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Música
Sentidos 360

Helen Olhausen, el sonido de la música experimental y sus cuatro frentes

La artista uruguaya estará presentando el disco Romperse el 19 y 20 de abril en la Sala Zavala Muniz.

14.04.2022 09:40

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2022-04-14T09:40:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Lo que llegó no es algo muy explicable. Tampoco es algo muy tangible. Es algo que no se puede detener y que, obviamente, ella estaba disponible y abierta a escuchar. “Una vez que existe el compromiso hay que trabajarlo de otra manera, no es que se crean solas las canciones”, dice Helen Olhausen. Así fue como llegó Romperse, su último disco, que fue grabado entre marzo de 2019 y octubre de 2020 en Bella Vista y Montevideo, en Estudio de los Campos. Ese disco que salió en diciembre de 2020.

De alguna manera, esa artista que es salteña y que ahora vive en Montevideo, se puso al servicio de toda esa música que le llegaba. Se transformó en la mensajera de ese gran mensaje llamado disco. Ahora que los aforos están completos y que los espectáculos ya no se suspenden, ahora que en Uruguay pasó la pandemia, Helen y la banda que la acompaña presentarán el disco con una “experiencia musical”. Será el 19 y 20 de abril, a las 20:30 horas, en la Sala Zavala Muniz.

Me gustaría empezar analizando la descripción del show que vas a estar presentando. Aparecen tres características centrales y, la primera, es que es una experiencia musical. ¿Por qué?

El enfoque pasa por ahí y no tanto por decir es un toque, como siempre decimos, por el lugar en el que lo estamos viviendo y el lugar en que lo estamos creando. Es desde el lugar en el que yo vivencio la música, que es más desde atravesar mi cuerpo y no es tanto desde “esto está armado de esta manera”. Es sentirnos y escucharnos, va un poco por ahí la experiencia.

También porque estamos involucrando muchas más cosas, no solo lo audutivo. Queremos salir un poquito del oculocentrismo y que en algún momento puedas cerrar los ojos y meterte más en el mundo de la experiencia, que todos los sentidos tengan esos puntos de deleite altos. Por eso es que, por momentos, vamos a apuntar a tener mapping.

También estamos apuntando a tener proyecciones muy definidas y que estén buenas. Además, vienen de un lugar, que tampoco quiero spoilear, pero van a venir de un lugar que no es el común. La proyección no viene del directo, que es lo que pasa siempre, sino que va a haber ríos recorriéndonos, aguas. La idea es que hayan aguas. Sofi Córdoba (visuales) y Manu Vilanova (dirección de arte y escenografía), que son las que están en el diseño de escenografía, son las que están encargadas de eso. Por eso el tema de la experiencia, también, la escenografía que es importante.

No vamos a estar sobre el piso normal del Solís, va a ser otra cosa donde vamos a estar. También, como musiques, vamos a estar más al servicio de la música. La forma en que vamos a estar en el escenario no es la convencional de un toque, no buscamos que fuera yo en el front y el resto detrás. Estamos todes ahí creando esa experiencia y no hay jerarquías.

Otra de las características es que el eje central es tu disco Romperse, ¿cómo es armar esta experiencia en base al disco?

Lo que pasó con este disco es que cuando yo lo saqué fue en plena pandemia. Siempre pasaba que cuando queríamos presentarlo no podíamos porque no se podía planificar y tampcoo la banda tenia energías para ensayar. A mí me llevó a un lugar muy bello, que fue de tocarlo sola muchas veces. Fue como una transformación en las canciones.

Hablamos de eje central del disco porque es un mapa. Está marcando el mapa de esa obra, pero yo creo que ahora se transformó en otra cosa, más que eso, y se abrió. Cuando hablamos de ríos y de aguas, como que se bifurcó, y las canciones se transformaron.

También va a haber una instancia en la que yo voy a presentar un poquito más en dónde estoy ahora, qué siento. Por ejemplo, en Romperse, hice la práctica de componer las canciones de una forma muy pop. Pop en la forma, verso y estribillo, aunque están bastante rotas. Muchas de ellas tienen otras formas y esa soy yo, y lo que está pasando ahora es que me estoy abriendo un poco más de eso.

