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Contenido creado por Federica Bordaberry
Cine
Las aristas, varias

Crímenes del futuro: Cronenberg desde cinco puntos de vista

La última película del director canadiense propone un futuro distópico donde la evolución humana define la política, el arte y lo social.

12.08.2022 15:40

Lectura: 22'

2022-08-12T15:40:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

La pregunta que da luz a la estructura de este texto es la siguiente: ¿por qué un periodista, siendo periodista, tiene la autoridad, o la voz, para criticar una pieza artística? Por qué el periodista, aunque se le hayan enseñado las formas periodísticas y tenga años en una redacción, puede opinar sobre una obra, que no es solo una obra, sino que son horas de trabajo de equipos, y no puede hacerlo un profesional del área.

Esa es la pregunta que se hace este texto y que, obviamente, responde y opina desde su estructura: desde incorporar cinco voces profesionales para criticar una obra. La obra criticada es una película. En este caso, se trata del último largometraje de David Cronenberg, que es canadiense, y que se llama Crímenes del futuro (Crimes of The Future).

De comentar y de criticar se ocuparán estos cinco: Federica Bordaberry, quien escribe, quien es periodista y quien se hizo la pregunta del comienzo; Fabián Rojas, que es director de cine, que es guionista y que ha sido actor; Azul Bado, que es psicóloga, que es consteladora y que es tatuadora (no menor para esta película); Valentín Martínez, que es estudiante avanzado de Medicina, que ha sido estudiante de filosofía y de agronomía, y Federico Aznarez, que es actor y que recientemente estuvo interpretando su papel en la película de la Sociedad de La Nieve, producida por Netflix y dirigida por Bayona.

Estos cinco comentarán y criticarán. Lo harán con respecto a la película y con respecto a todas esas cosas de las que Cronenberg habla, pero no dice.

Fabián Rojas (FR): Cronenberg, director proveniente de Toronto, tuvo su auge en los 80 y 90, pero siempre mantuvo su nivel con películas como Videodrome (1983), Dead Ringers (1988), Naked Lunch (1991), Crash (1996), A history of violence (2005).

Películas que pasaron a ser de culto, de un director considerado de culto. Ciertamente, una película incorpora ese título con el tiempo, logrando un nuevo significado, una antigüedad que lo hace volverse de culto. Crimes of The future (2022) no necesita ese tiempo, se transforma en una automáticamente. Cronenberg escribió el guion de esta película hace 20 años y fue su productor Robert Lantos, el que le indicó que la actualidad era el mejor momento para filmarla.

La profundidad que emite, la que cuenta y la que no cuenta, la que esconde y la que dialoga. Los personajes de esta nueva película viven en el futuro, en un mundo donde la capacidad de sentir dolor ya no existe. Por lo tanto, la gente comenzó a herirse, adrede, el uno al otro, para sentir placer de forma únicamente erótica. Los personajes, incluso, recuerdan cómo se sentía el dolor, pero no lo sienten físicamente.

En una sala oscura y sórdida, como si pareciera un anfiteatro, se efectúan performances artísticas. Saul Tenser (Viggo Mortensen), desnudo y recostado en una cama biomecánica, es intervenido por los bisturíes que maneja a control remoto Clarice (Léa Seydoux), su compañera artística y pareja. Un público de personas observan cómo el abdomen de Saul se abre y un órgano es extraído, en vivo. Un órgano tatuado, un órgano del interior de Saul que sobraba, que no tenía función en su cuerpo. Cada corte con el bisturí genera placer y excitación en él.

Timlin (Kristen Stewart) es una mujer que forma parte del Registro Nacional de Órganos. Esta se acerca a Saul luego de una performance artística y le comenta, con un susurro seductor al oído: “Surgery is the new sex” (“La cirugía es el nuevo sexo”).

Timlin le comenta una realidad sin tapujos. En esto hay una gran diferencia con Crash (1996) película de Cronenberg, donde un personaje, Vaughan, no explicita en ningún momento que tener colisiones, choques y accidentes de tránsito sea el “nuevo sexo”. Él lo encubre en una supuesta filosofía de que “la tecnología moderna vuelva a formar el cuerpo humano”. También hay “proyectos”, por no llamarlos perfomances. Una secta de personas, lideradas por Vaughan, recrean choques de personajes famosos que murieron en accidentes de tránsito (Camus, James Dean, etc.), pero, cada vez que lo hacen, estos hombres o mujeres se excitan, tienen orgasmos, liberan fluidos.

