A veces, en filosofía, se dice: si un árbol en un bosque cae, y nadie lo vio caer, ¿ese árbol cayó? A veces, en la realidad, en la actualidad, se dice: si un disco no tiene sonido, si no suena, si es silencio, si nadie puede escucharlo, ¿ese disco existe?

Quizá, desde el experimento de la banda americana llamada Vulfpeck, ese disco sí existe.

Hablar de Vulfpeck es hablar de esa banda cuyos miembros asistieron a la escuela de música de la Universidad de Michigan, de esa banda que se reunió por primera vez en una sesión de grabación en el Centro Duderstadt (una instalación de la universidad que tiene una biblioteca de arte), esa banda que fue concebida por el fundador de la banda Jack Stratton luego de leer una entrevista con el productor alemán Reinhold Mack. Esa banda, entonces, que fue imaginada como una versión alemana de los músicos de sesión americanos de la década del ´60 (Funk Brothers, Wrecking Crew, Muscle Shoals), que tenía como objetivo tomar esos ritmos en vivo.

Esa banda, que tiene como miembros fundadores a Stratton en teclados, batería y guitarra, a Theo Katzman en guitarra, batería y voz, a Woody Goss en teclados y a Joe Dart en el bajo. Esa banda que se fundó en 2011, que ya tiene cuatro EP, seis discos (el último en 2022), y un séptimo muy especial.

En marzo de 2014, fue que Vulfpeck lanzó un disco llamado Sleepify, que consistía en 10 canciones de silencio que variaban entre los 31 y 32 segundos. El resultado fue un álbum de cinco minutos de nada, acompañado de un video donde el líder de la banda pedía a sus fans que escucharan el álbum de manera repetida mientras dormían.

“Creemos que es el álbum más silencioso jamás grabado”, explicaba el baterista y tecladista de 26 años Jack Stratton en el video. Lo mejor de todo aquello, posiblemente, haya sido el nombre de las canciones: "Z", "Zz", "Zzz", etc., hasta llegar a las diez “z”.

Así, solo así, podrían financiar su gira por Estados Unidos. Prometieron, obviamente, shows gratis a cambio. El contexto de aquel momento era que Spotify pagaba, por cada canción escuchada, solo 0.007 dólares. Lo que sucede es que, si se escucha una canción cien veces, se llega a los 70 centavos de dólar.