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Música
De Rosario al Este

Ike Parodi: “El rock uruguayo tiene una parte afro, soul, que la música argentina no”

El artista hace su octava temporada en Punta del Este y conversa sobre música uruguaya, sus influencias del country y su trayectoria.

09.01.2024 17:07

Lectura: 13'

2024-01-09T17:07:00-03:00
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Por Sofía Durand Fernández
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Ocho años atrás, Ike Parodi llegó a Punta del Este a hacer temporada por primera vez. Un amigo abría un bar en la Juanita y necesitaba que alguien lo ayude. El bar era Ferona Club Social, Ike Parodi volvería a los escenarios del Este.

Sea Medio Y Medio o en Pionero, en producciones propias o contrataciones privadas. Con Zorrito Van Quintiero & los Gustocks, solo, con amigos o con su proyecto solista junto a Los Picantes. Parodi no ha parado de tocar temporada tras temporada.  

Para él, lo que ocurre en la costa esteña del país es algo que no existe en Argentina. Hay una demanda por la música en vivo, no importa si es rock. Afirma que la falta de este fenómeno en su país es a causa de una cuestión cultural y económica. Y cuando vienen amigos que, según él, quedan alucinados, queda claro.  

De la música uruguaya destaca el soul, las raíces afro que la música argentina no tiene. Escucha “Blumana” de Rubén Rada desde muy chico, y con el tiempo fue adentrándose más y más en el repertorio musical nacional a través de amigos, como Dinamita Pereda.  

Entre el español y el inglés, el country y el blues y con banda o solista. Parodi experimenta y busca nuevas formas de hacer música. Fue integrante de Vudú, la banda que aportó a la escena del hard rock en Rosario. Con Zorrito Von Quintiero & Los Gustocks hacen covers. En Ike Parodi y Los Picantes, hace sus propias canciones. 

Zorrito Van Quintiero & Los Gustocks se presentan hoy en el festival Medio Y Medio, con Fer Ruíz Diaz como invitado, las entradas se consiguen aquí.

Ike Parodi también se presenta el 11 de enero en Ferona Club Social. O en lugares que todavía no sabe. Y que lo pueden sorprender a él y a todos nosotros. 

Fotos: Javier Noceti 

Fotos: Javier Noceti 

Sos de Rosario, un lugar que tiene una historia musical muy rica dentro del rock, ¿cómo te ha influido?  

Me influye para bien. Crecer en una ciudad llena de música, músicos y artistas que han recorrido un camino antes que yo. Es tener puertas abiertas y conocimientos de otras personas que abrieron el camino, eso te facilita mucho las cosas.  

¿Hay diferencias entre el rock porteño y el rock del interior de argentina? 

Hay diferencias. En lo que es el profesionalismo, por ahí bandas porteñas están mucho más afiladas porque existe un mercado y hay compañías disqueras históricamente. En el interior no. Entonces la cuestión de profesionalismo en el interior siempre está más verde. Pero contrarrestando eso, en las propuestas artísticas, por ejemplo, en Rosario, hay música y bandas buenísimas. Compositivamente hablando es muy rica y a veces siento que les pasan el trapo a bandas de la capital.  

¿Que aporte musical hizo Vudú a Rosario?  

Con Vudú introdujimos lo que es el hard rock, el género más rockero. Con todos los discos que grabábamos y la historia de la banda levantamos una bandera y la vara de lo que es el rock and roll, el hard rock más específicamente hablando.  

Has tocado con artistas como Bernard Fowler, por ejemplo.  

Canté con Fowler, sí. La verdad es que es alucinante, él me abrió los brazos y me dijo, “ey, loco, vos vení a cantar”. Me dio a entender que lo que hago está buenísimo. La verdad es que fue espectacular. También estuve con Pappo, en el último tiempo, antes de que fallezca. Tenía ganas de incorporarme a Riff y me invito a todos los shows, quería que yo entre en su círculo y ser un cantante cercano a él.  

¿Qué aprendiste de esas personas?  

Lo que aprendí es lo que hablaba del profesionalismo. Yo juego al tenis, soy un cinco o seis, pero cuando me pongo a jugar con uno que está en ocho me mejora, me levanta. En la música pasa lo mismo, cuando tocas con músicos que son superiores a vos, aprendes mucho más y te da un empujón muy grande.  

Abriste un show de los Black Crowes, también.  

Es una banda de la que yo soy fan desde más pendejo y fue un sueño. Fue tocar en el Luna Park, que nunca había tocado ahí. Abrir el show para los Black Crowes y después disfrutar con ellos, un buen encuentro y charlar. Justo se dio que un amigo [N. del E:. Nico Bereciartúa, hijo de Vitico, guitarrista de Pappo] entro a la banda como guitarrista de los Black Crowes. Fue una locura hermosa. Un sueño que nunca había soñado, cumplido.  

