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Música
La intersección del presente

Julieta Venegas: entre las tradiciones mexicanas, la poesía y el gusto por el pasado

Después de siete años sin grabar discos de estudio, la artista mexicana lanzó Tu historia, una reflexión sobre la importancia del pasado.

29.11.2023 16:10

Lectura: 6'

2023-11-29T16:10:00-03:00
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Por Federica Bordaberry

El disco es uno, aunque las historias que habitan ahí dentro son muchas. El amor y el desamor, la amistad, la aceptación del pasado, los aprendizajes, el abandono. Sobre todo, esto último: no olvidar lo que fuimos para enriquecer lo que somos.

Ese es el núcleo, o lo que hay detrás, del octavo disco de estudio de Julieta Venegas, Tu historia. Sin considerar la música de la obra de teatro La enamorada de Santiago Loza, para la que la mexicana hizo la banda sonora, pasaron siete años desde su último disco.

Entre Algo sucede (2015) y este último se desarmó su banda, se replanteó su carrera, pasó una pandemia, se instaló en Buenos Aires, se tomó un tiempo para volver a hacer shows y, después de eso, ya se presentó por lo menos dos veces en Montevideo (en el Antel Arena y en el Sodre).

Volverá a presentarse este 30 de noviembre y 1 de diciembre en el Teatro Solís con un ensamble de cuerdas en vivo. Las entradas se pueden adquirir acá.

“A la música podría no hacerla, pero sería silenciar una parte de mí, de mi personalidad”, dice Julieta Venegas en conversación con LatidoBEAT. Agrega que, simplemente, “las canciones fueron dándose y esa fue la manera en que se construyó el disco”.

Foto: Vicky Dragonetti

Foto: Vicky Dragonetti

Y lo que surgió fue un disco de electro pop, pero con los sonidos tan identificables de esta artista. Por un lado, bajos y baterías graves, teclados poperos y su voz desde un lugar más festivo. Más vinculado a la música de baile, a la dance music. Del otro, ella, puramente ella: acordeones, pianos, cuerdas, letras como la siguiente:

Sé, aunque me digas que todo está bien/ aunque quiera creerte y no dudar/ aunque me quieras tranquilizar/ tu cuerpo está diciendo que no”.

Y, obviamente, esa cuota de poesía mezclada. Si en el primer concierto pospandemia en Uruguay, que fue el suyo en el Antel Arena, musicalizó poesías uruguayas (por ejemplo a Idea Vilariño con Luciano Supervielle), esta vez una de sus canciones está inspirada por un poema del poeta chileno Raúl Zurita.

En “En tu orilla” le pide a una ex pareja que mientras que pase el tiempo, lo siga guardando en una orilla. Un pedido entre la ternura y la angustia.

La fusión de todo aquello resultó en un disco que encontró la sencillez entre lo acústico de las guitarras, el acordeón y los sintetizadores. Una mezcla que volvió a darle, una vez más, ese lugar inconfundible de compositora, instrumentista y cantante.

“Un poquito en Tu historia tiene que ver con que a las mujeres nos han contado mucho, nos han narrado otras personas, nos han dicho como tenemos que ser, en México siento que hay una narrativa de que la mujer es muy sumisa, la mamá perfecta y eso poco a poco lo estamos mostrando como algo distinto”, dijo la cantante a Infobae.

Un disco que, además de tener sonidos tan típicos de ella como nuevos en su carrera, sigue agarrándose de las tradiciones tijuanescas que la compusieron. Ese lugar fue la inspiración, por ejemplo, de la balada de guitarra “La nostalgia”, pero también la escenografía de algunos videoclips.

El video de “La nostalgia” fue grabado en la carretera de Tecate. El de “Tu historia” lo filmaron en Tijuana. Dirigidos por Nicolasa Ruiz, una directora originalmente de Mexicali que vive en la Ciudad de México, la decisión de utilizar esos paisajes fue de la propia Venegas.

De México, en su música, hoy quedó todo, confiesa a LatidoBEAT. “No sabría cómo desentenderme del hecho de que soy mexicana. Mi música tiene que ver con el hecho de que soy fronteriza, de que soy de Tijuana, de que escuché toda la vida música anglosajona, música norteña, música mexicana. Soy una mezcolanza de todo lo que he escuchado siempre. Lo siento natural tanto de escuchar, como de hacer”, dice.

Pero, aunque hay muchísimo de la tierra que la formó, también hay mucho de su propia historia. “Siempre he pensado que soy una persona que, a su manera, está contando su propia historia. Con todas las influencias que pueda tener, de alguna manera siempre vuelven a escuchar algo de lo propio”, comenta.

Y deja en claro que “no sé si la música que escucho, o las cosas que me gustan, necesariamente tienen que entrar en lo que escribo de manera directa. Tiene que ver más con lo que surge, sin que pienses tanto”.

Es que la historia personal de Julieta Venegas, en términos musicales al menos, es muy rica y variante. En los últimos veinte años pasó por el rock alternativo, el pop, el rock en español, el punk mexicano. Fue parte de las bandas Chantaje y Tijuana No!, al principio de su carrera, y luego se desarrolló como solista con el productor Gustavo Santaolalla.

Este último, uno de los productores de la serie documental de Netflix sobre la historia del rock latinoamericano, Rompan todo, que le dio un lugar en la pantalla a Julieta Venegas como parte de la historia del género en esta parte del mundo.

Aunque haya pasado por todos esos géneros, hay elementos a los que parece no poder evitar volver. El piano, el acordeón, las cajas de ritmos, los sintetizadores. A lo que siempre vuelve, sin embargo, es a las canciones.

Este disco son las historias, ser mexicana, vivir en Argentina, su versatilidad como música. También es el músico chileno Álex Anwandter. Él, que es conocido por su electro pop y por ser violinista, fue quien produjo y coescribió el disco.

Evidencia de ello son canciones como “Mismo amor, “Pura fantasía” y “Dime la verdad”. Venegas ha dicho ya en varias entrevistas que son amigos hace tiempo. Ya habían colaborado juntos en un disco de él, Amiga (2016).

Grabado entre Nueva York y Buenos Aires, con arreglos de cuerdas de Anwandter, Pedro Onetto y Marcos Meza, Julieta Venegas se encuentra presentando su disco en una gira latinoamericana que, además de los conciertos tradicionales, involucró festivales como el Vive Latino y el Primavera Sound.

Foto: Vicky Dragonetti

Foto: Vicky Dragonetti

Por Federica Bordaberry