La evolución humana se está dirigiendo a una evolución donde el ser humano esta desarrollando nuevos órganos para poder sobrevivir al plástico, a ese material que nos está matando, que nos esta pasando por encima. Así, poder ingerirlo llevará a que la humanidad pueda sobrevivir.

Azul Bado (AB): Al parecer la evolución artificial es la alternativa para Cronenberg. Plantea en Crimes of The Future y en sus demás películas que la tecnología es la nueva percepción humana.

Nuestra percepción es subjetiva; el cerebro humano es comparable con un computador que está compuesto por un programa. Este programa tiene una estructura organizadora de información, en donde selecciona y filtra la información que proviene de afuera. Nuestro cerebro funciona de tal manera que nos aleja de la objetividad, por lo que somos seres subjetivos y por esto mismo inventamos máquinas, para ampliar la visión, el oído, la vista, los gustos, etc. La tecnología es un intento de ampliarnos, proyectarnos y retroalimentarnos en el mundo para poder percibir de alguna manera lo que no podemos percibir directamente.

Para Cronenberg, el cine es una forma artística de alta tecnología y está a nuestro servicio como forma de expresión y proyección humana.

Utiliza al cine como forma de expresar que no hay nada real fuera de nuestra percepción de la realidad. Las construcciones de la mente se experimentan como un Yo separado de su cuerpo, por lo que al no haber un Yo encarnado, este deja de participar en lo cotidiano, en lo carnal, visceral, es decir estamos disociados.

La enfermedad física y mental, temática recurrente en sus películas, aluden a que la humanidad se está tornando cada vez más neurótica, fragmentada y enferma. El alma enferma y con esta el cuerpo también. El alma enferma debido a la melancolía del pasado y la ansiedad del futuro, debido a la incapacidad de vivir en el momento presente.

La enfermedad nos suplica un cambio, y esta está al servicio de la vida, porque nos alerta que algo no estamos haciendo bien. La enfermedad nos avisa que estamos vivos, pero que necesitamos soltar viejas estructuras que ya no nos sirven más y que nos abramos a lo nuevo.

Valentín Martínez: Los temas médicos tienen que ver con el desplazamiento de centros del placer y del dolor, el que no haya infecciones y la organogénesis. Y ahí es donde se plantea la duda de si la organogénesis y este desplazamiento de los centros de dolores es parte de la evolución natural, o es por presión exógena del ambiente.

En este caso, vendría a ser una sociedad, seguramente, donde abunde el plástico, donde el placer ya no se puede adquirir vía sexo o vía otras fuentes más tradicionales, y se desplaza por el centro del dolor. Siempre se aplica por una presión externa, pero en este caso alguien tendría que haber empezado a comer plástico para que eso se empiece a perpetuar en la raza.

Además, simbólicamente, la organogénesis sucede cuando estás naciendo, o sea, cuando estás desarrollando el feto, cuando empieza a tener vida, y acá lo plantean como que se está creando un nuevo ser. Por algo es la última escena de Viggo Mortensen comiendo el plástico, aceptando su nuevo coming to life, con una cara de placer, con una cara de bienvenida al mundo.

Es un poco triste porque, para que esa evolución haya llegado hasta ese punto, tenés que pensar en la civilización hacia atrás, la sociedad en que ellos vivían, que obviamente ya te la muestran un poco, como que no les importa la higiene, está todo sucio, no hay infecciones. Entonces, hay una pérdida de la dignidad.

Viggo Mortensen no se implantaba nada quirúrgicamente, era que se gestaba en él, pero en otras personas sí, quirúrgicamente se modificaban y ahí es donde dice “¿vos creés que le vas a pasar esta genética a tu hijo? Es muy difícil”, y después Viggo Mortensen hace todo lo opuesto, le dicen, “imaginate si es tu voluntad generar estos órganos”.