Va haber una instancia en la que yo presente un poco más lo que viene y me parece que habla de eje central porque no queremos movernos de ese foco, porque es importante celebrar esa presentación y esa experiencia de esa manera. La pandemia nos transmutó y el nombre del disco viene de la pandemia. Yo compuse canciones del disco durante la pandemia, creo que una o dos, entonces es un disco que se vio atravesado por toda esa instancia y experiencia humana que todavía estamos viviendo. Recién ahora se abren los aforos y es otro tipo de celebración.

Una tercera característica es que vas a estar presentando canciones nuevas, ¿cómo creés que el público va a recepcionarlas? ¿Te interesa la forma en que las recepcione?

Lo que yo voy a hacer con esas canciones es sumar y respetar un poco lo que estamos presentando hoy, pero también hablar de lo que va a venir y desde esa transformación, desde otra soltura. También, lo que provoca un primer disco es que le des muchas vueltas a las cosas y yo siento que en esta instancia, lo que yo me estoy permitiendo, es el cómo puedo soltar un poco más y puedo mostrar un lo que es el proceso de construcción. Hablamos de canciones nuevas, pero probablemente mi momento sea más un transe donde entremos todes y después salimos de nuevo a canciones definidas.

No voy a estar esperando lo que pasa del otro lado. Me parece que mi forma de interpretar es desde meterme en un lugar de auto disfrute, de placer, de decir, “yo sé al lugar al que entro y sé que en ese lugar abro puertas de determinada manera para que entremos todes”, pero no estoy pensando en cómo voy a abrir la puerta. Yo sé que se abren. Obviamente que siempre va a haber una repercusión. También me pasa de tocar estas canciones nuevas para mi novia acá en casa y, de repente, se queda cantando la melodía. Entonces, sé que funcionan y eso está bueno.

El que siga leyendo la descripción se va a encontrar con las palabras “dejar ir las partes que ya no necesitamos”, ¿cuáles son?

A mí el nombre del disco se me presentó. Me generó mucha incomodidad y si me generaba eso estaba bueno salir del lugar de confort, que entre y que vaya a donde todavía queda eso. Si yo hice las cosas de “esta” manera en el anterior y aprendí “esto” en este, quiero hacer esto otro, porque también para eso estamos aca, para experimentar. Cuando hablabas de cómo va a ser la recepción del público, hay momentos en que te da un poco de miedo pensar a dónde está yendo esto, qué va a pasar, pero creo que quien está y quiere estar, va a estar. Sino, hay una pieza que podés seguir experimentando y disfrutando.

Creo que no soy yo que va a decir, en concreto, cuáles son esas partes. Me parece que cada quién va a sentir en qué lugar pasó eso y creo que va por ahí. Para mí lo que pasó con la pandemia, y lo que pasó con el disco, fue esa enseñanza de que lo que creíamos que estaba todo armado y todo muy construido, se rompió totalmente. Creo que eso fue como un click, que está bueno verlo representado dentro de ti y ver en qué lugar tocó.

La idea, también, es que nos recorra el fuego como agua. Hablemos de esta contradicción o, en cambio, de eso que tienen en común el fuego y el agua en su forma de recorrer.

De lo que habla eso es un poquito de la alquimia, el poder de transformación y el poder de encontrar esos contrastes dentro. Va a ser una experiencia donde yo muchas veces paso por esos lugares, de un lugar muy dulce y emocional a otros extremos. Pasa por ahí y, en realidad, todo es lo mismo. Las etiquetas o las barreras son lo que hay que romper, en cierto sentido. Entender que, como hay una cosa, está la otra, y que las podés ver de determinadas perspectivas y cambiarlas. Pasa muy por ahí, luz – oscuridad – sombras, está todo muy conectado. La gráfica de la experiencia tiene eso. Tiene el fuego, pero también están los grises y está el hielo, que creo que es un contraste. Como que marca un camino distinto a lo que es la tapa del disco, que es mi cara, vulnerable, mirando directamente ojos y rojo. Este otro empieza a decir que hay agua, hay frío, y empieza a hablar desde otro lugar.

