Documento sin título
Contenido creado por Agustina Lombardi
Música
En el sótano

Copiloto, una banda de “almas viejas” que nació entre adolescentes de 15 años

El grupo de rock se presenta en Inmigrantes por quinta vez, donde tocarán su primer disco, “Sólidos Prismas”.

16.08.2023 13:52

Lectura: 6'

2023-08-16T13:52:00-03:00
Compartir en

Copiloto surgió como un ensamble de alumnos en Groove Academia a mediados de 2016. No se conocían, fueron un “experimento de laboratorio”, cuenta Frany Ravecca, vocalista y guitarrista de la banda. Mientras, se iniciaban en la música influenciados por Led Zeppelin, Red Hot Chilli Peppers, The Police, Oasis, Pink Floyd; o “todo lo que no sea de esta época, básicamente”. “Somos almas viejas”, dice.

Si bien pasaron varios integrantes por el proyecto, al cuarteto rockero lo conforman Ravecca, Alfo Chouhy en guitarra eléctrica, Tato Caputi en batería y Mateo Bertorelli en bajo. 

Las tardes que compartieron en Groove hicieron que se volvieran amigos: “Pasábamos horas y horas dando vueltas en la academia, tocando en cualquier salón que estuviera libre o haciendo cualquier cosa que no fuera volver a casa a estudiar”.

Luego de publicar varios sencillos, Copiloto lanzó su primer disco en 2023, Sólidos Prismas, que fue mezclado con Canción Animal, de Soda Stereo, como referencia y condensa el sentir rockero de los músicos. 

Este viernes 18 de agosto Copiloto se presenta por quinta vez en Inmigrantes a las 22:00. Las entradas están a la venta.

¿Se acuerdan cuándo fue el primer ensayo de Copiloto? ¿Cómo fue?

Vagamente. Me acuerdo de entrar a Groove, pasar la recepción y ver a través del ventanal a Tato, que lo conocía poco y nada, y a un palo de escoba alto con el pelo largo y con una Stratocaster en la mano, que resultaría ser Alfo. Me llamó mucho la atención ese personaje que no conocía. Era rebelde y alocado para la edad que teníamos, tremenda ficha. Probablemente tocamos algún cover de Green Day o lo que alguno haya propuesto. Y probablemente ya apareció la primera discusión o encontronazo sobre qué o cómo tocar. Encontronazos que hasta el día de hoy forman parte de nuestra identidad como banda: peleamos, poco nos importa y siempre se arregla con alguna pavada, pero peleamos.

¿Cómo surgió el nombre de la banda?

Copiloto se presenta por primera vez como Frany & The Totos, una conjunción entre Frany, Tato y tontos. Chiquilladas. Ya para el segundo toque debíamos tener un nombre más serio. Alfo, si no me equivoco, propuso Copiloto en una lluvia de ideas en las que se propusieron nombres muy malos. Nadie sabe por qué se propuso, pero sonó bien y quedó.

Tenían 15 años cuando formaron la banda en 2016. Con el paso del tiempo, ¿cambió la seriedad del proyecto?

Éramos unos gurisitos todavía. El primer año del proyecto no fue muy serio. Cada uno venía haciendo clases en Groove y terminamos juntos casi por inercia. Pero, con el paso del tiempo, los toques fueron apareciendo y eran cada vez más salados. Con 15 años nos encontramos tocando en Degusto, por ejemplo, enfrente a un público interesante. Le fuimos agarrando el gustito con eso.

La seriedad del proyecto cambió cuando entró Nico Grosso a la banda, reemplazando a Diotti. Con Nico vivimos muchas cosas. Si bien ya habíamos compuesto “Demo 1” y “Está Frío” previo a su llegada, empezamos una etapa de composición muy salada. De ahí salieron “Caer Por Vos”, “Cielo Gris”, “A Tu Lado”, y otros temas que nunca vieron la luz, por ahora. Unos meses después de la entrada de Nico, dejamos de ir a Groove para ensayar en su casa. Eso nos permitió hacer más de un ensayo semanal y tomarnos todo el tiempo que quisiéramos. La banda siguió ensayando de esa manera y no volvimos a los viernes de Groove. Nico nos dio nuevos aires, tocaba muy bien y encajaba perfecto con la banda en aquel momento. Estuvo dos años con nosotros y aprendimos mucho de esa época. No estaríamos donde estamos hoy.

Este año lanzaron su primer disco, Sólidos prisma, ¿cómo encararon el proyecto?

Sólidos Prisma fue un álbum compuesto fugazmente. Todas las letras y melodías fueron escritas por mí a excepción de “No Me Gusta Estar Al Lado del Camino”, que la escribimos con Alfo. Fueron dos o tres meses de pura inspiración y ensayos en lo de Mateo Bertorelli, en ese momento flamante incorporación a la banda en suplencia de Nico. Hoy en día, él es el amo y señor de los bajos.

La química hizo lo suyo y en tres meses terminamos de componer y ensamblar todo. Tocaba grabarlo. Kwyz, dueño de Groove, productor y guía indiscutido de los ensayos en aquellos primeros años, nos dijo que conocía un estudio para que grabáramos el álbum. Se trataba de Ciclos Estudios, del productor Antonio Tony Acosta. Ahí pasamos largas jornadas de grabación tocando los temas a todo lo que daba y produciendo nuestro primer LP. Fue toda una experiencia y el resultado fue muy bueno. Grabar un álbum por primera vez es algo que creo ninguno de nosotros va a olvidar jamás. Nos fortaleció mucho como grupo y nos dio un empujón para ir aún más allá con el proyecto de la banda.

¿Vivieron algún toque memorable con Copiloto?

El primer toque memorable que tuvimos con Copiloto fue, justamente, en Inmigrantes. Hasta entonces, lo más importante que habíamos hecho era la incontable cantidad de Degustos en los que tocamos. Pero Inmigrantes era, y es, distinto. Es algo nuestro, la gente va a verte a ti, no está de paseo y se detiene a verte. La onda del boliche arriba, la mística del sótano, todo lo hace una experiencia memorable. Tan así que hemos vuelto cuatro veces a tocar.

Otro toque memorable fue telonear a Nacho Obes en La Trastienda en 2020. Nos conocía de las épocas de Groove, él era profesor, y nos dio una oportunidad. Hicimos un set acústico y recibimos muy buena respuesta del público.

¿Tienen alguna cábala?

Una cábala importante o significativa no. Lo que sí hacemos es darle un shot de agua a Berto en los ensayos mientras todos tomamos en vasos normales. Por bajista, le toca servirse después de cada trago.

¿Hay alguna canción que les hubiera gustado componer? ¿Por qué?

Infinidad de temas obviamente. Es evidente que tenemos una admiración descontrolada por bandas como Soda Stereo, Led Zeppelin y The Beatles, entre muchísimos otros. Quisiera haber compuesto todos los covers que tocamos. Si tengo que destacar dos diría que “Yer Blues”, de los Beatles, y “Rock and Roll” de Led Zeppelin. Cerramos todos los shows con esos dos temazos.


Te puede interesar Los Nuevos Creyentes y la “libertad para encarar la música” a través del punk