Sumado a que la evolución y la adquisición de nuevas modificaciones corporales siempre son en pos de tener una ventaja evolutiva sobre otra raza. En este caso, esta gente está evolucionando para suprimir a la gente que va quedando normal porque en este supuesto mundo de Cronenberg debe haber escasez de comida, debe haber escasez de forma de encontrar el placer, bastante pesimista la visión.

FR: Un niño es asesinado por su madre al inicio de la película por comer plástico. Este niño, según su padre, es la respuesta a la nueva evolución humana, a la salvación en la que casi nadie cree. Lang Doctrice, este padre, con su postura marcada por el futurismo, por lo nuevo, por las nuevas corrientes, en este caso comer plástico para sobrevivir, se contacta con Saul y Clarice. Quiere que hagan una performance con su hijo muerto para demostrarle a la gente la nueva evolución tan negada por todos.

Federica Bordaberry: Es que la película, dentro de su universo, plantea incluso una cuestión política. El mundo se divide entre aquellos que creen que la evolución del humano se dirige hacia, justamente, no ser humano. El mundo, y el mundo significan los gobiernos y gran parte de la población, consideran que hay que controlar esta evolución que eliminaría la esencia humana, transformándolos en otra especie.

Y por evolución, principalmente, refieren al crecimiento de nuevos órganos y a alimentarse con plástico.

Por eso, el gobierno tiene informantes secretos (Saul es uno), tiene organismos públicos de control de nuevos órganos y persigue a los grupos rebeldes que avanzan hacia una evolución del cuerpo.

Entonces, la batalla es esa, la de siempre: los gobiernos contra los revolucionarios. Lo que persigue la película, sin embargo, es la evolución de la visión y postura política del protagonista. Cómo Saul pasa de sacarse sus órganos nuevos, los que su propio cuerpo genera, en las performances, a alimentarse de barritas sintéticas de plástico.

Y la justificación detrás de esto tiene que ver, en parte, con una cuestión ideológica, pero también con una sensibilidad y una aceptación del cuerpo (su cuerpo) por parte de Saul. Es que el personaje tiene cara de dolor cuando se alimenta durante toda la película, como si fuera un celiaco consumiendo harinas. El final, su gesto de placer, al consumir lo sintético, es el símbolo de su convencimiento.

Lo que sucede es la expresión de que lo político tiene que ver, exclusivamente, con lo humano. Con el contrato que hacen las sociedades para vivir en paz, para el progreso, para no ser animales.

AB: Un tema central en la película es la contaminación humana a partir de las creaciones artificiales, plásticas, que destruyen a nuestro planeta Tierra. Pero el director trae una nueva visión jamás antes vista, la idea de comer plástico. Sabemos que hoy en día el ser humano se alimenta de micro plásticos, que dentro de nuestro sistema biológico anatómico contenemos un gran porcentaje de plástico. Entonces, por qué no comer nuestra propia creación, si tan desesperados estamos por limpiar, reciclar, salvar nuestro planeta. Ya de por sí, está comprobado que nuestro sistema digestivo procesa los microplásticos que existen en nuestros alimentos. Para ser una idea absurda, es bastante real.

El arte en Crimes of the Future trata sobre la mortalidad, y es esa la enseñanza que nos transmite la película, aprender a morir, a soltar, a dejar ir, para abrirnos a recibir, abrirnos al cambio, a la transformación, a la evolución humana.

Para Cronenberg, el cuerpo es el factor esencial de la condición humana, cree que cuando morimos todo termina, por eso le da tanta relevancia al cuerpo y plantea que cuanto más aceptemos a la muerte, más entenderemos a la vida.

El director nos muestra una profunda visión del arte a través de las performances artísticas en la película. El artista, creador de su propia realidad, entrega literalmente todas sus creaciones internas, es decir, sus insights, a su audiencia. El artista se abre y presenta sus órganos mas sensibles al público y arriesga todo lo que es cuando los da.

El placer que siente es el placer de ser abierto frente a los demás, es el placer de generar placer en su audiencia, el placer de compartir al mundo su esencia.

En su intención de explorar la condición humana a través del arte, incluye en su discurso a la tecnología, siendo esta ultra humana, formando parte de la esencia más pura de lo que somos. Somos las dos partes, orgánico-inorgánico.

