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Contenido creado por Sofia Durand
Música
Shoegaze como raíz

El Club Audiovisual: la búsqueda de un sonido propio a través de un recorrido creativo

La banda argentina conversa sobre su evolución desde sus comienzos, hasta la pandemia de por medio y lo que les espera.

29.04.2024 14:55

Lectura: 11'

2024-04-29T14:55:00-03:00
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Por María Road

El recorrido de El Club Audiovisual es uno de los más eclécticos y extensos para esta nueva generación de post pandemia y euforia. Desde 2015, el grupo está conformado por Delfina Gel (voz, bajo), Tomás “Pela” Pelaez (voz, guitarra), Matías Vertula (voz, guitarra) y Juan Viaggio (batería). Atravesó todo tipo de cambios, lecciones y nuevas inspiraciones que los convierten en una de las bandas más versátiles del nuevo catálogo alternativo continental, que crece a pasos agigantados.

Con dos álbumes de estudio bajo el brazo, innumerables presentaciones —desde el Primavera Sound Buenos Aires 2022 hasta el Teatro Margarita Xirgu, pasando por el histórico Festival Nuevo Día en Teatro Vorterix— y una carta sonora que abarca desde el shoegaze, el power pop y el post-grunge, este conjunto nos presenta un mapa cartográfico de su universo conformado por mucho ruido y un sincero desahogo emocional, constituido alrededor de cada álbum de estudio como fuerte. “Cada disco marcó una era y una época de la banda con sus respectivos cambios de estilo, tanto musical, como personal. Siento que con cada disco evolucionamos mucho y fueron funcionando como checkpoints”, expresa Pela.

Cinco Días en el Planeta Azul fue el EP con el que el grupo se aventuró a dar sus primeros pasos en la publicación de material en plataformas. Sin mucha experiencia o conocimientos de marketing musical —hoy indispensables si se busca relevancia en el apretado mercado del entretenimiento—, en diciembre de 2017 salía este puñado de canciones que combinaban shoegaze, dream pop y sonidos space rock. Continuando por la misma línea, en agosto de 2018 lanzan Siempre Ahora, en la que sostuvieron la impronta sónica de la banda e hicieron aún más hincapié en la caracterización del sonido shoegaze en cuatro canciones mucho más logradas.

Foto: Ignacio Chinchilla

Foto: Ignacio Chinchilla

“Cuando yo los tenía de lejos y aún no formaba parte de la banda El Club, me parecía muy del palo de El Mató o Pixies. Cuando conocí a Pela en el Festival BUE de 2017 ambos estábamos en nuestra etapa shoegaze. Él a full con My Bloody Valentine, yo también con Slowdive. Cuando me dijo de tocar, me alegré de al fin poder estar en una banda de shoegaze, que es lo que siempre había querido hacer. En los temas anteriores de los EPs, en los que yo no había participado, le fuimos encontrando otra estética, agregándoles reverb y modificándolos. Nos juntábamos a ensayar y sonaba Dynamo (1992) de Soda Stereo de fondo todo el tiempo”, recuerda Mati, mientras que Juan agrega: “En ese momento estábamos todos bastante en la misma”.

Delfi no estaba aggiornada del todo con el noise para ese entonces, pero no tardó su conversión hacia el mismo: “Yo venía de un palo más punky. Obviamente Dynamo me re gustaba, creo que incluso fue mi introducción al shoegaze porque después me empezó a gustar Souvlaki. Cuando estábamos grabando escuchaba mucho más Slowdive, pero mis inicios fueron con Primavera 0. Me fui amoldando a lo que me mostraban los chicos. Al principio con el Pela compartíamos referencias como Pixies y las bandas del sello Laptra. Después, con el shoegaze, sentí que me sumé a algo a lo que ellos ya estaban subidos y perduró hasta ahora”, expresa.

En ese tiempo, la banda buscaba hacerse lugar en el circuito indie argentino que predominaba durante la década que comenzó con el 2010, entre pequeños y grandes centros culturales y un sonido más aproximado a El Mató a un Policía Motorizado, Las Ligas Menores o 107 Faunos como referentes para todo conjunto de la escena local. “Antes de la pandemia tocábamos con Península, Sto Fue Tdo o Boedo, que era la banda anterior de algunas integrantes de Fin Del Mundo. Hacíamos fechas también explotadas en lugares como La Confitería, pero igualmente había otro feeling", menciona Delfi.

