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Música
Orquesta de acompañante

Jhona Lemole, con un disco deforme: “El arte está por un buen camino si hay contradicción”

Después de varios discos solistas, el uruguayo apuesta por "Deforme", un proyecto HiFi con una orquesta de doce personas.

06.11.2023 14:47

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2023-11-06T14:47:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

Un disco donde, en una de las canciones, se hace referencia a un muerto en un sillón en una fiesta. Donde se menciona explícitamente a la escritora argentina Mariana Enríquez. Donde los videoclips son en blanco y negro. Donde, uno de los versos, dice: “Veo brillar todos tus premolares”.

Como perlas escondidas. Como nubes concentradas. Como jazmines oscurecidos. Como si la lírica, las letras, fueran tan relevantes como la música. Es que, sí, para este disco lo son.

El disco Deforme, de Jhona Lemole y La Orquesta Deforme, una agrupación armada especialmente para este proyecto, aparece como el último deforme de un músico uruguayo al que ya se lo ha calificado de ser "de culto". Aunque él no se siente tan cómodo con esa etiqueta, reconoce que no hace sonidos, ni canciones, que sean compatibles con los que suelen escucharse en la radio, o en la calle. 

Un disco que apostó por la grabación HiFi, a diferencia de los proyectos anteriores de Lemole, que fueron partidarios del home studio. Un disco que llevó doce personas con ese nombre que, podría darse a entender, tiene que ver con la oscuridad y con el miedo. Sin embargo, dice el artista, es todo lo contrario. Habla de salud mental con la apertura y la transparencia que, muchas veces, hace falta.

Y con casi todas esas personas, más algunos invitados, Jhona Lemole logrará meterse en la Sala Camacuá el próximo sábado 11 de noviembre. Allí presentará su quinto disco, pero el primero que se aleja de su carrera solista y que se transformó en una colaboración no con dos, ni tres, ni cuatro personas. Con muchísimas más. 

Foto: cortesía de la producción

Foto: cortesía de la producción

¿Cómo llega esta colaboración entre tu obra y una orquesta?

Es un proceso bastante orgánico. Yo venía haciendo discos solistas. Grabando y arreglando los discos que hacía. Y produciéndolos también. Sentía la necesidad de cambiar la forma de hacer. Lo sentía necesario. La orquesta es mi banda estable. Antes, colaboraba de una manera más dirigida por mí, donde decía "esto es el disco, estos son los arreglos" y nos juntábamos a sacar cosas que yo ya había arreglado.

Ahora, con la Orquesta Deforme son arreglos de los músicos y las músicas que son parte de la orquesta. Es un proceso bastante orgánico. En el tiempo de haber hecho discos solo y grabar solo en mi home studio, este disco fue abrir un poco más el espectro de composición, de creación y también hacerlo de otra manera porque se grabó en un estudio de otras características para poder grabar a toda la banda en vivo, que fue un desafío.

Tu experiencia hasta el momento había sido más de solista e incorporaste una orquesta que, de paso, es un montón de gente. ¿Cómo fue incorporarla?

En el disco somos un total de doce músicos. Se fue dando también de manera bastante orgánica por un tema de que es complejo tener una banda en Uruguay. Ya partiendo de la base que es muy complejo mantener un proyecto, juntarse a ensayar. No es un negocio rentable tener una banda en Uruguay y menos una tan numerosa como este proyecto que es muy ambicioso, pero se fue dando de manera orgánica. La escena acá en Montevideo es muy chiquita, bastante nos conocemos entre todos. De repente hay una afinidad musical con unos y así se fue conformando la orquesta de gente que estaba cercana al proyecto, a mi carrera solista, y se fue integrando de manera natural.

La producción de Santiago Peralta también se dio de esa manera. Yo tengo un podcast, "Ladrones de canciones", donde invito compositores a hablar sobre la creación de canciones. Un día entrevisté a Laura Gutman, que ya la conocía por Romina Peluffo. Hablando, me dijo que Santiago hacía producción y ahí ya quedó la conexión. Después hablamos a ver si quería producir el disco y así se fue formando todo el combo de la orquesta. Con mucho tiempo en su proceso de realización, pre producción, producción. Por suerte ya salió, pero ha pasado un montón de tiempo.

