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Contenido creado por Valentina Temesio
Cine
O me das el diamante…

Festival de Cannes: “Indiana Jones y el dial del destino”, una aventura contra el tiempo

Se estrenó en Cannes y LatidoBEAT entrevistó a Harrison Ford, James Mangold, Mads Mikkelsen, Boyd Holbrook y Ethann Isidore.

26.05.2023 20:28

Lectura: 24'

2023-05-26T20:28:00-03:00
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Por Nicolás Medina
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Corría el año 1981 cuando Indiana Jones hizo su debut en la gran pantalla, las aventuras del personaje interpretado por Harrison Ford cautivarían al público con su intrépido espíritu aventurero y su pasión por la arqueología. Con Steven Spielberg a la cabeza como director, Los cazadores del arca perdida se convertiría en un hito en el cine de acción y, sobre todo, en el género de aventura. Uno bastante ausente en la filmografía contemporánea y que apenas suele colarse en alguna que otra película de superhéroes o adaptaciones de videojuegos.

Pero la aventura no se ha vivido solo a través de la pantalla, el rodaje de las películas de Indiana Jones ha sido una aventura en sí misma. Desde locaciones exóticas hasta desafiantes escenas de acción, cada entrega ha reflejado un esquema de producción y una serie de desafíos que sentaron las bases para los grandes blockbusters contemporáneos. Cada detalle, desde el impresionante diseño de producción hasta los efectos visuales y especiales impresionantes, ha sido diseñado para servir a las historias de Indy, cargadas de emoción, humor, romance, látigos y sombreros.

Desde el emocionante escape de una roca gigante en Los cazadores del arca perdida (1981) hasta el claustrofóbico encuentro en un vagón repleto de serpientes en La última cruzada (1989), las películas anteriores de Indiana Jones nos han regalado momentos icónicos que han hecho que la franquicia deje una huella imborrable en la cultura popular, maravillando a espectadores de todas las edades.

En 2023, tras 42 años desde su primera entrega y 15 años desde su última aparición en El reino de la calavera de cristal (2008), las inolvidables aventuras de Indiana Jones regresan a la gran pantalla en Indiana Jones y el dial del destino. Bajo la dirección de James Mangold, aclamado por su trabajo en Ford vs Ferrari y Logan, esta es la primera vez que Steven Spielberg no se encuentra al frente de la dirección. El estreno de la película tuvo lugar en el 76º Festival de Cannes, y aunque no compitió oficialmente por ningún premio, junto con Killers of the flower moon, de Martin Scorsese, era una de las películas más esperadas y fue de las destacadas del festival.

Harrison Ford (Indiana Jones) en “Indiana Jones y los cazadores del arca perdida”. Foto: Indiana Jones

Harrison Ford (Indiana Jones) en “Indiana Jones y los cazadores del arca perdida”. Foto: Indiana Jones

La historia de la película retoma al personaje de Indiana, esta vez en una versión envejecida y agotada de sí mismo. Ha dejado atrás sus aventuras y cacerías de tesoros para dedicarse a la docencia. Nos situamos en 1969, una época en la que el mundo se encuentra obsesionado con las posibilidades de lo moderno, y no tanto con la historia que impulsaba al intrépido personaje interpretado por Harrison Ford.

Sin embargo, como era de esperar, la tranquilidad no dura mucho para Indiana. Se ve arrastrado a una nueva aventura, esta vez por Helena (Phoebe Waller-Bridge), la hija de un antiguo colega y amigo suyo, Basil Shaw. Su misión: buscar y adueñarse de un antiguo tesoro que, según la leyenda, posee el poder de controlar el tiempo.

Es aquí donde entra en escena el villano de esta entrega, Jürgen Voller, un científico nazi interpretado por Mads Mikkelsen. Insatisfecho con el desenlace de la Segunda Guerra Mundial, Voller está decidido a obtener el tesoro a toda costa, bajo la premisa de que “no ganaron la guerra, Hitler simplemente la perdió”.

