Elena Ciavaglia estudió y escuchó muchas músicas. Los sonidos que incorporó a través de sus oídos salen al mundo a través de sus propias composiciones. Su formación musical fue entre Uruguay y Francia, entre Darnauchans y Joni Mitchell, como dirá. Todo eso resulta en un estilo propio que explora la canción popular con tintes de jazz.

El miércoles 5 de octubre, Ciavaglia presenta la primera escucha pública de Mapa Circular, su tercer álbum de estudio. Esa instancia será en Bar Varsovia, como parte del ciclo Dale Play que invita a compartir una escucha íntima y exclusiva, por primera vez, antes de su estreno oficial. Luego de escuchar Mapa Circular, la música realizará un show acústico en vivo.

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¿Qué te llevó a trabajar en este disco?

Mapa Circular es un disco poco planificado, tenía algunas canciones nuevas y otras sin grabar, y. en diciembre del 2021, arranqué con el proceso de grabación. La banda con la que grabé buena parte de los temas fue muy importante en el proceso de materialización de las músicas. Es lindo cuando tocás con gente a la que le gustan tus canciones y con la que te sentís bien, entonces pasan otras cosas. Esta banda de la que hablo está formada por Diego Cotelo en guitarra, Andrés Pigatto en contrabajo y Juan Manuel Cayota en batería; son personas que admiro mucho.

También en este disco me animé a tocar en casi todos los temas, eso es algo nuevo en mi vida; son las versiones propias de mis canciones. Por esto, la grabación de Mapa Circular fue diferente a la de los discos anteriores.

¿Cómo dirías que es tu dinámica de trabajo?

Desordenada e impulsiva. Hace poco me di cuenta que, aunque muchas veces no tengo un orden para el trabajo, tengo cierta constancia para hacerlo, entonces eso me ha hecho ir para adelante en el mundo de la creación. Y me gusta mucho trabajar con otras personas, siento que eso me potencia. 

¿Qué es más importante? ¿Las letras o la música?

Todo es importante, me gusta mucho la poesía y me parece fundamental e inseparable de la canción. Le doy bastante importancia a la letra, pero la música es muchas veces lo que más me cuesta definir o terminar de cerrar. 

Si tuvieras que definir las tres influencias más directas en tus canciones, ¿cuáles serían? ¿Por qué?

Es una pregunta que siempre me resulta difícil, porque cada vez se me mezclan más las referencias y los recuerdos en relación con el mundo musical. Tuve algunos amores tempranos en el mundo de la canción, como Darnauchans, Cabrera, Mariana Ingold, Charly, Joni Mitchell, Bob Dylan, por tirar algunos. Pero después se me fueron abriendo otras puertas con el descubrimiento de la música académica, el MBP, el folclore, el candombe canción y hasta el jazz, pero nunca estuve muy por dentro de nada.

¿Cómo es trabajar en un álbum en esta era de plataformas?

Bueno, es una gran pregunta. El mundo de las “plataformas digitales” es bastante duro, funciona con una lógica muy fría.

Si tuvieras que elegir un disco perfecto, ¿cuál elegirías?

Me cuesta pensar en algo perfecto… tiro una pequeña lista: Sansueña, Fines, Contemporáneo, Candombe del 31, Blue, The Times They Are a-Changin’, Cinema Transcendental, Tardes Cariocas, entre otros muchos.

¿La última canción que escuchaste?

Escucho mucho la música que tengo que tocar, hace un rato escuché “Me vienen a matar”, de Bolsa de naylon en la rama de un árbol, y un poco después un amigo me compartió un podcast de Charly García y me escuché casi todo Yendo de la cama al living. Y ahora mismo estoy escuchando Four, de Miles Davis.

¿Y el último libro que leíste?

Soy medio desorganizada en la lectura, siempre estoy leyendo varios libros en simultáneo. Ahora estoy releyendo La trilogía involuntaria de Levrero y estoy en la mitad de París, que es la última. Pero, en paralelo, estoy leyendo poesía de Joyce, La vida a ratos, de José Millás, y Cuentos inesperados de Maslíah.

¿Qué te gustaría que sintiera la gente al escuchar tu disco?

Me gusta mucho cuando me entero que las personas se emocionan con las canciones que hago. Creo que es imposible sentir las mismas cosas que otras personas, pero a veces tengo la fantasía de poder compartir esa emoción que me invade al hacer y tocar las canciones.