Todo esto que me contás es experimentación, pero también es exponer la intimidad, ¿cómo es eso de mostrar la intimidad frente a un grupo de extraños?

A mí lo que me pasó es que tuve que pasar por el lugar de hacerlo primero, entenderlo y poder desapegarme de eso. Entender que a mí me hacía bien y, de repente, a alguien más también. Eso fue lo que demostró que por ahí iba y que no es tanto “yo soy dueña de todo esto y si vos lo sabés a mí me va a generar todo esto”. Nos pasa a todes y las canciones tienen ese poder de que están ahí para que tú las tomes y para que sean más tuyas que mías. Creo que desde ese lugar es desde donde yo las vivo. Igual, me gusta la exposición y la vulnerabilidad, y no lo sufro. Me gusta, obviamente, que de alguna manera las letras puedan ser compuestas para decir algo que tú lo interpretes como quieras. A mí me pasa mucho con muchas canciones y siempre elijo no decir qué son, para que sean tuyas, porque es así para mí. Mi arte pasa por ahí.

Hay algo de universal en tu intimidad, entonces, en que puede ser tanto tuya como mía.

Sí, totalmente. Si un día llega una canción que llegó a mí de alguna manera, y yo la interpreté, la bajé, compuse una letra y una melodía, es porque esa canción tenía que llegar a ti porque la necesitabas. O porque había algo que tú estabas vibrando que llegó a tu energia. Fusite vos, en realidad. Quien esté es porque está vibrando con eso y lo quiere vivir.

Van a estar en una sala que tiene cuatro frentes, ¿cómo es cuidar un show desde todos lados? ¿Qué tienen en cuenta?

Cuando hablamos de cuatro frentes, hablamos de una circularidad. Yo tuve que aprender a presentar círculos porque siempre fui muy de vivirlo desde la individualidad. Esta presentación me rompió, en ese sentido, y me transformó. Creo que ahí es donde está ese sostén y ese soporte para que eso pueda suceder. Hay seres especifícos que están pensando cómo lograrlo y que tienen su energia puesta ahí para que eso esté cuidado.

No solo las personas van a hacer que el show sea circular, sino también las visuales, la escenografía, todo ahí va a estar actuando para que eso suceda. Nacho (Ignacio de los Campos, sintetizadores, guitarra y voz), por ejemplo, decía que siempre quiso tocar y que le vieran las manos, que vean cómo toca las perillas. Eso está bueno. Habla de buscar otras perspectivas y de transformar lo que es esa visión. Esto es 360 y lo que demuestra es otra apertura, es una apertura a ser vulnerables y a mostrarnos desde ese lugar. Sin embargo, con otra fortaleza que nos da otra visión.

El cuidado esté en el momento en que yo, como humana, me pongo en un escenario diciendo, sí, soy 360 y probablemente en un momento me veas la espalda. Eso es salir un poco de lo normal, de te miro y más nada, porque también sale de esa cultura oculocentrista porque para algo habitamos el mundo sonoro y de las frecuencias. Lo que permite es poder cerrar los ojos y habitar otro lugar, invita a otras cosas.

En varias partes he leído que “sonido electrónico, guitarras reverberantes, armonías vocales y percusiones mínimas” es tu sonido típico, ¿vos creés eso?

Eso describe bastante bien lo que es el disco en sí, pero que no quiere decir que el día de mañana siga haciendo eso o me quede en ese lugar. Muchas veces me preguntan qué toco y yo siempre digo que toco la guitarra. Y me olvido de que canto, pero me parece que el eje central es la voz.

No siento que, si el día de mañana, quiera no poner guitarras reverberantes y poner guitarras distorsionadas no lo voy a hacer. Lo que más caracteriza es, quizá, la forma, pero tampoco me gusta decir qué hago esto cuando me preguntan. Tampcoo es que lo pueda decir, doy muchas vueltas a algo y termino diciendo, “escuchá el disco”. Sin embargo, sí es lo que describe un hoy, que no significa que mañana no sea distinto.

