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Música
Eclecticismo musical

Juan Hansen, el argentino que mezcla rock, electrónica y los remixes de Babasónicos

El músico encargado de cerrar el show de Babasónicos en Ocean Park habla sobre sus comienzos, su estilo y la libertad creativa.

27.12.2023 17:31

Lectura: 11'

2023-12-27T17:31:00-03:00
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Por Sofía Durand Fernández
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Un controlador Midi (APC40) y un viaje a Europa. Estos fueron los dos detonantes para que Juan Hansen comenzara a dedicarse de lleno a la música electrónica e incursionara en el formato de show live set.  

Antes, Hansen asistió al Conservatorio Juan José Castro y música contemporánea en EMC (Escuela de Música Contemporánea) en Buenos Aires, además de integrar bandas de rock. Entre sus influencias conviven Dire Straits, Red Hot Chili Peppers, Bon Iver y Frank Ocean. 

Puede ser por esto que define su estilo como “ecléctico” y le gusta traer el rock a lo que hace. Hansen comenzó en esto comenzó como un juego y, hasta el día de hoy, se sube a tocar para divertirse y con ganas de experimentar.  

Sea en el acierto o en el error y a través del cambio, lo importante para Juan Hansen es la autenticidad y hallarse en lo que produce.

En un live set, la música se genera en vivo desde diferentes equipos, como sintetizadores, computadoras o instrumentos. No se maneja música pregrabada, a diferencia de lo que sucede en un DJ set. 

El formato live set requiere improvisación, y el público toma un rol fundamental. Para el músico, lo que diferencia al público rioplatense del europeo es la calidez y las ganas de conectar.  

El vínculo con la banda argentina Babasónicos nace a partir de un amigo en común con Diego Tuñón, tecladista de la banda, que los presenta. Al día de hoy, es al único al que le han pedido remixes oficiales de sus canciones. 

El 28 de diciembre, Juan Hansen cerrará el show de Babasónicos en Open Park, Punta del Este. Las entradas se pueden conseguir aquí.  

Sos amigo de Diego Tuñón, el tecladista de Babasónicos e hiciste el remix de “Bye Bye”, ¿cómo surge el vínculo musical con ellos?  

En verdad hay una tercera persona involucrada, Jimmy van M. Un gran amigo, productor y DJ de la vieja guardia. Él empezó las giras con Sasha & John Digweed por EE.UU. cuando hicieron las primeras. Él es el nexo entre Diego y yo. Él me lo presentó y estando los tres, Diego nos dio stems de “La Pregunta”, y así es que armó la unión entre los Babas y yo.  

¿Es la primera vez que se presentan juntos? 

Es la primera vez y se hizo esperar. Diego y todos los Babas me lo propusieron hace un montón, pero yo justo volvía de la gira de Europa y no podía, tenía un cumpleaños familiar muy importante. Mi abuela cumplía 80 justo cuando me dijeron de tocar con ellos por primera vez y ahora se dio.  

Tenes orígenes e influencias en el rock y descubrís, casualmente, la modalidad del live set en Europa. Cuando lo trajiste para acá, ¿tenías certezas de que iba a funcionar o tenías dudas?  

Duda total. En verdad, ni siquiera lo pensé como algo que funcione para que yo fuera a vivir de esto. Lo hice como hago todo, tocando la guitarra, haciendo lo que sea, o juntándome a zapar con amigos. Lo hice como un juego. No tenía ni idea, ni tampoco lo pensé proyectado como, “esto va a ser así y voy a hacer esto”. Se dio. Y funcionó. Me empecé a divertir haciéndolo y va por ahí más que nada, la empecé a pasar bien.  

Definís tu estilo como ecléctico. 

Uso esa palabra porque es la que me da más libertad. Como también vengo de otros estilos, definirme de esa manera me da libertad de que si mañana quiero hacer rock o mezclar con folk, o lo que sea, me abre un poco el juego, me abre las puertas, para no cerrarme a hacer música electrónica de tal manera.  