Aunque su propuesta parecía encajar a la perfección con el resto de la saga, esta película tenía muchos desafíos por delante: continuar con el legado de la saga original pero con una propuesta original; evocar nostalgia y valerse de las marcas de agua de la franquicia, pero comprendiendo que nos encontramos con un Indiana (y un Harrison Ford) mucho más adulto —lo cual sin duda complicaría las escenas de acción—; pero, sobre todo, proponer un tema que fuera lo suficientemente universal para conmover y atrapar, no solo a los fanáticos de la saga, sino también a las audiencias más jóvenes.

Y, a fin de cuentas, Indiana Jones y el dial del destino puede no ser la mejor entrega de Indiana Jones, pero sin dudas encaja a la perfección dentro de la saga, comprometiéndose a sus personajes y a su esencia.

La película opta por tomar el concepto de “tiempo” como principal hilo conductor: el paso del tiempo en la historia es tan aliado como enemigo. Ha generado paz, pero también ha potenciado el rencor y ha dado tiempo a los villanos para preparar su plan. Y, sobre todo, le ha dado a Indy mucho dolor de espalda, lo que le dificultará muchas de sus hazañas.

Mangold construye un relato que funciona muy bien en relación con el tiempo, la secuencia inicial de la película podría perfectamente encajarse en una de las entregas de la trilogía original, ahí vemos a un Harrison Ford, rejuvenecido con CGI, más vivo que nunca, estableciendo el conflicto de la película y presentando al personaje de Voller y su motivación. Luego de unos casi 20 minutos impresionantes, que perfectamente podrían ser dirigidos por Spielberg, Mangold nos lleva al presente (diegético), donde los sonidos de decenas de agujas de reloj nos remiten al inicio de Volver al futuro, de Robert Zemeckis.

De ahí en más, la estructura es bastante simple y entretenida. Persecuciones, disparos, peleas, encuentros con viejos amigos y nuevos personajes que se suman al universo de Indiana Jones, pero sobre todo va montando paralelamente la carrera contra el tiempo de Indy, Helena y Teddy (Ethann Isidore), un adolescente que se integra como el nuevo sidekick de la saga, y las hazañas y las cantidades de golpes que recibirán el maquiavélico villano interpretado por Mikkelsen y su torpe minion, Klaber (Boyd Holbrook).

Indiana Jones. Foto: Indiana Jones

Indiana Jones. Foto: Indiana Jones

Desde Latido BEAT accedimos a una habitación en las instalaciones del Carlton Hotel en Cannes (uno de los hoteles más impresionantes de la ciudad, ya que alberga a talentos, celebridades e importantes representantes de la industria del cine), para entrevistar, sentados en una mesa redonda, al director y los protagonistas de la película, que iban entrando en tandas de habitación en habitación para charlar con críticos y periodistas.

La alucinación que se genera en todo este circo (muy divertido y curioso) para llegar a la entrevista con los talentos es difícil de describir, ya que uno puede llegar a sentirse anonadado al ver a sus héroes de la gran pantalla. Sin embargo, estos héroes no dejan de ser humanos y personas extremadamente cálidas y amigables, que no dudan en saludarte y valorar tu trabajo, así como uno valora el de ellos.

Harrison, ¿cómo te sentiste al volver a interpretar a Indiana Jones por quinta vez? ¿Sentiste que querías terminar esta franquicia bien arriba?

Harrison Ford (actor): No sé si necesariamente “arriba”, pero sí completar la historia de una vida humana. Porque pasamos 40 años con este tipo —Indy—, que es casi toda una vida. Y yo quería verlo frente al desafío de la edad. Y para un tipo así, para un aventurero, ser reducido a la ciudad y a una vida de enseñanza, a pesar de que yo personalmente valoro mucho la enseñanza, en un momento donde el valor de la enseñanza está aparentemente perdido en sus estudiantes, era un verdadero conflicto. Sus estudiantes no están tan interesados en el pasado. Están interesados en su futuro. Todavía no han entendido que su futuro se construye sobre nuestro pasado.