Constantemente estamos cambiando y el cambio hoy es acompañado de la tecnología, entonces, ¿qué nos espera en un futuro no tan lejano?, ¿fluiremos con el cambio o nos resistiremos?, ¿nos construiremos o destruiremos?

El existencialismo de David Cronenberg en sus obras refleja la esencia viva de este director, que a lo largo de su trayectoria en el mundo del cine logra materializar de forma controversial temáticas que surgen desde la Antigua Grecia, como semillas a germinar. Semillas que toman fuerza e identidad a partir del escritor y filósofo francés Jean-Paul Sartre, en 1945, cuando en París pronuncia “el existencialismo es un humanismo”. Esta corriente filosófica es hija de la guerra y de la desgracia humana y reclama a la responsabilidad del ser humano. Plantea que el ser humano, al tener consciencia de sí mismo, es responsable de su propio destino, teniendo en cuenta que el mundo que lo rodea lo condiciona, por lo que su percepción subjetiva es la base de su realidad. La sociedad, la cultura, cambian con el tiempo, por lo que el ser humano también, siendo este un proyecto en sí mismo que se realiza en la experiencia de vivir.

En la actualidad, aún más. Experimentamos y entendemos que nuestra existencia y supervivencia como especie en este planeta Tierra comprende la polémica universal que nos sacude internamente a todos y a todas.

De esta manera, Cronenberg manifiesta en sus obras la redefinición del sujeto moderno.

Siento destacar esta cita extraída de su película Videodrome (1983), que engloba la reiterada temática que el director plasma en sus películas, con tintes de obsesión existencial: “Tu cuerpo ya ha sufrido muchos cambios. Pero eso es solo el principio. El principio de la nueva carne. Ahora tienes que llegar al final. Una transformación total. ¿Crees que estás listo? [...] ¡Larga vida a la nueva carne!”.

El ser humano se encuentra sumergido en la exhausta búsqueda de la perfección y de la certeza, cuando en realidad vivimos en un universo matemáticamente perfecto, regido por el ciclo de la naturaleza: la vida/muerte/vida, y en el que la única certeza es la muerte.

La incapacidad que tenemos como especie de aceptar la realidad tal cual es se basa en la falta de aceptación a los cambios, es decir, a la falta de aceptación y miedo a la muerte. Tendemos a apegarnos a las “cosas”, personas, situaciones, emociones, pensamientos. Y somos especialmente intolerantes a la incertidumbre que forma parte del proceso de soltar, de dejar ir, del cambio. La única verdad es el cambio. Todo está sujeto al cambio.

Fue Heráclito quien dijo, “No es posible descender dos veces el mismo río.” Es decir, el cambio es la constante de la vida y esta representa una constante transformación que se da a través de la muerte, tanto simbólica como literal.

Creemos que lo perfecto es lo predictivo, lo comprobable, lo racional. Es decir, nos basamos en el dinamismo intelectual, dejando de lado las demás aristas de una misma realidad infinita y eterna. Vivimos en la mente, dejando de lado al cuerpo y es esta actitud mental y mecanicista que nos aleja de la realidad, del presente.

FR: La fotografía neo-noir, tan característica del cine de este autor, forma una atmósfera sórdida y pesimista de un mundo en un futuro distópico. Recreado en zonas industriales (filmada en Atenas) con pocas ventanas, paredes descascaradas y muchas sombras.

El cuerpo humano, el sexo, la carne, la piel y la tecnología se mezclan una vez más en una historia de Cronenberg. “La idea de que la tecnología es realmente la extensión del cuerpo humano, y la voluntad humana… hubo un tiempo en que la gente pensaba que la tecnología podía ser inhumana y para mí la tecnología siempre fue algo humano”, dice el propio director en una entrevista con el medio especializado Mac Guffin.

En la película Crash, la tecnología está representada en la maquinaria de los automóviles, en su potencia, en su andar y en sus curvaturas, sus modelos y su material. Los personajes hacen de todo esto un morbo sexual. Generar dolor a través de los autos, de estar dentro de ellos, de tener sexo dentro de ellos, de colisionar contra otro en medio de la ruta y que esa adrenalina violenta genere un orgasmo, es el mayor objetivo de la secta de personajes que conforman la película.

