Por Federico Pereira (@F_PereiraGarcia) y Manuel Serra (@serra_sur)
No sería nada nuevo decir que, en los últimos años, se nos ha hecho costumbre que lleguen shows del más alto nivel a nuestro país. Con la pandemia, a muchos nos surgió la duda de si esto iba a seguir sucediendo. Y, afortunadamente, podemos decir que sí. Que hay música y grandes espectáculos para rato.
Este 18 de octubre tendremos otra oportunidad única de disfrutar de artistas de un enorme calibre. Para el décimo aniversario del ya clásico festival Primavera Cero, producido por Gaucho, llegan nada más ni nada menos que Jack White y Cat Power. Esto se da en el marco del tour mundial “The Supply Chain Issues” del artista oriundo de Michigan y nos augura a los uruguayos una noche a puro rock and roll, de esas que prometen quedar en la memoria por largo tiempo.
Jack White, actualmente miembro de otras dos bandas, The Raconteurs y The Dead Weather, se presentará en el Teatro de Verano en su faceta solista, la más “similar a la composición de canciones en The White Stripes” —según sus propias palabras—, la banda que lo llevó a la fama mundial.
El multinstrumentista relató, en diálogo exclusivo con LatidoBEAT, una particularidad bastante importante: sus conciertos en esta gira son sin una setlist rígida, sino que la va a ir adaptando según los matices que vaya tomando la velada. Esto, sin duda, habla de un manejo musical enorme. Y, algo todavía más importante, de un manejo del escenario, pulido con décadas de conciertos, difícil de igualar.
Si bien hace unos años están viviendo un revival, John Antony Gillis —el nombre de nacimiento de White— siempre fue un defensor del formato vinilo y se considera parte activa en su renacimiento. Incluso tiene un sello —Third Man Records— con el que se dedica a la edición, producción y distribución de vinilos. Por mencionar una de sus tantísimas facetas.
En la entrevista que tuvimos con él, no solo se mostró extremadamente educado, sino que, además, no dejó de repetir su entusiasmo por visitar por primera vez nuestro país. E incluso prometió algo más: lo primero que hará al aterrizar será pedir que le ceben un mate. Ojalá le guste. Y, si no le gusta, igual lo perdonamos. Nos viene regalando tanta música que se puede permitir ese desliz. Aunque si tuviéramos que apostar, estamos seguros de que le va a gustar.
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Primero que nada, ¿qué significa para vos venir a Uruguay, considerando que es la primera vez que tocás acá?
Bueno, es algo que me retrotrae a cuando era muy pequeño y me gustaba ver mapas. Era muy adicto a los mapas cuando tenía unos 12 años, y siempre vi a Paraguay y a Uruguay y me preguntaba cuáles eran sus diferencias y por qué los nombres eran tan similares. Recuerdo que, a esa edad, me preguntaba si podía caminar toda esa distancia, desde Estados Unidos, pasando por México y América Central, hasta la punta sur de Chile.
Tocamos en Paraguay hace unos años con Robert Plant y fue bastante increíble. Y me hizo obsesionarme con tocar en cada país de Sudamérica. Pero me puso muy triste que no pudimos hacerlo la vez pasada en Uruguay. Así que estoy feliz y emocionado ahora.
¿Consumís rock latinoamericano?
Sí, pero no sé muy bien los nombres, no recuerdo muy bien los nombres. Pero me gusta mucho.
¿Qué puede esperar el público uruguayo de tu show? ¿Qué tenés preparado para ellos?
Bueno, lo genial de nosotros es que no usamos una setlist, así que cada show que hacemos está basado en el ánimo del público ese día. Así que, si la audiencia está mostrando mucha energía, no hay duda de que será un espectáculo muy enérgico. Y, si el público está tranquilo y calmo, entonces me confundo un poco, tal vez sea más acústico y suave. Así que trato de leer el lugar y darles lo que ellos piden.
Siempre alardeo ante todo el mundo sobre los públicos en Sudamérica, sobre lo enérgicos y eléctricos que son, no pienso que Uruguay sea muy diferente, ¿no?
Eso espero. No somos como los argentinos, el “mejor público del mundo” para los Rolling Stones, pero creo que somos muy enérgicos. Vos recién hablaste de la improvisación y el no recurrir a una setlist, ¿por qué hacés eso? ¿Qué te da como artista?
