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Contenido creado por Aníbal Falco
Música
En blanco y negro

En su regreso a Montevideo tras seis años, Arjona hizo cantar y vibrar al Centenario

El cantautor guatemalteco desplegó todo su repertorio de clásicos románticos ante un público que le ofrendó su emoción y entrega.

05.03.2023 11:49

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2023-03-05T11:49:00-03:00
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Escriben Aníbal Falco (@AnibalFalco10) y Franco Pérez (@PerezFranco10)

Ante una tribuna Olímpica colmada, que aglutinaba remeras estampadas, vinchas led, lágrimas por venir y decenas de pancartas (hasta de “recién casados”), pasadas las 21 horas de este viernes finalmente llegó Condominio Blanco y Negro al Estadio Centenario.

Seis años después de su última visita con Circo Soledad, Ricardo Arjona volvió a Montevideo para reencontrarse con un público que lo apetecía y lo vitoreó desde el momento en que apareció en escena.

La invitación primero fue musical, con una potente entrada de la banda que lo acompañó durante gran parte de la noche, cuando —sostenido por un coro femenino— comenzaron a sonar los primeros acordes de “Animal nocturno”, una canción autobiográfica y nostálgica en la que Arjona recuerda las peripecias de un anónimo joven artista que llevaba su música de bar en bar (lo hizo en Argentina y en México), hasta que fue captado por la industria discográfica.

“Ser un animal nocturno/ era una bella rutina/ entrar a algún bar sin conocer/ ni que me conozcan/ entonar una canción/ y esperar el trago de cortesía/ que siempre venía era mi filosofía/Hasta que un productor/Según él me hizo el favor/de grabarme un disco/ Y metió la inspiración en una computadora/ Y aquel fuego de libertad/ En refrigeradora…”

Minutos después, Arjona interpretó “Morir por vivir”, su primer tema cantado del disco Blanco y negro, que ya hizo poner de pie a casi todo el público que asistió al Centenario para vivir un espectáculo musical de primer nivel.

Cuando sonó “Ella”, entre caras visiblemente emocionadas y ojos lagrimosos, nació el primer estribillo que el cantante dejó a cargo del público. “Un poco de electricidad”, acompañaron a coro las 20.000 personas que llegaron desde todo el país para entregarse al show, que tenía en primera fila, junto a su familia, al secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, confeso escucha de Arjona.

Tras el tercer tema, llegó una nueva ovación y Arjona les habló por primera vez a los presentes, y no esquivó hacer críticas a las políticas de encierro llevadas adelante en gran parte del mundo durante la pandemia.

“Nos encerraron en cuatro paredes, nos pusieron mascarillas, nos dejaron con celular en mano y redes sociales. Nos pusimos creativos y se empezó a jorobar de a poco. Hoy estamos pagando los platos rotos, pero por suerte estamos acá, reunidos otra vez. Regresamos”, dijo el cantante, y generó una nueva aclamación desde la Olímpica.

Javier Noceti

Javier Noceti

Provocador como lo ha sido a lo largo de su carrera, el artista centroamericano no se detuvo ahí y cuestionó también las políticas de género y el lenguaje inclusivo.

“Estos dos años de encierro creativos hicieron que inventáramos muchas cosas, 32 géneros. Como si lo importante fuera seguir inventando géneros y no aceptar a la gente por lo que quiere hacer con su cuerpo y con su vida. Nos dio por intentar cambiarle las vocales a las palabras. Hoy tendría que saludar, por ejemplo: ‘Buenas noches a todes’”, ironizó Arjona, que además se tomó el tiempo para cuestionar el oficio de los coaches antes de comenzar a tocar guitarra al hombro “Hongos”.

“¿Quién le dio los hongos al dios que nos hizo?/ ¿Quién me da respuestas para este misterio?/ ¿Quién puso elefantes en mi cobertizo?/ ¿Qué hacen tantos vivos en el cementerio?/ ¿Qué haces en mi vida, dándome instrucciones?/ Búscate un oficio, yo no tengo dueño/ Ve a pintar grafitis con dos corazones/ Búscate un idiota, manso y hogareño…”.

Este tema significó la génesis de Blanco y negro, después de que las dos primeras líneas se le ocurrieran debajo de la mesa de un bar en Londres mientras se resguardaba de una pelea entre hinchadas de fútbol, según el relato del propio autor.

A pesar de que se podía esperar que interpretara una mayor cantidad de canciones del disco Blanco y negro, poco antes de la hora 22 Arjona sacó casi todo su repertorio de hits, uno tras otro: “El problema”, “Sin daños a terceros”, “Dime que no”, “Historia del taxi”, “Si el norte fuera el sur”, “Tarde”, “Acompáñame a estar solo”, “Señora de las cuatro décadas”, “Cuando”.

Para muchas de las presentes, el quiebre emocional fue inevitable, también el griterío de un público que cubría varias generaciones y que cantó junto al artista casi todas las canciones a la par, hasta finalizar un show vibrante que fue adornado por luces de colores, que marcaron la impronta de un espectáculo que cumplió con las expectativas.

Arjona se movió con comodidad sobre una escenografía de estética británica. Con cabinas rojas de teléfono dispersadas de forma vertical y horizontal, predominaban el blanco y el negro, buscando contagiar “el sonido de los años 1960” del emblemático Abbey Road.

Uno de los momentos de guiño veloz se dio cuando cambió la letra original de “Si el Norte fuera el sur”, canción de 1996 que critica la política exterior estadounidense, pero también a Latinoamérica.

“Viva Wall Street y al carajo Donald Trump, viva el Seven Eleven”, arrojó el cantante, que a lo largo de la noche recogió un par de mates, bombillas y banderas que fueron lanzadas desde la tribuna.