Pela agrega: “Con Sto Fue Tdo que, para mí, era una de las mejores bandas pre pandemia, allá por 2018, tocábamos mucho. No había una escena muy cerrada, pero sí era muy random todo. El público éramos nosotros y capaz amigos que iban a bancar. No era gente a la que genuinamente le gustara 100% las bandas”.

El punto de inflexión definitivo para la banda llegaría en 2020. No solo por la pandemia, sino también por el suceso que propulsó un salto de madurez, tanto compositivo como administrativo: el lanzamiento de su primer álbum de estudio Ya No Estamos Tan Solos. “Nuestro primer disco largo funcionó como un debut de nuestra nueva formación. Siento que los primeros EPs marcaron la etapa más juvenil de la banda donde éramos Pela, Juan y yo recién entendiendo como hacer música. Y en conjunto a nuestro disco debut, ya con Mati, estuvo el firmar con Casa del Puente Discos que nos dio un empujón y nos hizo sentir que no estábamos solos”, comenta Delfi.

“Nos sentimos bastante validados de alguna manera. De repente estábamos trabajando con el productor que nos gustaba (Estanislao López) que había trabajado en discos que nos gustaban de artistas, como Riel o Pyramides. Se sentía como dar un paso adelante en términos de calidad. Los chicos en ese entonces estaban afianzándose con los lanzamientos de los EPs y yo venía de tocar con otras bandas” Trabajar con un sello discográfico “Antes era ‘Bueno lo subo a Bandcamp y ya está”, agrega Delfi. 

"Hicimos desde la foto de la tapa hasta piezas gráficas para los singles que hizo Delfi. Antes toda esta estrategia era nula para nosotros”, explica Juan.

“La primera vez que lo tocamos fue vía streaming junto a Pyramides en La Tangente. La presentación ya concurrida fue en una fecha que armamos de manera autogestiva con NTSC en un skatepark cerca del Hipódromo de Palermo”, recuerda Mati. Al respecto, Juan comenta: “Llevamos un generador en el auto y armamos una fecha ahí. Y la cerramos con ‘Hoy Quiero Hacer Lo Que Me Gusta’ que ya lo estábamos trabajando en esa era”.

Foto: Ignacio Chinchilla

Foto: Ignacio Chinchilla

Para ese entonces poco a poco comenzaba a gestarse el entusiasmo en el público por los shows en vivo después de un año de confinamiento, el cual crecería en el año 2021 y terminaría de explotar en 2022. “Tuvimos un Emergente después ya en el post pandemia en 2021 con Mujer Cebra y Buenos Vampiros que estaba colmado. No nos pasaba antes que las fechas se llenaran, que la gente salte y se sepa las canciones”, acota Juan. 

La etapa del disco homónimo, que vio la luz en agosto de 2023, de alguna forma inició en el primer ensayo post pandémico en agosto de 2020, exactamente tres años antes de su lanzamiento. Fue en esa ocasión que el posterior single “Hoy Quiero Hacer Lo Que Me Gusta” fue tocado por primera vez. Esta canción anticipaba de alguna forma el sonido y el carácter del álbum sucesor de Ya No Estamos Tan Solos, influenciado por la efervescencia del público underground argentino.

“Se abrió la pandemia, fechas en vivo, descontrol. Ahí fue de gran influencia tocar con bandas como Mujer Cebra, con la cual la gente siempre volaba por los aires y algo de esa energía nos quedó. En el disco anterior fuimos unos niños emo llorones, pero salimos a la vida real, volvimos a tocar en vivo, vimos el entusiasmo de la gente y eso nos contagió las ganas de hacer un rock más crudo”, confiesa Delfi.

Sin embargo, respecto a la decisión del rumbo sonoro del mismo, inicialmente no tenían aún un norte muy sólido, pero de una cosa estaban seguros, utilizarían esto a su favor para permitirse explorar más allá de las aristas del shoegaze. “Se trató de dejar de mirar al piso y mirar un poco más al frente”, resume Pela entre risas. “Hubo un consenso por parte de todos de apagar el reverb y hacer otra cosa. Siento que trabajamos con el shoegaze de forma distinta al del primer disco. Empezamos sin ideas muy claras sobre que hacer y eso estaba bueno porque no teníamos limitaciones”, comenta Delfi.

El resultado final es un disco en el cual conviven siete géneros de música diferentes entrelazándose entre sí: desde el inmutable noise pop característico hasta power pop, post-grunge y garage rock. “A nosotros como banda no nos gusta hacer lo mismo disco tras disco. Tratamos de buscar el sonido propio de cada fase. En lo personal, para el disco homónimo ya estaba un poco cruzado con el shoegaze y sentía que lo quemamos. Quería ir por algo más sónico y con más distorsión”, agrega Delfi.