Hace que [el show] esté vivo. Que cada show esté vivo. Que no sea solo esta cosa aburrida que estamos acostumbrados a hacer, cientos de shows que se hacen todos de la misma forma. Se convierte en algo matemático, y a mí no me gusta cuando las luces y los fusibles detrás nuestro se acompasan con la música de manera demasiado perfecta.
Quiero espectáculos que estén vivos, que estén ocurriendo ahí mismo y solo por esa razón, esa noche, para que sea especial, para la gente que va. Siempre pensé eso y me sentí de esa forma.
¿Qué pensás de que tu música llegue a lugares tan distantes como Uruguay, Argentina, Paraguay, acá perdidos en el lejano sur? ¿Esperabas eso cuando empezaste?
No, en lo absoluto. Ha sido una alegría increíble, ¿sabes? Nunca pensé ni que mi música llegara a formar parte de un disco, menos aún que llegara a pasarse en la radio o nada parecido.
Así que fue una gigantesca sorpresa saber que gente allá en Uruguay haya escuchado de mí. Eso fue una gran bendición. Y no lo tomo a la ligera, estoy muy agradecido por eso. Es bueno poder finalmente ir y tocar allá.
Ha sido un tiempo largo de tocar por todo el mundo. Por ejemplo, hasta ahora he tocado solo en la mitad de los países de Sudamérica. Nunca toqué en África, nunca toqué en Asia y, por fin, voy a ir a alguno de esos lugares este año, lo que es muy emocionante.
Contame un poco de eso, ¿a qué lugares vas?
Estamos tratando de ir a Asia. Hacer una gira asiática este año, que incluiría Vietnam, Tailandia, Sri Lanka y Filipinas, y es muy emocionante, porque nunca estuve en ninguno de esos lugares.
Mi sueño es que algún día pueda tocar en cada país de Sudamérica. Pero no se si voy a poder. La Guyana Francesa parece ser el país más difícil, ¿no?
Considerando tu experiencia al frente de The White Stripes, The Raconteurs y The Dead Weather, ¿cómo vivis hoy tu carrera como solista? ¿Qué te da a ti el componer y tocar en solitario?
Cada banda tiene su propia vibra. Yo escribí todas las canciones en The White Stripes. En The Raconteurs fuimos Brendan Benson y yo los que escribimos las canciones juntos. En The Dead Weather somos los cuatro los que escribimos las canciones.
Cada proyecto es distinto. El trabajo solista es bastante similar a la composición de canciones en The White Stripes, excepto que ahora es tocado por muchos y diferentes músicos en formas diversas. Así que no es como que me esté repitiendo a mí mismo.
A mí me gusta pretender siempre, con todo lo que hago, que lo que estoy haciendo es un cover de Jack White. Que estoy versionando una canción de Jack White, y se me hace más fácil grabar y salir con nuevas e interesantes ideas si lo miro de esa forma.
Este año publicaste dos álbumes, ¿cómo los definirías? Contame como fue el proceso compositivo de ambos discos y qué diferencias sentís que tienen entre sí.
Siento que Fear of the Dawn me parece un disco de sábado a la noche, como que estás manejando rápido en tu auto, y que Entering Heaven Alive se siente mucho más como un disco de domingo a la mañana.
¿Y cómo fue el proceso compositivo de esos álbumes?
Estuve viviendo solo en una casa en Kalamazoo, Michigan, ayunando. No comía ninguna comida, solo agua y café, por varios días. Escribí varias de las canciones de Entering Heaven Alive en ese período, y, cuando volvía a casa, durante la pandemia, estuve un año sin tocar siquiera un instrumento, en 2020. Realmente.
Cuando volví a escribir, finalmente, pienso que muchas canciones salieron a raíz de ese gran corte. Y me alegró mucho, porque gracias a eso terminé teniendo dos álbumes.
Obviamente, a mucha gente le pasó lo mismo, muchos artistas estuvieron atrapados en su casa, trabajando en su arte. Pero para mí, terminar con dos álbumes completos… pensé que lo mejor era publicarlos.
¿Por qué componés? ¿Qué es lo que te da tocar un instrumento siendo multinstrumentalista?
Pienso que simplemente te inspiras y sientes que tienes una idea que no ha sido hecha todavía. Te inspiras. “Oh, wow, esto sería algo nuevo para mí, quizás sea algo nuevo para otra gente” y no puedes aguantarte.
Lo bueno es que cada vez que grabo, es porque no me puedo aguantar. Tengo que ir y hacerlo. Nunca estuve en un lugar donde un mánager o una discográfica me dijeran: “Hey, tenés que grabar música, tenés que ir y escribir”. Nadie nunca tuvo que decirme eso o forzarme a hacerlo, o a mantener la fama o el estrellato o nada por el estilo. Nada de “apurate y ve a escribir otro disco”.