La orquesta, entonces, fue hecha para trabajar en este proyecto. Antes de eso, no existía.

Sí. Yo ya tenía la idea de que mi siguiente disco no lo iba a hacer solo. No quería hacerlo solo. No quería que fuera de carácter home studio. Quería hacerlo de alta fidelidad, high fi, con un montón de músicos colaborando. Fui prestando atención a quién estaba cercano y que yo tuviera un acercamiento de confiar en la persona, de querer a la persona, de estimar a la persona. Me interesa mucho eso también, que yo sienta algo por la persona con la que voy a compartir. Por otras experiencias, o por la vida misma, uno se da cuenta que a veces es lo mejor ese camino, no buscar al más talentoso que no tenés idea quién es.

Hay referencias directas a Mariana Enríquez, pero también algunas personas encuentran similitudes con el bossa nova, con Nick Cave, ¿por qué estas influencias y no otras? ¿Dónde te han tocado, que las traés a este disco?

Creo que hay dos cosas que son diferentes. Una, es el significado que le puede dar el otro, que me parece que puede ser múltiple y totalmente válido y está genial. Otra es la que yo le doy en la creación. Puntualmente, la referencia a Nick Cave o al bossa nova sucede porque una persona hizo esa referencia, pero no es algo que yo haya buscado.

Con relación a lo de Mariana Enríquez, sí, porque hay una canción que la nombra textualmente. Englobando a estas referencias, Nick Cave y Mariana Enríquez, podría pensarse que es un album de terror, con el nombre Deforme y la estética, pero creo que está más relacionado a la salud mental. Capaz que ahí hay unos puntos de conexión.

Nick Cave me encanta, me parece un faro, un artista muy importante para mí, pero no es algo que yo haya buscado hacer. Si yo busco en mis canciones, no tienen nada que ver a la música de él. Es un halago, pero para mí no. En relación a Mariana Enríquez, eso, venía leyéndola y se me hizo interesante poner la referencia en la canción sobre la situación de que hay un muerto en un sillón en una fiesta, y darle el vuelco, un poco de más interpretación. Capaz que el que conoce la obra de Mariana puede indagar, explayarse un poquito más en ese universo que también es un universo que a mí me interesa mucho por el hecho de no subestimar al oyente, no hacer canciones tan sencillas a nivel de la lírica.

Ya editaste cuatro discos y se dice que esta sería la consagración de un artista que hasta ahora es de culto. ¿Qué hiciste en este disco que no hiciste en otros, además de incorporar a muchas personas?

Cuando estamos armando el comunicado de prensa digo, "¿pondremos lo de culto?". Me toca una fibra un poco compleja. Tengo sentimientos encontrados con eso. Es una realidad que la música que yo hago no es para todo el mundo, por el hecho de que no es la música que suena en la calle. Ese, para mí, es el disparador.

Me encanta toda la música, pero yo voy por la calle y los sonidos me indican que la música que hago yo no es la música que se está escuchando. No es una música que vaya a ser masiva, puede ir por ahí eso de que sea música de culto. Puede que se transfiera, también, a los años en que uno viene siendo compositor acá en Uruguay. También puede ser por un nicho de gente que viene siguiendo los pasos que uno da y, de repente, hacés un recital o sacás un proyecto y ves que hay determinado grupo de personas pequeño, pero que está a través del tiempo. Para mí eso es algo re valioso y lo valoro un montón, pero enlazando con lo difícil que es hacer música acá en Uruguay, no me vendría mal la masividad.

Esto, vinculado a qué representa para ti la etiqueta de músico de culto, pero, retomando la pregunta anterior, a nivel artístico, ¿qué considerás que lograste en este disco que en otros no? 

Haciendo un seguimiento periodístico, la etiqueta de culto se me dio cuando hice el disco Demoledor, que lo saqué el año pasado. Es un proyecto de folklore alternativo. Ahí empezaron a aparecer en las noticias que era como un artista de culto. Capaz que, a través de ese disco que va totalmente a contra corriente de absolutamente todo, se haya dado esta percepción de culto porque el disco, al menos Demoledor, es un disco que decís, "no entiendo cómo un músico que es consciente de la industria musical saca un disco como este ahora".

