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Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
Antes de irse

Dejar hablar a un distinto: excusa para reflexionar con Facundo Balta, un poeta coloquial

El músico uruguayo se estará presentando el próximo viernes en La Trastienda de Montevideo, con su último disco en el repertorio musical.

22.05.2024 16:53

Lectura: 25'

2024-05-22T16:53:00-03:00
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Por Gustavo Kreiman | @guskreiman

Lágrima trae su propio peso
No quieras hacerle cargar de más
Lágrima no sabe dar un beso
No sabe escuchar cómo suena el mar
Y nadie ve
Nadie quiere verla
Y menos, menos conocerla

Facundo Balta no se parece a nada.

Lo más potente de su singularidad es que dialoga con la tradición con respeto, amor y osadía, y en ese gesto, desde el hoy, proyecta imaginarios diversos de futuro.

Conocí a Facundo Balta el año pasado como telonero de un toque de NAFTA. Una amiga productora con buen gusto me dijo: “llegá temprano que abre Facu Balta el show”. Le agradezco a mi amiga que me haya despabilado las orejas unos días antes: sino, quizá no hubiera llegado a verlo. Incluso, quizá sólo lo hubiera oído como la previa de la banda que fui a ver.

Llegué a tiempo y vi algo que nunca había escuchado. Facundo Balta no era el telonero de NAFTA. Era un extraterrestre hermoso. Un extraterrestre uruguayo (como sólo la historia uruguaya sabe inventar), de los que viajan a lugares inexplorados y te hacen viajar con él.

Su música hace reír, bailar y llorar pensando (no suspendiendo el pensamiento para hacerlo). Sus canciones hablan de amor, con la oscuridad y la luz que eso trae. Su estar en escena es una forma de amar: una forma de vincularse con los otros y no de afirmarse a sí mismo. Su voz dialoga con los vivos, con los muertos, con los de acá y con los de afuera, sobre todo con los que intentaron callar a la fuerza.

Eso se podría decir de muchas músicas y músicos. Pero nadie tiene el groove baltástico.

Lágrima quiere contarnos algo
Tenemos que enseñarle a decir
Lágrima tiene un camino largo
Nosotros no la dejamos partir
Y todos, todos que la vemos
Y nunca, nunca la queremos
Lágrima, Lágrima
Negra quién te viera, patinar la acera
Caminar, caminar
Por la balacera, negra quién te viera lagrimear

A los distintos hay que escucharlos. No pedirles que intenten parecerse a nosotros. Intentando ser como ellos, casi siempre somos mejores.

A los distintos hay que dejarlos hablar. Si hablan de sí mismos es porque tienen algo que compartir, y cuando no, casi siempre hablan de otros o hacen silencio.

Sabíamos que la música de Facundo Balta es diferente y es buena. Lo que yo no sabía es que, hablando de lo que hace, también sabe hacer bailar al lenguaje con poesía coloquial.

Esta entrevista es una excusa para reflexionar. Cuando un distinto o una distinta te otorga la oportunidad de dialogar, mejor arrojarle preguntas abiertas que respuestas finitas.

El próximo viernes 24 de mayo Facundo Balta se estará presentando en La Trastienda Club, en Montevideo, para presentar su último disco Todo antes de irme (entradas acá). 

Foto: Carolina Di Nardo

Foto: Carolina Di Nardo

Hoy es el tiempo de las categorías de auto-percepción, o al menos resulta arriesgado arrojar categorías sobre cómo se percibe a otro, ¿cómo te percibís vos?

Y... yo me percibo como un músico. Como alguien que crea. No me gusta generar etiquetas, ¿viste? Me gusta la gente que lleva emociones hacia otro lugar, que dice algo más allá de. No me gustan los repetidores, los que preparan fórmulas para hacer cosas. En el momento en que te acercás a la fórmula estás muerto o cerca de la muerte. Entonces, a mí me gusta estar despierto. Yo me percibo así, un creador que intenta estar despierto. Me gusta pensarlo así. Si el día de mañana dejo de hacer música y me pongo a escribir guiones de algo, lo haré. Iré hacia donde el hambre me diga, pero siempre intentando estar más cerca de la vida que se pueda.

