Por Federica Bordaberry
federicaborda
La cosa comienza en el campo, por Paysandú. Allí, Enzo Fernández, nacido en 1990, conoció la guitarra criolla de su tío Carlos. Esa misma que había sido construida por su abuelo, que nunca conoció, y era muy cuidada. "Su guitarra siempre representó, desde que tengo memoria, algo mágico para mí", dice Fernández en conversación con LatidoBEAT. Eso fue a los 7 años y, por eso, le pidió a sus padres que lo mandaran a estudiar guitarra. Y nunca paró.
Estudió con el profesor Hugo Acosta, que le dio una gran base de formación clásica. Aunque, gracias a amigos, conoció los sonidos de la guitarra eléctrica y el bajo, y a los 12 años armó una banda. La eléctrica fue prestada, hasta que sus padres le regalaron una.
Lo que más le agradece a Acosta, "es el haberme enseñado el amor por la guitarra y la seriedad con la que se debe encarar su estudio". Más tarde, pasaría por otros profesores y maestros de la guitarra uruguaya como Caco Pauletti, Nicolás Mora, Julio Cobelli. Pero también escuchó y aprendió mucho de Roberto Grela, Abel Fleury, Joe Pass, John Coltrane, Frank Gambale.
Y pasó, también, por muchos géneros. Obviamente, la música popular y la clásica fueron la base, pero también aprendió de jazz y de rock. De hecho, en 2022, junto al Enzo Fernández Trío publicó su primer disco en Spotify, Vientos del litoral.
El jueves 30 de mayo se estará presentando Enzo Fernández en formato trío en La Cretina con un show en vivo. Lo acompañan Andrés Puppo y Lucas Soria Macovich en el escenario, con invitados especiales (entradas acá).
¿Cómo llegan las guitarras criollas a tu vida?
Todo comenzó en la casa de mi tío Carlos en el campo, allá en Paysandú. Su guitarra siempre representó, desde que tengo memoria, algo mágico para mí. Primero, por saber que había sido construida por mi abuelo (al que no conocí) y segundo porque a través de ella y mi tío conocí muchas melodías y sonoridades que despertaron mi gran amor por la música. Mi tío siempre la tenía en un lugar especial y muy cuidada, eso también me dio la entender la importancia que para él representaba. A partir de esto fue que a los 7 años le pedí a mis padres que me mandaran a estudiar guitarra. Desde ahí, no paré hasta hoy.
¿Y las eléctricas?
Recuerdo que una vez fui a la casa de un amigo y le habían regalado una guitarra eléctrica. Yo nunca había visto una real ya que en Paysandú en ese momento no había casas de música. Cuando la probé, su sonido me pareció algo impresionante y todo un mundo nuevo para descubrir.
Luego cuando arranqué el liceo a los 12 años, conocí a un amigo que tenía un bajo y motivados por la música que comenzábamos a escuchar en ese momento (rock uruguayo y argentino) armamos una banda. Para eso tuve que pedir prestada una guitarra eléctrica por un tiempo, hasta que al fin mis padres me regalaron la primera.
Allá en Paysandú empezaste a estudiar guitarra clásica, ¿qué aprendiste siendo chico?
En mi ciudad comencé estudiando con el prof. Hugo Acosta, lo que considero que fue fundamental. Hugo me dio una gran base de formación clásica, pero aparte me introdujo en el repertorio de música popular. También me dio la posibilidad de subirme a los primeros escenarios y participar en un programa de televisión. Pero lo que más le agradezco es el haberme enseñado el amor por la guitarra y la seriedad con la que se debe encarar su estudio.
¿Qué has aprendido que no te puede enseñar un profesor o un maestro?
Primero que nada la humildad y las ganas de estar siempre aprendiendo. Segundo, el desarrollo y la búsqueda permanente de un sonido propio, que viene de la mezcla de todas las influencias de lo que uno ha escuchado. Tercero, tener la confianza suficiente en mí mismo para saber que si lo que hago es honesto, voy por buen camino.
¿Quiénes han sido tus grandes maestros?
Considero maestros no solo a las personas con las que he ido a clases, sino a muchos que se han cruzado en mi vida y han sido importantes, y no solo en lo musical estrictamente. Pero en lo referido específicamente a la guitarra, han sido mis referentes y profesores: Hugo Acosta, Caco Pauletti, Nicolás Mora, Julio Cobelli. Y hablando más en general, todos los músicos que he escuchado en discos (y no solo guitarristas), los considero también grandes maestros ya que me han influenciado mucho y marcado un camino. Por nombrar solo algunos: Roberto Grela, Abel Fleury, Joe Pass, John Coltrane, Frank Gambale, entre otros.