Amo a un millón de bandas que tienen una etiqueta marcada y que tocan un estilo y un género especifico. Me formé así, pero yo trato de no hacerlo justamente para abrirme puertas y ver para dónde quiero ir. Igualmente, uno quiere dejarse las puertas abiertas, pero yo solo me voy poniendo mi estilo y mi límite, eso se da igual. 

¿Hay algún límite que vos te pongas para no abrumarte? 

Sí, yo creo que se da solo. A medida que uno va haciendo música, las cosas que más te gustan hacer las volvés a hacer y eso va definiendo un estilo. Ahora, de golpe, yo quiero tirar el volantazo y sacar un tema que nada que ver. Entonces, me sirve usar la palabra “ecléctico”.  

¿Cuál es el rol que sentís que ocupa tu público en las presentaciones? 

En toda música y arte el público ocupa el otro 50%. En mis presentaciones creo que es súper importante que el público esté abierto al cambio, más que nada porque vengo a hacer otra cosa que no es un DJ set y que puedo variar en cómo está la gente acostumbrada, quizá, a vivir una fiesta electrónica.

Más que nada, en el hecho de nunca parar la música, de que siempre la energía se mantenga arriba y que casi siempre va de menor a mayor. Yo trato de romper con eso, tengo silencios, hablo con el público, busco que la gente responda más allá de energéticamente, hasta hablando, comunicándonos.

Hasta me gusta preguntar si tengo dos temas para cerrar, cuál prefieren. A diferencia de un DJ o un show de música electrónica convencional, yo sí tengo este ida y vuelta con el público, hasta verbal. Creo que es súper importante. El público cumple el rol de decirme a veces qué voy a tocar, porque si el público responde mucho o poco a algo, yo voy cambiando lo que voy haciendo. 

¿Dejás algo armado antes de presentarte según el tipo de público?  

Dejo un montón armado. Voy bien preparado para tratar de no fallar y que todo salga bien. Lo que yo pre armo tiene que ver con el lugar donde voy a tocar, con el público. Hay lugares diferentes, lugares muy turísticos como Tulúm, Mykonos, Ibiza, en comparación a tocar en grandes ciudades donde vas a tener un público específico de esa ciudad y que no es de otros lugares. Eso también cambia mucho en el live set y la música que preparo.  

¿Qué es lo que tiene de particular el público rioplatense que tal vez no lo hallás en el público europeo? 

La calidez. Las ganas de conexión y de bailar, de demostrarle al artista que algo le está gustando o no. La falta de indiferencia. Realmente estás tocando y conectás con el público, levantás la mirada, mirás a alguien específicamente y esa persona quiere conectar con vos. Hay una mirada a los ojos que se da acá en Latinoamérica, en Argentina y en Uruguay.  

Es importante para lo que vos hacés, que te fijes qué tocar, o qué show hacés según qué pide la gente. Esa conexión, entonces, es fundamental.

Es fundamental. Sin la conexión de la gente es más difícil tomar decisiones, saber si ir a algo más intenso o menos intenso, la conexión con la gente ayuda. Por ejemplo, si toco un tema que es bastante suave y tranquilo después de uno que fue muy intenso, hay veces que la gente responde mejor a uno más tranquilo. Y eso es muchas veces estar conectado, que exista la conexión artista público. Es hermoso, cuando no estás muy conectado casi siempre el tema más intenso funciona mejor y siempre hay que seguir subiendo. Poder darme el lujo de bajar la intensidad y volver a subir y volver a bajar es un signo de conexión.  

¿Cómo manejas la tolerancia a la frustración? Improvisando te pueden salir cosas mal por más preparado que estés y por más músico que seas.

Depende del estado de ánimo. Hay veces que me enojo conmigo mismo y me puteo por adentro. Digo, “qué boludo, ¿por qué esa decisión?”. Hay veces, que son la mayoría, que trato de que me importe poco y me chupe más un huevo. Decir automáticamente, “este soy yo, si hice esto es porque soy yo”. Tratar de ser auténtico y real. Esto es lo que soy. Hay veces que la suma de errores es jodida. Si pifiaste una, dos, tres, a la quinta uno se empieza a enojar más.  

