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Entrevistas
Hola qué tal tú cómo estás

Con Hernán, de La Champions Liga: “La cumbia necesita refrescarse de nuevas ideas”

El cantante que hizo bailar a una generación, con 30 años, sigue en el ruedo y reflexiona sobre cómo hacer sobrevivir su género.

28.09.2022 14:55

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2022-09-28T14:55:00-03:00
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Por Valentina Temesio

A los 17 años, Hernán Arbuco, el líder de La Champions Liga, se compró su primer auto. Fue después de varias giras, hace 13 años, cuando, sin buscarlo, se convirtió en el furor de la cumbia rioplatense. La banda, que empezó haciendo covers y lanzó su primer disco homónimo en 2009, marcó a más de una generación. Primero, por cuestiones temporales, a la de los jóvenes que salían a bailar en la década del 2010. “Hola qué tal, tú cómo estás, dime si eres feliz”: bailaban y cantaban como si no hubiera un mañana. Pero también a las nuevas, esas generaciones que se apropiaron de La Champions, que la hicieron suya y la refrescaron.

Sin embargo, convertirse en una banda con hits que le hablan al amor y, además, traspasan fronteras, estaba lejos de lo que Hernán alguna vez imaginó. Hoy, con 30 años, dice que uno de los mayores aprendizajes que le dejó la banda fue estar en todos los niveles y convertirse en un artista. Porque al principio no estaba preparado para dar la cantidad de shows que su carrera le demandaba, no le daba la voz. Ahora, con gran parte del camino recorrido, admite que, para alguien de su edad, el fenómeno de La Champions Liga es difícil de creer. Por eso, lo mejor que puede hacer es darle a su público lo que busca y seguir componiendo canciones. Eso, para él, es la manera más fiel que encuentra para darle todo a su público.

Para el argentino, el momento bisagra de su carrera musical fue en Uruguay. En 2009, la banda emprendió su primera gira profesional, tocó en el programa televisivo Pizza Carballo y en el boliche Spacium de Canelones. Cuando volvió a su país, se dio cuenta de que tenía que tomar una decisión, porque además de ser músico, jugaba al fútbol en las inferiores de Vélez. Pero siguió con los dos caminos hasta 2010 cuando, después de tocar en la Semana de la Cerveza en Paysandú, se dio cuenta de que nadie en el fútbol le podía asegurar lo que le daba la música. Después de esa gira no volvió a entrenar.

A pesar del paso del tiempo, las primeras canciones de La Champions Liga siempre van a ser parte de su vida. “Hay mucho de mi historia en esos temas y no tengo pensado dejarlos a un lado”, dice Hernán. Sin embargo, en un mundo donde los cambios vertiginosos son manera corriente, sabe que tiene que adaptarse y no tiene problema con eso. Aunque se muestra reticente a la oda al materialismo del reggeaton, que no entiende ni comparte. “Hoy en Argentina, comprarte una cubierta para tu auto sale una fortuna, a mí mi compromiso artístico no me permite decirle a la gente que la está peleando, que está yendo a laburar y no le alcanza el sueldo, que te comprás todo caro”. Pero sí le gusta el camino del trap, por eso, cree que la cumbia tiene que refrescarse y aprender un poco de este género.

Así, con su visión “moderna” de la cumbia, La Champions Liga volvió a posicionarse con material nuevo. En 2021 lanzó “No quiero verte” con Márama, que está nominada a los premios Graffiti. Este año llegaron “Flasheaste amor” con Agapornis y “Pensándote”, su última producción.

¿Cómo vivís el lanzamiento de “Pensándote”?

Es algo que tenía ganas de hacer hace rato. También es una nueva puerta a una serie de canciones de La Champions con las que quiero mostrar mi visión de la cumbia moderna y seguir alimentando nuestra música. En “Pensándote” busqué transmitirle a la gente un concepto de un amor de infancia y adolescencia, traté de hacer un tema más cool, más fresco, más nuevo, pero con un concepto que tiene un poco de nostalgia, que es el primer amor. Trato de estar ahí, de manejarme sin irme mucho de la esencia.

¿Cuál es tu visión de la cumbia moderna?