Pueden parecer locos, pero también es una forma de demostrar que la sexualidad es totalmente abierta y que existen muchas posibilidades de llevarla a cabo, y ninguna es incorrecta. Aunque el dolor puede afectar el cuerpo, de hecho terminan con cicatrices y dolores graves, pero esto parece satisfacerles, en vez de sufrir. A diferencia de Crimes of The Future, en donde no sienten ni una pizca de dolor por absolutamente ninguna intervención.

Dead Ringers (1988) narra la historia de dos gemelos cirujanos y ginecólogos que operan mujeres en Toronto, especializados en fertilidad femenina. Crean herramientas metalúrgicas e instrumentos ginecológicos para poder operar a mujeres con problemas en sus cuellos uterinos. Esta película, al igual que Crash o Videodrome, son películas que forman parte de un género llamado “Body Horror”. Tiene su influencia en la literatura, en autores como J. G. Ballard (creador de la gran novela Crash en la que está basada la película) o, mucho mas atrás en el tiempo, el Frankenstein de Mary Shelley.

En Videodrome (1983) mezcla también el cuerpo y la mente humana con la tecnología. En este caso, con la Televisión, en esa época tan en auge. La película es considerada por el mismísimo Andy Warhol como la “naranja mecánica” de los 80. No está tan lejos de nuestra actual época, donde los contenidos de internet pueden llegar a ser traumáticos, simbólicamente alucinógenos, y hasta cambiarnos completamente como le sucede a Max Renn en Videodrome. Unos videos que capta en su canal de televisión por cable, un canal clandestino que descubre una emisora que emite “Videodrome”, unos videos muy violentos y realistas, que genera todo tipo de alucinaciones controladoras en las personas que lo ven.

Federico Aznarez: Cómo se puede valorar la actuación de un actor cuyo personaje se saca los órganos para frenar su evolución, o de una actriz que hace las cirugías como forma de expresión, o la de un niño que come plástico, de una madre que asesina a su hijo, entre tantos otros personajes complejos que tiene esta película de Cronenberg.

Como actor, quien escribe, me imagino la paciencia que deben haber tenido los actores en las sillas de maquillaje y efectos especiales. Hay un fenomenal trabajo de estos equipos.

Para hacer este tipo de largometraje con personajes tan complejos (y para que queden bien), necesitás un reparto con nombres que pesan en la cartelera, con actores que la gente quiera pagar para ir a ver, porque el cine de Cronenberg no es para cualquiera.

Quise ver a Viggo Mortessen, Léa Seydoux y a Kristen Stewart juntos.

No tengo mucho para criticar sobre sus performances, porque en gran parte son eso. Las actuaciones están acorde a lo que pide la película y hacen que el público piense que este futuro distópico que propone Cronenberg no está tan lejos de nuestra realidad.

Son personajes que no sienten dolor y que les da placer ver o hacerse mutilaciones en el cuerpo. Cada interacción tiene doble sentido, el dolor y el placer están en el mismo plano.

Cronenberg recurre a uno de sus actores favoritos para hacer el protagónico, alguien con quien ya trabajó en otras tres ocasiones y que entiende cómo funciona su imaginación.

Viggo tiene un porte en la mirada que puede sostener cualquier personaje. En este caso, el de Saul, un artista performativo que se saca órganos por amor al arte y en contra de su propia evolución. Mortensen hace que todo parezca fácil. Hace notar que dolor duele y da placer, que está cómodo con la incomodidad y que tiene cosas más importantes a las que prestarle atención que a la propia Kristen Stewart, que trata de seducirlo.

Léa Seydoux es otra con mirada fuerte y rasgos faciales bien marcados. En este caso desempeña con mucha sutileza el personaje de Caprice, la asistente de Saul. Es tan buena técnicamente que te hace creer que está haciendo una cirugía operando la máquina con un control que tiene pegado a su abdomen. Es una actriz que, aparte de ser muy atractiva, es muy sensual frente a la cámara.

Kristen Stewart es Kristen Stewart, pero su forma de actuar cuadra muy bien con el tono de esta película. Es sútil, complejo y seductor. Hay un trabajo muy interesante en la voz y la forma de hablar de su personaje, Timlin.

Quizá, una de las escenas más dramáticas de la película y una de mis favoritas a nivel actoral, la protagoniza el personaje de Lihi Kornowski (Djuna Dotrice), que hace el rol de una madre que mata a su propio hijo. Es tan dura de ver que da escalofríos.