Pero también está lo que decía del público, a veces me pasa que pifio o podría haber hecho algo mejor y que de golpe yo digo, “esto no está bien, no está bueno”, pero sentís que el público te devuelve algo con eso. Quizá, para mí no estaba bueno, pero a alguien sí le parece bueno. Entonces, te empezás a relajar si el público te levanta las manos, te chifla, o te transmite esta alegría. Decís, “bueno, pará, es todo tan subjetivo en el arte".  

¿Cómo funcionás en el estudio? ¿Está esa idea de escaparle a la limitación e improvisar, o tenés algo más armado?  

El estudio es 10.000% experimental y totalmente libre. No existe una estructura adentro del estudio. Si tengo algún instrumento o alguna plantilla del software que uso, algo que me llega a estructurar, automáticamente lo saco. De hecho, el software que uso para hacer música tiene la posibilidad de armar plantillas. Vos podés abrirlo, venir a las diez de la mañana al estudio a laburar, y ya tenés una estructura armada con baterías que usás, sintetizadores que usás.

Si yo llego a hacer eso, empiezo también a siempre sonar parecido y hacer cosas parecidas. Entonces, siempre trato de empezar una hoja en blanco. Sin ninguna estructura de nada, voy cambiando sintetizadores y cosas, siempre tratando de mover el estudio. Ahora justo estoy en un estudio nuevo. Cambié un montón de cosas, estoy con sintetizadores nuevos y piano.  

Entonces voy variando siempre para tratar de cambiar y hacer mil millones de temas y maquetas que nunca van a salir a la luz, pero son parte de mi experimentación. De golpe, un día me pongo a hacer un tema parecido a Drake y otro día me pongo a hacer algo medio Bon Iver o folk y solo grabo guitarras. Tratar de relajarme y que me lleve a dónde me lleve. Estoy todos los días esforzándome y teniendo presente esta cosa de ser yo, que va más allá de algo egocéntrico, es simplemente no tratar de copiar, no tratar de perderme en la comparación. Relajarme que lo que haga va a estar bien, aceptarlo, y tratar de que salga lo más profundo interno mío, que es la única manera de hacer arte que trascienda o que llegue.  

¿Sentís que hay un sonido insignia o tu identidad es el cambio?  

Siempre hay un sonido insignia en cualquier artista y creo que cantando casi siempre es la voz. Quizá, los DJ productores que no cantan lo buscan desde algún sintetizador o algún sonido que puedan repetir a lo largo de su carrera o algo más parecido. Yo creo que, cuando hay cantante, sea una banda o live performer, la voz de uno es el sonido insignia. Es el sonido más importante. El que te hace acordar al artista, el que te define en cuanto a color de sonido. Después está toda la búsqueda por detrás, que podés ir cambiando y que está bueno mantener para decir que te representa.  

¿Cómo funcionó la preparación para el show? ¿Qué tanta charla hubo con los integrantes de la banda de cara a este show?

La verdad es que no hubo porque yo cierro el show. Entonces, no hay tanto problema con que yo maneje mal la intensidad, o que tenga que tener en cuenta tanto su show. Al cerrar es más fácil y más libre, puedo hacer un poco más lo que yo quiera. Me gusta empezar con rock y toda su fusión de Babásonicos, y terminar en algo más electrónico. Me parece que es una gran receta.  

Es lo que vos buscás hacer, has dicho que a te gusta muchísimo experimentar con lo que es rock y llevarlo hacia otro lado. 

Me encanta y, de hecho, creo que en esta fecha lo voy a hacer bastante. Voy a ir viéndolo ahí un poco sobre la marcha. Creo que se va a dar para tocar bastante música rockera de mis temas más así y, quizá, algunos covers al final de algunas bandas viejas de rock.  

¿Te dieron total libertad para cerrar?

Sí, más que nada por cerrar, por ser el último que toca. Hay una confianza de parte de ellos. Ellos también, al ser yo el único artista al que le pidieron remixes oficiales, tienen una confianza conmigo desde ese lado. 

Por Sofía Durand Fernández
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