Rito Eléctrico nace en plena pandemia. Tras el retorno de su tercera gira por Brasil, Jonas Silva, compositor, vocalista y guitarrista en aquel entonces de DSM, decide dar un giro a las nuevas canciones que venía componiendo. Resaltan los buenos riffs y la actitud revolucionaria, siempre con la afinidad por encima del interés.

El EP estará disponible en todas las plataformas a partir del 14 de octubre a través de Ultrapop Records. Son cinco canciones que van desde la psicodelia al garage más primitivo, un disco de pandemia en días de pseudolibertad. El miércoles 12 de octubre se podrá vivir en vivo y en directo desde Bar Varsovia, donde la banda estará presentando su primer disco homónimo en el ciclo Dale Play. Es a las 21 con entrada libre y gratuita.

¿Qué te llevó a trabajar en este disco?

Era el 2020, venía de hacer seis giras con DSM y la pandemia nos dio una cachetada enorme. En el encierro arranqué automáticamente a escribir y maquetar canciones, que básicamente es lo que me hace feliz y de las pocas cosas que sé hacer. Cuando tuve un puñado, llamé a varios amigos para que me ayudaran a darles forma a las canciones y al proyecto. Así es como llamé a un hermano de la vida, Das Gasvar, para que se encargue de las teclas y de los climas, y a Nacho Piñas, en un primer momento, para que metiera unos buenos bajos. Luego Nacho dejó la banda y sumamos a Uther Faig, y enseguida congeniamos. Con Diego Pérez éramos amigos de birras, de flores y de oír música. En el momento que le dije de armar este proyecto se copó de arranque, encargándose de la batería. Entre todos, más Vito Rodríguez y Ale Escuder, buscamos el sonido de la banda. Entre la búsqueda y las ganas arrancamos a grabar este álbum.

¿Cómo dirías que es tu dinámica de trabajo?

Nos tomamos la música muy en serio, por lo que la dinámica de trabajo siempre fue en función a la música, a la búsqueda, al crecimiento constante y al aprendizaje. Generalmente de mañana sucede eso que llaman inspiración: armo una melodía y ahí voy, cantando lo que más o menos quiero decir. La paso a la banda y cada uno hace el arreglo que mejor le parece. En ensayos vamos afinando más. A veces más exquisitos, a veces sin tantas pretensiones, pero siempre dejamos todo en cada tema. 

Qué es más importante, ¿las letras o la música?

Para mí es un todo, una opinión muy personal… es que algo tenés que decir sea musicalmente o en la letra. Cuando compongo, de repente, estoy haciendo la música y arranco a cantar en un idioma inentendible y sobre eso escribo; otras veces estoy con el café de la mañana y se me ocurre una letra y enseguida sale la música, pero siempre pienso en qué decir, en que haya contenido, para el entretenimiento ya hay pila. Que deje algo, que el que lo escuche se ponga feliz y tenga ganas de arrancar un día gris con tremendo sol en el pecho.

Si tuvieras que definir las tres influencias más directas en tus canciones, ¿cuáles serían? ¿Por qué?

Esta es una pregunta difícil, alguien que me marcó mucho fue Renzo Teflón de Los Tontos. Mi primera banda la hice con él, fue una linda escuela… pero sé que hay mucho de Chicos Eléctricos, Nico Barcia, Los Supersónicos, Turbonegro, Rolling Stones, Xuxa, Pirexia y mucho rock uruguayo de los 60 y 70. De todas formas, siempre estoy cambiando lo que escucho o lo que me puede influir de alguna manera.

¿Cómo es trabajar en un álbum en esta era de plataformas?

Es según lo que tenés en mente. Si querés hacer un disco para que la música siga su fluir natural es genial. El trabajar por la música, el dejar algo más que remeras, estás dejando algo grabado; mucho amor, frustración, momentos divinos, algunos feos, pero estás dejando algo más que fotos y reels, algo tangible. Hoy en día todo indica que las plataformas son las que mandan, yo no tengo nada en contra del modo en que cada uno escuche música. Siempre hay alguien dispuesto a oír, en CD, en vinilo, en casete, en una plataforma. Lo bueno es que haya herramientas para oír. 

Si tuvieras que decidir un disco perfecto, ¿cuál elegirías?

Creo que este disco de Rito Eléctrico es perfecto, al menos en mi canon de medición, tiene todo lo que me gusta. Teclas y guitarras dándolo todo, baterías y bajos exquisitos y buenas canciones. Un arte super rico a cargo de nuestro bajista Uther Faig, y en algunas canciones colaboraron amigos artistas.

¿La última canción que escuchaste?

“El Empleo”, de Rito Eléctrico, por tema de grabación, propaganda, video y todo eso, pero también vengo escuchando mucho rock viejo como el Dino con Los Gatos o Los Malditos, la banda en que estaba Mateo. Amo el rock uruguayo de los 60.

¿Y el libro que leíste?

El anticristo de Nietzsche. A veces me gusta hurgar en pensamientos de pensadores de antes para entender la sociedad de hoy.

¿Qué te gustaría que sintiera la gente al escuchar tu disco?

Trabajamos mucho en la música, en cada sonido, en cada frecuencia para que la gente, al oír este disco, sienta esperanzas, felicidad, ganas de comerse el mundo, hacer una banda o un disco, pero, sobre todo, felicidad. De salir corriendo a mostrarle a un amigo, que alguien escuche en el bus y pire con las violas que entran y salen, esas teclas que te transportan y te hacen bailar, los bajos que te mueven el alma y la batería a toda máquina que te mantiene siempre firme. No es un disco por sacar un disco, es un disco para generar algo lindo en los demás. Ya sabemos lo malo y lo lindo del mundo, y este disco es el reflejo de algo feo que estaba surgiendo en el mundo con la emergencia sanitaria y todo ese mambo. Nosotros transformamos ese bajón en un disco que te dice que tiene que explotar todo, pero de felicidad y de ganas buenas, sin odio, de cambiar si hay que cambiar, de hacer las cosas bien, de movernos por afinidad y bailar con toda el alma. El mensaje es ese; si algo es feo, si ves el mundo negro, si sentís que estás dentro de una jaula, agarrá todo eso y transformalo en algo genial que te recuerde lo demás que está la vida. Una pintura, un poema, una canción… pero hacé algo.