¿Por qué jugás con mayúsculas y minúsculas en la letra de tus canciones?

Soy un amante de las formas. Me gusta mucho ver si se puede decir lo mismo de muchas maneras distintas. Soy muy fan de las formas. Por lo tanto me gusta eso de una mayúscula y una minúscula. Y además creo que tiene cierto sello... En el último disco todas las i son minúsculas. Me gusta mantener un código. El que es verdaderamente fan va a encontrar las canciones que tenga las i minúsculas y va a unificar, va a decir, "Ok, esto es como esa parte del Facu bailongo o urbano afropop”, que es como un código personal que tengo. Y de a poquito voy encontrando más. Quizá mañana encuentro otro código, quizá no. Me gusta que los discos sean una experiencia desde cómo lo ves escrito hasta el último segundo de escucha.

¿Cuándo te das cuenta de lo que pasa? ¿Antes o después de componer?

La composición es un aspecto súper fractal. Podemos ir tan profundo como queramos. Yo no creo que sea necesario sentir cosas para componer, sentirlas como personales. Podés componer desde ver algo, desde contar una historia con un storytelling. Podés componer desde algo que siente un amigo, podés imaginarte una situación hipotética y cantarla. Y eso no va a decir que estás más cerca o más lejos de vos. Obviamente, las obras que más me emocionan al final son obras que tienen algo que ver con algo muy profundo conmigo. Me emocionan, me refiero, llegan a una fibra más profunda, quizá, que otras. Pero todas me gustan por igual y todas las siento muy propias.

Por lo general las canciones esas las hago y luego me doy cuenta de qué es a lo que me refiero, muchas veces me pasa eso. En el momento en el que uno se expresa, que está la hoja en blanco, uno va llegando a un lugar en el que encuentra la comodidad y el cuerpo libera sólo. Es un proceso muy personal, orgánico. Así como tengo otras canciones en las que lo único que quiero encontrar es la melodía adecuada y la letra no importa tanto, importa después... hay mil procesos. Hay maestros que dicen que la composición es como una casa en la que se puede entrar desde distintos lugares. Yo trato con cada disco de entrarle a la canción desde un lugar distinto. Por lo menos que se entienda que en cada disco hay una búsqueda desde un lugar particular.

¿Qué te dicen los demás que les pasa cuando te escuchan? ¿Tiene que ver con lo que te pasa a vos?

La gente tiene reacciones muy particulares conmigo. Como yo tengo tantas canciones tan distintas... Tengo canciones que van a un lugar profundo de uno mismo, de aceptación personal, de amor propio, también de amor al otro, de amor maternal, de reflexiones de la vida... pero también tengo la otra parte súper sexual y sensitiva sensual, donde lo único que hago es cantar sobre eso. Y también tengo una parte más rapera, más de competición, como quien dice. Entonces, no sé. Intento prestarle la atención necesaria a las opiniones. Me han dicho de todo. Casi siempre te intentan comparar con algún exponente anterior de tu país como 'el nuevo tal, 'el nuevo fulano', o no, de tu país. Me han dicho 'sos como un Stevie Wonder candombero", o "esto es como si Stevie Wonder hubiera nacido en Barrio Sur", ¿viste? O, no sé, me han dicho de todo, como Childish Gambino, Prince, no sé, me han dicho de todo un poco. Entonces, intento prestarle la atención justa, porque en el momento en el que le prestás demasiada atención al afuera te congelás y no quiero. No quiero congelarme. Quiero que defina la idea. Porque uno ve lo que conoce de la idea, siempre que alguien expresa una idea está mirándose al espejo. Para mí el arte tiene que ser lo más cercano a un espejo. Y a un reflector. Nunca las luces hacia otro lado que no sea uno mismo. Y no estoy hablando sólo de mí, ¿no? También del otro.

Foto: Ana Tassino

Foto: Ana Tassino

¿De dónde viene lo que hacés con la música? ¿A dónde va?