¿Por eso visitan el pasado al inicio de la película?

H. F.: Jim [Mangold] lo dijo el otro día, todo el valor emocional y dramático de la primera parte de la película, los primeros 20 minutos, no es tanto para estimular la nostalgia de ver a los personajes originales todavía vivitos y coleando, sino para visitar un mundo en blanco y negro. Hay sombreros blancos y sombreros negros. Hay gente que no necesita ser admirada. Y las historias y ese tipo de mal todavía existen hoy. Y tenemos una maldita guerra aquí, a 400 millas. Eso es una locura. Y no podemos vivir de esa manera. No podemos vivir en este planeta de esa manera. Y entonces llega la segunda parte de la película. El mundo ya no es blanco y negro. Es de tonos grises. Es complicado y estos niños están creciendo en un mundo sin brújula moral hasta cierto punto.

¿Es por eso que integran al personaje de Helena, interpretado por Phoebe Waller-Bridge?

H. F.: Exacto. Este personaje joven, el que interpreta Phoebe, es la articulación de esa realidad, ¿sabes? Y por eso su proceso es tan crítico para la fuerza de la película, que la relación entre su personaje y el mío es una de las relaciones más profundas que la serie ha creado y presentado. Y ella es tan comprometida y elegante como intérprete que lo logra muy bien.

Una de las principales motivaciones en la saga siempre ha sido la búsqueda de un mayor conocimiento y de entender cómo funciona el mundo. De entender de dónde venimos, no solo de acción y explosiones, a pesar de estar muy presentes.

H. F.: Sí. Creo que es lo que impulsa todo, pero lo difícil siempre al hablar de una película es de qué parte de la película estamos hablando. Así que la apertura de la película es, en parte, sobre la alegría, la aventura y la lucha de los sombreros negros y la victoria, es todo impresionante. Y luego está el corte duro al presente en el 69. Y eso es como, “bien, lo hice, pero aquí estoy, no dura y no puedo hacer ese tipo de aventuras nunca más, porque mi cuerpo no puede soportarlo; y B, el mundo ya no me da esas oportunidades”. Y así. Ahora la película tiene un montón de opciones. No creo que Indy haya dejado de preocuparse y de querer conocer el mundo, pero ya no tiene fuerzas para hacerlo. Marcus se ha ido, su mujer se ha ido, su hijo se ha ido. El mundo ha cambiado. La gente piensa en otras cosas y no en el pasado. El rock and roll ha llegado, el modernismo ha llegado, los viajes espaciales han llegado, la política real ha llegado. El enemigo de mi enemigo es mi amigo. Están sucediendo guerras que no entendemos de qué van… que es un momento completamente diferente al momento en el que estábamos [en la película] solo cinco minutos antes, y eso en casi todos los niveles, así que no siento que Indy renuncie a querer aprender, creo que eso está en su ADN. Pero creo que está en un lugar donde hay menos aventuras y un público menos animado por lo que él —Indy— tiene que compartir.

Entonces, ¿qué crees que es lo más importante de este regreso, luego de casi dos décadas?

H. F.: Yo ambicionaba una historia que tuviera en cuenta una realidad. En los personajes en su contexto y esa realidad. Y más concretamente, la presencia de la edad. Y quería que tratara de eso porque es lo que me mueve en este momento de mi vida. Y me conmueve. Y estimula mi imaginación y es lo que es —Indy— en esa etapa. Y no es algo que se haga a menudo, ya sabes, se trata eso de varias maneras de vez en cuando en una película, pero no se hace en este tipo de películas populares. Y aparte esto no es una corriente interminable de chistes sobre viejos. Creo que esto es más complejo y la textura que tiene, y sé que esto es algo que Jim [Mangold] logró en el guion.

