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Contenido creado por Federica Bordaberry
Música
La lámina que no existe

El Cuarteto de Nos sobre saber muy poco de todo y mucho de nada

La banda estrenó su último disco, Lámina Once, en plataformas musicales y lo acompañó con un videoclip de la canción Rorschach.

08.08.2022 15:20

Lectura: 11'

2022-08-08T15:20:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

La cosa es esta: el arte expresa. La música, el teatro, lo plástico, el cine, la literatura, y alguna otra categoría artística, expresan. Dentro de eso que hacen, que es expresar, las temáticas varían, abundan, en cuanto a sus intenciones.

Incluso, los propios artistas varían en cuanto a sus intenciones de obra en obra. 

La cosa, con el Cuarteto de Nos, es esta: lanzaron un disco nuevo, llamado Lámina Once, que plantea un problema filosófico fundamental en ocho canciones, 

El arte de la tapa, y el nombre del disco, aluden al test de Rorschach, ese tan conocido que utiliza la psicología para estudiar la personalidad. Funciona de esta forma: una persona ve una serie de diez láminas que son ambiguas en su significado. Según lo que proyecte la persona, el carácter de quien las mire. 

La lámina once, la que viene después de la décima, es la que no está. Y así se llama el último disco del Cuarteto. 

En esas ocho canciones que lo componen hay algo, un tema, una banda y un tiempo en común: “: la manifestación de un malestar con lo que nos toca vivir en las sociedades contemporáneas, las desdichas del momento actual”, dicen ellos.

Por eso, la canción Rorschach dice: “qué quieren que le haga, si solo veo manchas”.

Es que la pregunta, el problema filosófico fundamental es ese: cómo llevar una vida examinada. Entonces, habla de todo aquello, de forma conceptual, pero de forma tangible, sobre todo esto: el uso de la información, el manejo de la misma, las polarizaciones que genera, el pulso del algoritmo, el tomar partido o decidir no tomarlo, en cómo eso afecta a la trama social, “estar adentro o afuera”. 

Buscar culpables, señalar distintos, ponerse disfraces, sacar conclusiones en base a mínimas informaciones, procesar infinidad de situaciones con la liviandad de lo efímero.

Saber muy poco de todo y mucho de nada.

Roberto Musso, el cantante del Cuarteto de Nos, y su compositor más evidente, dice que se trata, además de todo lo anterior, de “un núcleo de temas que fueron compuestos en la pandemia, en 2020”. 

“La pandemia había puesto bajo la lupa, y vi medio exacerbado en carne viva, un montón de temas que habíamos tocado mucho con el Cuarteto en los últimos discos, y que nos explotó en la cara como humanidad y como sociedad”, comenta.

¿Por qué ahora? Por qué llegaron a ti como compositor.

Porque fueron canciones en un momento inédito para mí como ser humano, como compositor. Me pareció interesante escribirlas en ese momento, que era en plena cuarentena. Fueron canciones hechas en 2020. No fue mucho por necesidad, sino que fueron surgiendo naturalmente, porque no estaba mucho la necesidad de sacar canciones nuevas. Era tanta la incertidumbre de no saber qué iba a pasar que fueron saliendo las canciones sin mucho futuro predestinado. Fue muy natural el proceso de las canciones. Yo creo que ahora sigue siendo.

Me imaginaba canciones que, por más que tuvieran esa atmósfera, que fueran canciones que se pueden escuchar dentro de quince años y que pudieran estar despojadas del contexto en el cual se hicieron.

¿De dónde sale este tema a nivel artístico? ¿De algo más emocional o de algo más racional?

Capaz más lo emocional, por esa sensación inédita de lo que estábamos pasando todos. Cada uno en sus asuntos personales, en sus asuntos de salud y laborales. Con mi hija, por primera vez en esos 11 años que tiene ahora, pasé eso de no sentirme seguro, de no responderle sus preguntas. Siempre uno le contesta con seguridad lo que está pasando y, a veces, preguntaba cosas de un futuro, de qué estaba pasando y no tenía respuesta porque era un tema que no sabíamos que venía. Todo eso me parece que me funcionó como un disparador emocional. Después, lo racional capaz que viene en cuentagotas cuando vas escribiendo propiamente las letras de las canciones, pero fue un momento especial de composición de los temas.