Quiero creer que tiene que ver con la familia, con los antepasados, los antecesores. Mi familia es muy musical. Más que nada la de mi papá. Mi mamá, no tanto. Ella es cantante, actriz, escritora, compositora, pero sus padres no y, más arriba, tampoco. Pero la de mi padre, sí. Tengo como toda una dinastía de músicos metidos en el mundo de la murga y el carnaval, más que nada desde la línea de él, mi papá, mi abuelo, mis bisabuelos, mis tíos.

Entonces, creo que tiene que ver un poco con haber nacido en eso, con que no sé hacer otra cosa. Es una manera de decir. De expresarme. De purgar. De sanar. Es como una maldición y una bendición al mismo tiempo, ¿viste? Me despierto pensando en eso y me duermo pensando en eso. No hay momento en donde realmente puedo dejar de pensar en eso. Y, ¿a dónde va? A donde pueda. Obviamente uno tiene una puntería relativamente clara, le gustaría vivir de esto, meterse en un mercado en donde la cosa ya empiece a funcionar a nivel económico, también. Uno sueña con un montón de cosas, pero la realidad es que no es tán fácil como un cuento.

Uno tiene que entrar a surfear la realidad y esas ideas van transformándose. Entonces, no sé a dónde. Lo que sé es que me encantaría lograr vivir de esto y seguir siendo lo más sincero que se pueda, haciéndolo. No mentir. No mentirme a mí mismo. Creo que eso es hacia donde va. Obviamente, también hay una parte de respeto personal a los que hacían la música antes que yo, ¿viste? A Rada, a Drexler, a Jaime, a Mateo, de mi país, y a muchos de afuera que admiro muchísimo también, de otros idiomas y de otras partes. Pero al final del día, también es entender que lo importante es la música que hacés. Lo que los hacía ellos a ellos no tiene que ver con lo que hacían, tiene que ver con la responsabilidad que tenían con la música, más allá de qué hacían, si es candombe, canción, género murguero, si es un cha cha cha, lo que sea, lo importante es la responsabilidad con lo que hacen, y eso es algo que se aprende. Yo quiero ir con responsabilidad. Donde sea pero con responsabilidad.

¿Qué es la música en vos? ¿Un contenido o una forma? ¿Algo que escuchás o algo que traés?

Y, la música es todo eso, ¿viste? Es un pulso para mí, una tensión y una resolución. Tiene todo eso y nada más que eso. Es el pulso, el fuego que se apaga y que se prende, y también donde uno se entiende a sí mismo. Como todas las plataformas y herramientas y lenguajes, se aprenden, se van aprendiendo con el tiempo. Creo que todos somos sumamente musicales. Los niños son muy musicales, escuchan mucho, tienen una percepción muy alta, y creo que todos venimos con eso y lo rompemos un poco. Creo que es una manera de entender cosas.

No considero que la música sea el lenguaje universal y todo eso por el estilo que se le ha dicho. No considero que sea así, porque el universo es muy grande y hay idiomas como la música hindú a los que nadie le da bola, o la música africana. Más allá de occidente, o sea, la música de oriente tiene otras escalas, otras notas, incluso. Otro sistema de notación, es un mundo aparte. Más allá de la música y de esa idea del lenguaje universal, creo que es una manera de entenderse a sí mismo con los demás, y ese es el pulso donde uno mide la vida.

Creo que es un poco así, yendo para un lugar más poético, quizá. Yo lo respiro todo el tiempo y lo hago todo el tiempo. Y he visto a mi madre ser feliz por eso y a mi padre ser feliz por eso, y sufrir por ello. Cantar y llorar. Es una manera de entender cosas. Hay canciones totalmente instrumentales donde lloro a mares cuando las escucho y me replanteo un montón de cosas. A veces, inconscientemente lloro sin saber por qué. Eso es lo lindo que tiene. Te lleva a lugares del inconsciente que otra cosa no llega.

Foto: Carolina Di Nardo

Foto: Carolina Di Nardo

¿Cómo contarías la historia de Facu Balta en pocas palabras?