Siempre lo hice porque estaba inspirado. Y por ahora no he perdido eso.
Eres un defensor acérrimo del formato en vinilo. Primero que nada, ¿por qué pensás que es necesario? Y segundo, ¿cómo ves el consumo de música en ese formato hoy en día?
Bueno, pienso que mi discográfica, Third Man Records, tuvo mucho que ver con el resurgimiento del vinilo. Especialmente yendo a los días en que con The White Stripes estábamos sacando nuestros álbumes en vinilo. Le dábamos a todos los periodistas el disco en vinilo en vez de en CD, y era una movida arriesgada para nosotros… con el álbum Elephant.
Tuvimos mucha suerte que, en ese momento, la gente realmente agarró ese disco y lo escuchó en su tocadiscos. Desempolvó su tocadiscos, allá por 2003, y funcionó, y atrapó la atención de la gente acerca del vinilo. Y eso continuó seis años después cuando Third Man abrió en 2009 y empezamos a hacer vinilos de colores, vinilos que brillaban en la oscuridad y vinilos de ediciones limitadas de todo tipo.
Y la verdad es que captamos la atención de la gente. Creo que eso ayudó al movimiento del vinilo, y estamos muy orgullosos de que eso haya pasado, de formar parte de eso.
Lo fastidioso de eso es que es complicado traer discos aquí a Sudamérica. Muchos de ellos son robados en aduanas cuando los enviamos para acá. Eso es algo que tenemos que resolver.
Tenemos que resolver una forma de contrabandear vinilos (bromea). En vez del contrabando de drogas, tendríamos que hacer un contrabando de vinilos, para que los fans en Sudamérica puedan conseguir sus discos en vinilo.
¿Qué le dirías a alguien que dice “el rock ha muerto”?
Depende de quién sea. Si es alguien con quien no quiero hablar le diría “sí, tienes razón”. Ahora, si es alguien con quien sí me interesa conversar, le digo, “bueno, discutámoslo”.
Se ha dicho muchas veces. Creo que The Who tenía una canción llamada “Rock and roll is dead, long live rock”, allá por el 77 o algo así. Eso fue hace cuarenta o cincuenta años.
La gente ha dicho “el rock and roll ha muerto” por mucho tiempo. La gente lo decía en 1961, cuando Jerry Lee Lewis y Little Richard se fueron y las cosas se calmaron mucho en la música. La gente pensaba en ese entonces que el rock había muerto.
¿Quién sabe? Internet ha hecho todo muy diferente. Internet enlenteció esa progresión por década un poco. Va a ser interesante ver qué le pasa a la música y a la cultura pop en los próximos 20 años. Porque creo que Internet cambió todo en diversas formas.
Probablemente tu canción más famosa es “Seven Nation Army”. ¿Estás cansado de esa canción? ¿Estás cansado de que te la pidan todo el tiempo?
Bueno, es una moneda de dos caras. En un sentido, me gustaría que la gente me hable de otras de las canciones que he escrito, ¿sabes? —ríe—. Pero eso sería de quejoso y de negativo. Del otro lado de la moneda, estoy muy agradecido de que al menos una de mis canciones haya sido reproducida en la radio; más aún, que haya sido grabada en un disco; y más aún, que haya llegado a diferentes países a través del océano.
Quiero decir, es increíble que cualquiera de mis canciones haya conectado de esa forma con la gente, así que no tengo ninguna queja sobre esa canción. Estoy agradecido de por vida por cómo se conectó con la gente.
Algo que te gustaría decirle al público en Uruguay. A tus fans.
Bueno, que estoy muy entusiasmado de poder ir por fin a su país. Fue un largo tiempo atrás, pero en 2005, creo, con The White Stripes queríamos tocar en cada país de Sudamérica. Cuando escuchamos que no podríamos hacerlo en Guyana Francesa, se acortó a una gira mucho más chica, de cinco o seis países.
Estoy feliz… ha tomado mucho tiempo, pero me alegra por fin ir allá. No puedo esperar para ver cómo luce.
Tenés que tomar mate cuando vengas. ¿Sabés lo que es?
No, no lo sé.
Es una infusión guaraní, la bebida nacional acá en Uruguay. Pedí que te den mate, y, una vez que lo pruebes, vas a poder decir que estuviste en Uruguay.
Bien, lo voy a pedir ni bien llegue, el primer día.
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