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Historias
(Ella)

Cris Miró: La historia de la figura que marcó un quiebre llega a la pantalla chica

La vida de la vedette argentina será contada en una biopic que se estrena el 24 de junio en Flow.

20.06.2024 19:03

Lectura: 10'

2024-06-20T19:03:00-03:00
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Por Sofía Durand Fernández
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“No sé, mi amor, cómo tratarte”. Esas fueron las primeras palabras que Mirtha Legrand le dirigió a una de sus invitadas en un programa de finales de los 90. “¿Señorita o señor?”, “¿Votaste en mesa de caballeros?”. Una catarata de cuestionamientos contrarrestados con humor, dignidad y altura. “Mi verdadero nombre es el que siento”, remató. En 2024, es fácil horrorizarse. Por ese entonces, gran parte de la población se preguntaba lo mismo. El término “trans” parecía desconocerse, se utilizaba “travesti” y, por lo general, acompañado de todo tipo de adjetivos categóricos.

Esa figura de 1.85 metros que se movía con la misma elegancia que una gacela. La melena rizada de color azabache. Un rostro anguloso que parecía ser capaz de cortar el aire como una katana. Cris Miró hipnotizaba aún más de lo que confundía a una sociedad que todavía no estaba preparada para entenderla. Halagos, insultos, cuestionamientos. Pero nunca indiferencia.

En los últimos años, las biopics se convirtieron en una tendencia audiovisual mundial. En el caso de Argentina, y bajo el formato de serie, las vidas de personajes como Diego Armando Maradona, Guillermo Coppola, Sandro, Gilda y Fito Páez, entre otras, han aparecido en los canales de televisión y diferentes plataformas de streaming. El 23 de junio a las 22 horas por TNT, y al día siguiente por Flow en formato On Demand, Cris Miró (Ella) llegará al público.

“En este lado del mundo somos muy nostálgicos, tangueros, nos gusta volver”, explicó Agustín “Soy Rada” Aristarán, que encarna el rol del hermano de la vedette en la serie, en entrevista con Latido BEAT. También afirmó que en el caso de las biopic ambientadas en los 90, el atractivo reside en “reencontrarse con el color, la textura y el sonido de la época”.

El reencuentro, en este caso, tiene mucho que ver con la historia del colectivo LGBT. La serie es una adaptación de Hembra. Cris Miró. Vivir y morir en un mundo de machos (2016) de Carlos Sanzol. La biografía no solo se limita a narrar el camino que llevó a Miró a convertirse en una de las vedettes más relevantes, sino que también analiza el contexto social y la evolución a través de distintos períodos históricos. Desde el mandato de Alfonsín, cuyas garantías democráticas parecían no velar por las disidencias, hasta el menemismo y la idiosincrasia “pizza y champagne”.

Los integrantes del elenco pertenecen a diferentes generaciones y, por lo tanto, aportan diferentes miradas desde el lugar en el que conocieron a la figura de Miró. “Me acuerdo de verla en los medios. Toda esa cosa de los 90, en la que nuestra cabeza estaba setteada con otro software, pero no podías dejar de verla porque era hipnótica”, recuerda Aristarán.

Katja Alemann, que interpreta a la madre de Cris, recuerda haber estado en el estreno del Maipo, donde Miró dio sus primeros pasos de carrera: “La recuerdo siempre, tenía esa especie de cosa de venir como si estuviera volando. Estaba con ese cuerpo increíble. Esa cabellera. Hermosísima”. Por otra parte, César Bordón, quien aceptó el rol del padre de la vedette en la serie, pudo conocerla en eventos como estrenos. “Una figura sumamente icónica, llamativa, controversial para aquella época en la que no se sabía si tratarla en masculino o femenino, te daba hasta pudor que te gustase. Era una personalidad arrolladora”, dijo Bordón.

“No sé, mi amor, cómo tratarte”

En la biografía, Sanzol utiliza el término de “hombre-hembra”, como una pincelada de la confusión de esa época. Hijos que sabían que habían nacido en un cuerpo que no iba acorde a su identidad. El rechazo de la mirada ajena que, en casos como el de Cris, se mezclaba con el deseo. Lohana Berkins (1965-2016), activista argentina trans, dio su visión sobre el impacto de Miró en la sociedad: “Nosotras seguíamos siendo revulsivas para la sociedad que pagaba para ver a un travesti –en este caso Miró- famosa en el teatro. Ella encarnaba a la perfección el mandato patriarcal, esa obligación de parecer bajada de Venus, perfecta, producida como en Hollywood”.

En el viejo continente, la biopic de otra figura trascendental en la comunidad LGBT también fue furor. Veneno (2020) abordó la vida de Cristina “La Veneno” Ortíz Rodríguez, un ícono español televisivo durante la época de los 90. No solo se concentró en su auge de reconocimiento, también narra el camino hasta llegar a asumirse como una mujer trans ante los demás. Este tipo de productos audiovisuales distan de ser mero entretenimiento, también sirven para visibilizar desde una perspectiva en primera persona.

En el caso de Miró, antes de debutar en las tablas, ser invitada a programas de televisión y asumir el rol de femme fatale, estudiaba odontología, atendía clientes bajo su nombre de nacimiento y su familia aun la trataba con pronombres masculinos. Pero su devoción hacia la figura de Rita Hayworth, los vestidos y las performances ya estaban presentes.