Facu Balta es un artista afrouruguayo que nació en Carnaval, por sus papás, aprendiendo muchos lenguajes, de su generación y de generaciones muy anteriores, que se enamoró de los instrumentos y de las formas. No le gustan las etiquetas, pero aprende a utilizar los lenguajes para decir lo que quiere decir sin casarse con ninguno. Le gusta el jazz, le gusta el hip hop, le gusta mucho la música negra, el afropop, el funk, el rock. Es un enamorado de la música negra e intenta honrarla de la mejor manera. Es un enamorado de la música afro que está aprendiendo constantemente el lenguaje de expresarse a través de ella.

¿Cómo contarías la historia de cómo Facu Balta forma parte de la música uruguaya? Con una perspectiva de futuro también, no sólo de pasado y de presente.

Mirá, no sé hablar con perspectivas de futuro. Porque cuando estoy hablando de eso estoy limitando un montón de otras vertientes. Y lo único que puedo decir es que mi lugar hoy en Uruguay no lo entiendo bien. Cada vez somos más artistas haciendo tantas cosas tan distintas que, si bien está bien tener claro algo, creo que esa claridad está bueno tenerla en otras cosas.

La historia de la música uruguaya es algo que se escribe y la escriben los que ganan, los que llegan al final y no los que la están haciendo cuando está pasando. Quizá, es una pregunta que te pueda responder en unos años, ¿viste? Hoy, si me preguntás, no te lo sé decir. Obvio que tengo gente de la que me importa mucho la opinión y que me alegra que se haya acercado y que me gustaría seguir gustándole, que le siga gustando lo que hago. Pero la gente es muy grande, las opiniones cambian, todo es muy inestable.

Lo único que puedo decirte es que nunca voy a dejar de hacer lo que me guste. Eso es lo único que te puedo asegurar. Y ni tan seguro tampoco. Nunca voy a dejar de hacer lo que me guste en un 90%. A mí me encantaría crear una historia épica de cómo iría mi carrera, pero intento no pensarla mucho, porque la vida presenta oportunidades y a veces por estar casado con una idea le decís que no a algo que puede generarte estar en un lugar cómodo y donde podés crear con facilidad. Intento no imaginarme una épica de la historia mía, de verdad. Lo he pensado, no te voy a decir que no. Hace no tanto, hace un par de años nomás. Lo he pensado. Decidí dejar de hacerlo.

Hablás mucho de amor en tus canciones, ¿cuáles son las canciones tuyas que más amás?

Sería injusto para mí, y para la gente que ame mis canciones, que ame alguna más que otra. Obviamente que hay canciones a las que le tengo menos cariño, pero por una cuestión de cómo las hice, cuándo las hice y qué significan para mí, pero quizá porque están dedicadas a personas muy especiales como "Lágrima", que es para mi mamá. Son canciones a las que yo les tengo un particular cariño, pero no a las canciones sino a la idea de la canción. En realidad, las amo a todas.

El último disco que saqué me tiene loco porque me encanta y porque me encanta cómo suena y porque el diseño que se logra me fascina y me da ganas de bailar, y disfruto. Ya te digo, estoy muy contento, muy manija con "Lejo" últimamente, con "Todavía", con "Cerca", con "Suave". Estoy muy manija con esas, escuchándolas mucho, quizá más que las otras. Te podría decir que esas las amo particularmente bastante ahora. Pero, en realidad, las amo a todas, son como tus bebés. Son como tus hijos. Como los papás que dicen "los amo a todos por igual", así soy. Por más que de afuera a veces parece que uno tiene un preferido, o un favorito, o lo que sea, es como un amor así, de que no, de que cuando te lo preguntan no podés decirlo pero porque no lo concebís real.

¿Qué es lo más lindo de tocar en vivo?