La heterogeneidad del disco también fue resultado del proceso productivo y de composición del mismo, como describe Juan: “Arrancamos teniendo solo tres canciones en el tintero: Madrugada, Hoy Quiero Hacer Lo Que Me Gusta y Una Canción. Fuimos con la idea de grabar el disco en Unísono Cerati como una proeza y una gran inversión, apostando a subir el nivel. Fuimos sacando los singles en el año mientras componíamos el resto de temas. Esas canciones que sacamos son totalmente distintas entre sí y eso nos dio la premisa para conducir los gustos de cada uno y unirlos con un sentido”.

Fue así como las influencias britpop de Mati, pop punk de Delfi y sónicas de Pela y Juan convergieron en cada una de esas canciones. “Yo traje a la mesa temas como "Una Canción" porque en ese entonces estaba escuchando mucho Cariño y otras bandas españolas. Mi lado punky también se refleja con influencia de Green Day. También hay batas y algunas cositas de Turnstile”, aporta Delfi. “Yo aporté las batas bailables, lo dance, lo sónico. Estaba a full con Babasónicos y Juana La Loca”, comenta Juan. 

“Hay mucha inspiración de Babasónicos, sobre todo por la idea de no tener ninguna restricción a la hora de mezclar géneros. Cuando hicimos los sencillos también había mucho de Suárez. Cuando arrancamos tal vez nos cerrábamos más a un estilo musical y a una forma de grabar. A la medida que fuimos creciendo nos permitimos no cerrarnos en una sola idea, abarcar cosas distintas y permitir que varios estilos convivan en un disco”, sintetiza Pela.

La presentación del disco se llevó a cabo el 30 de septiembre de 2023 en el Teatro Margarita Xirgu, ubicado en el antiguo y pintoresco barrio de San Telmo. “Aprendimos muchas cosas de ella. Fue bastante pronto, salió el disco y al mes y medio ya lo estábamos presentando en vivo. Ahora las canciones se reciben de una manera distinta ya que la gente tuvo más tiempo para asimilarlo y explotan en los shows. Entonces decidimos que vamos a hacer una segunda presentación seguramente para mitad de este año y con una puesta parecida”, reflexiona Delfi.

Lejos de amoldarse, la banda afirma que hoy en día ya se encuentran de cara a un próximo disco, el cual promete un nuevo acercamiento al shoegaze que los formó. “Después de ver a Slowdive en el Primavera Sound dije ‘Che, volvería al shoegaze”, afirma Mati entre risas, a lo que Delfi agrega: “Al otro ensayo el chabón ya tenía el reverb en la pedalera de nuevo”.

El Club Audiovisual viene transformándose en una banda casi local luego de dos visitas consecutivas a este lado del Río, o al menos de esa forma los hace sentir el público: “En octubre del año pasado fuimos por primera vez a Uruguay con el Festival Nuevo Dia. De la nada nos subimos al escenario y la gente estaba agitando y cantando los temas del disco nuevo que había salido hace dos meses y fue increíble porque se trataba de otro país”, comenta Delfi, “volvimos en diciembre a tocar en Plaza Mateo ya que nos invitaron las chicas de Niña Lobo, que es una banda que nos encanta. Fue hermoso verlas de locales.Solo tenemos cosas buenas que decir de Uruguay, siempre nos trataron increíble, tanto el público como la gente de Bloque Radio. Vamos a intentar volver todos los años". 

El próximo viernes 3 de mayo se presentarán en el día 1 de la segunda edición del Festival Nuevo Dia en Montevideo, junto a Mora y los Metegoles, Los Walrus y Naoko en Tazu. Las entradas aún están disponibles vía Red Tickets. “Nos encanta la gente, nos encantan las bandas de allá como Obelisco, Flor Sakeo. Ahora tocamos con Los Walrus que también nos gustan mucho y ya habíamos pegado onda. También conocimos a Neamwave. Nos gustan genuinamente las bandas de allá”, expresa Mati.

“Siento que ‘perseverancia’ es una palabra que nos describe porque pasamos de tocar en C.C. Mi Casa para cinco personas contando las bandas con las cuales compartíamos a irnos a Uruguay”, concluye Juan, emocionado por las oportunidades que jamás habían pensado les daría la banda: tocar en grandes festivales argentinos, recorrer el país gracias a su música y traspasar la frontera con su ruido pop característico que día a día gana más adeptos. Montevideo ya es innegablemente una tierra fiel y espera ansiosa la llegada del Festival Nuevo Día.

Por María Road