La temporada de premios o awards season es, probablemente, el momento más activo para la gente de cine de todo el mundo. La movida de premios se centra principalmente en Estados Unidos y, a pesar del embanderamiento woke e inclusivo del que se han jactado las ceremonias (y la industria en general) en los últimos años, es justo decir que todo continúa siendo bastante hermético y reacio a recibir o, si se quiere, reconocer filmografías de otras latitudes.

Sin embargo, cualquier persona a la que le guste el cine disfrutará ver este quilombo lleno de talento, galas, expectativas, sorpresas, snubs, y discursos que muchas veces poco tienen que ver con el cine en los treinta segundos de fama sobre el escenario, al recibir una de las tantas estatuillas doradas. Y es que, a fin de cuentas, es en este caótico y deslumbrante espectáculo donde se celebra la magia del cine.

Algunos estarán al pendiente por su devoción y amor al cine. Otros por vocación. Muchos, para validar su balance del año en base a las nominaciones y muchos otros por el simple disfrute de despotricar hacia las películas premiadas como lo mejor del año: idea estrictamente subjetiva, y que responde no tanto a la calidad de una película o artista como tal, sino más a la lógica detrás de cada ceremonia, sus votantes y muchos otros factores que nada tienen que ver con las propuestas más o menos acertadas de cada película.

Entonces ¿cómo funcionan realmente estas ceremonias? La realidad es que cada una tiene su modus operandi, pero, en general, los procesos se mantienen. Y, este año, algunos críticos de cine y periodistas cinematográficos uruguayos tuvieron la oportunidad de pasar a formar parte del cuerpo de votantes internacionales en los Globos de Oro.

Los siete seleccionados forman parte de la Asociación de Críticos de Cine del Uruguay: Agustín Acevedo Kanopa, Guilherme de Alencar Pinto, Christian Font, Martin Imer, Sergio Moreira, Luciana Rodríguez y Nicolás Medina (quien suscribe).

Aprovechando la oportunidad de ser una fuente de primera mano, y si se me permite el autobombo, compartiré con ustedes cómo es votar en los Golden Globe Awards internamente.

Foto: Golden Globe Awards

Sin pecar de hacer un recuento histórico de los Globos de Oro, pero para dar cierto contexto, se puede mencionar al pasar que estos tuvieron unos humildes inicios en 1944 y fueron hasta inicios del 2023 organizados por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA por sus siglas en inglés).

Son, en cierto punto, quienes han dirigido la nave de la ceremonia de premios, dado que marcan el comienzo de la temporada y anticipa muchos de los éxitos venideros. Su objetivo es premiar bajo el criterio de sus votantes a lo mejor del cine y la televisión del año. Y, al incluir los votantes, es inevitable desembocar en las controversias que giraron en torno a la ceremonia en los últimos años y que, de cierta manera, es la que hace que hoy votantes de todo el mundo tengan la posibilidad de participar en ella.

La extinta HFPA estaba compuesta por periodistas, críticos de cine y corresponsales extranjeros (no estadounidenses) que reportaban para medios internacionales, pero que, generalmente, residían en Estados Unidos. La cantidad de miembros era extremadamente reducida en relación a otras organizaciones y ceremonias. Eran alrededor de unas 100 personas. Para referencia, el cuerpo de votantes de los Óscar está compuesto por más de 10.000 miembros.

Pero, a pesar de sus reducidos cupos, la organización fue blanco de muchas críticas en los últimos años puesto que la representación de mujeres y personas negras era prácticamente nula. Luego de eso, los Globos se vieron envueltos en más polémicas que denunciaban que muchos de sus miembros aceptaban obsequios costosos, viajes y sobornos a cambio de su voto.

Todo eso llevó a que, a mediados del 2023, los activos y la propiedad intelectual de los Globos de Oro fuera comprada por Dick Clark Productions y la HFPA se disolviera. Con el fin de mantener vivos los Globos de Oro, limpiar su nombre y aspirar a recuperar el rating perdido en los últimos años, la multinacional ahora dueña de la ceremonia decidió apostar por un cuerpo de votantes más extenso y multicultural. De esa manera, se actualizó la lista de votantes y se sumo a más de 200 miembros, llegando a un total de cerca de 300 miembros activos de 76 países distintos.

Con esta heterogeneidad en el cuerpo de votantes, es que los Globos de Oro celebraron el pasado 7 de enero su 81° edición. Aspirando a que estos cambios estructurales abriesen la puerta a nuevas visiones a la hora de nominar y premiar, para que otro tipo de contenidos, quizás no los más tradicionales, tuvieran un espacio en la ceremonia.

