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Contenido creado por Manuel Serra
Música
Un Oasis en América #1

Del genio de Brian Wilson, su antagonismo con The Beatles y discos icónicos del rock

Uno en California, con The Beach Boys, los otros en Liverpool, desarrollaron una rivalidad creativa que llevo la música a otra dimensión.

19.07.2024 17:12

Lectura: 13'

2024-07-19T17:12:00-03:00
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Por Diego Paseyro
dpaseyro

*Esta es la primera de una serie de dos entregas que pretende analizar dos ejemplos paradigmáticos, y antagónicos, acerca de cómo los four fav incidieron en las búsquedas estéticas de dos bandas de rock. En un caso, sirviendo como inspiración y desafío para encontrar un nuevo sonido. En el otro, como repetición de una fórmula para lograr masividad.

El 3 de diciembre de 1965 salía a la luz tal vez el álbum que fue un parteaguas en el proceso creativo de The Beatles: Rubber Soul. Grabado en un mes, a lo largo de octubre y noviembre de ese mismo año, cuenta con doce temas compuestos exclusivamente por los miembros de la banda, siendo el primer álbum conceptual del grupo. Más aún, un álbum conceptual que, sin lugar a dudas, los consagraba, no ya como lo que eran, un fenómeno de masas y de histeria adolescente, sino con una profundidad, capacidad lírica y texturas sonoras que el mundo no sabía que existían.

Lo que vendría después fue un camino creativo que se abrió con ese álbum y que nos regalaría, al resto de los mortales, piezas icónicas de la música universal, y, en particular, tal vez el mejor álbum de todos los tiempos; Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. Recordemos, asimismo, que fue el 15 de agosto, de ese mismo año, cuando la banda, y luego de presentarse en el ya inexistente Shea Stadium en Nueva York para 55.600 personas, decidió dar por terminado su período de conciertos en vivo, algo que, casualmente, pudieron hacer en el proceso de composición y grabación de Rubber Soul.

Sin embargo, hubo alguien que sobre aquellas navidades no recibió la noticia de la mejor manera. Escuchar aquella madurez creativa supuso para Brian Wilson, gran admirador de la banda inglesa, una interpelación a todo lo que él y sus compañeros venían haciendo con The Beach Boys, la banda americana por excelencia. O, como se los supo llamar alguna vez, los “Beatles estadounidenses. El grupo californiano, oriundos de la ciudad de Hawthorne, había estado viviendo un idilio creativo y de fama desde que nacieron en los albores de 1961.

Habían llegado para ponerle música al sueño americano que todavía se sostenía en un contexto de Guerra Fría que no tenía a los Estados Unidos metido en Indochina, al menos activamente, como luego sí sucedería a partir del incidente en el Golfo de Tonkín, en 1964. Lo cierto es que desde 1963 la administración de Kennedy ya había mandado tropas a Vietnam. Sin embargo, Brian, como líder espiritual y creativo de la banda, junto a sus hermanos Dennis y Carl, un amigo, Al Jardine, y el primo de aquellos, Mike Love, para cuando los cuatro de Liverpool tomaron América, ya habían sacado nueve trabajos de estudio y cosechado una fama mundial gracias a sus singles Surfin` Safari (1962), Surfin` USA (1963), Surfer Girl (1963), Little Deuce Coupe (1963), Fun, Fun, Fun (1964), I Get Around (1964), Don`t Worry Baby (1964), Help Me Rhonda (1965), California Girls (1965), Barbara Ann (1965), entre otros.

Si bien estos temas fueron un éxito comercial y posicionaron a la banda como la más escuchada en su género, nunca estuvieron exentos de críticas. Los puristas del género surf rock decían que eran sencillamente unos impostores, y, de hecho, algo de razón había allí, ya que el único que practicaba ese deporte era el hermano del medio, Dennis. Por otra parte, la impronta estética de la banda, al menos en lo que a líricas refería, tendía a tratar temáticas livianas como situaciones de affairs entre adolescentes, tardes al sol y surfear las costas de California y de todo Estados Unidos, evitando tramas más complejas, aunque esto podría ser refutado con temas como “In my room”, editado en 1963. En cualquier caso, y más allá del carácter naif que se le podría haber endilgado a la banda, había algo que era su sello, y tenía a su protagonista excluyente. Y se refiere a las armonías, arreglos, armonías y texturas musicales, por un lado, y a Brian Wilson como el prodigio y mentor de aquella maquinaria de ingenios vocales, por otro, es por ello que, a fin de cuentas, sería por lo que The Beach Boys se ganarían un lugar en el Rock and Roll Hall Of Fame, cuando fueron inducidos en 1988.   