Lo más lindo de tocar en vivo es la gente, la energía. El disfrute. A mí me gusta mucho el jazz y lo que más rescato de ese arte es la comunión que hay entre los músicos del lenguaje totalmente vivo, del disfrute, de la escucha y de la participación y cómo la gente participa con ellos. Creo que tocar en vivo es una celebración, una ceremonia, por eso amo tocar en vivo, por la gente. Por eso no me quedo en los modos, en las presentaciones. Yo toqué un tiempo en la juvenil del Sodre, que la amo, que pasé momentos hermosos, pero tenía un ritual más como de exposición, tipo "te muestro esta obra, puc, termino y me aplauden, pah".

Y está de más, o sea, es una manera muy particular y exigente que ha durado milenios, y seguirá, pero a mí lo que me fascina de los toques es la participación abierta, estar tocando, ver que pasa algo, cantar con la gente, por lo menos es lo que más me entusiasma ahora. Eso de jugar todos juntos. Ojalá el día de mañana esté tocando en estadios y sea más difícil hacerlo, ¿viste? Pero ahora que se puede hay que aprovechar. Es lo que más disfruto de hacer.

Foto: Carolina Di Nardo

Foto: Carolina Di Nardo

Si pudieras hacer una ceremonia e invitar a con vos a 3 personas, vivas o muertas, de cualquier parte del  mundo, ¿cómo armarías el cuadro?

Ta bravo. Yo creo mucho en el linaje de las cosas. Admiro a muchísima gente, soy muy fan de la música y considero que es muy bello eso. No sé si podría determinar en 3, pero, voy a hacer una cosa. Voy a sacar de la respuesta a esos con los que ya pasó algo, Rada y Drexler, que son dos personas que me hubiera fascinado cantar con ellos y por suerte ya canté y me fasciné.  

Haciéndotela fácil voy a poner 3 muertos y 3 vivas, porque sino me es imposible... Vivos, mirá, está Stevie Wonder. Ah, ese hombre. Por dios. Es un poema vivo. Es increíble. Ta, no voy a decir más nada, es un compositor y cantante de la puta madre, no puedo idolatrarlo más, es un faro para mí, en muchísimos sentidos, un faro de la vida y de la música, un zarpado.

Después, soy muy fan de Kendrick Lamar, muy fan de verdad. Me ha motivado a hacer tracks, a aprender a rapear desde más gurí, a entender la cadencia y la ejecución, la emoción de la ejecución, desde dónde pararte para ejecutar, escribir una historia, cómo contarla, desde qué perspectiva. Para mí tiene discazos. Cada disco de él es una obra maestra, así que otro vivo sería él. Me encantaría, aunque no entienda nada, rapear con él, o cantar y que él rapee, no sé, pero verlo, hacer una performance.

Y voy a poner uno de hablahispana, para no ser sorete, porque puse todo en inglés. Creo que Juan Luis Guerra. Creo que sería mi tercero. Él o Rubén Blades, pero me la juego por Juan Luis Guerra. A ese tipo lo amo, no hay comparación. Juan Luis es el 1, no hay chance, me encanta lo que hace, es un genio, personalmente, artísticamente. Esperanza Spalding también, es otra increíble. Puedo estar todo el día nombrando gente porque soy muy groupie de la música. Natalia Lafourcade, me gusta mucho su laburo. Loli Molina. Hay muchas con las que me gustaría cantar. Creo que esas personas son mis astros. Me meo del nerviosismo si los viera.

Y de las 3 que ya no están: Whitney Houston, la fucking Whitney, sin comparaciones. Para mí es la mejor voz femenina, junto con Ella Fitzgerald. Son un combo, pero pongo a Whitney antes. Creo que me hubiera encantado cantar con Ibrahim Ferrer en su prime, en su época. También creo que es un hombre increíblemente bueno. Voy a decir uno local, que nunca tuve el placer de cantar con él, que es Hugo Chiché Santos, candombero de ley. Y me hubiera encantado cantar juntos y ya no está, pero es el swing en persona. Chiché era un particular del candombe, junto con Pedro Ferreyra, también. Pedro Ferreyra es otro. Particulares del candombe con los que siento que me hubiera encantado aprender. Sacar el cuadernito y aprender que es lo que hago desde chico.

¿Cuál es el toque que más recordás y cual es el toque que estás esperando?