El rock puede que no solo sea la parte técnica y musical sino también ese espíritu de compartir y aprender. 

Totalmente, es el combo. Está la parte técnica y la parte espiritual. La de compartir momentos con otros músicos es un 50%. Lo que uno estudia en casa y los encuentros que uno tiene con los músicos. El disfrute y el aprendizaje desde ese punto.  

¿Cómo es tu vínculo con la música uruguaya?  

No hace mucho que empecé a escuchar música uruguaya. Conozco bandas como La Triple Nelson, Hereford que está buenísima y se la rockean toda. A esa la escucho hace mucho, me llegó un CD a principios de 2000. Después, a través de Dinamita y amigos que me fui haciendo, fui conociendo más bandas, como Drexler. Al Negro Rada lo escucho desde chiquito, "Blumana” la escucho desde chico. Después fui escuchando más y más. El soul que tenían que es increíble. Creo que, sin darme cuenta, quizá todavía no me di cuenta, son cosas que me fueron influenciando.  

¿Ves alguna relación entre el rock uruguayo y el rock argentino? 

Creo que el rock uruguayo tiene esa parte afro, ese soul que no tiene la música argentina. Creo que se complementan. 

También cantás en inglés, ¿cómo es cantar en dos idiomas? 

Con el castellano me siento más cómodo con mis canciones. Porque con mis canciones me invento mis melodías, las alturas, los registros. Disfruto mucho el desafío de componer una canción y que después me guste. Con el inglés es la música con la que aprendí a hacer rock, así que lo siento muy natural. Desde chico escucho música en inglés y más allá de haber estudiado el idioma o no, es un beat más interno que hay cuando tenes química y algo te gusta. Así que convivo con las dos cosas. 

En los shows a veces hago una canción en ingles porque es parte de mi bagaje. La música que yo hago en castellano sale de música en ingles que escuché. Entonces trato de elegir la canción correcta para tocar en el repertorio de mis canciones para que se amalgame bien, para que no suene algo raro o extraño en el show.  

¿Tus influencias van por el lado del blues y el country? 

Escucho música country desde chico, el blues lo empecé a curtir un poco más de grande. Creo que, para cantar rock, por lo menos un poco a la antigua, hay que sentir y entender el fraseo del blues para que tenga el espíritu correcto para el rock. El nacimiento del rock fue el blues, el jazz, el country, la mezcla de todas esas cosas. El rock se conforma de todo eso.  

El blues es un género que trascendió países, pero el country tiene una raíz estadounidense. Puede ser un desafío trasladarlo al español y en Argentina.  

Hay que ser cuidadoso con esas cosas, sí. El country es como que vayas a la provincia de Corrientes a escuchar chamamé. Pero te puedo dar un ejemplo de un músico argentino al que le gusta mucho el country y el folk que es León Gieco. Él ha sabido meter esa influencia en su música y que suene natural. Gieco tiene folklore, tiene country, tiene folk. Quizá esa cuota de folklore que tiene hace que su música, aunque sea un country, suene familiar.  

Grabaste una versión de "Heart of Gold" de Neil Young, ¿hay un tipo de predilección personal por la versión original o el artista? 

Hace cinco o seis años atrás empecé a escuchar a muchos artistas americanos de esa época. Escuché esa canción y me gustó mucho, la aprendí a tocar. Siempre tuve el sueño de traducir un tema del inglés al castellano. Lo había intentado con alguna otra, alguna vez, pero no. Me puse a leer la letra y fui transcribiéndola. Por ahí, en vez de transcribirla exactamente, escribía una interpretación de la letra. Me puse a cantar, a tocarla y sonó natural.

Veníamos hablando de nuestro folklore, de nuestras esencias. Bueno, originalmente, esa canción tiene una armónica. En el estudio de grabación de un amigo donde estaba grabando vino otro amigo de más del interior con un acordeón, Tito Amante. Le pedí que me grabe el acordeón en vez de la armónica. El acordeón le dio ese aire y trajo un poco más cerca la canción a nuestra zona. Ahí hay un ejemplo de lo que es esa mezcla de folklore, country y rock.  

¿Te ves en un futuro reversionando otra canción en ingles que te guste y apropiándotela? 

Se me cruzó esa canción, no creo que me ponga a buscar temas para hacer eso. Es posible que me cruce con otra canción en algún otro momento y pruebe si sucede lo mismo. Capaz que sucede y capaz que no.  

Ahora tocás con Zorrito Von Quintiero & Los Gustocks, ¿cómo es esa experiencia?  