Recién me hablabas de Federica, tu hija. Tiene 11 años y me imagino que vas viendo el mundo en el que crece, ¿qué de ese mundo tiene que ver con lo que planteas en el disco? Porque son generaciones que han crecido de una manera que nosotros tú y yo no. 

Si te pones a escucharlo, el disco tiene el opening line, que dice “aquí estoy esperando que cambie el mundo”, y termina con algo como “renacerá en un mejor lugar”. A mí me gustó mucho ese discurso como concepto. La frase esa de “aquí estoy esperando a que cambie el mundo”, la había tenido escrita antes de irnos de gira por México, que fue cuando nos encontró la pandemia. Cuando volví, estuve empezando a componer. Tenía esa frase, que se había cambiado el significado, le daba significado a todo. Tenía un sentido para mí en un determinado mes y, pocos meses después, había cambiado completamente. Entonces, para mí es ese gran cuestionamiento en el disco, de esa cantidad de temas. Vos me preguntabas en cuanto a la gente del futuro, lo que puede traer, yo te respondo más como interrogante que como certeza.

Los discos del Cuarteto, en general, plantean problemáticas y críticas. ¿Qué diferencias ves, por ejemplo, en el disco Raro, en cuanto al tipo de problemática que plantea? Son bien diferentes. Como para tomar un faro del actual y uno del pasado.

Raro depende del tipo de canción. Tenés canciones más abstractas, como más ubicuas, o atemporales, como la de Damián, una canción de ese estilo, pero también tenés las otras más reflexivas. Quizás, Yo no sé qué hacer conmigo es una canción que perfectamente podría estar en este disco. Nos habían pedido para usarla en algunas publicidades durante la cuarentena. A veces, si bien le veo eso, Raro es un disco, en ese aspecto, un poco más heterogéneo en cuanto a temática, que mezclaba un poco lo reflexivo con algo más abstracto. No le veo tantas diferencias en ese tipo de canciones, por ejemplo.

Foto: Karin Topolanski

Foto: Karin Topolanski

¿Qué rol juegan las redes sociales en todo esto que estas planteando? Justo en la pandemia cumplieron su rol importantísimo.

Sí. De hecho, muchas canciones como La ciudad sin alma se entendió que es un especie de la ciudad “sin alma”, que puede ser obviamente ese correlato que hay entre esas ciudades de concreto, de cemento, trágico, todos caminando rápido, cada vez con más paranoia, y las ciudades virtuales que también estamos habitando, queriendo o no queriendo. Entonces, están súper presentes. Mucho en La ciudad sin alma, ese lugar donde dice que nada se vuelve a construir sobre estos escombros, y ese lugar súper desalmado y árido, la estepa que estamos habitando tanto real como virtualmente. Esa parte final que tiene algo de nostálgico, pero un poco pseudo esperanzador, de algo de nacer en un mejor lugar que no queda claro qué lugar es, porque puede ser un lugar físico, virtual, de otra dimensión. A mí me gusta mucho también dejar planteadas todas esas posibilidades de interpretación.

¿Por qué el Cuarteto decide usar su música, su arte, como forma de dar critica o cuestionar?

Para mí ha sido como un aprendizaje continuo, que lo hemos abordado desde distintos ángulos y ópticas a medida que fuimos creciendo como banda, fuimos creciendo como personas. A mí me motivan, quizás, algunas cuestiones distintas cuando tenía veintipico de años que ahora treinta años después. Pero esa mirada me parece, de la gran mayoría de canciones y la propuesta nuestra de personajes más bien neutrales, que no toman partido por ninguna situación desde el concepto de la canción. Que no hay ganadores, ni perdedores, ni malo y bueno, definido. Ni cantado desde una superioridad moral que diga “yo tengo la justa desde una primera persona”, y toda esa construcción. Me parece que son personajes y situaciones entre contradictorias, ambiguas, que cada uno puede tomar su propia decisión.

Creo que ha sido algo que es lo que buscan también las canciones, me da la impresión. Que quede también ese algo de misterio, de cuestionamiento, pero sin que eso tome partido de ninguna posición en particular. Creo que es un poco ahí la búsqueda, por lo menos a nivel lírico.

