico y compositor flamenco con quien grabaste “Friday Night in San Francisco”, “Passion, Grace and Fire” y “The Guitar Trio”?

Es cierto, el aniversario. Bueno, él le dio brillo y otro nivel a la estática técnica del flamenco en la guitarra. Puso la vara más alta que cualquiera que haya venido antes que él. Yo creo que Paco fue el rey en ese sentido; lo es aún. Su articulación y su sentido del ritmo alcanzaron niveles que no existían antes. En el trabajo con Paco, él tuvo mucho coraje, porque quería desarrollar algunas particularidades en la cadencia del flamenco o una nueva forma de hacerlo musicalmente improvisando en algunas secuencias armónicas. E imagino que tuvo que haber sido duro para él porque tenía que hacer todo de oído. A pesar de saber varias estructuras, él no era un músico de escuela, pero tenía el talento sobrado para tocar con un par de músicos versados en el mundo del jazz. Él tomó el riesgo y lo hicimos. Creamos una conjunción que fue la que hizo tan grandioso al trío. La interacción musical fue muy buena. Nos entendíamos muy bien con Paco en esa colaboración porque ambos teníamos un enorme background latino. Yo no vengo del flamenco, pero sí sabía como tocar con sentimiento latino; puedo entender los ritmos latinos. Creo que esa parte fue una de las grandes razones de la magia que logramos desplegar.

Desde hace muchos años descubriste no solo una gran afinidad con la música latinoamericana sino una gran influencia de Piazzolla, a quien ya has tributado con “Bluemoon”, en 1996. ¿Qué recordás de aquel encuentro?

Conocer a Piazzolla debe haber sido probablemente el encuentro musical más importante que haya tenido, después de conocer a Chick, o de haber empezado a trabajar con Chick cuando tenía 19 años. Fue un encuentro increíble porque él fue un transformador; cambió completamente el juego. Él cambió mis ideas sobre qué era importante en una composición. Hay mucha gente en el jazz, el jazz rock o la fusión con la que te metés cada vez más en eso esotérico de la melodía. Pero la música de Piazzolla era muy desafiante y nunca escatimaba desarrollo. Las suyas eran melodías fabulosas, hermosas, directas al corazón. Su música, más allá de lo desafiante, tenía para mí todas las cosas que quería intentar en mis composiciones. Era todo un recorrido de emociones el que atravesaba cuando escuchaba Piazzolla. Para mí fue un momento sumamente transformador. Luego nos hicimos muy amigos, afortunadamente. El álbum siguiente al encuentro con él iba a ser una mirada de Al Di Meola a algunas de sus grabaciones. Me acuerdo de que hablamos sobre si hacerlo con una banda o una orquesta. Desgraciadamente sufrió un ataque cardíaco en París. Pero su música, así como la de The Beatles o la de Chick Corea viven en mi memoria cada día. Así que toco sus canciones en mis shows.

¿Recordás alguna frase que te haya dicho este revolucionario músico y compositor argentino?

Sí, recuerdo, claro. Me dijo: “I want to hear you doing something new with my music. Take my music to an other place” (N. del R: “Quiero escucharte hacer algo nuevo con mi música. Lleva mi música a otro lugar”). Y luego: “You know that I’m really italian.” (N. del R: “Sabés que soy de origen italiano…”). “Toda mi familia es italiana, mis raíces son de Nápoles”. A lo que yo respondí: mis raíces son de Nápoles también. Me dijo, “quiero ser honesto contigo, el tango nació realmente en Italia, aunque se hizo popular en Argentina. Yo sé que Argentina y el tango son sinónimos, pero los orígenes mismos del tango son italianos”. Fue hermoso que dijera eso, porque generó una conexión especial entre nosotros.

¿Y qué sabés de la música o los artistas uruguayos?

Sé de varios músicos fantásticos que provienen de ahí pero no conozco lo suficiente; espero poder hacerlo esta vez. Conozco un poco del candombe de Uruguay, pero no mucho más.

Hace algunos años descubriste que padecías tinnitus, una afección que te impide tocar de forma eléctrica por el mundo. ¿Cómo manejás esa afección?

Todas las noches miro el horizonte desde mi ventana esperando que surja alguna medicina de las que están trabajando. Pero no parece que fuera a suceder en lo inmediato. Creo que hay una predeterminación genética y que uno de cada 10 o 20 van a sufrir tinnitus. Es una afección crónica y progresiva; es dolorosa, como gritos en el cerebro.