El artista guatemalteco recorrió varias veces el escenario de punta a punta, improvisando el tiempo justo y manejando con oficio el arte de la cercanía con su público. Se detuvo, señaló, enfocó la vista, achicó los ojos para coquetear con las pancartas que pudo llegar a leer. Jugó y se divirtió con las dedicatorias que sus fans le hicieron llegar por escrito desde el llano. Y hasta amagó con bajar del escenario.

Al encontrarse con un “quiero ser tu Marta” en una pancarta, entonó la canción “Marta”, del disco Poquita ropa.

“Cantando en la calle Florida/ un forastero en Buenos Aires/ descubrí que la vida/ es un juego de azar/ donde pierde el que gana/ por equipaje una mochila/ una guitarra y unos versos de Borges/ fue aquella noche de luna/ que una dama de azul me pedía una de Silvio/ la complací con rabo de nube…”.

“Este es el tema más del sur que he hecho. De cuando vivía por estos lados”, había dicho previamente el cantante en referencia a la época en que vivió en Buenos Aires como trovador callejero, narración recurrente sobre su juventud que está presente en toda su obra.

Minutos antes de las 23, el artista se sentó sobre la derecha del escenario, guitarra en mano y sin la banda acompañando, para regalar un pequeño extracto de “Ella y él”, y respondió a un cartel que hacía referencia al tema dedicado a su madre, ahora fallecida, “Mi novia se está poniendo vieja”.

“Juré que esta no la iba a cantar más, pero voy a cantar un pedacito para ti”, le dijo a la fan uruguaya que sostenía el cartel rodeado de otras fanáticas que no solo portaban la bandera de Uruguay, sino también de Colombia, Cuba y Venezuela.

Javier Noceti

Javier Noceti

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Javier Noceti

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Desnudándolo todo

El éxtasis, el momento pico de la noche, sucedió minutos después de que el cantautor, una vez más, se pronunció sobre el relacionamiento entre hombres y mujeres, con tono crítico sobre los actuales vínculos sociales.

“A mediados de los 1990, los hombres gozábamos de ese poder inmenso que teníamos. De mediados de los 1990 para adelante comenzamos a perder poder hasta llegar al lugar que estamos hoy, el de los últimos escalones sociales. Usted hoy puede decir cualquier cosa de los hombres que nunca se va a meter en ningún lío. No vaya a decir algo malo de una mascota porque puede ir preso. No digamos de los 32 géneros, pero de un hombre despáchese con la cuchara grande. Creo que nos ganamos esa baja del poder, porque abusamos del poder. Pero creo que hoy tenemos una disposición tremenda para acercarnos un poquito otra vez”, polemizó Arjona, que agregó que “muchos hombres van más con miedo que ganas al acercarse a una mujer”. 

El cantante remató con un ejemplo sobre las distintas reacciones que puede tener una mujer si se le acerca un hombre, dependiendo de si le gusta o no le gusta.

“Usted está en un boliche sentado en una silla. En el universo de las damas habitan dos clases de hombres: los que le gustan y los que no le gustan. Imagínense viene un tipo que es del universo de los que a ella le gustan. Viéndola fijamente a los ojos le dice: ‘Llevo tres noches sin dormir pensando en las 25 maneras que podría inventar para quitarte ese vestido’. Ella agarra el celular y en el chat de las amigas dice que acaba de conocer a un hombre salvaje pero tierno a la vez”, relató Arjona.

Y caricaturizó: “Si, en cambio, en la misma situación viene un muchacho que tiene la mala suerte de pertenecer al universo de los no le gustan, pero el pobre no lo sabe, el tipo se acerca y dice: ‘Buenas noches, llevo tres noches sin dormir pensando en las 25 manera que podría inventar para quitarte ese vestido’. Ella agarra el celular y llama al 911. Ese muchacho podría estar acusado de acoso dos días después”.

“Ahí estamos viviendo hoy y no se me hace justo. Tenemos que empezar a cortar distancias. Yo por la pura manía y por la pura libertad de volver a decir cosas como decía hace algunos años”, justificó Arjona, segundos antes de enganchar con el primer verso de “Desnuda”, que desató el momento cumbre de la noche.

“No es ninguna aberración sexual/ pero me gusta verte andar en cueros/ al compás de tus pechos aventureros/ víctimas de la gravedad…”.

La Olímpica de pie cantando con el guatemalteco, mientras que las dos pantallas gigantes dispuestas a los costados enfocaban a una mujer —aunque hubo varias— sobre los hombros de un hombre en corpiño. Segundos después, la imagen era sin corpiño, el cantante se tomaba la cabeza y sonreía con falsa incomodidad. La euforia colectiva era total.

Arjona enganchó con “Te quiero”, “Te conozco” y “Minutos”. El combo funcionó a la perfección y regaló el mejor momento de la noche.

Consciente de estar ante un público rendido al espectáculo, y ante la ausencia de Gaby Moreno, Arjona invitó a los presentes a cantar “Fuiste tú” en conjunto, dejando que sus fans se hicieran cargo de las partes de la canción pensada a dúo, que suelen ser interpretadas por una voz femenina.

Con decenas de temas en su haber sobre el amor y temas sociales como el secuestro, la inmigración ilegal, la prostitución o la religión, el cantante, atento a la demanda de su público más fiel, decidió brindar un recital en el que principalmente recorrió sus más clásicos hits románticos.

Para despedirse, Arjona entonó una de sus canciones más icónicas, con casi 30 años de historia: “Mujeres”. Así se iba a llamar el proyecto en que el cantautor trabajaba en 2019, cuando un lío en un bar de Londres cambió los planes.

Javier Noceti

Javier Noceti

Javier Noceti

Javier Noceti


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