El toque que más recuerdo... mirá, tengo 3 que me encantan. El primero que hice con banda, que fue con un cuarteto, que fue en el Living clandestino. Recuerdo que fue lo primero que hice, yo le fui a abrir a la gente y todo, cobré las entradas, dividí la guita después, llevé y enchufé las cosas, hice los arreglos de ese toque. Fue particularmente un momento donde me encontré cómodo haciéndolo. Después recuerdo, creo que el mismo año, en el Patio Andaluz. Tuvimos un toque por una cosa de una facultad. Ese también lo recuerdo con bastante cariño, porque fue un toque abierto en el que la gente se copó y yo todavía tocaba el piano, en ese entonces. Y, después, más allá de los toques que salieron bien, como los toques de Montevideo Late ,por ejemplo, que lo disfruté muchísimo, el Cosquín Rock hace poco. Esos toques de festivales que los disfrutás mucho. Pero a los que más les tengo cariño son a otros rituales. A otras cosas. Y después, obviamente, La Trastienda del año pasado. Fue donde se concibió un poco la imagen del artista Facu Balta, más allá de la persona y de cómo pasarla bien. Eso, al ser una sala, con todos los nervios que conlleva eso, el tiempo de laburo para eso, la cantidad de gente que trabaja atrás, lo recuerdo con mucho amor. Por eso ahora estoy super entusiasmado por la segunda.

Foto: Ana Tassino

Foto: Ana Tassino

¿Cómo estás para el viernes?

Estoy preparado, contento, entusiasmado, ansioso. Sobre todo, contento. Presentar ahí el último disco, con un formato totalmente nuevo, con instrumentos distintos, otra data, ¿viste? Otra puesta en escena. Me tiene entusiasmado porque siento que evolucionamos en gran parte en todo lo otro que no tiene que ver con la música, pero sí tiene mucho que ver con la presentación. Estoy sintiendo que va a ser un toque que voy a recordar bastante, pero no lo quiero mufar, así que lo único que puedo decir que estoy entusiasmado. Contento de poder hacer algo así. Y agradecido con el espacio de que pase.

Vengo de un contexto sumamente jodido de la vida, en donde, si bien lo visibilicé siempre desde gurí, y no me imagino haciendo otra cosa, también es cierto que no me imaginaba que iba a poder hacerla de esta forma y con esta tranquilidad a esta edad. Entonces, me tiene contento y agradecido. Ya gané. Esa es mi mentalidad. Si podemos ir y hacer el show como tenemos que hacerlo, ya está. Estamos preparando eso. Lo único que pretendo es que la gente lo disfrute. Quiero ver bailando a la gente, que la gente cante conmigo. No sé qué querría que me pase. Yo creo que no puedo ir buscando sentir cosas yo en un toque en vivo, a las emociones las espantás si las buscás. Me parece que lo máximo que puedo hacer es entregar. Entrega, ¿viste? Quiero entregar. El alma ahí arriba. Ver a los músicos y sonreír. Estar bien. Eso es lo único que puedo esperar que me pase. Estar bien. Equivocarme bien también. Y eso ya estoy 100% seguro de que va a ser así. Eso es lo lindo. A no ser que se estrelle un avión a dos cuadras del lugar, no creo que se complique. Me imagino que va a ser todo muy enérgico. Estamos bien.

¿Qué hay de nuevo en el disco nuevo?

El disco nuevo tiene un Facu Balta distinto, un Facu que canta mucho más con tune, con autotune. Que se preocupa más por los timbres, por una producción totalmente bailable. Intenté dejar de lado lo solemne lo más que pude. El disco anterior, Cuando me mires, es un disco más solemne, candombero, donde la canción y el acorde, respeto mucho más estructuras que no tienen que ver con el género urbano, o más cosas de canción, aunque tiene otras canciones que van por otro lado, es distinto.