Es de culto, supongo. Lo mismo con el disco Deforme. Si bien hay un poner el ojo en lo que es la canción popular, o en la construcción de una canción pop con melodías, hay dos canciones, "Casa de los horrores" o "Invencibles" que son un abordaje que yo hago para dar un respiro a estas otras formas de crear. Todo el resto son canciones que no están dentro de la lógica de la creación de hoy en día. Son cosas que no tendrían ni si quiera estas, que son como canciones populares. Duran seis minutos.

Quizás, con la trayectoria se da esta denominación, pero no es por ser contrario, ni contrera con las formas actuales, sino que es más con la relación que uno tiene con la expresión de composición, o de que me gusta a mí: hacer arte que está más ligado a lo absurdo, a esas otras expresiones.

El criterio sería más bien artístico, personal, mucho más que orientado a lo que industria.

Sí, totalmente. Sin dejar de lado que uno está totalmente influenciado y ahí se meten estas cosas de canción popular, o de melodías, que son parte de eso, de vivir hoy en Uruguay.

Voy a retomar el final de lo otro, ¿a dónde considerás que llegaste tú artísticamente en este disco que en otros no?

Artísticamente hay una búsqueda de la voz propia. Me parece que ahí es a donde llegué, pero tampoco soy tan confiado de que no vaya a cambiar. Hay que tener en consideración eso. Hoy en día tengo una voz propia en mi construcción artística, en el proceso del tiempo de la construcción, de lo que es el oficio de ser un compositor. Hay una búsqueda de la voz propia. En este álbum estoy contento y conforme con la voz que encontré, pero tambien soy consciente con que estoy cambiando constantemente, también como ser humano. Artísticamente me interesan los desafíos. Cuando me encuentro armando un álbum o una obra me parece que está bien que choquen esas dos, que choquen la voz propia que se viene construyendo con "vamos a corrernos un poquito más, así esto puede chocar". El arte está por un buen camino si hay contradicción. Y si hay contradicción, yo me siento contento.

Una cosa es lo que interpreta la gente que lo escucha y, esas interpretaciones, son tantas como personas que escuchen, pero también está lo que haces tú y la intención que le ponés. Según tú, ¿de qué trata este disco?

Hay dos vertientes del disco. Una es la parte musical y otra es la parte lírica, más relacionada a la palabra. Hay dos cosas que están bien marcadas. Dentro de lo que es lo poético, es pensar en elaborar una letra que no subestime, crear desde ese lugar. No subestimando. Toca varios puntos de la salud mental. Me parece re importante poder hablar de eso en las canciones, poder decir que se me van las ganas de matarme en una canción, o que estoy ausente, perdido, que no sé en qué día vivo. Cosas como esas me parece que está bueno que se puedan escuchar. Tampoco hacer apología a eso.

No tiene nada que ver con estar deprimido para crear porque si yo hice estas canciones fue porque ya estaba en un momento de bienestar, de salud. Entonces es importante remarcar eso, para poder hacer el disco yo tuve que estar bien.

Por el lado musical, fue salir de esta parte de home studio, de la creación más casera que me encanta. No tiene nada que ver si las canciones son mejores o peores en relación al formato. Capaz que vos podés hacer una canción, la grabás con el micrófono de voz de tu celu y es tremenda canción. Pero esas formas ya las venía transitando y quería hacer un disco que se suene todo, que tenga los mejores equipos, que tengamos todos los mejores instrumentos.

Hacerlo y darle una vuelta de rosca más a la construcción sónica y generar un poquito mas de disonancias, ponerle un poco más de deformidad. Lo llevamos un poco para ese lado, de qué le podemos aportar desde la deconstrucción musical.

Esas son las dos vertientes más marcadas del disco. Una, es la creación de la deconstrucción y sacarle la forma, deformarlo. Después, la vertiente más lírica. En el proceso de escritura no subestimar, encontrarme con la voz propia, pero que encuentre la contradicción y que choque. No ir por el mismo camino. 

Por Federica Bordaberry