El mayor de los hermanos Wilson sabía que el disco Rubber Soul de su banda antagonista venía a confirmar lo que ya se sospechaba desde hacía un año: The Beach Boys tenía, Océano Atlántico mediante, a su némesis creativo, y para Brian, aquello, le supuso más que un dolor de cabeza. Saber hasta dónde los altibajos emocionales, las crisis creativas, su negativa a tocar en vivo y dedicarse a componer mientras el resto de la banda estaba de gira haya sido motivado por la existencia de The Beatles es difícil saberlo con exactitud.

Pero algo es claro: sin la banda oriunda de Liverpool, y en particular de este álbum, no habría nacido la que tal vez sea la obra más importante de la banda californiana, Pet Sounds (1966), y recíprocamente, este descomunal trabajo, que rompe definitivamente con el sonido surf de antaño, que muestra una madurez creativa y la incorporación de instrumentos orquestales y experimentaciones sonoras sin precedentes, permitió que los Fav Four, un año más tarde, se embarcaran en su obra más ambiciosa y ya mencionada: el indiscutible Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band. Incluso, en Revolver, ya encontramos algunas esquirlas de la granada psicodélica que supuso la aparición de los “sonidos de las mascotas”. Cuando The Beatles escucharon Pet Sounds por primera vez en 1966 quedaron impresionados y profundamente conmovidos por el álbum. Dirían más tarde Paul McCartney y John Lennon respectivamente:

"Cuando escuchamos Pet Sounds, nos quedamos sin palabras. Nos dimos cuenta de que teníamos que esforzarnos más. Fue un gran punto de inflexión para nosotros".

"Pet Sounds es el mejor álbum que se ha hecho jamás. Nos dio una patada en el trasero y nos hizo darnos cuenta de que no solo podíamos hacer canciones de tres minutos sobre chicas y coches".

Por su parte, George Martin declaraba: “Sin Pet Sounds, nuestro Sgt. Pepper’s no hubiera ocurrido: fue el intento de igualar el disco de The Beach Boys”.

El pasado 24 de mayo, la plataforma de streaming Disney + presentó un documental que pretende ser el análisis definitivo de The Beach Boys. Frank Marshall y Thom Zimny fueron los encargados de dirigir y crear el proyecto. Adentrándose en la trayectoria del grupo, muestra imágenes y entrevistas inéditas de la historia de la banda, y es en parte gracias a este trabajo, y tal vez tomándolo como excusa, que quien escribe decidió dedicarle unas palabras a la banda californiana, por un lado, pero por otro, reconocer la inspiración e influjo que supuso la inglesa, sin la cual la primera no habría llegado a su clímax creativo, y recíprocamente, sin los angelinos de camisas a rayas, tal vez algunas de las piezas más emblemáticas de la banda más famosa de todos los tiempos, nunca hubiesen existido. Entre tantos elementos contrafácticos, y sin embarcarnos en comparaciones obtusas, The Beach Boys merece el reconocimiento del que The Beatles siempre gozó y que nunca tuvo. Y esto se debió a varias razones.

Si repasamos el recorrido estético y compositivo de The Beatles, nos encontramos con una progresión razonable entre los primeros tiempos donde se vestían de saco y corbata y hacían hits de dos minutos. Aquella impronta juvenil y de letras que dieron lugar a la Beatlemanía fue siendo suplantada, paulatinamente, por búsquedas más complejas, tanto a nivel lírico como musical. Cada álbum, se podría pensar, fue la consecución lógica del anterior. No existió, en el conjunto inglés, un trabajo que no fuese bien recibido, incomprendido o que no se viera allí la esencia de siempre, pero mejorada, intensificada, o potenciada por una madurez creativa que iba siempre apoyándose en los trabajos previos para generar otros superadores. Claro que esto no es una progresión tan lineal, ya que en ese camino de “perfección” no todos los trabajos fueron asimilados por el público de la misma manera, como fue el caso del Magical Mistery Tour, y en la etapa más ingenua de la banda, encontramos piezas clásicas e insustituibles como “If i fell”, por nombrar solo una.

Por otra parte, el conjunto inglés tenía una conformación reconocible, donde todos sabían quién era quién. Ringo, el baterista simpático, cuya genialidad fue más valorada posteriormente que mientras la banda estuvo activa. Harrison, el Beatle callado. Y finalmente, Lennon y McCartney, el genio bicéfalo, usina compositiva de la mayoría del repertorio de la banda, y cuyos estilos se fueron reconociendo con mayor claridad y distinción, justamente, desde la salida de Rubber Soul, e incluso en Help!, trabajo en el que ya aparecía una canción donde la banda poco tuvo que ver, y fue compuesta y grabada exclusivamente por Paul. Estamos hablando de “Yesterday”.