Otra performance que vale la pena destacar en la película es el baile que hace el “earman”. La mezcla entre la danza contemporánea y la caracterización del personaje atrapa a tal nivel que no se puede parar de observar cada detalle de la escena.

Scott Speedman encarna con precisión el personaje de Lang Dotrice, el antagonista de la historia, y Welket Bungué le da un toque muy interesante al personaje del detective Cope, aunque por momentos su actuación parezca un poco rígida de más.

No debe ser fácil encarnar estos personajes tan siniestros y complejos que inventa Cronenberg, pero sin duda el cast acompaña muy bien con el concepto de la película.

AB: Ahora sí, cito a Crimes of the Future —cuando aparece en escena en la performance artística—, una televisión que proyecta en su pantalla: “BODY IS REALITY” (el cuerpo es realidad) y sucede allí la cirugía en vivo y directo. Esa imagen es el puente que nos conecta con nuestro cuerpo, activando nuestras sensaciones físicas que, a la vez, activa a nuestra atención plena. Es decir, nos trae al momento presente.

Cronenberg logra esta reacción química, anatómica, tanto en los espectadores que participan de la performance dentro de su película, como también en el público que acude al cine a ver su obra. Utiliza al cuerpo como recurso para traernos al presente. Me refiero a que el cuerpo es el puente que nos conecta con la realidad, ya que la mente nos hace viajar del pasado al futuro, disociándonos del presente, al igual que cuando reprimimos las emociones a través de la mente dominante y castradora.

El cuerpo se basa en sensaciones físicas, y las sensaciones físicas únicamente existen en el presente, no en el pasado, no en el futuro, sino que aquí y ahora, el dolor, el placer se sienten en el instante, y el instante es lo único real.

Es interesante cómo el director utiliza las polaridades: orgánico-inorgánico, humano-tecnología, vida-muerte, placer-dolor, como parte de una misma totalidad para expresar su atracción por la exploración filosófica de la condición humana.

La temática del ser humano como único ser vivo separado de la naturaleza por tener una auto consciencia, genera sentimientos de angustia, miedo, inseguridad, soledad, etc. Como seres intelectuales para sobrevivir a estos sentimientos negativos que amenazan a nuestra existencia, tuvimos que construir en base al miedo, creencias limitantes que funcionan como armaduras y escudos frente a la vida. Cuando, en realidad, dichas creencias operan, no a favor de la vida, sino en contra. Hemos levantado un imperio, un sistema opresor basado en el terror, llamado sociedad. Por lo que hoy en día, como propone Cronenberg en Crimes of The Future, debemos hacernos cargo de nuestro destino, de nuestra propia creación, acompasar a la evolución tecnológica que de a poco nos acerca a un futuro no tan lejano, en donde ya superó la capacidad de ser ficcionalizado. Vivimos la ciencia ficción en carne propia.

FR: En Crimes of The Future, esta última película de este gran director, se palpa la conjunción de toda una carrera donde lo sexual, la tecnología, la evolución, el arte, la represión, el cuerpo humano, pasan a formar esta obra. Es necesario volver a verla más de una vez para visualizar su complejidad. Para escarbar en la profundidad de cada escena, cada diálogo y cada personaje. Personajes que conviven en un mundo que no entendemos cuál es, si es el nuestro, o si no, que muestran su postura política en cada línea de diálogo. Un mundo que es construido por el sonido, mayormente por el autor, donde vemos muy poco de este contexto. Los planos que utiliza el director son cerrados y pequeños en su mayoría. Muy pocos son los planos que cuentan un contexto exterior.

AB: Crimes of The Future es una obra maestra en donde el director le da sentido a la evolución acelerada de los organismos, y nos lleva a cuestionarnos hoy; ¿qué nos hace humanos?, ¿hacia dónde nos dirigimos como especie?, ¿hacia dónde llevamos nuestro planeta, nuestra humanidad, su belleza, el arte?, ¿cuál es, cómo y dónde está el límite?

Hace tiempo ya nos hemos desvinculado del círculo de la naturaleza y ahora más que nunca buscamos darle un sentido a nuestra existencia.

Por Federica Bordaberry