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Cine
Entre diarios y películas

El filmador: aquellas cosas que hacía José Pedro Díaz que no sabíamos

El último documental de Aldo Garay, en Cinemateca, retrata el lado artístico más desconocido de José Pedro Díaz, el video y la fotografía

20.03.2022 22:51

Lectura: 4'

2022-03-20T22:51:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Se dice que la que escribía bien era ella. Que la que realmente logró una carrera literaria que fue aumentando en calidad fue ella. Que la poeta, la que debía serlo, era ella. Que él fue otra cosa. Ella, era Amanda Berenguer (1921-2010). Él, José Pedro Díaz (1921-2006), su marido.

Ambos fueron figuras centrales de la Generación del 45, esa movida literaria e intelectual de la que participaron Mario Benedetti, Idea Vilariño, Ángel Rama, Ida Vitale, Carlos Real de Azúa, Manuel Flores, Armonía Somers. A él, a José Pedro, se lo recuerda como docente, como ensayista, como editor, como crítico, como experto en Bécquer y en Felisberto Hernández, como autor de Los fuegos de San Telmo (1964).

Pero el nuevo documental de Aldo Garay, El filmador (2021), evidencia que José Pedro Díaz fue más que letras. Mucho más que letras. Hay dos elementos que se transforman en las claves de la construcción de la idea de un Díaz multidisciplinario: un diario (con el que trabaja el investigador de la Biblioteca Nacional Alfredo Alzugarat) y los registros fílmicos que hizo en su viaje por Europa entre 1949 y 1950 (recuperados por el Archivo General de la Universidad de la República y Cinemateca).

El núcleo es París, tanto en lo visual como en la trama. Gracias a una beca de estudios que le otorgan a Díaz, se va a Europa a realizar el viaje soñado intelectual, junto a su esposa Amanda Berenguer.

Estando allí es que comienza con aquellas actividades -la incursión menor y amateur en otras artes- que hacen los escritores para no escribir, o para encontrar excusas para no hacerlo. De ahí proviene El filmador, de un José Pedro Díaz que agarra una cámara y una filmadora y genera toneladas de cintas. 

Entre imágenes de la Torre Eiffel aparece la voz de Daniel Hendler leyendo el diario: a Díaz la ciudad le da ganas de volver a leer a Baudelaire y de armar un libro con ilustraciones parisinas (cómo fue que los franceses no tuvieron aquella idea genial). En el puerto de Montevideo, una escena en la que muchas personas, entre ellos varios miembros de la Generación del 45, acuden a despedir al matrimonio antes de emprender hacia Europa. En alguna parte de París, el único registro audiovisual de Peloduro (Julio Suárez) dibujando a Peloduro.

Entre lo fílmico y su diario es que llega otro viaje de Díaz: aquel que lo presenta como memoria, como experiencia y como símbolo. Pero también su inseguridad con respecto a su posibilidad de crear literatura. Solamente tiene certezas sobre el camino de Amanda. Es, además, el retrato de la comunidad intelectual y artística que vivió en Europa al mismo tiempo que él.

“Mi desafío era descubrir el ojo de José Pedro Díaz al momento de filmar. Descubrí que ese ojo de cineasta guardaba otras miradas. Hay un ojo poético en las filmaciones, pero también hay una mirada social, como se puede ver en las imágenes de España. Mientras trabajaba en el documental, pensaba qué lo había llevado a filmar todo ese material. Esa era mi pregunta. Mi percepción es que filmaba para no olvidar”, dijo Garay en un texto compartido por Cinemateca, donde se estrenó la película.

Los antecedentes de Garay incluyen varios trabajos en el terreno de lo documental, como Mi gringa, retrato inconcluso; El círculo; Cerca de las nubes; El casamiento; El hombre nuevo y, en ficción, piezas como La espera.

De vuelta en Montevideo, Berenguer y Díaz transformaron su casa en una especie de centro cultural con la editorial La Galatea. Es allí, en el taller de sus padres, donde el hijo de la pareja, Álvaro Díaz Berenguer, encontró las cintas que recuerdan el viaje de sus padres a Europa cuando fueron enviadas al archivo de la Biblioteca Nacional.

El filmador funciona como homenaje a José Pedro Díaz, a lo que hacía, pero también a todo aquello que no se sabía que hacía. Es un homenaje a su mundo de letras, pero también a sus registros visuales, a su forma de percibir el mundo, a sus memorias, a sus experiencias personales, aunque también a él en un contexto, a él como símbolo de la Generación del 45.

Título: El filmador

Año: 2021

Países: Uruguay, Argentina

Dirección: Aldo Garay

Fotografía: Germán De León. Producción, Micaela Solé para Cordón Films

Duración: 70 minutos

Por Federica Bordaberry