Pero el disco nuevo, este, es un disco que se cansó de todo eso y quiso ser un disco en donde se pudiera bailar y disfrutar de las cosas banales y no tan banales de la vida, porque al final el amor y el sexo son unos de los tópicos que más sobrevive en la sobremesa de la gente. Y por algo es. Es un disco que abraza eso a nivel temático. Tiene temas como "Suave", "Cerca", temas que no había hecho antes, y temas como "Origami" que son super raros. Cosas que no había hecho antes, como "Beba", que es más trap, así con el Tadu, el Tadu Vásquez. Son producciones distintas, más allá del género, donde sampleo mucho. A mí me gusta mucho el trabajo de Kanye West y también el de Childish Gambino. Es un disco que junta, intenté juntar los procedimientos de caño y del sampleo, de samplear drums, de samplear melos, de samplear cosas de metales, de samplear trompetas, trombones. Ya el disco empieza con "Suave" con un sample de un tema de Terrace Martin, que es un productor y músico de jazz increíble. Es un disco súper urbano, bailable, que hasta este momento yo no había hecho.

Foto: Carolina Di Nardo

Foto: Carolina Di Nardo

Todo antes de irme se llama el disco. ¿A dónde te vas?

Es un nombre que le puse. A mí me pasa que, si bien tengo unas raíces folclóricas musicales muy importantes y me gusta mucho la tradición, yo creo que nosotros no vinimos al mundo musical a hacer una cosa sola y listo. A mí me gusta mucho la gente que se mueve de lugares y se va para otros lados. También habla de aprovechar el ahora, el presente. Si bien es un nombre antiguo porque ya estás hablando de que te vas a ir y puede parecer ansioso, también tiene la palabra "todo". Que habla de eso, de hacer todo antes de irme, de no irme apurado. Saber que en un momento nos vamos a ir y hay que hacer todo. Eso refiere un poco a las dos cosas. Al hacer de todo antes de que se termine la vida y de que no estemos más, esa cosa de actuar. De aparecer. De ser. Ser antes que no ser siempre. Y, después, por todo lo que refiere a los cambios musicales, como "hoy hago esto, mañana otra cosa, pasado mañana quizá otra cosa".

También se llama "Todo antes de irme" un poco para entender, porque yo quería hacer un statement un poco personal de decir "hoy estoy acá haciendo esto y la vida es todo eso que pasa antes de irte", de irse, de los lugares, de la vida misma, pero también de los lugares, antes de irse del ahora, es todo lo que pasa antes del después la vida. Es un poco eso, también yo como dejándomelo claro, en plan "no tenés por qué hacer algo siempre igual". Por eso, ahora pintó este disco así más afropop y mañana quizá pinte otra cosa. Esto es todo lo que hice antes de irme de este lugar a donde estoy. Habla del equipaje, del aprendizaje, del llevar contigo cosas.

La portada del disco soy yo como cargando con un equipaje, como que no se termina de ir, como si estuviera un poco pesado, por cómo está hecho con la diagonal y con las dos manos. También con eso quise hablar del peso de las cosas que uno lleva consigo. Hablar de la liviandad, de andar por ahí liviano. Abre un tema ahí para mí la portada. Refiere al viaje. No sé si es que me voy a algún lugar en particular. La verdad es que no sé a dónde me voy. Creo que más allá del lugar es cómo. Cómo uno va. Cómo uno va hacia otro lugar.

Con este disco también me dije a mí mismo que mi carrera está empezando, que por más que tenga mucha música está empezando. Intentar recordarme. La industria a veces puede ser muy compleja, y uno que la está intentando entender y entrar, entiende que los catálogos son de una manera u otra y la gente labura de una manera muy específica para poder venderse mejor. Mi propuesta nunca va a ser la de encerrarme, siempre va a ser la de intentar romper algo que haya hecho antes. Y con este disco intento recordármelo un poco. Todo esto es lo que va a ser antes de que no puedas hacerlo más. La vida es lo que es y si bien hay que actuar pensándolo, también hay que dejarse ser. Entender la finitud de las cosas. La entropía. Creo que el título del disco es como una carta para mí mismo, como si me dijera, "no pienses tanto, dedicate a hacer todo lo que tenés que hacer antes de irte a otra parte".