Hablando de cantar, que es algo que me comentabas, me gustaría hablar de otra cantante, de Estela Magnone. ¿Qué tiene que ver la canción Piel con ella? ¿Hay algo de ella ahí?

En la forma en que yo compongo intento hacerlo de forma muy despojada, no voy a ningún recurso específico antes y me gusta eso. De hecho, cuando me doy cuenta que me está pasando, que me estoy aproximando a algo y me suena a tal cosa, lo dejo. No quiere decir que no lo quiera hacer, pero elijo no ir a ese lugar mental porque si a mí ya ese momento me está llevando a un recurso mental, no lo quiero. Prefiero que entre en un lugar mucho más subconsciente.

Foto: Camila Montenegro

Foto: Camila Montenegro

Te digo Estela Magnone porque a mí me lleva ahí, pero de la misma manera que está ella están todo el resto de las influencias de tu vida.

Claramente, sí. Lo gracioso de todo esto es que nunca puedo decir, “es esta influencia en esta canción”. Capaz que a nivel letrístico sí porque yo busco las letras de determinadas maneras y entiendo que, a medida que más las busco, más eso se forma y ya salen mucho más fáciles, pero siempre fue lo que mas tuve que trabajar, las letras.

En una entrevista con Radio Pedal, sobre cómo comenzaste en la música, dijiste “yo solo quería jugar”. ¿Sigue siendo un juego esto o dejó de serlo?

En ese momento, y en la forma en que lo dije, es algo que siempre pienso y hablo con una amiga. Hay un momento en nuestra vida en que todo lo que hacemos se convierte en un, “estoy haciendo esto para tal cosa”. Los niños y las niñas juegan por jugar y no están pensando en, “voy a jugar para que esto pase”. Es, “voy a jugar para estar presente, para disfrutar, para que esto me dé lo que yo estoy buscando”, pero no desde ese lugar de poner esta fichita acá para que pase esto.

En sus inicios sí, claramente era, “me voy a sentar a jugar”, pero hoy siento que cumplo el rol tanto de mapadre como de hije, que intenta que el lugar de juego sea el más ameno y construido lo mejor posible para que eso se dé con un disfrute. Entonces, la respuesta es sí y no. No, por un lado de que hay que construir y hay que trabajar, pero eso hace que el día que se da el toque lo puedas vivir desde ese lugar, más desde mover las fichitas y no estar pensando.

Con Ceci Simón siempre charlamos esto de poner los ojos no tanto en que me van a estar mirando y que tengo que tocar de esta manera, sino en mí misma. En decir, “qué tengo anotado yo, para mí, cómo me gustaría impresionarme a mí misma hoy”.

“Las canciones, cuando estuvieron prontas, vinieron y me dijeron su nombre”, dijiste en esa misma entrevista. ¿Eso qué quiere decir? ¿Qué tenés como un daemon que te susurra inspiración al oído? Es un concepto re griego ese.

En parte, mi filosofía viene muy de ahí, de ese pensamiento más griego del genio, de ese desapego, de que eso está ahí y no soy eso todo el tiempo. Porque si soy eso todo el tiempo es muy cansador y hay momentos en que te vas a poner al servicio. Va a estar ahí y lo mejor es que te encuentre trabajando. Eso también es una práctica, pero mi forma de habitarlo es desde ese lugar, para que no te lleve a un lugar de constante darle vueltas. Con este disco anterior pasó esto de que existe la pieza y después ver cómo se llama. Todo puede romperse y puede ser, yo permito y las dejo.

La obra en cierto sentido es sí misma, cobra vida propia que es ajena a la tuya, aunque estén muy vinculadas.

Sí, claramente. Pasa eso con canciones que tienen determinada letra y me doy cuenta que lo vivo mucho más adelante en mi vida, a esas instancias. No es algo que viví y que estoy contando. También es permitirles hablar de algo que todavía no pasó, o que va a pasar.

Por Federica Bordaberry