Como en otros géneros, donde hay libertad a los estilos, hoy es más el artista que la banda. En la cumbia creo que tenemos que lograr un poco eso: foguear a los productores y colaborar con los DJ. Cuando escuchás una canción de La Champions esperás que tenga cierta esencia, que tiene que estar, pero también quiero dar lugar a nuevos estilos de cumbia: retro, más moderno, colaborar con algún productor. Mi visión es integral, creo que es lo moderno de ahora, no cerrarse al grupo, a grabar en un estudio, como era antes. Hoy mutó todo y la cumbia necesita refrescarse de ideas nuevas.

Desde que arrancaron en 2008 hasta ahora hubo un cambio abrupto.

Antes, las bandas de cumbia tenían su estilo particular y si salías de ahí estaba mal visto. Hoy, con los avances y la forma de consumir música, una canción puede llegar a producirse en un mes y medio o dos. Antes era diferente, sacabas dos cortes y después un disco. Al menos eso fue lo que yo mamé cuando empecé a los 17. Hoy, que tengo 30 años, con una visión desde adentro de la cumbia, creo que tiene que haber libertad. Apuesto a jugar con la música y que la gente lo reciba de buena forma, que no te encasille porque cambiaste de estilo.

Lanzaron “No quiero verte” con Márama y “Flasheaste amor” con Agapornis. De alguna manera, La Champions está inmersa en la cumbia moderna.

A “Flasheaste amor” la hicimos con un productor, tiene el toque personal de él. Por otro lado, “No quiero verte” es una composición mía que se la pasé a Márama y la adaptaron a su estilo.

No quiero que el concepto de banda me limite, quiero que me den la oportunidad de explayarme en varios estilos. Además, el género puede cobrar la fuerza si colaboramos entre nosotros. Deberíamos aprender del trap, que fue el primer movimiento que inició con las colaboraciones. Veías a chicos muy jóvenes ayudándose los unos a los otros, sin importar las industrias o las conveniencias de las disqueras; querían ser alguien, y lo lograron de una forma muy genuina.

Las canciones de La Champions Liga parecen ser atemporales. Las bailan las personas de 30, de 20 y de 15.

Siento que esas canciones siempre van a ser parte de mi vida, de mi repertorio y de mi carrera musical. No tengo pensando dar vuelta la hoja. Cuando la gente va a ver un show de La Champions va con la intención de encontrarse con esas canciones. La gente va a buscar algo, y yo estoy con la misma sintonía. Toqué en el Prado, en Montevideo, por la Noche de la Nostalgia, y había gente grande, gente de mi edad, más chicos, de 20, 21. A mí me choca mucho, porque pienso que, si yo tenía 17 años, ¿qué edad tenían esos chicos para mamar La Champions Liga? Para las bandas y artistas es importante estar en sintonía con su público, que la gente vaya a verte y se encuentre con lo que va a buscar. El público es quien te mantiene en vigencia.

¿El Hernán de hace 12 años se esperaba que sus canciones suenen tanto y traspasen fronteras?

La verdad que no, no estaba preparado para nada de lo que la vida me regaló a través de la música. En ese momento yo me preparaba para jugar al fútbol, jugaba en las inferiores de Vélez, grababa las canciones como un hobby. Me preparé para la decisión de dejar el fútbol y enfocarme en la música. No podía llegar a pensar a lo que me iba a deparar.

¿Cómo empezaste a cantar?

Mi papá es cantante lírico y de chico mamé mucha música clásica. Mi mamá labura de otra cosa, pero siempre tuvo interés por el arte y por la actuación. Cuando había música en casa, cantábamos con mi hermana y papá. Fue un proceso muy natural, porque siempre me gustó la cumbia. En los entrenamientos de fútbol los chicos ponían música en el vestuario y yo cantaba, me decían que lo hacía bien y me acompañaban con palmas. Pero todo empezó como un hobby, me sentaba en la computadora para no tener que hacer la tarea del colegio. En ese entonces eran otros tiempos, investigué cómo se podía hacer música y encontré un programa para grabar. En una Navidad pedí un piano, que es con el que grabé “Deja de llorar”. Después lo hice con otras canciones, las llevaba a los entrenamientos, se las pasaba a mis compañeros por bluetooth y ellos las llevaban a sus pueblos. Así fue el nacimiento de toda esta locura. Arrancó todo así, del “boca en boca”. Cuando las cosas en la vida están destinadas para uno, por más que quieras, no podés torcer mucho eso.

