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Música
Los uruguayos Beat

Inéditas, ese disco que es archivo, que es una época, que es Denoir y Mateo

Inéditas es un disco que junta grabaciones de Diane Denoir y Eduardo Mateo, referentes del canto popular y el movimiento beat uruguayo.

28.04.2022 12:27

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2022-04-28T12:27:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Se dice que pasó a llamarse Diane Denoir de golpe, casi sin aviso. Dicen que se vio obligada a cambiar su nombre cuando su padre se enteró que su hija iba a cantar en público. Dicen que creía que su apellido iba a quedar demasiado expuesto. También dicen (más bien lo dice ella) que su padre se convertiría en su mayor seguidor.

Dicen que eligió “Denoir” todo junto, para que no pareciera “de negro” en francés. Dicen que, sin embargo, siempre se vestía de negro.

A fines de 1966 fue una de las impulsoras de los Conciertos Beat. Cómo llegó a ellos, es otra historia. Aquello fue una serie de conciertos en los que se interpretaba música de varios géneros mezclados con actos y lectura de textos. Se realizaron en el teatro Solís y en Punta del Este. Todo aquello sucedió en un Uruguay de los años ´60 que recibía la explosión de los Beatles.

Dicen que, literalmente, bajó de la nada en un concierto. Que en medio de los conciertos Beat bajaban y subían plataformas y que Diane bajó desde el cielo, delicada, como flotando. Esto: “En medio de los Conciertos Beat comenzaban a bajar y subir plataformas, y Diane bajaba en una plataforma de la nada, desde el cielo, muy flotante, muy delicado, suelto. Era impresionante”, lo dice el musicólogo Coriún Aharonian en el libro Razones locas, biografía de Mateo que escribió Guilherme de Alencar Pinto.

Dicen que ese concierto empezaba con una persona bien vestida, con un cráneo en la mano y que decía “To beat or not to beat”. Dicen que el chiste era con Shakespeare (lo era).

El teatro estaba lleno. Cuando salí a cantar, estaba todo oscuro, pero veía un poquito; nunca me olvido de eso: parecían como racimos de gente y me empezaron a temblar las piernas. ¡Dónde me metí! Recién en ese momento me di cuenta. Mi papá entró al teatro con las luces apagadas para que nadie lo viera. Una artista en la familia era como una deshonra, “¿qué van a decir?”. Y no fue a saludarme al camerino; mi mamá, sí. Y se fue. Pero viste que Uruguay es una aldea; mi padre estaba muy vinculado al fútbol, tenía un palco en el estadio, y después en los diarios ponían: “Diane Denoir, cuyo nombre verdadero es Diana Reches”. Después mi papá terminó siendo uno de mis mayores fans, pero al principio le costó.

Eso dijo Denoir en una entrevista con Lento, de la cual fue portada.

Dicen que después de todo eso, a Diane Denoir la apodaron Lady Beat los músicos y los críticos de la época. Dicen que tenía solo 19 años. Dicen que pasó a ser, de repente, una estrella. Y a su lado estuvo, desde el primer momento, Eduardo Mateo.

Dicen que ella es la musa de Eduardo Mateo, porque inspiró Y hoy te vi, Mejor me voy y Esa tristeza, tres de las canciones difundidas de Mateo. Ella dice, sin embargo, que solamente era consciente de haber inspirado una de esas tres (Mejor me voy) y que lo otro se lo dijo a Jaime Roos. Dice, también, en una entrevista con Lento que el mito alrededor de su romance con Mateo es falso. Que solo una vez le robó un beso y que eran grandes amigos. Y más nada.

Ocho años después de fallecido Eduardo Mateo, apareció un disco llamado Inéditas. La tapa, hecha por Ignacio Iturria, los representa a ambos. A Mateo con una guitarra y a ella parada, cantando. Es un concierto ficticio. Ese disco fue publicado en 1998 y reeditado en 2008. Reúne algunas grabaciones de Denoir con Mateo como guitarrista, realizadas entre 1967 y 1968 y conservadas por la artista y por Carlos Píriz (el ingeniero de sonido que registró gran parte del fenómeno beat uruguayo). Grabaciones que pudieron conservar “a pesar de mudanzas, humedades y exilios”, dijo Denoir alguna vez.

Ese disco junta todo: la ingenuidad, la espontaneidad, la frescura. Hay canciones en francés y bossa nova en inglés, o también en francés, además de en portugués. Es que, dicen, así fueron los años ´60 para ellos. Se trata de una generación que le pasó por los poros la música de Boris Vian, Bob Dylan, Brassens, Juliette Greco, Donovan, Joan Baez, Phil Ochs, pero también a Francoise Hardy y Astrud Gilberto.

Ese disco es, además, un documento de la época en que empezaron a ocupar los escenarios, los teatros y los sets de televisión quienes hoy son los grandes de la música popular uruguaya. Y es, obviamente, una muestra de una forma única de hacer música de Eduardo Mateo.

Por Federica Bordaberry