Sin embargo, cuando queremos trazar un paralelismo con la banda californiana, el recorrido no es tan orgánico ni comprensible. Para empezar, la conformación del grupo de “surfistas” si bien a lo largo de las décadas tuvo un quinteto reconocible, se debe mencionar a David Marks, quien sustituyó en la guitarra a Al Jardine durante dos años, entre 1961 y 1963, mientras éste se dedicaba a sus estudios. Marks retornó por breves lapsos a finales de los noventa y en el 2012. Por otro lado, Bruce Johnston, se unió a la banda en 1965 cuando Brian Wilson se bajó de las giras y se dedicó exclusivamente a su etapa como compositor, y permaneció hasta 1972, cuando volvió a alejarse por diferencias sobre el rumbo que la banda estaba tomando, retornando en 1978 y permaneciendo hasta la actualidad. 

Asimismo, Blondie Chaplin, en guitarra rítmica y coros, y Ricky Fataar en percusión, fueron parte de la banda durante los primeros cuatro años de la década del setenta. Todo esto sin mencionar aquellos músicos y orquestas que acompañaron a la banda tanto a la hora de hacer giras como en sus trabajos de estudio a lo largo de los años. En este sentido, se debe destacar a “The Phil Spector Orchestra”, dirigida por el legendario productor Phil Spector, quien fue clave en el proceso de grabación de Pet Sounds. A comienzos de la década del setenta, Spector produjo “Let It Be”, y diversos temas de Lennon y Harrison en sus etapas como solistas.

Por otra parte, si pensamos a nivel compositivo, si bien Mike Love tuvo un rol más que protagónico a la hora de aportar letras, no cabe duda de que el centro de gravedad creativo fue Brian Wilson. Incluso, mientras la banda estaba de gira fue que el mayor de los hermanos, junto al compositor Tony Asher, trabajaron en el álbum más emblemático del grupo, e Incluso, Asher, contribuyó en la composición de temas como “God Only Knows” y “Wouldn't It Be Nice”.

Por otra parte, cuando The Beach Boys sacó Pet Sounds, en mayo de 1966, luego de un año de trabajo en el estudio, el quiebre con lo que venían haciendo previamente, tal vez haya sido muy abrupto. Es posible que esa transición, ese crecimiento y madurez que en The Beatles se fue desplegando desde Help! hasta Sgt. Pepper`s, no se haya dado de manera tan armónica en The Beach Boys. De un día para el otro, la banda que le puso melodías inconfundibles al sueño americano se encontraba hablando de otros temas, y proponiendo, a nivel musical, canciones, a priori, no tan pegadizas como las de otrora. De hecho, la desconfianza con relación al alcance comercial del álbum la tuvo, primero que nadie, la discográfica, Capitol Records, quien decidió, debido a las pocas ventas que el álbum estaba cosechando, sacar otro que recopilara los éxitos de la banda, y de algún modo eclipsó el impacto que, en especial, Brian Wilson esperaba que su obra magna tuviera. Este hecho, sin dudas, fue un parteaguas para su moral y salud mental.

Finalmente, hay que destacar dos hechos que, paradójicamente, no le permitieron a la banda subirse a la ola de los sesenta. Acompañar lo que de algún modo estaba sucediendo a nivel social, político y artístico. El primero de ellos refiere a la cancelación, a última hora, de la invitación para participar del festival de Monterey en 1967. Diversas son las razones que se manejan, entre ellas la salud de Brian Wilson, quien para ese entonces hacía dos años que ya no acompañaba a la banda en giras. Finalmente, fueron sustituidos por The Mammas and The Papas. Luego, dos años más tarde, también rechazarían la invitación al festival de Woodstock, alegando una gira por Europa. Por una razón o por otra, parecería que la banda iba haciendo una vida artística algo paralela con relación a lo que estaba sucediendo por aquellos años. Tal vez por convicciones, tal vez por razones puramente estéticas e incluso ideológicas, el fenómeno psicodélico, antibelicista, y contrahegemónico que se percibía en esos años no iba con lo que la banda quería hacer o mostrar. Este desacople con el ruido de la época, sin dudas, pudo haberles jugado en contra cuando se quiere ubicar a The Beach Boys en el legítimo mapa de las bandas de rock más importantes de la historia.

Para terminar y emparejar un poco las cosas, y por qué no, intentando ser justos, si el Cielo tuviera música, algunas melodías sin dudas serían obra de la banda californiana, y en particular del prodigio de Brian Wilson, un maestro de la armonía que compuso melodías que trascendieron el tiempo y el espacio. Su genialidad compositiva iluminó el panorama musical, dejando una huella imborrable en todos los que vinieron luego. Orquestó sinfonías de emociones, pintando paisajes sonoros de infinita complejidad y belleza. Sus composiciones desafiaron las convenciones, explorando nuevos territorios musicales con audacia y sensibilidad. Su obra maestra, Pet Sounds, se alza como un hito en la historia de la música. También como un álbum que redefinió los límites del pop y elevó el género a alturas jamás antes alcanzadas. En él, Wilson tejió una oda a la juventud, al amor y a la fragilidad de la vida, con una belleza y una complejidad que lo han convertido en una referencia obligada para músicos de todas las generaciones.

Foto: brianwilson.com

Foto: brianwilson.com

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