Jorge Alfonso (Montevideo, 1976) es autor y poeta. En poesía publicó el libro Cacareos poéticos y poemas de amor misógino (cinco ediciones independientes entre 2006 y 2013). Como narrador publicó tres libros de relatos: Porrovideo (Estuario, 2008; HUM, 2009, 2012), Cuentos llenos de abrojos (Fondos Concursables – Trilce, 2009) y Micromundos (Trópico Sur Editor, 2013; Editorial Sin Licencia, 2017, 2019). Ha obtenido más de treinta premios literarios en Uruguay y en el extranjero y participado en veintitrés antologías dentro y fuera del país. Parte de su obra ha sido traducida al francés y al esloveno y reeditada en España y México. Ganar y perder (Estuario editora, 2021) es su último libro.
¿Cuándo empezaste a escribir?
A los diez u once años recuerdo haber ideado un muy breve y tosco cuentito sobre cowboys en la vieja máquina de escribir de mi padre. En la adolescencia (a los quince o dieciséis) ya tenía algunos textos breves y algún poema, pero fue más adelante (quizá a los dieciocho) cuando comencé a hacerlo con mayor seriedad, enormemente motivado por estar concurriendo a mi primer taller literario. Creo que este taller fue el verdadero inicio de mi camino y definitivamente me marcó a fuego, por eso en mi último libro publicado (“Ganar y perder”), el primer cuento recrea muchas de las experiencias que viví allí junto a su directora, la entrañable Sunny.
¿Te acordás de cuál fue el primer libro que te marcó?
Mmm... Podría ser alguno de Julio Verne en mi adolescencia (“Viaje al centro de la Tierra”, por ejemplo). O quizá “Un tal Lucas” de Julio Cortázar, una maravilla que leí años después y que para mí constituyó uno de esos libros mágicos que cambiaron profundamente mi concepción de la literatura.
¿Dejar de leer o dejar de escribir? ¿Por qué?
Quizá podría dejar de escribir, ¿quién sabe? Después de todo escribo por simple deseo o porque no puedo evitarlo, pero sin duda no me gano el pan con mi literatura (y quizá tampoco me interese hacerlo, porque eso conllevaría en mayor o menor medida una notoria pérdida de libertad), pero leer… Leer es uno de mis más grandes vicios y al igual que varios otros, no estoy dispuesto a dejarlo. Compro libros todo el tiempo, los huelo, los leo, los guardo, voy formando pilas de libros por leer, voy bajando esas pilas y aparecen nuevas, se llenan estanterías y voy agregando otras, que pronto están rebosantes, y así, y así y así… No imagino mi vida sin leer. No creo que eso sería una Vida con mayúsculas para mí.
Contanos qué estás leyendo ahora.
Recién terminé “Más que humano” de Theodore Sturgeon (una novela fascinante) y ahora estoy con “La gaviota” de Sándor Márai.
¿Cuáles son tus escritores uruguayos favoritos? ¿Identificás influencias? ¿Cuáles? ¿Alguno que te guste recomendar?
Mis autores uruguayos favoritos son Felisberto Hernández, Mario Levrero, Juan Carlos Onetti, Paco Espínola, Horacio Quiroga, Ricardo Prieto, Héctor Galmés, Gustavo Espinosa, Lalo Barrubia, Dani Umpi, Gustavo Escanlar, y un largo etcétera.
Me es difícil identificar las influencias de estos u otros autores (tanto nacionales como extranjeros), porque siento que he ido tomando un pedacito de cada uno para armar este Frankenstein literario en que me fui convirtiendo. Recomendaría a todos los mencionados.
¿Sos de releer? ¿A qué libro solés volver?
No, no soy de releer. Hay tantos libros y autores excelentes y tan poco tiempo… Prefiero ir buscando y descubriendo nueva literatura un poco al azar y otro poco siguiendo a autores que ya lograron atraparme con alguna de sus obras.
Para este fin de semana recomendanos un libro, un disco y una película.
Un libro: El ardor de la sangre de Irène Némirovsky.
Un disco: White ladder de David Gray.
Una película: Sideways (del año 2004, con Paul Giamatti)
Contanos sobre esa vez que un lector te reconoció en la vía pública
Me pasó algunas veces y me sorprendió bastante. Nuestro medio es tan pequeño y es harto evidente que los escritores uruguayos no somos “rockstars” ni nada parecido (además de que nuestra exposición mediática generalmente es escasa). Sin embargo, sí que me pasó y mentiría si dijera que no me gustó que ocurriera.
Tu autobiografía en una frase.
Mi autobiografía no es una frase sino un libro. Mi autobiografía es mi último libro, “Ganar y perder”: un sincericidio autobiográfico de la primera frase a la última.
Tenés que convivir un mes con una autora o un autor: ¿a quién elegís?
Me quedaría con Miller, Bukowski y Kerouac. Juntos nos cagaríamos de risa y haríamos muchas locuras… Casi lo estoy viendo, ja ja.
Un lugar para volver.
El primero que se me ocurre es Cuba, porque me enseñó más de una valiosa lección, porque es un país muy hermoso y su gente es cálida y de gran corazón. Y por supuesto, en segundo término, esta casa donde ahora vivo, en Lomas de Solymar, porque aquí está la paz que necesito y que siempre busqué (aún sin saber que la buscaba).
El primer verso que te viene a la mente.
“Volverán las oscuras golondrinas…”. Recuerdo que cuando mi padre estaba de buen humor se burlaba diciendo: “pero aquellas que matamos con el hacha, esas no volverán”. Je, je.
¿Para qué literatura en el tiempo del desamparo?
Justamente para eso, para hacernos olvidar por unas horas el desamparo (que en realidad es inherente a toda vida humana) y forzarnos a salir fuera de nosotros mismos. La literatura (la buena literatura) siempre amplía nuestra visión, nuestro pensamiento y nuestro panorama. Nos permite conocer otros saberes, otras culturas, otros sentimientos, otros mundos y quizá también otros desamparos que nos ayuden a soportar mejor el nuestro.
Lo último que comiste va a ser el menú para toda tu vida ¿qué es?
Un excelente guiso que cocinó mi mujer.
Tu idea de felicidad y tu idea de miseria.
Mi idea de la felicidad es estar en paz, con lo necesario para vivir dignamente (lo que también incluye el pleno acceso a los bienes culturales) y con alguna que otra ambicioncita para tener algo en el horizonte que nos haga avanzar. Mi idea de la miseria es la desesperanza, el egoísmo de los pobres de alma, que ignoran que todo placer compartido es siempre mayor que el placer solitario.
Sobre Ganar y perder
No resultaba fácil volver al ruedo luego de trece años de ausencia.
El desafío era enorme para Alfonso tras la rotunda consagración de Porrovideo, libro
elogiado unánimemente por la crítica y los lectores, y convertido en un
verdadero mojón de la nueva literatura uruguaya de comienzos de siglo.
Afortunadamente, Ganar y perder supera la
prueba con creces. En esta enorme nueva obra el autor profundiza su propuesta
anterior sin abandonar el descaro, la irreverencia y la frescura que
caracterizan su producción anterior en narrativa y poesía. Una novela
autobiográfica escrita en forma de jugosísimos cuentos que deslumbran y
muestran a un narrador en la cima de su arte.
Si Porrovideo fue
una bofetada al mainstream local, este libro significará un rotundo, maduro y
certero golpe de puño de un autor que narra con crudeza, humor y sensibilidad
su accidentado y divertido periplo por los entretelones del ambiente literario,
absurdos y dramáticos acontecimientos que llevaron a un empecinado joven
outsider a convertirse en un auténtico escritor.
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