Está muy bueno. En el show con los Gustocks hay mucha adrenalina en la manera que llegamos al show. Las canciones se aprenden y se tocan sobre el pucho, un día antes o incluso el mismo día. Es una banda de covers, pero tiene algo especial, algo distinta a las demás bandas de cover. Hay mucha emoción, la pasamos muy bien.  

Tuviste otras dos bandas, además. ¿Cómo vivís cada proyecto musical?  

Lo vivo con naturalidad y con ganas. Ahora en este momento estoy sobre todo con los Gustocks y mi proyecto solista con Los Picantes. Son dos cosas bien separadas y no me cuesta ponerme la camiseta de una u otra según cuando toque. Lo disfruto porque son cosas muy distintas. Con los Gustocks estamos tocando covers, casi que no toco un instrumento, no tengo la guitarra colgada. Me suelto a cantar y transmitirlo de la mejor manera posible, para que le llegue al otro y le pegue.

Cuando toco con mi proyecto hay una emoción distinta, estoy tocando casi todo el tiempo con una guitarra colgada. No soy un muy buen guitarrista, no soy un instrumentista excelso, así que siempre es un desafío presentar mi canción y tocarla. Tengo una banda alucinante, son increíbles músicos y me siento con confianza cuando subo al escenario. Sé que va a sonar bien, más allá de las macanas que yo pueda hacer.  

¿Se disfrutan ambas o el hecho de estar un poco más descontracturado hace que lo disfrutes más? 

Disfruto la dos. Creo que es un desafío más complejo cuando toco mi música y es un poco más descontracturado cuando toco con el Zorrito y los Gustocks. Es más fácil, voy a tocar un cover que el espectador que está del otro lado ya tiene la canción en la cabeza. Tengo un 50% del partido ganado porque ya está en el inconsciente de la persona, es solo interpretarlo bien, con ganas y onda y va a tener éxito. En el caso de mi proyecto, va a haber muchas personas que no conozcan la canción. Tiene que sonar perfecta, la tengo que interpretar desde el corazón para que la persona que está escuchando llegue a sentir lo que estoy sintiendo. Es una responsabilidad más grande. Siempre tengo público que me está viendo por primera vez, que no conoce y yo le tengo que vender ese paquete. 

Fotos: Javier Noceti 

Fotos: Javier Noceti 

La última presentación de Ricardo Iorio fue en Rosario diez días antes de que falleciera. ¿Cómo te afectó su muerte? 

Me dio mucha pena. Lo conocí a Iorio, creo que lo empecé a entender un poco más tarde, desde que lo empecé a escuchar. Me dio mucha pena porque era una pata del rock nacional muy fuerte y que cada vez que se va uno ahora lo siento muy fuerte. Vamos quedando medio solos.  

¿Qué pensás acerca del rock en la actualidad? ¿Hay una continuidad?  

Hay una continuidad. Hay muchas bandas pop en este momento que la están rompiendo, pero puedo entender que son bandas que vienen a partir de otras como Virus, Los Abuelos de la Nada, Soda Stereo. Desde hace diez años que empezaron a surgir bandas como Babasónicos, y me doy cuenta de que son la continuidad de esos artistas pop de los 70' y 80' de Argentina. Recién ahora, en estos últimos cuatro o cinco años, surgieron muchas bandas de rock.

La verdad que me pone muy contento, entre el 2010 y 2020 había desaparecido un poco todo. Las bandas nuevas más que nada. Ahora hay un resurgimiento que me da alegría y esperanza.  

Hay gente que afirma que el trap es el nuevo rock, ¿qué opinas?  

Será por el espíritu de unión de los jóvenes, en algunos casos de rebeldía, de tener una onda propia que los identifique en esta época. Con todo esto yo te digo, “sí, bueno es como el rock, como el rock cuando nació”. Es una manera de decir nuevo rock. Es trap, punto. Es un estilo más moderno, más maquinoso, aunque por ahí cuando lo hacen en vivo lo hacen con banda. Creo que hay que disfrutar de la música y si los jóvenes la disfrutan y les hace expandir un poco sus ideas, está perfecto.  

Se ha afirmado que el rock está muerto, ¿a nivel mundial el rock sigue vigente? 

Yo encuentro todo el tiempo cosas lindas para escuchar, más nuevas, más modernas, que son de rock. La mayoría de las personas se quedan en el mainstream, lo que te ponen para que escuches y después estamos los que buscamos un poco más. Yo antes iba a la disquería a comprar CD´s y estaba dos horas y media buscando y escuchando, algo me llevaba.

Ahora hay gente que no investiga, si te gusta un estilo de música, buscás, investigás y vas a encontrar cosas nuevas. Yo encuentro, así que estoy tranquilo. No me importa si llenan River o no, me importa encontrar cosas que me gusten y que me nutran, nada más.  

Por Sofía Durand Fernández
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