Quieras que no, has estudiado con gente que fue cercana por ejemplo a Carlevaro o a Zitarrosa, en el caso de Cobelli. ¿Qué hace a un grande de la guitarra, un grande de la guitarra?
Creo que muchas cosas hacen que alguien sea un grande en lo suyo, pero primero que nada, la humildad. La humildad hace que esas personas, por ejemplo, cuando te invitan a compartir escenario, no te traten nunca como a un alumno, sino como a un colega, así como también hace que se permitan felicitar sinceramente a alguien cuando creen que lo que hizo fue bueno y siempre estén abiertos a seguir aprendiendo. Luego, pienso que es el talento y la entrega total al instrumento, a la búsqueda y el conocimiento profundo del estilo al que se dedican.
Has dicho que la guitarra criolla es un sonido que te define, ¿por qué?
Me gustan varios instrumentos, pero la guitarra criolla es lo primero que me llegó y lo que me conecta más con mi familia y con mi tierra. Así como también ha sido mi compañera de todos los días desde que tengo memoria y viaja conmigo a cualquier lugar que voy.
Y, tu primer disco, tiene mucho de ese sonido que te define. ¿Cómo hiciste para volcar años de aprendizaje en eso?
En realidad, si el aprendizaje fue incorporado realmente, uno no tiene que hacer ningún esfuerzo en plasmarlo, sino que pasa a formar parte del vocabulario de uno, de la identidad. Desde que comencé siempre tuve curiosidad e interés por la composición, entonces hace años vengo haciéndolo, pero esta vez me pareció que todo fue tomando un hilo conductor y una personalidad, por lo que sentí que tenía realmente algo que contar. Los temas fueron hechos sin ninguna pretensión de demostrar nada, sino buscando sacar el sonido que estaba en mi cabeza.
Un disco que, tú mismo has dicho, tiene también la fusión de muchos géneros, ¿qué sentís que te aporta a la hora de crear tener influencia de tanta cosa?
Creo que amplia el horizonte a la hora de componer. Nunca me cerré a ningún genero en particular sino que a lo largo de mi vida fui tocando de todo. De todos los géneros musicales he aprendido mucho y lo he incorporado en mi forma de tocar.
¿Cuál es el género que te atravesó en la vida?
Como tuve la suerte de incursionar en varios géneros, todos me dejaron grandes enseñanzas. La música popular y la clásica fueron los que marcaron mi comienzo en la música y, por supuesto, han sido gran influencia. Y el rock ha sido también de gran importancia por la actitud y la presencia que demanda. Pero conocer la música jazz para mi fue un antes y un después, más que nada desde el punto de vista de la libertad al tocar y al componer, y por el gran componente de improvisación que tiene, que es una de las cosas que mas me apasionan y que más disfruto hacer en mi música.
En otra entrevista que te hicieron, empiezan diciendo que “sigue dando criollos el tiempo”. ¿Te sentís criollo?
En el disco, más allá de las influencias de varios géneros, creo que se siente la presencia fuerte de la sonoridad de la música rioplatense y sobre todo el litoral. Esto fue siempre algo muy fuerte con lo que me sentí identificado y me siento criollo sí, al poder dejar mi pequeño aporte para mantener vigentes nuestras raíces y homenajear a nuestros paisajes.
El 30 te vas a estar presentando en la sala de La Cretina con una fuerte impronta de jazz, ¿cómo aprendiste a tocar jazz?
Lo que tocamos con el trío no es jazz, las canciones del disco Vientos del litoral son composiciones instrumentales inspiradas en el sonido de la guitarra criolla y con gran influencia de la música del litoral. Igualmente, como el jazz es uno de mis géneros mas influyentes, parte de este vocabulario se puede escuchar en estas composiciones y, como dije antes, también la presencia permanente de la improvisación. Por otra parte, siempre en las presentaciones en vivo suelo tocar algún tema de jazz, y en este caso en el próximo toque en La Cretina, uno de los invitados va a ser el violinista Álvaro Umpiérrez, con el que vamos a tocar un tema de Django Reinhardt, el gran guitarrista francés representante del jazz gitano.
Y, como todos los géneros, el jazz tiene una historia y una razón de ser. Para ti, ¿qué espíritu tiene el jazz, siendo tocado en esta parte del mundo en esta época?
El jazz ha influenciado a muchos géneros en todo el mundo, ya que hoy en día, más que un estilo, representa algo así como una filosofía de cómo encarar la música. En esta parte del mundo hay muchos músicos que tocan jazz a la perfección, pero, para mí, más interesante aún ha sido descubrir cómo este género ha ido influenciando a la música de nuestra tierra, al tango o al candombe, por nombrar algunos. El espíritu de esta música, creo yo, es fundamentalmente la idea de libertad.
Por Federica Bordaberry
federicaborda
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla reportarcomentario@montevideo.com.uy, para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]