“A veces, vemos la transición como algo muy superficial, como si una persona de la noche a la mañana fuera otra, con otro género y nombre. En Cris queda muy claro que ella siempre fue esa persona, más opacada y empequeñecida en por un contexto y una sociedad. Empieza a aflorar su verdad, pero no cambia. No es una metamorfosis de A a B, sino que es una progresión gradual, que muchas veces tiene que ver con la confianza en una misma y el apoyo de los demás. Cris puede transicionar porque la gente, de pronto, empieza a aceptarla y valorarla, eso le da fuerzas para florecer”, explica Mina Serrano, quien se embarcó en la tarea titánica de ponerse en la piel de Cris Miró.

Oriunda de Granada, España, tuvo que trabajar durante 8 meses con un coach de acento para poder apropiarse no solo de la tonada argentina, sino que también de la forma de hablar de los 90. Si bien creció más cercana a figuras como La Veneno o Bibiana Fernández, Cris Miró fue la que la inspiró y la animó a ser más auténtica. Puede que haya sido por eso que, a la hora de recibir el guion de Cris Miró (Ella), puso como prioridad que se tratase de un buen producto. “Es una historia real que me influyó, yo quiero mucho al personaje de Cris y ante todo quería que tuviera una buena serie, por encima de que yo estuviera o no involucrada”, afirma.

La trama tiene como protagonista a Cris Miró, pero también aborda diferentes lugares y roles de la sociedad, como la familia. “Hay un personaje que está a la vista y que fue una estrella. Pero también está la persona, que existe en una familia que había que representar equilibrando los roles y ocupando determinado sector que la contenía y la quería”, explicó Bordón.

La madre de Cris es la que ocupa un rol más funcional a la visión social de ese tiempo y, en un principio, la que más se opone a las decisiones de su hija.

“Intenté comprender el motivo por el que la madre no quiere que sea así. Lo hace porque quiere lo mejor para su hijo, hija, entonces hace todas estas cosas con su propia desesperación, se le va la vida en esto. Esto le rompe todos los esquemas, entonces todo lo que pasa, pasa desde ese lugar, de su propia estructura mental de mucho prejuicio y preconcepto y también desde el amor, desde que ella quiere lo mejor para sus hijos. La madre juega un papel dentro de la historia que es representar a toda la sociedad que no podía aceptar esa realidad”, dijo Alemann.

Miró contó con la contención familiar, formación académica y, más tarde, el apoyo del público para poder hacerle frente al rechazo y los comentarios que buscaban atacarla. Serrano afirmó haber vivido experiencias así en primera persona, pero también reconoce la importancia de que las personas trans reciban el apoyo de la sociedad: "Fue una persona que tuvo acceso a estudios universitarios y esto hizo que pudiera navegar muchas situaciones, desde contratos a entrevistas. Tenía un acceso a un lenguaje y cultura que otras personas trans de ese momento no tuvieron. Para salir de la precariedad, para salir del mundo de la calle, hay que tener acceso a la educación y eso también parte desde la aceptación de las familias. Si una familia expulsa a una persona trans porque no la acepta, se tiene que poner a trabajar y probablemente sea en la calle. Esto tiene que hablarles a las familias, si quieres que a tus hijos les vaya bien o si tienes a una persona trans en tu familia que está en riesgo de exclusión, lo que tienes que hacer es apoyarla para que tenga las mismas oportunidades que otra persona”.

Victorio D'Alessandro será la cara del interés romántico de Miró en la serie. Un rol desafiante, que además propone romper esquemas sobre la estigmatización. “Para el papel que juega el personaje en esa época es un desafío. Seguramente, lo ordinario en esa época era que le corran la cara a gente del colectivo. A este chico, de alguna manera, Cris lo termina volviendo loco en todo sentido. Más allá de cómo se perciba Cris, a él le gustaba. De hecho, lo interesante y lo lindo de esta historia es como se acompañan en esta hostilidad que ella sufre por todos lados. Es un desafío porque pasa a ser algo extraordinario para esa época como el la acepta como es. Es un punto super interesante para trabajarlo y lo hicimos mucho en los ensayos junto a Martín y mina tratar de ir a ese lugar y tratar de romper una estructura en ese momento que no era tan fácil”, dijo D´Alessandro.

D´Alessandro también afirmó que el interés de la serie reside en mostrar cómo hubo épocas todavía más hostiles que la actual, valorizar lo ganado, pero también entender que queda aún más camino por recorrer en pos de la no discriminación.

La historia de Cris Miró también tiene el giro trágico que representa su muerte prematura. Un hecho que, en su momento, se vio envuelto en el misterio y la especulación de la prensa. Serrano afirma que el mensaje es muy potente y que la historia fue tratada con mucho respeto, además de haberse alienado a lo que la misma Miró hubiera querido compartir.

“Un poco de sombra marrón, otro tanto de rímel, rouge rojo y mucho rubor”, repite Sanzol en varios pasajes de la biografía, haciendo alusión al deseo de Miró de ser eternamente bella. Cris Miró fue estrella y víctima del mundo del espectáculo. Pero, ante todo, fue la cara visible de un sector de la sociedad que, para ser integrado, primero tuvo que poner el cuerpo y someterse al escrutinio. Desde una perspectiva actual, la serie Cris Miró (Ella) propone volver unos pasos atrás y así, revisitar el largo camino transitado.

Por Sofía Durand Fernández
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