¿Tenías alguna expectativa sobre lo que podría llegar a ser Indiana Jones hoy hace cuarenta años?

H. F.: Nunca pienso así. Ese es el tipo de cosas que los críticos de cine saben y especulan, yo solo quería terminar mi maldito día de trabajo con algo de autoestima [cuenta entre risas]. Y eso suele ocurrir cuando hay una conexión con un cineasta muy fuerte. Y yo he tenido la suerte de trabajar con la vieja y la nueva escuela. Fui a la guardería, fui a preescolar con gigantes del cine y, luego, el mundo ha cambiado y hay una nueva franja de genios. Y mi suerte es que mi historia, la historia de mi carrera, es acerca de lo mucho que hay que aprender, y cuántos grandes maestros están ahí fuera y cómo las experiencias te cambian cada vez que hay un gran director. Por eso lo hacemos, para reinventarnos, para reorganizarnos.

James Mangold (director): Esa fue una de las razones por las que me interesé en la película. Vi todas las posibilidades y responsabilidades. Conocía de primera mano el tipo de retos que se plantean con las franquicias, con el nivel de presión y expectativa, y la creencia casi religiosa y ferviente de los fans de un tipo u otro. Lo que algo debería o no debería ser. Pero lo que me atraía de hacer esto, más allá de la idea de una historia, era la camaradería y las lecciones que iba a aprender de… Cuando él dice [Harrison] “he trabajado con leyendas”, ahora puedo decir que yo también lo he hecho. Y no me refiero solo a Harrison. Me refiero a Kathy [Keneddy], Steven [Spielberg] y John Williams componiendo la banda sonora, entre muchos otros.

¿Y cómo fue este proceso? Porque sin dudas suena como un gran desafío.

J. M.: Estuvimos un año de rodaje. Y te acercas, te entiendes y aprendes cosas trabajando con un actor del calibre de Harrison. No es solo trabajar con un actor, sino con alguien que conoce mi trabajo como director. Y eso no es una amenaza. Es solo que él entiende lo que estoy haciendo y no tengo que decirlo, pero también significa que él ve que podría conseguir algo que me estoy perdiendo y me lo hace saber. Si eres lo suficientemente fuerte como para ser abierto, cosa que yo no siempre soy, pero todos luchamos por serlo, es donde vas a aprender. Y ciertamente tuve la oportunidad de mi vida para hacerlo.

¿Cuán involucrado estuvo Steven Spielberg en la película? ¿Cómo fue el proceso?

H. F.: Todo fue extraño. Siempre ha sido extraño, pero tenemos una larga relación Steven y yo, y Steven tiene una increíble gracia y generosidad. Es parte de él y hablamos mucho. Las manos de Steven están por toda la película, pero no en el mal sentido.

J. M.: Creo que seguimos el ADN de algo que él [Spielberg] construyó con Harrison hace muchos años. Así que es una especie de… hay un diálogo continuo. A menudo digo, con respecto a Steven, que he estado aprendiendo de él mucho antes de conocerlo; yo estaba haciendo películas y viendo sus películas y estudiándolas plano a plano. Así que, como he dicho, esto se convirtió en una oportunidad de conocer a mis héroes en igualdad de condiciones y jugar con ellos, que es una especie de sueño; difícilmente podría soñar que me convertiría en un director de cine real. Y mucho menos uno que está trabajando con mis héroes cuando empecé y de esta manera. Quiero decir, Harrison está siendo cauteloso por respeto a mí. Pero, por supuesto, sus manos están en la película. Es su visión, escribió los primeros capítulos de este libro con otros, pero en un sentido visual, por lo que todo lo que estamos haciendo es una reacción a, o un tributo, de un río que inició el.

¿Qué dijo Steven Spielberg sobre el corte final?