¿Qué te ha condicionado hasta ahora?

El tinnitus es una de las grandes razones por las que ya no hago giras eléctricas. La música eléctrica implica que toque con bateristas y amplificadores a muy alto volumen. Y el alto volumen es lo peor que alguien que sufre tinnitus puede experimentar. Es dura la experiencia y es todo el tiempo, 24/7. Solo esperamos por un milagro. Se está investigando en el mundo entero, pero aún nadie encuentra la cura. No tiene tanto que ver con los oídos, sino con los impulsos neuronales de lo que escuchás. Es muy difícil acceder al centro del cerebro.

Foto: cortesía de producción

Foto: cortesía de producción

En el año 2013, el célebre guitarrista había visitado un exquisito repertorio de 14 temas de The Beatles y publicado el álbum All Your Life. Fue entonces que, con las versiones de clásicos como “In My Life”, “And I Love Her” y “Blackbird”, Al Di Meola, el célebre guitarrista y compositor italo-americano llegó finalmente a Montevideo.

Aquella experiencia era única, pero la travesía fue por demás turbulenta. Ya desde la banda invitada, el quinteto de Jazz Fusion de Gabriel Estrada, el monitoreo comenzó a dar señales defectuosas. Sin embargo, en el intercambio, los técnicos de sonido intentaron identificar el desperfecto mientras que uno de los asistentes de Di Meola, ocupando el lugar del músico, daba rápidas indicaciones.

Cuando el músico entró y probó su guitarra, notó el persistente acople y una constante reverberación en su guitarra. Di Meola se lo tomó con humor, pero luego de varios minutos, en los que los asistentes aún rastreaban el dilema, deslizó una frase fatídica que se escuchó como un resquebrajamiento glaciar: “Algo así era esperable en Bolivia, pero no aquí en Montevideo”. Para peor, propuso un intervalo técnico e incluso la posibilidad de un reembolso a quienes lo quisieran. Una vez de regreso, y por un largo rato, el dilema sonoro aún no se había revertido en su totalidad.

Ahora, Di Meola regresa otra vez de la mano del Fab Four, con una reciente edición titulada Across the Universe, y una aproximación más arriesgada en la que vuelve a bucear en las aguas compositivas de John, Paul, George y Ringo, que inicia con “Here Comes The Sun”, en el 80 aniversario de Harrison.

¿Cómo recordás tu experiencia en Uruguay, exactamente una década atrás?

Bueno, para nada buena. Recuerdo que los monitores no estaban funcionando. Tuvimos serios inconvenientes con los monitores que nos habían provisto. Fue una de las peores experiencias que he tenido. Espero que nada de esto nos suceda esta vez.

En aquel momento la producción alegó, sin embargo, que tú no habías llegado a tiempo a la prueba de sonido.

No, para nada. Esa no fue la razón; los monitores no funcionaban, se apagaban y encendían, una y otra vez. Fue un inconveniente de los técnicos de allí, no vinculados a la prueba de sonido. Fue problema de la conexión inalámbrica de los monitores. Recuerdo que en un momento escuchábamos al violín muy alto, y al segundo extremadamente bajo. Recuerdo además que cambiamos los monitores y seguía ocurriendo lo mismo; eran inconvenientes técnicos de la empresa de sonido.

Aquel concierto se promocionó como un tributo a The Beatles, pero el recorrido fue mucho más amplio que eso. Acabás de publicar un nuevo álbum de versiones de la banda británica, Across the Universe, ¿esta vez ocurrirá lo mismo?

Este no será un tributo a The Beatles, pero sí, que vamos a tocar una o dos versiones [N. del R.: en shows previos hasta ahora ha interpretado “Because” y “Strawberry Fields Forever”].

En los últimos tres años, además de los arreglos de las versiones, tuve tiempo para escribir varias nuevas composiciones y alguna de esas vamos también a hacerlas en vivo. O sea, la primera parte serán nuevas y viejas canciones, y la segunda parte del show será un recorrido por algunos temas de Piazzolla y The Beatles.

¿Qué pueden esperar los fanáticos de este concierto?

Espero verlos ahí y que sea uno de los mejores shows de Al Di Meola que jamás hayan visto. Espero ver muchos fans allí, ojalá lo disfruten.

Por Carlos Dopico
Carlos Dopico