Como votante internacional de los Globos de Oro, todo comienza con un proceso de selección por parte de la organización: se buscan miembros y periodistas con cierta experiencia o que trabajen para medios con un alto nivel de exposición que, en general, estén respaldados por alguna institución, que sean activos en el sector, y cuya audiencia y medios no sean calificados como medios estadounidenses entre varios requisitos.

Luego de finalizado el proceso de selección, vienen una gran cantidad de acuerdos de confidencialidad y transparencia (hay que declarar, por ejemplo, si es que se tiene algún tipo de vínculo con estudios, casas productoras, etc., o que no se aceptarán regalos por parte de los estudios y plataformas). Y, por sobre todo, se firman una cantidad de acuerdos que tienen que ver con la piratería y difusión de los materiales que se facilitan a los votantes para las nominaciones.

Succession en los Globos de Oro 2024. Foto: Golden Globe Awards

Una vez que estos procesos burocráticos finalizan, comienza la parte divertida. Conforme van pasando los meses, el correo empieza a llenarse de emails de la organización de los Globos de Oro, los estudios, las plataformas y los PR (encargados de relaciones públicas) de las diferentes películas.

Entre la lluvia de correos se encuentran gacetillas, trailers, materiales de difusión y lo más atractivo: los links de visionado de las películas y series para evaluar las nominaciones. La mayoría de los comunicados vienen acompañados del rótulo FYC (literalmente “para tu consideración” en inglés).

Estas campañas de FYC no se limitan a los Globos de Oro, sino que se expanden a todas las ceremonias de premios e incluso se trasladan al mundo real, empapelando gran parte de los espacios publicitarios en Los Ángeles.

Esta modalidad es el motivo por el cual muchas películas pasan sin pena ni gloria en la temporada de premios: a veces no es que no haya interés de los votantes por tener en cuenta ciertos contenidos, sino que es el estudio o plataforma el que decide apostar, presentar, invertir y finalmente presentar un título y otro para que, en primera instancia, llegue a ser nominado.

La lista de películas y series elegibles se revela unas semanas antes de la primera votación que define a los nominados. Algunos sellos optan por enviar para consideración todos los contenidos que puedan. Otros prefieren apostar sus fichas a unos pocos títulos independientemente del vasto catálogo de estrenos que tengan en el año en cuestión. Y, a su vez, cada contenido debe cumplir determinadas condiciones. En el caso de películas se solicita que estas hayan sido estrenadas o se hayan compartido con los votantes antes de fin de año; que hayan sido exhibidas en salas de cine de determinadas regiones o en plataformas reconocidas por un mínimo de siete días, y las condiciones siguen para cada categoría en la que un sello quiera postular una posible nominación.

Beef, ganadora de tres Globos de Oro. Foto: Netflix.

En la primera votación, donde se eligen las nominadas en base a las postulaciones de cada estudio, los votantes votan con un sistema de preferencia y se pueden elegir hasta seis opciones para cada categoría. La primera opción obtendrá 6 puntos, la segunda 5, y así sucesivamente. Este sistema es replicado en la mayoría de las ceremonias de entrega de premios y se establecen como fecha límite los últimos días de noviembre y los primeros de diciembre.

La segunda votación tiene como fecha límite la semana antes a la entrega de premios, y ya no corre el sistema de clasificación. Funciona con un sistema de favorita. Es decir, se elige una sola opción en cada categoría y de ahí salen los ganadores.

Si bien se da por entendido que los votantes llegan a las instancias de votación con una gran parte del camino recorrido en términos de visionado de película, siempre se aspira a que los votantes acudan a una sala de cine a ver las candidatas. Para eso, asumiendo que muchos de los votantes residen en Estados Unidos, se realizan funciones exclusivas a las cuales se invita a todos los miembros. En muchas de estas funciones, se cuenta con la presencia de productores, directores, actores, que aprovechan la oportunidad para participar en instancias de preguntas y respuestas, o simplemente sacarse una que otra foto con los votantes.

Tomando en cuenta la cantidad de miembros no residentes en Estados Unidos, se realizan funciones exclusivas en el resto del mundo, pero en ciudades selectas. En el caso de Uruguay, sin ser por un par de funciones específicas, se nos invitaba a funciones en Buenos Aires como punto más cercano.

