Juan Wauters le puede cantar a una milanesa, al caballo de un patrón de campo, a una fruta que un camión trajo, a otro soldado, a sus amistades, familiares y desconocidos. Juan le canta a la gente, para llegar a todos los corazones y cumplir su misión. Una que le costó aceptar, pero que decidió seguir, porque es la que le tocó. 

Wauters, un músico que nació en Uruguay, pero se hizo adulto en Estados Unidos, es un hijo de la emigración de la crisis del 2002 en el país. A sus 18 años, entre rabia y tristeza se instaló en Nueva York. Pero como muchos cambios ese sentimiento también fue dicotómico, estaba acompañado de la excitación de conocer una ciudad nueva con mucho para ofrecer. 

Sin embargo, en ese entonces el arte no estaba en los lineamientos de su crianza, que eran terminar el liceo y asistir a una universidad. Por eso, estudió Matemática, aunque no se recibió. Porque según recuerda, una parte suya, una rebelde, estaba en contra de aquello que estaba instaurado. Y se volcó a la música. Ese camino que alimenta su lado aventurero, sus locuras, sus ganas de cantar las cosas que le pasan, de conectar. 

Su música se materializó en 2008 junto a The Beets, una banda de garage rock que se jactaba ser de Queens y no saludaba al público en sus actuaciones. En 2013 ese proyecto se disolvió y su carrera como solista lo encontró.