¿Qué rol te parece que tiene el arte en general, no importa el formato, en lo social, en la crítica social? ¿Por qué es importante que el arte critique?

Tendrás un montón de respuestas distintas según a quién preguntes. Es súper objetivo. Yo lo veo muchísimo, te soy sincero. A veces en cómo es el impacto y el feedback con el receptor, que es, en definitiva, el público. Cada vez me sorprendo más cómo una canción, que obviamente es lo que concebimos como una obra artística integral, que es la canción, con su arreglo musical, con su puesta en escena, influyen a la gente en un montón de aspectos muy importantes.

He tenido un montón de testimonios, comentarios, en carne propia, de gente que te dice que le salvó la vida determinada frase, que le salvó la vida en un montón de aspectos emocionales y físicos. De gente que tiene tatuadas frases de las canciones. Ahora cuando nos fuimos de gira, fuimos a Costa Rica, y había una cantidad de gente que venía de Guatemala, de Honduras, que habían comprado los tickets hacía meses. Son cuestiones que a mí me emocionan muchísimo. Yo lo veo como premio en cuanto a eso que vos me preguntás sobre lo de por qué lo de la crítica del arte resulta fundamental. Es de empatía con la gente, sobre todo, con gente joven. No te miento, la mayoría de la gente que va son gente sub 25, sub 30, y que les llega muy fuerte. Yo creo que agradecen que haya todo ese abanico de propuestas artística, y creo que en las músicas del Cuarteto encuentran algo que no encuentran en otro lado. Es un poco la impresión que me da.

¿Sos de creer que el arte puede cambiar el mundo?

Yo creo que puede ayudar, no por sí sola, pero que te ayuda con un montón de parámetros. Te lo hago por la contraria y te digo que no creo que el mundo pueda cambiar sin la ayuda del arte. Es una pieza necesaria y fundamental, pero que por sí sola me da la impresión de que precisa la ayuda de otros elementos. Yo lo sigo pensando, capaz sigo siendo un romántico en pensar eso.

¿Qué expectativas tenés con respecto al disco? 

Sale la Lámina Once en un momento tan especial que, a veces, nos cuestionamos hasta nosotros mismos cómo es increíble que también ahora en esta época de la banda, con tantos discos anteriores, tantos años, tantos proyectos vividos, cómo estamos en un momento de más convocatoria, más venta de tickets, más inquietud de la prensa internacional, los premios, y todo.

La gira de la que acabamos de venir ahora, de Costa Rica, Panamá, Ecuador, Perú (ahora nos vamos para Paraguay y para Chile), fueron todas sold out, pero muchas semanas antes. Nos llamó bastante la atención. Si bien venimos creciendo mucho, fue como un crecimiento mucho más marcado. En Costa Rica íbamos a hacer un show y terminamos haciendo tres. En Quito y en Lima tuvimos que cambiar los lugares por lugares más grandes, porque estaban agotados. En octubre, en Bogotá, hacemos en Movistar Arena. Bogotá es un lugar gigante.

Nos parece que sale en un momento de mucha convocatoria de la banda y que hay mucha inquietud por seguir conociendo al Cuarteto. También lo veo como un disco súper contemporáneo. También muy power. Tiene unas canciones con ese espíritu más rockero, guitarrero, que siempre tenemos en los discos, pero que esta vez también tienen un poco más de foco. Tenemos una esperanza terrible.

A mí si me preguntan cuál es la foto del Cuarteto de Nos en este momento, yo siempre digo: show en vivo. Porque para mí esa foto, como que el diafragma más grande te agarra esos últimos quince años. Roberto compositivo, rock creador, o como el Cuarteto como banda y artista, nos representan más esos quince años de discos que el último disco puntual. Esto te lo puedo responder en cualquier disco que haya sido o que será, y me encanta cómo cuando sacamos nuevas canciones se van incorporando a sus hermanas menores en ese aspecto. Y le van dando una multidimensionalidad muy interesante al show. Me da la impresión de que Lámina Once va a ser una usina interesante de aporte que se han dado. 

Por Federica Bordaberry