A su vez, los links de visionado se comparten con todos los votantes, en el caso de algunas plataformas como Netflix. Se añade un apartado especial a la cuenta personal de cada uno donde Netflix va agregando los títulos que pretende que veas. Otros sellos, como Disney, cuentan con su propia plataforma donde se cargan las películas y series para la temporada. Muchos de estos visionados tienen límite y todos están acompañados de una marca de agua con el nombre o correo del periodista que evita que estos sean pirateados sin impunidad.

The Bear, ganadora de tres Globos de Oro. Foto: FX.

Por último, la modalidad más analógica (poco práctica, pero totalmente disfrutable) es solicitar que los sellos envíen copias en Blu-ray o DVD a la puerta de tu casa. En el auge del streaming, no todas las compañías cuentan con copias físicas de las películas, pero hay algo nostálgico en recibir, sin previo aviso, una película en formato físico en la puerta de tu casa.

Otro de los beneficios de formar parte del cuerpo de votantes de una ceremonia es la posibilidad de acceder a numerosas entrevistas y conferencias de prensa con talentos importantísimos dentro de la industria, o participar de encuentros, eventos y hasta fiestas con celebridades si uno está en el lugar y el momento adecuado para hacer uso de la invitación, por ejemplo, en un festival de cine donde las compañías y los mismos Globos de Oro organizan esta clase de espacios.

Si bien la lista de votantes es pública, se trata de una cantidad razonable de miembros y nada impide la comunicación entre ellos. Se espera que cada quién apele a su propio juicio de valor en base a su criterio. Puede suceder que se vote un proyecto que ni siquiera llegue a estar nominado, o la película menos esperada sorprenda con nominaciones y premios.

Pero la realidad es que, a pesar de que en los últimos años se han generado ciertas sorpresas que han incluido nominaciones o premios a películas de habla no inglesa y producciones no estadounidenses, los nominados y los premios siguen siendo bastante predecibles.

Este año, todo indicaba que Barbie sería la película que encabezaría la temporada de premios. Sin embargo, a pesar de todas sus nominaciones, fue opacada por películas como Poor Things o Anatomy of a Fall. Esta sorpresa en verdad no es tal: Barbie fue la película más vista en todo el 2023. Entonces, era probable que contara con una gran cantidad de votos para ser nominada.

La realidad es que hacer una votación real evaluando todos los títulos es imposible. La lista de películas elegibles consiste en más de 200 títulos. En el caso de las series — temporadas — la lista superaba los 300. Es entonces donde muchos votantes se aferran a lo que sí han visto. Sin embargo, al competir con películas concretas que al margen de las campañas de FYC llegan a las nominaciones por reconocimiento de la crítica o un camino recorrido y reconocido en festivales de cine clase A, las películas taquilleras pueden irse a casa con las manos vacías.

Poor Things, ganadora de dos Globos de Oro. Foto: Searchlight

Pero los Globos de Oro no son ingenuos. La presencia de títulos como Barbie en la ceremonia y la alfombra roja es necesaria para que la transmisión llegue a nuevas audiencias, genere interés y, sobre todo, rating. Por ese motivo, y camuflado en el discurso de que se trataba de un premio para reconocer el acto de llevar a la gente a las salas de cine, se creó para esta edición un premio al “mérito en la taquilla”.

El premio de consuelo sí fue para Barbie, pero, dado su bajo rendimiento en este primer gran evento de la temporada de premios, ya ha sido ignorada en muchas de las categorías importantes en los Óscar.

La realidad es que los cambios estructurales en los Globos de Oro y su adquisición por parte de ?Dick Clark Productions evidentemente fue acertada. La ceremonia tuvo un rating de cerca de 9.5 millones de espectadores, un 50% más que en su edición anterior.

Votar en estos espacios puede parecer banal o superficial, pero sería ingenuo no reconocer que —lamentablemente — son las ceremonias de premios las que permiten que muchas películas lleguen a las salas de cine uruguayas que cada día evidencian su falta de compromiso, cariño y, a veces, hasta criterio a la hora de programar. No es aleatorio que muchas de las películas que hoy uno puede encontrar publicitadas por los exhibidores con apliques de “ganadora del Globo de Oro”, ni siquiera estaban en el apartado de próximos estrenos antes del pasado 7 de enero.

Ser parte de los Globos de Oro, o de cualquier ceremonia de premios, es, desde el lugar que le toca a cada votante, una oportunidad para intentar hacer una pequeña diferencia (divirtiéndose mucho en el medio).