J. M.: Estaba muy contento con la película. No solo vio el montaje final, vino y nos visitó muchas veces en el set y vio las pruebas diarias mientras rodábamos. Incluso los fines de semana, durante el rodaje de The Fablemans, él y yo hablábamos y nos contaba lo que veía y lo que le gustaba, y creo que es casi imposible describirlo. Sería demasiado cínico para creer lo cordial, cálido y elegante que fue el proceso de esta película entre todos los involucrados. Fue la película políticamente menos complicada en la que he participado en mi carrera, y no tiene sentido si nos fijamos en los “actores” involucrados, pero es absolutamente cierto.

Saltando al villano de la entrega, al personaje de Mads Mikkelsen, ¿podrían elaborar sobre su frase “no ganaron la guerra, simplemente Hitler la perdió”?

J. M.: La línea es estrictamente para mí sobre Mads estableciendo hacia dónde va la historia y su personaje, que es eso. “Mi líder la cagó, así que voy a volver atrás y arreglar lo que jodió”. Y para nuestro gran beneficio, las malas decisiones que tomó a partir de ahí mueven la historia.

H. F.: Algo de lo que Jim y yo hablamos antes de que empezara la película, y que apareció en una línea de diálogo, es esta idea de “he visto muchas cosas en mi vida”. Y eso es real, hay muchas cosas que he visto y no puedo explicar. No puedo explicar el mal. No puedo explicar por qué se tolera. No puedo entender por qué estamos sentados aquí y hay una guerra justo ahí y lo permitimos. No es tanto lo que la gente cree, es lo mucho que lo cree y si crees algo sin prestar atención a su complejidad. Es ahí donde hemos sido disgregados, a propósito; ya sabes, hay un proceso comercial para dividirnos unos contra otros cuando todos sabemos que, si no nos juntamos y resolvemos las cosas, es como invitar al diablo a una boda. ¡Así que júntense, amigos! [exclama el actor como si estuviera apuntándole a una cámara]. Pero lo que une a la gente en dos horas es una experiencia humana común, una experiencia emocional, en la oscuridad, con buena música preferiblemente. Así que volvamos a los cines e intentemos calentarnos el alma unos a otros.

Luego de que Ford y Mangold abandonaran la habitación, se hicieron presentes en esta Mads Mikkelsen (quién ha interpretado a una gran cantidad de villanos en distintos tipos de películas en los últimos años y, sin embargo, posiblemente el más simpático, amigable y divertido de todos los entrevistados), Boyd Holbrook y Ethann Isidore, a quienes también entrevistamos y con quienes hablamos de qué implicó para ellos formar parte de una saga tan importante.

Ethan, ¿cómo fuiste seleccionado para actuar en una película tan importante?

Ehan Isidore (actor): Bueno, sucedió muy rápido, en realidad fue bastante sorprendente. Volvía del colegio, iba a saludar a mi madre y me dijo que mi agente había recibido una llamada del director de casting diciéndonos que tenía que ir a una audición en París para una gran película de aventuras. No dijeron para qué, pero lo supusimos. Así que fui a la audición. Me lo pasé muy bien y luego salí de la sala y vi como a 15 chicos esperando, y me dije, bueno, seguramente no sea yo. Y, unos días después, mi madre me dijo que teníamos que hacer las maletas para irnos a Londres porque el director James Mangold quería verme. Me puse muy contento y fui a hacer la audición con James, me lo pasé muy bien; tres días después recibí otra llamada diciéndonos que iba a actuar en Indiana Jones cinco [cuenta el joven actor con mucha emoción].

Mads, en muchas películas de Hollywood tu rol termina siendo el del tipo malo, ¿crees que hay cierta idea de que naciste para eso?

Mads Mikkelsen (actor): Parece ser el caso en Estados Unidos, sí. ¿Podría ser el acento? No lo sabremos [dice riendo el actor danés]. Sí, cuando haces algo bien en Estados Unidos ellos tienden a decir, “bueno, vamos a hacerlo de nuevo”. Y obviamente no quieres repetirte. Así que estás esperando algo que sea un poco diferente. Pero estoy feliz. Hago chicos malos allí, hago otros personajes en casa, es una buena combinación.