Años después de los hits de La Champions surgió la cumbia cheta. Sin embargo, tu banda ya abarcaba a muchas clases sociales, un fenómeno que antes no se daba tanto. ¿Lo sentís así? 

Yo siento que fui el pionero de la cumbia cheta, más que nada por el concepto musical, que vendría a ser una cumbia que no es agresiva. Si le preguntás a Fer Vázquez o Agapornis cuáles fueron sus influencias te van a decir La Champions Liga. Lo que sí creo, es que a La Champions nunca la ataron a un estilo de cumbia, yo siempre digo que soy cumbia romántica. En las letras siempre predominó el amor, y cuando le cantás a algo universal, es difícil que te encasillen en si te escuchan los chetos o los rochos, como le dicen acá. Siempre traté de mantenerme en esa línea, una gris. 

Sos fiel a tu esencia.

Cuando a vos te pasa algo como me pasó a mí, que ni vos te lo esperabas porque lo hiciste con otra intencionalidad y después ese hobby se transforma en tu carrera, te convertís en un artista de la noche a la mañana, la gente quiere vestirse como vos, cortarse el pelo como vos, te copian los movimientos. Cuando pasa eso de la forma en la que me pasó a mí, en la que mi mejor difusión fue la gente, realmente trato de estar en lo que les gustó. Si escuchás las primeras canciones no hay una súper producción. Tiene que ver con la esencia. Se vea o no, trato de cuidar eso.

Foto: Cedida a Montevideo Portal

Foto: Cedida a Montevideo Portal

¿Hay alguna canción a la que le tengas más cariño?

Siempre pasa eso. Por ejemplo, “Confía en mí”. Es súper especial porque es la primera que compuse. Me emociona cuando escucho que la gente la canta con el paso de los años. También con “Flasheaste amor”… Había sacado “¿Dónde estás?” y “Jodido corazón” y estaban buenas, pero tranqui. Y después llegó “Flasheaste amor”, que la compuse de una manera muy genuina, y a mí me devolvió una fe y una confianza gigante, porque todo el mundo me decía que me iba a costar mucho meter una canción que se conozca y se viralice. Y esta, además de componerla, la peleamos con los Agapornis, le metimos mucho amor.

¿Habías perdido la fe?

No, pero tuve momentos de altibajos, en mi vida y en mi carrera. Me pregunté si realmente esto era para mí. Nunca perdí la fe, tengo tatuado en mi brazo derecho que “Dios es amor”, supergigante, tipo cartel. Pero, cuando surgen esas cosas, sentís un impulso de fuerza, una gratitud muy fuerte. A partir de ahí se me abrieron muchísimas ideas, me vino otra vez la famosa musa para componer y hoy es lo que quiero desarrollar.

Muchas veces la música tropical y la cumbia son géneros que se ven como de entretenimiento. ¿Compartís esa visión?

Lo veo igual. Pero bueno, también están esas personas que les gusta el género o el artista y ellos también te dan una devolución mucho más crítica. Tal vez, el que escucha la cumbia para entretenerse, no le preste tanta atención a la producción o a la base. Pero siempre hay quien quiere eso, yo lo tengo en cuenta, porque además del género, me gusta la música. 

En estos momentos en los que Argentina está en una situación complicada, ¿cómo creés que las canciones de La Champions, que entretienen, acompañan a la sociedad?

Lo más noble y genuino que yo tengo para hacer es contribuir con mi granito de arena y darlo todo en los shows. Porque la gente va a, justamente, buscar ese entretenimiento, darle eso a la gente y que se olviden de los problemas por un rato, rasparle la garganta porque cantan todos los temas, eso es lo que puedo contribuir desde el lado del arte. Dar un show, que la gente se compenetre y que viaje a otros años, cante canciones, se abrace con sus amigos, se tome su chela.

Por Valentina Temesio