Jorge Costigliolo nace en Buenos Aires, en 1973. El tiempo lo convierte en periodista, escritor, copywriter. Desde fines de los ochenta publica regularmente en fanzines de Argentina y Uruguay. En radio formó parte parte del equipo de Alternativa FM (Montevideo) entre 1997 y 2000. Trabajó en las secciones culturales de La República y ºCien, entre otros medios, e integró el staff de Montevideo Portal durante más de una década en la que entrevistó a cientos de músicos y escritores, y realizó tres temporadas del programa de entrevistas “En Estudio”. En 2021 publicó Lunáticos viajantes. Las increíbles andanzas de los Redondos en Uruguay (Ediciones B). Actualmente, colabora con La Diaria, trabaja en publicidad y prensa escrita, y dicta talleres de periodismo. 

¿Cuándo empezaste a escribir?

Con la conciencia de estar escribiendo, alrededor de los ocho años. Espero haber mejorado algo en este tiempo.

¿Te acordás de cuál fue el primer libro que te marcó?

Los misterios de la jungla negra, de Emilio Salgari. Lo leí de niño, en un apolillado tomo de la colección Robin Hood.

¿Dejar de leer o dejar de escribir? ¿Por qué?

Eso. ¿Por qué?

Montevideo Portal I Javier Noceti

Contanos qué estás leyendo ahora.

Ahora mismo, La banda que escribía torcido, de Marc Weingarten, sobre la historia del Nuevo Periodismo. Pero leo mucho, muy rápido y desordenadamente, así que pronto será otra cosa.

¿Cuáles son tus escritores uruguayos favoritos? ¿Identificás influencias? ¿Cuáles? ¿Alguno que te guste recomendar?

Muchos. Onetti, sobre todo. No identifico influencias, pero seguramente esté copiando a alguno en cada palabra. ¿Recomendar? Cuatro contemporáneos, pero hay un montón: Gustavo Espinosa, Mercedes Estramil, Lalo Barrubia y Gabriel Peveroni.

¿Sos de releer? ¿A qué libro solés volver?

No mucho. El que más revisito es Palabras más, palabras menos, de María Cristina Dutto, Silvia Soler y Silvana Tanzi.

Para este fin de semana recomendanos un libro, un disco y una película.

¡Ay, no! Que cada uno lea, escuche y vea lo que le venga en gana y disfrute de su fin de semana como le plazca.

Contanos sobre esa vez que un lector te reconoció en la vía pública.

Eso jamás me ocurrió.

Tu autobiografía en una frase.

“Tendría que haber estudiado ingeniería.”

Tenés que convivir un mes con una autora o un autor: ¿a quién elegís?

Si hay bebidas, con Onetti o Patricia Highsmith, o con ambos. Si no hay armas, con Hunter Thompson.

Montevideo Portal I Javier Noceti

Un lugar para volver.

Nunca fui a ningún lado, y a los lugares de los que vengo mejor no regresar.

El primer verso que te viene a la mente.

“Aquí me pongo a cantar/ al compás de la vigüela…”

¿Para qué literatura en el tiempo del desamparo?

No lo sé. Escribo porque es el oficio que aprendí, y leo porque no puedo no hacerlo. Hay millones de personas que mueren sin haber abierto un libro en su vida, y muchas que se jactan de ello. Supongo que se escribe por dinero, por salud mental o por falta de ella, y se lee por las dos últimas razones. Pero leer, escribir, hacer películas o pintar la capilla Sixtina no te hace mejor persona. En todo caso, a mí me ayuda a dudar más de lo que entiendo, y a no razonar como un imbécil. O como un diputado.

Lo último que comiste va a ser el menú para toda tu vida ¿qué es?

¡Qué horror pasarme los años que me quedan a puro pescado con arroz!

Tu idea de felicidad y tu idea de miseria.

Para lo primero no tengo respuesta. Para lo segundo alcanza con prender la tele.

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Sobre el libro:

Con mano firme y mirada atenta, con lucidez y sentido histórico, Costigliolo nos ofrece un libro imprescindible para comprender cómo el rock uruguayo se fue afianzando como fenómeno de masas no solo en esta, sino también en la otra orilla y más allá.

El autor entrevista a todos (músicos, productores, periodistas) quienes estuvieron directa o indirectamente involucrados en este disco fundamental para la historia del rock uruguayo. La personalidad y el estilo de la banda, sus influencias musicales (que incluían ritmos y tradiciones locales) y su presencia en el escenario, les permitieron ampliar, como nunca antes, la audiencia del rock de acá. Costigliolo se ocupa, además, de analizar las letras y la música de todas las canciones que lo integran. Pero acaso lo que hace más especial e infrecuente su reconstrucción analítica es su constante atención a las condiciones materiales, culturales y económicas de producción, a través de un cuidadoso estudio que tiene en cuenta el mercado internacional, MTV latino y otros factores indispensables a la hora de entender aquel momento del rock en castellano.

Un fragmento:

Hoy, todo el mundo en el Río de la Plata conoce, aunque sea de nombre, a La Vela Puerca, e intuyo que casi todos oyeron, alguna vez, alguna canción de este disco (no me atrevo a generalizar porque no sé en qué andan las nuevas generaciones).

De bichos y flores, no es una novedad, abrió, para el rock, la puerta de la casa de la gente que, incluso, no se sentía atraída por el género. Hubo, hay y habrá espacio para discutir si La Vela «es rock», y no falta ni faltarán quienes le exijan la credencial de rockers antes de dar play cada vez que vaya a sonar algún tema puerco.

Además, es un disco que, para más datos, incluye «El viejo», una canción que tanto sirvió y sirve para levantar pogos amigables como para anunciar que la farmacia del último pueblo está de turno.

Hasta ahí, más o menos, lo fundamental.

Pero hay más.

Hay una génesis. Hay una casi obscena combinación de talento, méritos, tozudez y suerte que hizo de este disco lo que fue, y que este breve libro sea. Hay, también, una serie de datos fríos, un contexto, un anecdotario rico y una permanente tensión entre la cautela y el desafío hacia el éxito, signifique esa palabra lo que quiera significar. De eso, poco más, poco menos, hablan estas páginas. Pase, lea y, si gusta, vaya pelando las sedas, que La Vela ya llegó.

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Montevideo Portal I Javier Noceti