¿Cómo fue el proceso de-aging para la secuencia inicial?

M. M.: Tenía curiosidad por saber cómo iban a hacerlo, porque sabía que conmigo habían hecho algo distinto a lo que hicieron con Harrison. Y el día del rodaje yo tenía 56 años, y tuvieron que hacerme parecer de 28 años, así que me tiñeron el pelo de negro. Así que parecía una anciana en el set de la película, pero también hicieron ajustes con CGI y creo que hicieron un trabajo bastante bueno.

A pesar de ser villanos, ¿qué es lo que más les gusta sobre sus personajes?

Boyd Holbrook (actor): Bueno, creo que mi personaje no tenía que ser el cuchillo más afilado del cajón para querer unirse a esta fiesta. Y pensé que era una buena idea, genera una especie de idea de yin y yang. Los científicos brillantes a los que les salen las cosas mal, y él es una especie de perro faldero que va a hacer sus mandados e interpretar a alguien que es tal vez un poco, digamos, “tonto”. Es divertido y tal vez no tan difícil. Creo que sus elecciones no son las más inteligentes, pero originalmente el personaje estaba escrito como alemán y le dije a Jim [Mangold] que no quería interpretarlo con acento alemán. Así que lo modernizamos y lo hicimos americano, pero un americano al que nadie más quiere. Así que este tipo —el personaje de Mikkelsen— lo quiere. Es un compañero leal que intenta aprender alemán y formar parte del club y cree que se sube al barco, pero lo hace antes de tiempo y el barco se hunde.

M. M.: Bueno, mi personaje es un científico. Es un apasionado de las matemáticas y luego tiene que ser parte del partido [nazi], lo cual no era una opción para su personaje en esa época si eras un científico de alto rango. Así que creo que el científico es la mayor parte de él y la ideología viene de esta época. Pero si se puede combinar los dos, es un gran día, hay un gran personaje. Y a su vez, al igual que Indy, él tiene esta pasión, tiene su sueño de hacer del mundo un lugar mejor y etcétera, pero sus métodos definitivamente lo hacen un villano.

Hay una escena donde el personaje es atendido por un mozo negro, la que resulta extremadamente fuerte y establece muy bien a tu personaje. ¿Qué piensas de esa parte?

M. M.: Es una gran escena, eso es bastante franco. Me encantó. Pensé que era absolutamente correcto para un hombre que viene de ese mundo ver algo así y no entenderlo, un hombre negro tocando sus papeles, limpiando su escritorio… fue un poco desesperante. Tuvimos una pequeña charla antes de hacerlo, obviamente, porque era muy borderline, pero nos gustó a los dos actores, así que la hicimos. Ese es el personaje.

B. H.: Creo que es el centro de todo. Eso es lo más oscuro que los personajes pueden ir. Y funciona como un recordatorio para la audiencia de que las cosas no son como deberían ser.

M. M.: Son dos mundos que chocan. Me pareció una escena desgarradora, fue brutal de ver.

¿Cómo fue integrarse en el universo de Indiana Jones?

E. I.: Bueno, yo ya había visto todas las películas. Mis amigos y yo las vemos todo el tiempo. Me encanta La última cruzada. Es mi película favorita de la franquicia de Indiana Jones. Y cuando me enteré de que iba a participar…, me emocioné mucho cuando me enteré y con mi familia lloramos como 10 minutos sin parar. Me lo pasé muy bien con Harrison Ford. Es un tipo muy agradable. En realidad, es como un niño grande, no para de hacer bromas. Lo pasamos muy bien con Phoebe también. Es muy simpática. Tenemos un apretón de manos especial. Y sí, fue muy divertido rodar con ella. Es muy inteligente y ambos son increíbles actuando, Harrison y Phoebe. Están haciendo bromas todo el tiempo, pero cuando escuchas el “acción”, se convierten en otra persona y eso es bastante increíble de ver.

B. H.: Yo nací en 1981, que fue cuando se estrenó la primera película. Vi la segunda luego con mi hermana y mi padre en nuestro living. Fue instantáneamente como salir a jugar agarrar un palo y hacer de cuenta que era un látigo. Eso es lo hermoso de estas películas, juegan con tu imaginación, vives estas aventuras, y luego vuelves a ver la primera y ver la segunda y quieres la tercera, y terminas viéndolas 30 veces. Pero cuando eres niño solo quieres ser un niño, no quieres ser actor. No es hasta más tarde en la vida que ese sentimiento se da. Pero incluso entonces ni siquiera puedes pensar en estar en una película de Indiana Jones, o incluso en una franquicia de Steven Spielberg, es demasiado surrealista.

M. M.: Eso es, Indy nos atrapa. Nos atrapa balanceando su látigo y nos lleva con él. Yo sigo experimentando la misma sensación a esta edad. Tenía 15 años cuando se estrenó. Alquilé una caja de películas con mi hermano. Creo que la segunda película que vimos fue Los cazadores del arca perdida y no vimos las demás. Solo vimos esa. Y creo que para todos los que han sido directores y actores de mi generación han sido películas fundamentales. Todo el mundo las ha visto y han sido una de las razones por las cuales hacemos lo que hacemos. Fue como una semilla que nos implantaron en el cerebro.

¿Cómo fue trabajar con James Mangold? Tenía mucha presión al hacerse cargo de una franquicia tan importante.

B. H.: Yo trabajé con él anteriormente. Jim tiene la increíble habilidad de darte una nota íntima a 30 metros de distancia delante de todo el equipo. Nunca he conocido a una persona más apasionada por lo que hace. Es la representación de la resistencia mental. Él solo aspira a la excelencia. Así que, por pequeño que fuera el papel, sabía que sería una experiencia increíble combinada con todo el legado, Harrison y teniendo a Mads como mentor.

M. M.: Jim es exactamente así. Yo tenía la corazonada de que no tenía miedo de asumir y meterse en esos zapatos porque se los dieron, se los ganó, no fue algo que tomó. Lo único de lo que quería asegurarse era que, no solo estaba haciendo una película de Indiana Jones, estaba contando una historia. Así que se centró en la historia que quería contar y no solo en la parte del legado. Fue muy importante para él y creo que tomó la actitud correcta.

El género de aventura se ha dejado de lado en las producciones de los últimos años. ¿Creen que las nuevas generaciones necesitan un nuevo Indiana Jones? Por qué no hay películas de aventuras como Indiana Jones, Piratas del Caribe o La Momia, por ejemplo.

B. H.: Necesitamos autenticidad en un mundo digital. Necesitamos esa calidad humana y necesitamos a alguien que escriba esas historias. Y tenemos que animar a la gente a crearlas en lugar de simplemente reiniciar algo una y otra y otra vez.

M. M.: Lo único que me recuerda un poco a Indiana Jones es Burt Lancaster en los años 40 y 50 y las películas de piratas que hizo. Indiana Jones lo lleva a un nivel completamente diferente. Así que no se puede copiar, puedes inspirarte y encontrar algo diferente. Eso nos hace salir volando, juega con nuestra imaginación. ¿Qué tiene de bonito? Creo que toda la moral ética de 2023 no forma parte de esto. Es una historia con la que todos podemos identificarnos, no nos atiborran con nuestra moral actual, lo cual es muy liberador.

Luego de su estreno en el Festival de Cannes, Indiana Jones y el dial del destino se estrenará en Uruguay el 29 de junio distribuida por RBS Entertainment, quienes nos consiguieron el espacio para hacer esta entrevista. La última entrega de Indiana Jones será probablemente uno de los mayores éxitos de taquilla del año. Mientras tanto, es un buen momento para ponerse al día con las cuatro películas originales.

Por Nicolás Medina
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